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Somnámbulo (Cap. 3): Novio, amante y esclavo
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Tiempo de lectura: 10 minutos

David se fascinó al estar delante de aquel delicioso macho. El norteamericano lucía un torso duro, limpio de cualquier clase de bello y con dos pectorales firmes como el acero, que deseó chupar enseguida. Pensó en que su cintura estrecha y sin el mínimo asomo de grasa constituían un espectáculo digno de una estrella del porno gay.

Scott avanzaba por la sala enteramente desnudo, con los brazos extendidos hacia adelante, los párpados fuertemente apretados y la cabeza suelta hacia atrás. La luz de la lámpara le permitió a David apreciar el suave palpitar de la expuesta vena en el cuello de su cuñado. Se excitó al ver como su torso se expandía a causa de la profunda respiración, aunque casi se le fue encima cuando se giró y pudo contemplar las torneadas piernas y los firmes glúteos que en ese momento estaban allí, indefensos, completamente a su merced.

David se deleitó al ver como su futuro esclavo caminaba una y otra vez por la estancia y percibió el aroma del alcohol que todavía se desprendía de su cuerpo. Sonrió para sí, aquel olor a vodka, a borracho, combinado con la fragancia maderosa de la piel de Scott, lo encendían, lo incitaban, lo volvían loco.

El sonámbulo se giró repentinamente al detectar la loción de David. Anduvo con pasos lentos hacia donde él estaba y a cada movimiento, la lujuria del fotógrafo fue en aumento. Entonces dio una calada al cigarro de mariguana, lo apagó y se aproximó a su dormido cuñado.

Las manos de Scott se colocaron encima del pecho de David y comenzaron a frotar el cuero de la chamarra. El fotógrafo sujetó con su mano izquierda las muñecas del sonámbulo y con la otra mano le inclinó un poco el torso para besarle el cuello. David lamió la delgada y marcada vena de un color ligeramente azulado que sobresalió al estirarle la piel y no pudo evitar hacerle un chupetón.

-¡Me encanta tu cuello! Tu piel sabe a madera. Me calienta tu aroma de borracho. -Murmuró David, mientras lamía el cuello de Scott y le acariciaba el rostro.

Scott no contestó, únicamente se limitó a suspirar hondamente y a aproximar su cuerpo al de David. El fotógrafo sintió la dureza de la erección de su cuñado rosar su vientre y en respuesta el tamaño de su miembro también se disparó.

-¿Scott, me escuchas? -Preguntó David en un susurro, a la vez que acercaba su rostro al de su cuñado.

-Sssi… -Respondió el norteamericano con una voz cavernal, entre dos profundos suspiros.

-Bien, ¿sabes quién soy? -Cuestionó David, al tiempo que sujetaba al norteamericano por la cintura y besaba repetidamente su cuello.

-Eres… David… mi cuñado… -Respondió Scott mientras volvía a recorrer la chamarra de cuero y a aspirar con fruición la loción de David.

-Exacto. Yo soy David. Quiero que olvides todo. Olvida quién eres. Olvida dónde estás. Solamente concéntrate en mi voz. -Indicó en un susurro el fotógrafo, mientras chupaba los pectorales de su cuñado.

-Sssi…. Olvidar todo… Olvidar quien soy… Olvidar donde estoy… Concentrarme solamente en tu voz… Ssi… -Repitió Scott en un tono cadencioso y casi gutural, a penas con un movimiento perceptible en sus labios, aunque con una clara expresión de placer.

-Bien, eso es. Mi voz es lo único que existe, nada más importa. Nada más existe. -Dijo David, a la vez que atraía el rostro de Scott hacia su pecho y apretaba con lujuria su cuerpo desnudo.

El sonámbulo aspiró la loción de su cuñado y acrecentó todavía más su erección, pero se resistió a aceptar la sugestión.

David se excitó nuevamente por el aroma a alcohol del norteamericano y volvió a repetir sus instrucciones, al tiempo que masajeaba sugerentemente los hombros del norteamericana. -Scott, Mi voz es lo único que existe, nada más importa. Nada más existe.

-Sssi… Tu voz es lo único que existe… Nada más importa… Nada más existe… -Admitió tras unos segundos el norteamericano en conformidad, en medio de hondos suspiros de excitación.

-Bien, muy bien. Repítelo otra vez. -Ordenó David, mientras volvía a chupar el pectoral de su cuñado.

-Sólo tu voz existe… Nada más importa… Nada más existe… -Repitió el sonámbulo, mientras se abrazaba al cuerpo de David y frotaba su rostro contra el cuero de la chamarra, totalmente cautivado por la loción de su cuñado.

-Scott, escúchame bien. A partir de ahora, yo soy el nuevo Amo de tus sueños. Mientras estés somnámbulo seré tu Amo y señor. -Indicó el fotógrafo en un murmullo al oído del norteamericano, a la vez que deslizaba sus manos encima de su desnuda espalda.

Scott no respondió, como si analizara las palabras de David y comprendiera que quería subyugarlo. David entendió que la naturaleza heterosexual de Scott buscaba oponerse justo en ese momento, por lo que decidió reaccionar rápido.

Volvió a chupar su cuello y se bajó el cierre de la chamarra para que la loción con la que empapó la camisa, impregnase todavía más el olfato del norteamericano. Aquella loción era especial. Hecha a base de feromonas para cualquier hombre resultaba absolutamente irresistible.

-Scott, aspira mi loción. Mi loción te atrae, mi loción te causa placer. -Dijo David, a la vez que le plantaba un caliente beso y acariciaba su rígido miembro.

Scott inhaló con satisfacción, mientras un gesto de deseo se reflejaba en su rostro. -Sssi… tu loción me atrae… Tu loción me brinda placer… Sssi…

-Eso es Scott, yo te causo atracción, yo te brindo placer. Yo te hago disfrutar.-

Señaló David, al tiempo que guiaba las manos de su cuñado para que comenzaran a recorrer su cuerpo.

-Ssi… Me atraes… Me brindas placer… Me haces disfrutar… -Respondió el sonámbulo entre suaves gemidos de gozo, a la vez que palpaba los muslos de su cuñado.

-Bien, así es. recorre mi cuerpo, explóralo. Desliza tus manos por todo mi cuerpo, reconócelo, así, despacio. Explorarme te brinda placer, Reconocerme te excita. -Instruyó David, mientras colocaba las manos de su cuñado en su trasero.

-Sssi…Explorarte me brinda placer… Reconocerte me excita… Ssi… -Aceptó Scott, con una naciente expresión de lujuria y una cada vez más marcada erección.

-Eso es, disfrútalo. Mientras estés somnámbulo sólo debes disfrutar. Sólo debes sentir placer. -Repitió David, mientras Scott se agachaba para palpar sus piernas con ansiedad.

-Sssi… Mientras esté somnámbulo sólo voy a disfrutar… Sólo voy a sentir placer… -Admitió el norteamericano, en medio de varios suspiros y luego de deslizar sus manos con gran excitación sobre la espalda de David.

-Bien, eso es. Así, palpa mi cuerpo, siente mi cuerpo, vuelve a oler mi loción. Mi loción te vuelve loco de placer. Mi cuerpo te hace disfrutar. Palparme te excita. -Ordenó David.

Scott inhaló con enorme deleite el aroma de la loción y volvió a palpar con aquellas fuertes manos el torso y rostro de David. -Sssi… Tu loción me vuelve loco de placer… Tu cuerpo me hace disfrutar… Palparte me excita… Sssi…

-Así es. Mientras estés somnámbulo yo soy la fuente de tu placer. Yo soy lo único que te hace disfrutar.

Volvió a recalcar David la sugestión, al tiempo que frotaba su miembro contra la poderosa erección del norteamericano.

-Sssi… Mientras esté somnámbulo tu eres la fuente de mi placer… Tu eres lo único que me hace disfrutar…

Repitió Scott con lascivia, al tiempo que acercaba su rostro al de David para percibir su aroma y frotaba con gran encomio su glande contra el miembro de su cuñado.

-Bien, muy bien. Mientras estés somnámbulo, yo soy el nuevo Amo de tus sueños. Yo soy tu nuevo Amo y Señor. Que yo sea tu Amo y Señor, te causa placer, te hace disfrutar. -Instruyó David en un nuevo esfuerzo por inducir aquel comando de sometimiento en su cuñado.

Scott guardó silencio por un par de segundos, pero las feromonas de la loción y el efecto de las drogas fueron más fuertes y doblegaron su subconsciente en aquel estado de sonambulismo. -Sssi… Mientras esté somnámbulo, Tu eres el nuevo Amo de mis sueños… Tu eres mi nuevo Amo y Señor… Que tu seas mi Amo y Señor me causa placer… Que seas mi Amo y Señor me hace disfrutar… -Admitió Scott finalmente aquella orden de dominación, al tiempo que frotaba con fuerza su imponente miembro sobre la bragueta de David.

-Bien, muy bien. Mientras estés somnámbulo harás todo lo que te diga. Me perteneces, Te tomo como mi propiedad. Eres mi esclavo, novio y amante. Ser mi esclavo te causa placer. Ser mi novio y amante te hace disfrutar. -Dijo David al tiempo que besaba a su cuñado con fruición y le masajeaba los hombros con gran lujuria.

-Sssi…Mi Amo y Señor… Mientras esté somnámbulo haré todo lo que digas… Te pertenezco… Soy tu propiedad… Soy tu esclavo, novio y amante… Ser tu esclavo me causa placer… Ser tu novio y amante me hace disfrutar… -Aceptó el norteamericano, mientras correspondía con pación al beso de David y colocaba sus manos en torno a su cintura.

-Bien eso es. Esta es mi primera orden. A partir de esta noche y todas las noches, te levantarás sonámbulo, completamente dormido. Caminarás con los brazos por delante, los ojos cerrados y tu cabeza caída hacia atrás. Tu deseo más profundo será buscarme y no importará la distancia que tengas que recorrer para hacerlo. Si te regresan a tu cama, esperarás a que se vayan y volverás a levantarte dormido. Mientras sea de noche continuarás sonámbulo y nada será capaz de despertarte hasta que llegue la mañana. Cuando me encuentres tu deseo más ferviente será acostarte conmigo, como mi novio, amante y esclavo, pero permanecerás sonámbulo y obedecerás todo lo que te ordene. -Indicó David, a la vez que chupaba el cuello de su cuñado y apretaba entre sus dedos aquel falo caliente y rígido.

-Ssi, mi Amo y señor… Acataré tu primera orden… A partir de esta noche y todas las noches, me levantaré sonámbulo y completamente dormido… Caminaré con los brazos por delante… Los ojos cerrados, y la cabeza caída hacia atrás… Mi deseo más ferviente será buscarte y no importará la distancia que tenga que recorrer para hacerlo… Si me regresan a la cama, esperaré que se vayan y volveré a levantarme dormido… Mientras sea de noche continuaré sonámbulo… Nada será capaz de despertarme hasta que llegue la mañana… Cuando te encuentre mi mayor deseo será tener sexo contigo… Seré tu novio, amante y esclavo… pero permaneceré sonámbulo y obedeceré todas tus órdenes… -Admitió el norteamericano aquella instrucción, para enseguida dedicarse a besar de forma posesiva a su Amo y Señor.

-Bien, esclavo. Tu segunda orden es la siguiente. Cada vez que me encuentres cuando estés sonámbulo, como ahora, debes reconocer mi cuerpo. Deberás palparme con tus manos hasta que estés seguro de que soy yo, tu Amo y Señor. -Dijo David, para enseguida introducir con fuerza su lengua en la boca de Scott que sin oponer resistencia correspondió al beso con gran avidez.

Sssi… Mi Amo y Señor… Cumpliré tu segunda orden… Cada vez que te encuentre como hoy, deberé reconocer tu cuerpo… Deberé parparte con mis manos. Deberé reconocer tu cuerpo… Hasta estar seguro de que eres tú, mi Amo y Señor… Explorar tu cuerpo me causa placer… Palparte me hace disfrutar… -Afirmó Scott totalmente excitado, mientras frotaba su entrepierna contra la de su cuñado y sin dejar de besarlo.

-Bien, muy bien. Tu tercera orden es que cuando me encuentres como ahora, mientras estés sonámbulo, deberás quitarme la ropa, prenda por prenda de forma sensual. Deberás llevar las prendas hasta tu cuarto y doblarlas junto a tu cama. Y cuando me tengas desnudo, deberás tomarme del brazo y llevarme hasta tu cama, para que tengamos sexo y me penetres. -Demandó David, a la vez que ´conducía a su cuñado hacia el sofá.

-Sssi, mi Amo y Señor… Cuando te encuentre, mientras esté sonámbulo, te quitaré la ropa, prenda por prenda de forma sensual… Llevaré la ropa a mi cuarto y la doblaré junto a mi cama… Después volveré por ti… Te tomaré del brazo y te conduciré hasta mi cama para tener sexo y penetrarte… Sssi, Mi Amo y Señor… tú eres la fuente de mi placer… Tú me haces disfrutar… -Afirmó Scott completamente subyugado por aquel sonambulismo sexual.

-Bien, bien perfecto. Ahora tu cuarta orden. Cada vez que yo chasque los dedos y te diga: “Somnámbulo”, aún y cuando estés despierto, caerás en este estado de sueño profundo. Te volverás mi esclavo somnámbulo y me obedecerás. -Indicó David, mientras tomaba a Scott del hombro y lo sentaba junto con él en el sofá.

-Sssi, mi Amo y Señor… Cuando me digas: “Somnámbulo”, aún y cuando esté despierto, caeré en este estado de sueño profundo, me convertiré en tu esclavo somnámbulo y te obedeceré… Ser tu esclavo, novio y amante me causa placer… Me hace disfrutar… -Respondió Scott, mientras recostaba su cuerpo encima de su Amo y volvía a aspirar cautivado su aroma.

-Bien, muy bien. Tu última orden. Mañana, cuando te despiertes, tendrás el gran deseo de permanecer en casa para hacer labores de limpieza y querrás cocinar para mí y atenderme. Todo el día, me atenderás, me complacerás y te insinuarás sexualmente. Aunque no sabrás porque y aunque te gustará, te sentirás ansioso, confundido y extraño, mas parte de ti lo disfrutará. Comenzarás a verme con ojos de atracción, y eso te extrañará. Y empezarás a pensar que eres gay. Mientras haces todo eso, estarás desnudo, pero no tendrás conciencia de que te encuentras encuerado, creerás que usas ropa. -Ordenó David, mientras masajeaba el cuerpo desnudo de su cuñado y mordía su clavícula.

-Sssi, mi Amo y Señor… Mañana, cuando me despierte, tendré el gran deseo de permanecer en casa para hacer labores de limpieza… Querré cocinar para ti Y atenderte… Todo el día te atenderé… Te complaceré y me insinuaré sexualmente… Aunque no sabré porque, y aunque me gustará, me sentiré ansioso, confundido y extraño… Mas lo disfrutaré… Comenzaré a verte con ojos de atracción… Eso me hará sentir extraño…. Empezaré a pensar que soy gay… Mientras hago todo eso, estaré desnudo… Pero no tendré conciencia de que me encuentro encuerado… Creeré que uso ropa… Sssi, mi Amo… y Señor… Obedeceré… -Dijo Scott completamente doblegado y sin ninguna resistencia ante aquella esclavitud.

-Perfecto, pronto te volveré mi puta. Dejarás de ser hetero y te convertiré en un puto sumiso gay. Claro que gozo el violarte y dominarte mientras estás dormido y te explotaré como activo durante todas las noches, pero te prefiero despierto y aún más preferiré cuando me pidas que yo te penetre y te use como mi puta. -Afirmó David totalmente caliente y con la boca llena de saliva.

-Sssi, mi Amo y Señor… Me causa placer ser tu novio y amante… Me excita ser tu esclavo… Te pertenezco… Soy de tu propiedad… Obedeceré… -Dijo Scott, mientras besaba con voracidad a su Amo y lo recorría poseído por el placer de arriba a abajo.

-Aunque quiero violarte ahora y coger contigo hasta romperte el culo al menos unas veinte veces, todavía no. Mañana. Hoy sólo vamos a dormir juntos. Te daré dos órdenes más. Desnúdame ahora y llévame a tu cama. Vamos a dormir desnudos toda la noche. Y hasta que yo me levante por la mañana, entonces despertarás. Dormir desnudo conmigo te complace, te excita. -Ordenó David al tiempo que pellizcaba y estimulaba los duros pezones de Scott.

-Sssi… Dormir desnudo contigo me complace… Me excita… Tu cuerpo me vuelve loco de placer… Tú eres mi Amo y Señor… Tú me haces disfrutar… Yo te pertenezco… me brindas placer… Me haces disfrutar… Soy tu propiedad… Obedeceré… -Respondió Scott, a la vez que se levantaba de encima del cuerpo de su Amo y comenzaba a desnudarlo lentamente, en medio de calientes besos y encendidas caricias.

Cuando David quedó encuerado, Scott se puso de pie y lo guio lentamente hacia la alcoba. -Soy tu novio, amante y esclavo… Obedeceré… Obedeceré… Mi Amo y Señor… Disfruto dormir desnudo contigo… Eso me causa placer… Me hace disfrutar… Me vuelve loco tu cuerpo… -Repitió Scott presa del deseo y con una imponente erección, a la que David le costaría trabajo resistirse.

David dejó que su cuñado lo condujera hasta la cama y una vez estuvieron allí, se abrazó a su cuerpo desnudo y se colgó de su cuello. -Voy a contenerme mucho hoy, me encantaría que me cogieras. Me encantaría violarte. -Inquirió David, mientras lamía el oído de Scott.

-Sssi… Mi Amo y Señor… Me encantaría cogerte… Quiero que me violes… Quiero tener sexo… Quiero acostarme contigo… Me brindas placer… Me vuelve loco tu loción… Me excitas… Mi Amo y Señor… -Respondió Scott, mientras tomaba a David de las caderas y se refregaba contra él una y otra vez.

David sintió las manos de su cuñado apretar sus glúteos y se sorprendió ante aquellos desbordamientos de conducta homosexual. La combinación de las feromonas de la loción y el narcótico suministrado a lo largo de los meses en el té que le envió, así como la mezcla especial de esa noche, parecían haber conseguido un efecto maravilloso y el proceso para crear una personalidad homosexual en su ardiente cuñado norteamericano iba por buen camino.

David se introdujo entre las sábanas y Scott dejó caer su musculoso cuerpo sobre su torso. El norteamericano se refregó una y otra vez contra su cuñado y este comprobó lo que Karen había dicho acerca de que Scott se tornaba más fogoso durante los episodios de sonambulismo. Sintió a su rígido miembro chocar una y otra vez en su vientre, a sus labios besar y chupar su cuello, a sus hambrientas manos acariciar sus piernas. Entonces David lo sujetó con fuerza de los hombros y lo detuvo.

-Detente. Sólo abrázame. Quiero sentir tus brazos. Estréchame con fuerza. Recuerda que eres mi novio, amante y esclavo. -Dijo David, mientras mordía el cuello y las clavículas de Scott.

Sssi, mi Amo y Señor… Lo que quieras, – soy tu novio, amante y esclavo… Me causas placer… Me haces disfrutar… Obedeceré… Obedeceré… -Contestó el norteamericano mientras rodeaba con sus brazos a David y lo besaba desenfrenadamente en los labios.

-Así me gusta, a partir de hoy, tú y yo vamos a pasar mucho tiempo juntos, mi fogoso esclavo. Ahora, estoy cansado, vamos a dormir. Calma tu deseo por sexo y duerme profundamente. No olvides tus órdenes. -Murmuró David a la vez que abrazaba a su cuñado, cerraba sus ojos y se giraba para quedar encima.

-Sssi, mi Amo y Señor… Soy tu esclavo… Obedeceré… Obedeceré… -Replicó Scott con convicción, mientras se amodorraba y colocaba la cabeza de su Amo encima de su cuello.

Antes de quedarse totalmente dormido, David se relamió los labios gracias a aquella primera victoria. El estado de sonambulismo de Scott era extremo. Su cuñado no era consiente de nada y su mente, debilitada por la administración de los narcóticos y la mezcla de esa noche, respondió bien a las sugestiones y eliminó cualquier barrera que la naturaleza heterosexual pudo haber creado. El lívido de Scott consiguió imponerse, y al sonámbulo lo controlaba el placer, las ansias por disfrutar, por estar con él.

David entreabrió los ojos y mientras besaba una última vez a Scott, degustó el sabor a alcohol de su boca, sintió aquel fuerte pectoral hundirse y expandirse a cada onda respiración y gozó porque esa noche, era él y no la estúpida de su hermana la que disfrutaba de ese hombre.

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