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Somnámbulo (Capítulo 1): La llegada de David
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Tiempo de lectura: 6 minutos

David llegó al aeropuerto de Seattle procedente de la Ciudad de México. Pasaría un par de semanas con su hermana Karen y su novio Scott. Acababa de terminar un proyecto y quería unos días de descanso, aunque él sabía a la perfección que el motivo de su visita era otro.

Habían pasado casi dos años de no ver a su hermana en persona, inclusive no conocía a su futuro cuñado más que por videollamadas y fotos. Pero dos meses habían pasado desde el inicio de su plan y ahora era el momento de actuar.

-¡DAVID, DAVID, ¡ESTAMOS AQUÍ!

Gritó Karen al otro lado de la sala de espera, mientras corría al encuentro de su hermano.

Karen era una mujer hermosa. De al menos un metro setentaicinco de alto, esbelta, de caderas anchas, busto de tamaño mediano, piel blanca, rizado cabello castaño y unos preciosos ojos verdes.

-¡Hermanita!, ¡Un gusto verte!

Respondió David, al tiempo que le abrazaba.

-Es un gusto conocerte al fin cuñado.-

Dijo una voz profunda y masculina a su lado.

David volteó y de inmediato se derritió con aquel cuero de hombre. Scott medía un metro ochentaicinco de alto, de hombros anchos, cuerpo atlético y musculoso, largas piernas, rostro ovalado con un mentón pronunciado, barba cerrada, labios delgados, cabellera negra casi azul y unos magnéticos ojos de color aguamarina.

-Hum… Un gusto Scott.

Dijo David después de estrecharle la mano.

-Hermanito, ¿apruebas a mi noviecito?

Inquirió Karen divertida.

-Claro hermanita. Es un gusto conocerte al fin Scott. Karen y yo estamos tan ocupados en nuestras carreras, que es una vergüenza que después de casi un año desde que están juntos, no hemos podido conocernos.

Replicó David.

-No te preocupes, sé que eres un fotógrafo famoso y Karen como ingeniera Biomédica no se queda atrás. Karen todo el tiempo viaja y sale de la ciudad. Yo comprendo, pero es un gusto que estés aquí David.-

Afirmó Scott, mientras cargaba el equipaje de David.

-No es necesario yo puedo…

Dijo David, mientras trataba de tomar algunas de las maletas.

-Hermanito, deja que Scott las lleve. No le costará trabajo, recuerda que después de todo es instructor de defensa personal.

Comentó Karen.

-Vale, vale. Sólo te dejo porque de verdad estoy cansado.

Contestó David entre risas.

Los tres atravesaron el aeropuerto, a la vez que Karen contaba todo a David sobre los preparativos para su futura boda. Scott y ella se casarían en tres meses y Karen estaba muy emocionada. “Es una lástima”, pensó David. En cuanto vio a Scott lo imaginó desnudo en su cama. David era gay y un hombre como aquel era una tentación imposible de resistir.

Subieron a la camioneta Cheroqui de Scott y el novio de su hermana se colocó al volante. Scott estuvo a punto de iniciar conversación, cuando el móvil de Karen comenzó a sonar. La ojiverde miró la pantalla y algo molesta decidió contestar.

Karen escuchó a la persona al otro lado de la línea y discutió con él. -Mi hermano acaba de llegar de México. ¡Por eso pedí mis vacaciones! ¡No, Jared, no! Pero, ¿Cuántos días? ¡No!, ¡Si pásame a Paula!

Replicó Karen.

Tras unos segundos comenzó a reñir nuevamente y colgó molesta.

-¿Qué ocurre cariño?

Preguntó Scott.

-Jeremy tuvo un accidente. Nada grave, el idiota se resbaló en su baño y se fracturó la pierna. Pero no podrá viajar a Boston a instalar los aparatos que adquirió el San Josep y Paula quiere que vaya yo. ¡Al menos será trabajo para una semana! Hay David, lo siento.

Dijo Karen mientras se sujetaba el rostro.

-No te preocupes hermanita. Además, estaré aquí tres semanas. En lo que regresas, Scott puede enseñarme la ciudad y yo me dedicaré a hacer buenas fotografías. En cuanto vuelvas ¡nos divertiremos!

Dijo David.

-Si, Karen, tu hermano y yo nos la pasaremos bien. Le mostraré el centro, el puerto y lo llevaré a ver algunos entrenamientos a Jarget, ¡le caerá muy bien a los muchachos!-

Agregó Scott con orgullo, luego de lo que Karen asintió.

Después pasaron a cenar a un lujoso restaurante de comida italiana, donde estuvieron un par de horas. Luego de lo cual regresaron al pent-house donde la pareja vivía. Los dos hombres hicieron buenas migas y tras llegar, tomaron algunas cervezas mientras veían el juego.

Karen se dedicó a preparar todo para su viaje, el cual sería el día siguiente, mas un poco antes de irse a dormir, decidió hablar con su hermano.

-¿Qué ocurre hermanita? Ya te dije, estaré bien. Scott me llevará a dar un tour por la ciudad y durante sus horas de trabajo, aprovecharé para caminar y sacar fotos, inclusive leí en internet y creo que podría presentarme a algunos proyectos y ofertas de trabajo que hay aquí.-

Aseguró David.

-¡Hay hermanito, me encanta que tú y Scott se lleven tan bien!, son tan distintos que enserio pensé que no te caería de nada.

Bromeó Karen.

-Todo lo contrario, es un tipazo. Me cae bien y me alegra que estés tan feliz con él.

Afirmó David con una extraña mueca.

-Mira, es que quería comentarte de un problema que tiene Scott, bueno, no es un problema exactamente, ¡no sé cómo explicarlo!

Dijo Karen preocupada.

-¿De qué se trata?, Sabes que puedes confiar en mí.

Respondió David a la vez que apoyaba un brazo sobre el hombro de su hermana.

-Scott es sonámbulo. Camina dormido. Él no lo sabe. Tal vez es porque está muy presionado con lo de su trabajo, el mío y la boda. Pero desde hace unos meses tiene fuertes episodios de sonambulismo. Yo no he querido contarle nada al respecto, pero necesito decírtelo porque te vas a quedar con él y no deseo que te asustes.

Explicó Karen.

-¿Sonámbulo?, ¿hablas enserio?, ¿qué es lo que hace?

Preguntó David con un creciente morbo en su interior.

-Bueno, pasa al menos dos o tres noches por semana, aunque últimamente ha sido casi diario. Comenzó con levantarse de la cama y caminar por la habitación. Después se vistió y quiso salir del apartamento. Otra vez, se levantó y se sirvió unos tragos, aunque rompió la botella porque la dejó caer al suelo. Y bueno últimamente, pues él…

Se interrumpió Karen nerviosa.

-¿Él qué?-

Cuestionó David con una inexplicable excitación.

-Bueno, es que Scott busca tener sexo conmigo. ¡Enserio busca tener sexo dormido! Hay hermanito, está dormido, pero quiere tener sexo. Amo a Scott y adoro el sexo con él, pero cuando está despierto digamos que es mucho más tradicional. Y cuando se encuentra sonámbulo, me apena decirlo, ¡pero es un tigre en la cama! ¡Se vuelve tan complaciente, pero al mismo tiempo tan apasionado!-

Contó Karen con el rostro completamente rojo.

-Pero ¿cómo es qué él?

Inquirió David.

-Es tan extraño. Eso último empezó hace cinco o seis noches. ¡Se levantó sonámbulo y lo hizo! Sé que está dormido, porque siempre mantiene sus ojos cerrados y si los abre estos están rojos como cuando uno bebe demasiado. Esa noche se levantó, yo todavía no me dormía, me encontraba en el estudio en la computadora. Lo escuché, fui a nuestro cuarto a verlo, porque me da miedo que alguna vez se lastime. Noté que estaba dormido por lo que ya te dije y se había puesto un traje que le compré para ocasiones formales.

¡Cuando me escuchó, se giró, caminó hacia mí y empezó a hacerme un striptease! –

Dijo Karen totalmente avergonzada.

-¿Qué? ¿en serio? ¿no es una broma?

Preguntó asombrado David.

-No hermanito. Te lo juro. Empezó a bailarme como si fuera un stripper profesional. ¡Te lo juro! Me quedé sin saber que hacer y la verdad me excité mucho. ¡Creo que nunca tanto como esa noche! Cuando se quitó la ropa, me sujetó con fuerza, recorrió mi cuerpo con sus manos y comenzó a desnudarme. ¡Lo hizo de una manera, oh Dios!, y pues ya te imaginarás el final.

Comentó Karen.

-¡Woo!, ¿hablas en serio?

Inquirió David.

-¡De verdad!, ¡no es broma!- Por eso te hablo de todo esto. Cuando Scott se vuelve sonámbulo nada lo despierta. Sólo reacciona hasta la mañana siguiente y no recuerda nada.

Explicó Karen.

-¿Y lo has hablado con él?

Cuestionó David ya que ese punto le interesaba particularmente.

-La verdad es que no. Sé que debo hacerlo, pero hemos estado tan ocupados y bueno, las noches cuando se vuelve sonámbulo yo…

Dijo Karen sonrojada.

-¿Te gusta hacerlo con él cuando duerme verdad?

Inquirió David

-La verdad es que sí. No es que, cuando se encuentra despierto no sea un ´magnífico amante. ¡pero cuando está sonámbulo, es ¡Woo!

Afirmó Karen emocionada.

-¡eres una pervertida hermanita!, ¿y me cuentas esto para?

Preguntó David.

-Como te dije estarás una semana a solas con él, no sé qué va a hacer. No sé si se va a levantar sonámbulo. Esta es la llave de nuestra habitación, voy a dártela para que lo encierres cada noche. Sé que es mucho pedirte, pero no quiero que vaya a lastimarse, ni a hacer nada como lo que te dije. Por favor David.

Solicitó Karen angustiada.

-Vete sin cuidado. Yo lo mantendré vigilado. Como dices, quizás sea algo relacionado a la presión de la boda.

Respondió David con un extraño tono, el cual a Karen le pasó desapercibido.

-Bien, llega de trabajar temprano, antes de las 18:00 está en casa. Suele dormirse a media noche y se levanta a las 7:00, a las 9:00, tiene su primer entrenamiento. Pero igual que yo pidió vacaciones, así que estará toda la semana contigo creo yo. Me parece que únicamente trabajará mañana viernes. Por favor ten cuidado con él.

Rogó Karen.

-No te preocupes hermanita, yo voy a cuidar bien de tu novio. Si que lo haré. A verás que sí.

Dijo David mientras torcía la boca de una manera extraña.

-¿De qué tanto hablan?

Inquirió Scott tras entrar a la habitación.

-De nada importante amor. Sólo nos poníamos al día y le comentaba a mi hermano sobre tus manías.

Contestó Karen divertida.

-Si, Karen me explicaba que roncas mucho y que siempre inundas el baño luego de ducharte.-

Respondió David divertido.

-Vale, vale. Voy a dormir, hasta pasado mañana inician mis vacaciones, mañana todavía iré a trabajar. Por cierto, David quería agradecerte el té que me mandaste después de tu viaje a Brasil, como dijiste es magnífico para el dolor muscular. ¿quieres venir mañana conmigo al Jarget para conocer a los muchachos?, Karen les ha hablado mucho de ti.

Comentó Scott.

-Si, claro, estaremos juntos después de dejar a Karen en el aeropuerto. Pero ahora estoy cansado, hay que ir a dormir todos, fue un día largo.

Dijo David al tiempo que bostezaba.

-De acuerdo a dormir hombres. Hasta mañana hermanito.

Se despidió Karen mientras le daba un beso en la mejilla.

David se retiró a la recámara que le habían asignado y pensó en la gloriosa semana que le aguardaba con el novio de su hermana. Karen era una estúpida y Scott un ingenuo. Ese cuero de hombre sería suyo, su odiosa hermana no merecía un macho como aquel. La droga ya había hecho sus primeros efectos, ahora únicamente restaba conducir a Scott hacia su nueva vida. David transformaría al novio de su hermana en el hombre perfecto, pero para sí mismo.

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