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Sexo en un momento nacional
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Resulta que estaba en una excursión que era más bien parte de los ejercicios de la clase que estaba matriculando en ese entonces, salimos a una parte de la ciudad que se le conoce como la Zona Colonial, ya que aún mantiene las construcciones y monumentos que se hicieron en la época de Cristóbal Colón.

En esta ocasión tenía que hacer unas diligencias por la misma zona y aproveché para llevar a mi pareja, así al terminar aprovecharía el tiempo. En el transcurso todo fue normal, el maestro nos daba tips para la práctica, que aprovecharnos esto, que aquello, etc…

Al entrar a la llamada Fortaleza Ozama, que era un lugar donde los españoles defendían la ciudad de los barcos piratas, fue cuando tuve la idea de que estos lugares normalmente no son muy concurridos, sé que siempre hay turistas en el área, pero desde que entremos ya en mi mente tenía la idea de que podría aprovechar para hacer algo con mi pareja si se daba la oportunidad de estar solos. En principio fue difícil ya que entre los compañeros aprovechábamos para ayudarnos unos con otros y casi nunca estuvimos solos, pero yo le susurré al oído que debíamos aprovechar e inventar algo ya que estábamos por ahí, ella me miró y sonrió mientras me preguntaba si estaba loco.

En el segundo nivel de la fortaleza hay un pasillo que termina en un cuarto pequeño de una sola entrada/salida, desde que me fijé que estábamos solos la empujé hacia ese cuarto, ella entendió y sonrió mientras entraba a dicho cuarto… todo dentro de la fortaleza está vacío, no tiene puertas, las ventanas son pequeños huecos en la pared, en fin, se ha intentado mantenerlo tal y como fue construido hace ya más de 500 años.

Comenzamos a besarnos y yo inmediatamente comencé a manosearla, llevaba una blusa con la cual era fácil sacar sus tetas y se las comencé a mamar, sus gemidos tiernos eran música para mis oídos, la pegué contra la pared, apretaba su gran culo mientras intentaba tocarla entre sus piernas, ella me preguntó que si estaba seguro de que nadie vendría, yo sonriendo le respondí que en verdad no me importaba, le desabroché el pantalón, ella me pidió que me asegurara de que nadie estaba cerca, eché un vistazo a la puerta, nadie en los alrededores, la sujete de la nuca, saqué mi pene y ella comenzó a darme una excelente mamada, aunque lo estaba disfrutando no quería dar rienda suelta a esa mamada porque quería penetrarla y cogérmela en ese lugar.

Ya cuando sentí era suficiente la levanté, metí mi mano entre sus piernas y sentí lo húmeda que estaba, nos magreamos un poco y la coloqué de espaldas a mi, baje su pantalón hasta sus rodillas y lentamente la penetré, comencé a cogérmela despacio siempre atendiendo si había algún ruido fuera del cuarto (el cual nunca ocurrió), entonces nos aparte un poco más de la pared, de modo que ella se inclinará más para tener en donde apoyar los brazos y ahí comencé a subir la intensidad de las arremetidas y por ende sus gemidos aumentaron también, mi morbo estaba disparado, estaba atento a si alguien venía pero en verdad en el fondo quería que alguien nos descubriera, pensé en tomarla del pelo y poner las cosas más agresivas aún, pero al estar en un lugar público no quería dejarla despeinada.

Ella volteaba a mirarme y su mirada solo me ponía más caliente, entonces me comenzó a pedir que se la diera (su leche), comencé a arremeterla más rápido y ella me la seguía pidiendo, hasta que me terminé vaciando todo en su interior. Mientras nos arreglamos la ropa nos besábamos más, muy intensamente y nos comenzamos a reír, salimos del cuarto, nadie estaba en los alrededores, al salir de la Fortaleza nos aglomerados todo el grupo con el maestro y seguimos hacia otro lugar.

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