Mantuve el contacto con Rodrigo después de hacerlo con él en el viaje, seguíamos hablando. Incluso seguíamos jugando por videollamadas, enviándonos nudes y recordando nuestra noche de sexo de forma ocasional. Pero como si acostarme con él y ser su amante por una noche no hubiese sido una experiencia bastante alocada, vino algo mucho más loco.
Un día me dijo que debía confesarme algo. Que no quería engañarme más. Me dijo que su esposa sabía todo y en ese momento sentí mucho miedo porque pensé que lo habían descubierto en la infidelidad. Pero la situación no era esa, me dijo que su esposa y él planearon todo desde el principio y que ella había tenido la fantasía de que él me cogiera.
Al parecer habían platicado sobre aventuras del pasado y Rodrigo le contó a ella sobre mí. Eso fue lo que ocasionó el morbo en ella y le pidió que estuviera conmigo. Me dijo que les pareció raro decirme la verdad y por eso habían decidido hacerlo de esa manera.
Rodrigo me pidió disculpas por haberme grabado y haberlo mostrado a su esposa. Debo decir que me sentí bastante extraña en ese momento pero no me molesté, fue algo muy loco e interesante. Dure un par de días sin hablar con él, creo que estaba apenado, pero fui yo misma quien me escribió. Le dije que no estaba molesta y que estaba bien mientras mis videos no los viera nadie más.
Así fuimos ahondando más en el tema y me contó que su esposa se excitaba mucho cuando él le hablaba de mí y lo que hacíamos hace años. También veía los videos de cuando lo habíamos hecho en febrero y hasta le pedía que le hablara al oído cómo me cogió mientras ellos hacían el amor.
Además, me dijo que el motivo principal de haberme confesado la verdad era que su esposa le había insistido en una propuesta. Ellos iban a viajar a la ciudad en la que vivo y su esposa quería que él me cogiera frente a ella.
En principio lo vi como una locura pero no puedo negar que me daba curiosidad. No prometí nada pero en los siguientes días ella se unía a las conversaciones. Rodrigo me decía que estaba con ella y ella veía todo lo que hablábamos.
Al saber que ella leía y oía todo lo que hablábamos, yo hacía comentarios más fuertes sobre cómo cogí con Rodrigo o como me gustaba su verga. Me excitaba la idea de que ella leyera como cogí con su esposo.
Al final accedí a cometer esa locura. Solo puse algunas reglas, una era que ella no me tocara y que no se desnudara. Si nos iba a ver, era solo eso. Ellos accedieron y de hecho me dijeron que esa era la intención.
Así que una noche salimos los tres. Recuerdo que me vestí con un jean azul que hacía que mi culo se viera bien parado, me puse tacones negros y blusa blanca. Metí condones, mi plug anal (nunca se sabe) y el resto de cosas que una chica lleva en su cartera para cualquier ocasión.
Fuimos a un restaurante. El inicio fue incómodo ya que yo no sabía cómo portarme frente a ella, pero fuimos hablando de cosas normales, nada sexual. Fue Rodrigo quien al cabo de más 9 pm pidió la cuenta. Me dijo que fuéramos al apartamento en el que se estaban quedando.
Rodrigo me pidió que me sentara con él en la parte delantera del auto. Mientras él manejaba, me acariciaba los senos suavemente y ella nos veía, yo respondía tocando su pene por encima de su pantalón.
Así llegamos al departamento y servimos algunos tragos. Rodrigo se sentó conmigo en el sofá y ella en un sillón que estaba al frente de nosotros. Seguimos hablando y tomando hasta que él mismo me dijo “a que vinimos?” y yo solo respondí “a lo que tú digas”.
Pude ver la cara de miedo en ella cuando Rodrigo sacó su pene y me lo puso en la boca. Yo no dejaba de verla a los ojos mientras chupaba el pene de su esposo. Recuerdo que ella le dijo a Rodrigo “atragántala” y él le dijo: “No me digas cómo hacerlo. Estamos cogiendo Sonia. Tú limítate a vernos”.
Rodrigo me tomó por el cabello y la nuca para mover mi cabeza mientras se la mamaba. La tomé entre mi mano y empecé a pasar su pene por mi rostro lentamente y seguí haciéndole oral por varios minutos.
Rodrigo me levantó y me desnudó toda y yo también le quité la ropa a él. Ya me sentía más excitada y me gustaba lo que estaba pasando. Me tomó por un brazo y me llevó a la habitación mientras hizo una seña a su esposa para que viniera.
Yo saqué mi plug y él me hizo un poco de oral. También lamió mi culito y me introdujo el plug. Me parece que tener un plug anal puesto mientras te están cogiendo se ve sexy.
Se acostó y me le subí encima a cabalgarlo, mientras me agarraba las nalgas y me las abría, volteé y la vi parada en una esquina de la habitación viendo todo. Él le dijo que grabara y ella tomó su teléfono para hacerlo.
Seguí cabalgando a Rodrigo mientras ella nos grababa. Me moví como una loca. Rápido y duro, Rodrigo me nalgueaba y le decía cosas a su esposa. Cosas como “te gusta como me la cojo?” Y ella sin hacer demasiado ruido le decía que sí.
Después me puso a cuatro y me empezó a coger duro. Cada vez le decía cosas más calientes a ella. “Ves como le meto mi verga a esta puta?” Mientras ella veía como me penetraba y me nalgueaba.
No pude evitar gritar cuando Rodrigo me dio un orgasmo. Recuerdo el sonido de su pelvis chocando contra mis nalgas y eso combinado con un grito ahogado mientras sentía el cosquilleo intenso del orgasmo. La vi como se mordía los labios mientras su esposo me cogía como su puta.
Me acosté boca arriba y Rodrigo me abrió las piernas. Recuerdo que me escupió la vagina y me penetró de nuevo. Mientras me daba, yo misma me tocaba el clítoris y él me decía que era una puta. Debe haber estado muy excitado de cogerme frente a su esposa porque cuando me tomó por el cabello y me arrodilló en el piso para acabar, me pareció increíble la cantidad de semen que cayó en mi cara. Me dejó cubierta de su leche y le dijo a su esposa “mira como la dejé”.
Se acercó a ella y la besó mientras yo me limpiaba. Me puse mi tanga y mi brasier. Rodrigo se acostó en la cama y me dijo que lo acompañara. Me abrazó mientras me ofrecía un trago y si esposa se sentó en la parte baja de la cama. Así seguimos charlando hasta que volvimos a hacerlo.
La siguiente vez que lo hicimos fue anal. Rodrigo me quitó mi plug y me penetró mientras estaba acostada boca abajo. Me sentí hasta un poco humillada porque me trató como una puta. Me cogió duro, me azotó.
Mientras me hacía oral me pegaba con su pene y también me cacheteaba, me escupió. Me puso en cuatro y siguió penetrando mi culo. Después se acostó y me hizo metérmelo solita desde arriba. Le decía a su esposa “mira como me cojo a esta puta en tu cara”. Después de un rato y cuando ya yo había tenido varios orgasmos y no podía más, me hice una rusa. Su esposa le decía que si la sentía rica y él le decía que le gustaban mis tetas hasta que me echo de nuevo su leche en los senos.
Me vestí, me maquillé. Mientras lo hacía él seguía abrazándome y besándome. Su esposa me agradeció y así me fui y los dejé solos. Todavía con la adrenalina encima. Ahora que la pandemia está pasando, ellos vienen de viaje nuevamente en dos semanas y me pidieron repetir la experiencia. No sé si voy a aceptar.