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Sexo en tiempos del coronavirus
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Tiempo de lectura: 17 minutos

Las personas que me conocen por medio de mis relatos sabrán que soy un adicto al sexo y esto de estar en cuarentena gracias al coronavirus, pues me ha alejado de las posibilidades de estar en acción. Las chicas que tengo cerca, la mayoría están casadas y si no cuidan de sus hijos, tienen a sus maridos con ellas en este mismo aislamiento. Nunca me ha gustado la autosatisfacción, así que eso no es una opción para mí, pero luego, de repente me di cuenta de que esa posibilidad se encontraba aquí en mi casa: ahora les cuento.

A principios del año conocí a Brenda Lineth junto a su madre, pues estaban interesadas en rentar un apartamento amueblado de mi propiedad que está cerca de una universidad local. Estábamos a punto de firmar el contrato, cuando les hacía el descubrimiento que el laboratorio donde Lineth debería hacer su internado estaba en otra ciudad a unas 15 millas de distancia. La madre de Lineth me preguntó si tenía otra propiedad cerca y mi respuesta fue positiva, pues este laboratorio médico está cerca de mi casa. En mi propiedad tengo una casa de huéspedes de dos recámaras y al igual está completamente amueblada y, aunque nunca la he rentado en ningún momento, por Lineth hice la excepción y ahora les diré por qué.

Cuando llegaron a ver el apartamento, esta niña de 24 años llegaba vestida toda de blanco. Unos pantalones sueltos de una tela transparente y donde no importaba el nivel de luz, se le podía ver el diminuto bikini que llevaba puesto. Lo mismo de su blusa blanca, literalmente se podía ver su esbelta y agraciada figura y aunque de pechonalidad no fue tan premiada por la naturaleza, su trasero compensa eso y mucho más.

Aunque los pantalones eran sueltos, se podían observar unos glúteos redondos, sólidos y yo le podría agregar una pelvis de curvas perfectamente sensuales. Su rostro es el de un ángel y le agregaría: Un ángel académico. Llevaba lentes claros que le dan ese aire de intelectual y en verdad lo es: Ha venido a estudiar un semestre a una universidad prestigiosa y le han dado la oportunidad de hacer una pasantía en unos de los laboratorios más reconocidos en el mundo. Les aseguro que no es por su carita bonita, pues que si es linda. Cabello ondulado castaño hasta llegar a mediados de su espalda, nariz diminuta y puntiaguda, cejas simétricamente depiladas, labios gruesos con un color rojo intenso y unos ojos divinamente azules.

No lo pensé mucho y le ofrecí la casa de huéspedes y quedaron encantadas cuando la vieron, pues la vista de la casa y desde la casa, es una vista panorámica, aunque en ese tiempo era época de frío, los árboles sin hojas permiten tener una vista majestuosa del río que pasa detrás de mi casa. Sé que son gente de buenos recursos y la madre me hizo una transacción con el pago de cuatro meses y el depósito para cerrar el trato. De hecho, ella hizo la transacción en euros y cuando se lo hice saber, ella ni se inmuto y solo me dijo lo siguiente:

—Que le quede de propina y solo échele un ojo a mi hija y por cualquier emergencia llámeme a este número. —Pensé que ella acompañaría a su hija, pero días después ella partía a Noruega, donde residen.

Ayudé a Lineth a su mudanza desde su hotel, cosa que nunca hago con ninguno de mis inquilinos y también la llevé a buscar un auto de renta, en el cual le pidieron un deposito descomunal pues es menor de 25, pero como dije, esta familia debe ser acaudalada, pues presentó una tarjeta de crédito y en unos minutos salía con un todo terreno de lujo, que no deja de costar unos $600.00 o más dólares mensuales.

Las primeras pláticas fueron como las de dos desconocidos y una vez obtuvo el auto dejó de prescindir de mi ayuda. En esos primeros dos meses de enero y febrero poco la vi. Esos dos meses no fueron de los más fríos que hayamos tenido, hubo muchos días soleados y las pocas veces que la vi, vestía ropa liviana, como si fuera verano y siempre, la mayoría veces de blanco. Me dio su teléfono celular y para finales de febrero me invitó a cenar y tuvimos una buena conversación trivial, en la cual hablamos de su experiencia en esta ciudad y sus estudios. Sentí que era una cena como agradecimiento, pues ella definitivamente se mira una chica muy centrada y dedicada a sus estudios.

Al igual que la primera vez, cuando me invitó a cenar vestía pantalones de licra, bien ajustados y no sé si vestía ropa interior, pues no se le miraba ningún relieve que así lo indicara. Definitivamente Lineth es linda y sensual y solamente fantaseé al mirarla de cómo se miraría completamente desnuda y cómo gemiría al estarle haciendo el amor. Obviamente ni tan siquiera le lancé una insinuación, pues tengo como regla no involucrarme con ninguna persona que trabaje directamente conmigo o que sea mi inquilina, aunque con Lineth no miraba ningún problema de pago, pues su madre había pagado todo el alquiler por los cuatro meses de su estadía.

Como dije al principio, esto de la cuarentena me estaba realmente afectando. Me la pasaba fantaseando con las chicas que ya me había llevado a la cama y que ahora estaban indispuestas por la razón que ya les di. Me puse a ver algo de pornografía, pero eso tampoco va conmigo: No es lo mismo uno estar en la acción que simplemente ver como otros cogen y eso me ha parecido patético. Y la verdad las posibilidades con Lineth me parecían nulas, pues poca era la comunicación, no me había mostrado absolutamente nada, parecía perdida en su mundo académico.

Todo cambió hace tres semanas cuando pasaron la orden de mantenernos en casa. La primera semana de aislamiento me llamó un tanto alarmada diciéndome que no se sentía bien, que le lloraban muchos los ojos, que tenía congestionada las vías respiratorias y que no había podido dormir por tanto toser. Le dije que a lo mejor le estaba afectando el polen, pues aquí sí cae mucho en la primavera, pero que le dejaría unas píldoras cerca de su puerta y que me hiciera saber si le habían causado algún efecto.

El siguiente día me hizo saber que había dormido mejor, que las molestias habían desaparecido y que si, todo parecía ser un episodio de alergia, típicas de esta época por esta zona del país. Esos días le fui a dejar desayuno y cena, pues ordené doble porciones del restaurante de mi hermana, quienes todavía laboraban parcialmente.

Al tercer día me dijo que estaba reestablecida y haciendo plática de una manera u otra quedamos que miraríamos algunas películas al atardecer, pues quería salir de la rutina de su primera semana de cuarentena. De esa manera nos hicimos a la rutina de escuchar música, ver algunas series, rentar películas y hace poco le agregamos caminata a las orillas del río, pues siempre está desolado, rodeado de terrenos privados. Fue de esta manera que surge la siguiente plática:

—Tony… ¿usted no tiene novia?

—No. —Le he contestado.

—¿No le aburre vivir solo en una casa tan grande como esta? Me habla de su hermana, pero nunca la he visto en ningún momento.

—La verdad que tengo muchos amigos y no los has visto por aquí, más que todo por la época y las circunstancias de hoy.

—¿Pero tiene alguna amiguita que le de cariño y lo apapache?

—¡No en el momento! —Le he contestado.— ¿Y tú… tienes novio?

—¡Es complicado! La verdad que creo que no.

—¡Estamos en la misma condición! —Le he dicho y ella sonríe.

Platicamos de esa manera cosas triviales relacionadas al tema, pero sin llegar a ser tan invasivas. Yo intuyo que ella quiere abrirse más al tema, pero no encuentra la avenida y entonces de una forma hipotética le hago la pregunta:

—¿Cómo es el hombre perfecto para Lineth?

—¡Uh…! ¡No sé! No creo en las perfecciones… pienso en una persona simple, pero la verdad que no tengo tiempo en el momento.

—¿No tienes tiempo para el amor o para el sexo?

—¡Uh…! ¡Esto sí que se tornó caliente! Creo que no tengo tiempo para el amor.

—¿Y para el sexo?

—Sr. Zena, está provocando que me sonroja. Nunca he hablado de estas cosas con nadie y mucho menos con una persona mayor de respeto como usted.

—¿Si te incomoda, podemos cortar aquí la plática?

—No… para nada. Es que poco he hablado con usted, apenas lo conozco para abrirme de esta manera.

—Piensa que dentro de un par de meses ya no me verás, todo quedará atrás y esta plática quizá ni la recordarás. Y lo que respecta a mí, soy todo un caballero… lo que se me confía, queda solo conmigo.

—¿Le puedo hacer una pregunta y espero no le moleste?

—Pregunta, no creo que nada que venga de ti me moleste.

—Recuerde que se lo advertí: Usted es un hombre muy guapo y cualquiera podría decir sin conocerle a fondo que usted es un picaflor: ¿Ha tenido muchas mujeres verdad?

—¿Picaflor yo? —y le sonrío y continúo. No te niego que he tenido algo de suerte, pero soy muy reservado… hay que tener mucho cuidado hoy en día.

Este día que platicábamos Lineth vestía un pantalón corto y una blusa blancos con estampados de figuras geométricas de colores pasteles. Sus piernas lucen sedosas y muy bien torneadas. Se nota que hace ejercicio, pues sus brazos, aunque delgados se nota la fibra de sus músculos femeninos. Mi estimado es que ha de pesar unas 120 lb. No es muy alta pero tampoco luce pequeña, y como dije al principio, tiene una linda cara y un hermoso trasero que a cualquiera hace fantasear. Sabía que estaba en la avenida correcta y para intensificar la plática y romper el hielo debería de arriesgar, pues bien, ella pararía la conversación o la haría más intensa. Yo proseguí agregando:

—No me considero un picaflor o mujeriego, pero si he compartido momentos inolvidables con algunas lindas chicas.

—¡Uf…! Eso me suena a como que la temperatura se elevó. —y sonríe.

Por esos días comenzamos a compartir más juntos. Comenzó a desayunar y a cenar conmigo, y pude observar mucha más confianza, nos dábamos besos en la mejía, abrazos, nos tocábamos de una manera inadvertida y algo sugestiva. Ella se me acercaba más y me ponía las manos en las rodillas y el momento llegó hace tres días. Este domingo pasado terminábamos de cenar y nos habíamos tomado dos copas de vino y Lineth inició una conversación que totalmente cambiaria nuestra relación:

—Sabes Tony, ¿tú te casarías con una chica como yo?

—¿A qué te refieres?

—¡A eso! ¡Una chica como yo!

—Lineth, eres una chica muy linda y además de ser muy inteligente… ¿Quién no quería casarse o estar junto a ti?

—¿De veras… te gusta estar conmigo?

—¿Lo dudas? ¿Acaso no se me nota?

—Sabes… eres un hombre muy guapo y cariñoso y por el momento me sigo preguntando el por qué vives solo. ¡Es fácil enamorarse de ti! —Y me sonríe.

—¡Mira… gracias por el cumplido!

—No… para nada. Tú sabes que atraes a las mujeres… tienes un no sé qué, pero tienes un imán para con las mujeres. Nunca nadie me había hecho sentir así, sin ni siquiera decirme nada o tocarme…eres muy malo. —Me decía sonriendo.

—Tú me encantas también, pero por tu edad nunca imaginé que te pudiese atraer, siempre pienso que debe ser un enorme obstáculo.

—Eres un hombre maduro y con todo y tu cabello blanco, tienes un rostro atractivo y un cuerpo que se nota lo cuidas, pero además de todo eso, me gusta tu voz y los gestos que haces. ¡Eres muy jovial y varonil!

Nunca nadie antes me había llenado de tantos cumplidos y estos llegaron de la chica que menos esperaba. Realmente parecía alejada y tímida y me pasó por la mente que eso es lo que causa el encierro de esta cuarentena… quizá estaba desesperada. De mi parte, tenía ya casi un mes de no estar con nadie y la verdad como deseaba llevarme a la cama a esta linda chica, pero ella me volvió a sorprender con su pregunta:

—Tony, ¿me regalas un beso?

Me le acerqué y la tomé entre mis brazos y le besé la boca por sobre los labios. Ella continuó con un beso más profundo y con su lengua me invadió la boca. Nos seguimos besando por unos minutos y esta linda chica gemía y temblaba cuando le llegaba a besar y literalmente lamer el cuello. Nos fuimos para el sofá y nos acomodamos y Lineth quedaba sobre mí. Ella vestía una falda blanca y yo tenía uno de esos pantalones deportivos de esos que se hacen fácil remover. Me seguía besando mientras trabajaba en removerle el sostén. Buscaba el broche por detrás y ella me ha dicho que se desabrocha de enfrente.

Ella me asiste, pues no encontraba la forma de hacerlo. Me he acomodado y me he bajado el pantalón deportivo, lo suficiente para que Lineth sienta mi paquete chocando con su conchita. Siento su sexo caliente y ella lleva un bikini y lo único que detiene la penetración completa, es la tela de su prenda interior y la mía. Aun así, mi paquete le ha hecho un hueco en la conchita y Lineth fricciona su conchita mientras yo le mamo sus dos pequeñas chiches y mis manos se dan gusto manoseando su rico y espectacular trasero.

Esto solamente me sucedía con las chicas cuando cogíamos en los años de preparatoria, y es que Lineth tuvo un intenso orgasmo con solo friccionar su conchita contra mi paquete. Movía su pelvis en un vaivén desesperado y me pidió que le soltara los pezones. En esos momentos me he llenado mis dedos con sus jugos vaginales y le he masajeado su ano, intensificándole la sensación del orgasmo. No dice una palabra y solo se mantiene en recobrar la compostura, pues su respirar es intenso.

La pongo ahora en el sofá y le he removido su bikini blanco empapado de sus jugos vaginales y me acerco a su sexo y comienzo a llenarlo de besos y saborear su clítoris y mi lengua lame sus dos labios y huelo y saboreo su conchita. La tiene completamente depilada, ningún vello se le puede notar. Veo sus aros en su ombligo y descubro también un aro color oro en los labios de su conchita. La he chupado al no mas no querer mientras mis manos masajean sus sos pequeños pechos y aprieto sus dos erectos y puntiagudos pezones. No tarda mucho para encontrarse con otro orgasmo y esta vez me los anuncia gimiendo y acelerando su movimiento de su pelvis en un vaivén frenético y explota diciéndome: “¡Dios míos! Tony, me estoy corriendo de nuevo”.

He visto como se tensa por la rica sensación que vive. Jadea y es ella ahora la que se toma los pechos mientras su friccionar de su concha con mi boca va bajando de ritmo. Mi rostro esta empapado de sus ricos jugos vaginales: me gusta su sabor, me gusta su olor… los disfruto y disfruto ver a esta niña como ha vivido ya dos orgasmos conmigo. Este segundo parecía ser mucho más intenso. Su respiración profusa parece que llega algo a la normalidad y me mira con esa sonrisa inocente que ahora no lleva lentes y me dice:

—¡Que rico me has hecho acabar Tony! Se me nota que estaba muy tensa… ¿verdad? Ven, ahora es mi turno de comerme eso que he estado deseando.

Apenas tuve tiempo de limpiarme sus jugos en mi rostro con mi camisa y Lineth se queda sentada en el sofá y me mira el paquete que se mantiene sujete por mi calzoncillo azul claro estilo bikini y semitransparente. Obviamente mis secreciones pre seminales lo empapaban y cuando lo libero de mi prenda íntima, este quedo completamente erecto ante el rostro de Lineth y tomándolo con sus dos pequeñas manos me miro con un gesto de asombro o admiración diciendo:

—¡Tienes una hermosa verga! ¡Que rico se mira este postre! Me volveré loca comiéndomelo.

Medio me la pajeo causándome una rica sensación y vi como se la llevaba a su boca dándole pequeños besos al glande y paso contemplándolo, mientras sus manos jugaban con mis testículos y ella solamente chupaba alrededor de la punta de mi verga. Después de unos cuantos minutos intento penetrarla en su boca lo más que pudo, pero por su boca pequeña apenas le cupo la mitad de esta y no quise forzarla a que se la tragara toda, pues eso es de chicas con experiencia y Lineth por su forma de dar sexo oral, me di cuenta de que era de las chicas finas y delicadas y, aunque lo intento algunas veces, se atorzonaba al intentar hacerlo.

Disfrutaba de su rica y delicada mamada… me gustaba verla como se tragaba la mitad de mi verga y era divino ver esos ojos azules disfrutar con los deseos de la carne. Pasarían unos diez o quince minutos y para este tiempo yo yacía acostado en el sofá y Lineth se mantenía hincada mamando gozosamente mi verga. Finalmente me preguntó:

—¿No te puedes venir?

—¡Lo estoy disfrutando cariño! Y no sé si me podía venir adentro de tu boca… no quiero incomodarte.

—¡Hazlo cuando quieras! ¡Quiero sacarte cada gota de placer de esos hermosos huevos que tienes! ¡Dámelo! ¿Quieres?

La verdad que lo estaba gozando al máximo… realmente ni me lo imaginaba que esta chica quisiese coger conmigo, pero ahí estaba dándome una delicada felación y ahora tenía el permiso de eyacular en su boca. La puse en una posición donde ella seguía mamando mientras yo manoseaba su rico trasero. Con los mismos jugos de su vagina comencé a dilatar el rico ojete de esta chica, a lo cual ella accedió sin ninguna objeción. Logre dilatarle el ojete con mi pulgar mientras ella seguía mamándome la verga y llegó de repente la explosión. Literalmente le rebalse la boca con todo mi esperma… no pudo retenerlo y su rostro se transfiguro: lo tenía totalmente embarrado de mi esperma.

Tenía 28 días de no cogerme a una chica y era por eso la abundancia de mi esperma. Lineth estaba admirada de la tremenda corrida y eyaculación, y la verdad que yo también lo estaba. Solamente recordaba las primeras corridas cuando uno es joven y produce estas cantidades para asegurar la trascendencia de los genes. Lineth a la vez se dio cuenta que no había estado activo o no era activo como ella lo imaginaba y ella misma me decía que nunca había visto tanta esperma en una corrida. Me dijo que sabía a sabor a naranja, que era la primera vez que encontraba ese sabor en el esperma.

Para todo esto habían pasado unos 45 minutos en esta faena de sexo oral y la invite a Lineth a pasar a mi habitación donde nos dimos un baño juntos y compartimos un whisky doble mientras nos relajábamos en el yacusi con agua caliente. Por mi edad y por las chicas con las que tengo sexo no me ocupo de tener condones conmigo, pero esto si le preocupaba a Lineth, pues de ella vino la conversación al respecto:

—¿Tienes protección?

—¿Te refieres a condones?

—Sí ¡tengo miedo quedar embarazada!

—Realmente no soy muy activo sexualmente a como tú lo imaginabas y no estaba preparado para tener sexo con nadie.

—Realmente me encantaría sentirle adentro de mí… pero me da temor sin protección.

—¿Cuándo te viene tu periodo menstrual?

—De tres a cinco días…

—Las posibilidades que quedes embarazada son mínimas y más si me retiro antes de eyacular.

—Me da miedo, pero realmente quiero sentir esa hermosa verga que tienes muy adentro de mí.

Me dijo la última oración dándome unos besos a mis pectorales mientras estábamos en el yacusi. Para una persona sobre los cincuentas cuesta un poco recuperarse de tremenda eyaculación, pero solo me tomo el tiempo de baño y en total unos 30 minutos para que Lineth comenzara a sentirla nuevamente erecta. Me la estuvo masajeando con su manos y se la ponía entre sus pequeños pechos… creo que gozaba con sentir mi verga rozando su piel y de repente me la comenzó a mamar de nuevo. Fue un sexo oral delicado donde de vez en cuando Lineth hacia presión con su boca a mi falo.

No sé cuántas veces me dijo que le parecía mi verga las más divina que había visto… claro, cada uno dice estas cosas cuando en el momento se está disfrutando y deja quizá de ser divina hasta que aparezca otra. En fin, Lineth tiene una pequeña vulva muy bien depilada, de labios medianos y donde esconde ese aro que hale con delicadeza. Su clítoris es pequeño y definitivamente su concha es el estilo de conchita que verdaderamente me gusta. Puedo ver en sus glúteos la marca más clara que le dejan sus prendas íntimas que viste.

Me ha comenzado a pajear la verga mientras me mama los testículos con su accionar delicado. Estoy que no me aguanto por penetrarla, pero quiero seguir chupando su concha y ver si me deja que le deje ir mi lengua a su ojete. Siempre he creído, que, si lo permite, me dejara a que le penetre el culo.

En el yacusi la puse con las piernas abiertas mientras esta vez era yo quien me sumergía parcialmente a la pileta. Comencé nuevamente con esa exploración de mi lengua al entorno de su concha. Poco a poco le mordisqueaba los labios y le frotaba el clítoris con la punta de mi lengua. Lineth goza plenamente del sexo oral y eleva sus lindas y torneadas piernas para que tenga todo el acceso posible a ella. Esto me permite a llegar a la zona de su perineo y lentamente he llegado a su ojete de color rosa. Veo como lo contrae, pues Lineth acierta que estoy a punto de lamerlo… lo amenazo y ella vuelve a contraerlo. Finalmente le lamo su rico orificio del culo y a ella se le escapa un profundo gemido y me dice:

—Tony, eres malo, muy malo… a cualquier chica vuelves loca de la forma que le haces el amor.

Pase lamiéndole el culo por unos 20 minutos y su concha se derretía con espesos jugos vaginales y fue que le aplique un poco de presión con mis dedos a su clítoris y comenzó a advertirme que estaba a segundos de ver la luz del paraíso de nuevo. Comenzó con su vaivén de sus sensuales caderas y fue cuando me fui por sobre de ella y le he penetrado su reducida conchita con cada centímetro de mi erecta verga. Comenzaba con una embestida cuando sentí la contracción de su vagina y su cuerpo se erizo completamente y solo gimió diciendo:

—¡Dios mío! ¡Que rico coges Tony!

Su jadeo era escandaloso y se elevaba cuando le embestí con mi verga en un taladreo de unos cinco minutos. Quedo exhausta y realmente me gustaba ver ese rostro de la satisfacción, del relajamiento completo. Ella me pidió mamármela para que yo me viniera, pues creo tenía miedo de que yo eyaculara dentro de ella. Para calmar su preocupación, dejo que me haga otra felación y lo hizo con mi verga llena de sus jugos vaginales.

Esta vez Lineth lo hace con más confianza y veo también que toma un ritmo más acelerado. Le pido que nos sequemos y la pongo sobre la cama. Me pongo por sobre ella con la plena intención de hacer un 69. Ella sigue mamándome la verga con la misma intensidad anterior, pero ahora ella le agrega un masaje a mis testículos. Yo hundo lo más que puedo mi lengua en su concha y me concentro a hacerle círculos a su inflamado clítoris. Mueve su pelvis nuevamente y Lineth ha intentado introducirme el dedo en mi ano, el cual mi incomoda por sus largas unas. Hace una pausa y ahora me masajea el ojete con la yema de uno de sus dedos, mientras me sigue mamando la verga en posición del 69. Este masaje a mi ano y su intensa mamada a mi verga me producen otro espectacular orgasmo. La eyaculación es abundante, pero no tan exagerada como la primera. Después de 28 días sin sexo gracias al coronavirus, estas dos corridas me parecieron divinas.

Después de dos corridas y creo que Lineth llevaba tres, debió de ser lo suficiente para tener mucha más confianza en el plano sexual. Lineth me comienza a hacer una plática bastante erótica, con preguntas más directas. Me gusta ese acento profundamente británico que tiene… creo que eso lo hacía todavía más sensual escucharla. Hablamos de muchas cosas triviales en un receso de quizá una hora para volver al teatro sexual. Nos habíamos bañado juntos de nuevo y siempre me lleno de cumplidos y dándole adjetivos exagerados a mi polla.

Me dijo que definitivamente lucia hermosa, no solo por su tamaño en lo largo, sino también por su grosor. Como dije, Lineth se volvió más directa y en esa plática me dijo que ella quería saborear mi culo, así como yo lo había hecho con ella. Es ahí donde negociamos la posibilidad de hacer el sexo anal.

Me dijo que nunca lo había experimentado y que había sido la primera vez que alguien le había comido el culo de la forma que yo lo hice. No sé si fue por hacerme sentir bien, también me dijo que los últimos tres orgasmos habían sido los más ricos de su vida. Ella se miraba satisfecha, curiosa, con ganas de experimentar algo nuevo y aquello que comenzó hacerme, me dijo que era algo nuevo… quería comerme el culo.

Al principio me puso sobre mi estómago y ella se vino por sobre mí y se fue bajando con besos por sobre mi espalda. Me dio algunos cumplidos por mis glúteos, los cuales besó por largos minutos. Se fue por el canal de mis nalgas hasta llegar a mi ojete y pude sentir su lengua húmeda y su respiración aligerada. Creo que le excitaba mucho experimentar aquello… se tomó el tiempo disfrutándolo y a mí me hizo disfrutar ricamente también.

¡Que rico es sentir la lengua de una chica tan linda, lamiéndote el culo! Me puso sobre mis espaldas y me hizo que elevara las piernas y siguió con más de lo mismo mientras ahora también me pajeaba la verga. Solo porque ya era tercera escena no me hizo acabar prematuramente y porque después de los 50 años, uno tiene más control y se le hace quizá a uno más difícil encontrar las avenidas del paraíso. Me contuve… quería yo ahora comerme otra vez ese culo y ver si me lo entregaría.

Al igual que ella, yo la puse por sobre su estómago y le llené de besos la espalda. He deslizado mi lengua como si fuese un tobogán por todo el canal de sus nalgas hasta llegar a su ojete. Es divino ver como su piel se eriza y escuchar sus gemidos de placer. Solo escucho que dice:

—¡Por Dios Tony, me vuelves loca! —Aquello es repetitivo y paso unos 20 minutos comiendo y chupándole el culo… hago como que la punta de mi lengua le penetre, así como un taladreo incesante. Ella gime de placer y me dice:— ¡Eres malo… quieres volverme loca de placer! —Y ella agrega después de un jadeo desesperante, que creo ya no sabe qué hacer ni decir:— ¿Te gusta mi culo Tony… te lo quieres follar?

Aquello fue como una canción a mis oídos y antes de narrarles lo que aconteció en esos segundos, déjenme decirles que Lineth tiene un trasero espectacular. Todos decimos que el último fue el mejor culo que hemos cogido, pero la verdad Lineth tiene un culo casi perfecto. Quizá unos 94 centímetros y su cintura de unos 56. Pueden ya imaginarse esas curvas de tez clara y de solidas líneas, pues realmente los glúteos de Lineth están con una firmeza que se nota que tiene una buena rutina en el gimnasio. Su piel es tersa y con la luz de las seis de la tarde entrando por la ventana, se le podían observar esos micro vellos amarillentos en sus nalgas y espalda. Y teniendo este monumento ante mí, solo para mí, le pedí que su pusiera en cuatro o de perrito y de esa manera seguí comiéndole el culo. Pude observar como su conchita se derretía… esta niña estaba sufriendo de ansias de ser penetrada, pues toda las sabanas tenían la mancha espesa de sus jugos vaginales.

Fue cuando supo que estaba a punto de follarme su culo. En esa posición de perrito e untado de saliva mi erecta verga, la cual esta punzante y con mucho líquido pre seminal. Ella me advierte que vaya despacio, pues esta es su primera vez haciendo sexo anal, de hecho, en forma de broma me dice que este día realmente la he desvirgado de todo, pues nunca imaginó que tal verga tan gruesa, pudiese haberse hecho paso en su conchita. Este paso lo tomo con mucho cuidado, pues realmente el ojete de Lineth se siente bien apretado y aunque se lo he dilatado con mi dedo pulgar, sé que mi polla es mucho más gruesa que mi dedo.

En los primeros dos minutos su ojete rechaza mi verga, pero poco a poco lo va reteniendo y Lineth solo gime quizá del dolor. Le he preguntado si abortamos la acción y ella me dice que continúe con mucho cuidado. Pone los músculos de su ano tan tensos que es difícil que mi glande la penetre. Le pido que se relaje, que no se tense y es de esta manera que poco a poco mi glande desaparece en su pequeño orificio. Siento como el anillo de su ojete aprieta la punta de mi verga y lo mantengo así sin movimiento alguno para que esta chica asimile su grosor. Le he preguntado si la lastimo o si le he provocado mucho dolor.

Ella me ha contestado que es un placer extraño… incomodo, pero placentero. Me ha dicho que quiere seguir sintiéndolo. Mi verga quizá mida unos 20 a 22 centímetros y quizá he hundido unos 12 o 15 centímetros dentro de este rico culo. Ella no se mueve mucho y yo tampoco lo intento. En esa posición de perrito he llegado a su conchita con mis dedos y puedo sentir que esto le ha excitado mucho… su concha está sumamente empapada que hasta gotean sus jugos vaginales. En esa posición, le masajeo su clítoris… ella solo gime diciéndome:

—¡Dios mío! ¡Que rico coges Tony! ¡Me vas hacer acabar así de nuevo!

Solamente me limité a masturbarle su clítoris donde del masaje pasé a un golpeteo frenético en su conchita. Miraba como sus poros de su piel se erizaban, sentía como su ojete se contraía que casi expulsa mi verga. Le aplico presión de nuevo y mi verga se hunde casi del todo… ella solo gime y solo me dice:

—¡Que hermosa y rica verga tienes! ¡Que rico coges carajo!

Ella intenta chocar con mi verga y eventualmente se produce un vaivén semi lento donde esporádicamente siento que choca impetuosa contra mi verga. Ahora mi verga está completamente adentro del culo de esta preciosidad. Se la he sacado momentáneamente para ver cómo le queda de abierto el culo… es espectacular la vista. Veo su ano rojizo y abierto y se lo vuelvo a meter y se lo taladro con potencia, pero con un vaivén semi lento. Sube su pierna derecha al borde de la cama y eso me da acceso a llegar de nuevo a su concha con mis dedos. Se la sacudo frenéticamente llegando hasta su clítoris y lo repito y lo repito, hasta que siento como su ojete me aprieta con impresionante presión la verga y cae de bruces en contra de la cama. Yo me voy en contra de ella y aunque no puedo pompearla como quisiera, le sigo moviendo mi pelvis y comienza a gemir y a gritar:

—¡No pares… no pares! Rómpeme el culo cariño… ¡Que rico me has hecho acabar!

Sus gemidos y sus palabras me excitaron tanto que en esos mismo segundos le dejé ir mi tercera descarga y última de este día. Hizo que se me debilitaran las piernas en esa posición, y esta es una sensación que muy pocas veces he tenido y la cual es sumamente relajante. Ella ha sentido el calor de mi descarga en su intestino y me ha dicho:

—¡Qué rica cogida Tony, de lo que me he estado perdiendo!

La verdad para mí fue una faena súper rica, pues después de pasar 28 días sin sexo, parecía que todos los sentidos se agudizaron haciéndome sentir más intensa esta experiencia. Pude ver como mi esperma salía del culo de esta linda niña y como si lo fuera, una niña, le he limpiado el culo con algunas toallas húmedas. Le había friccionado fuerte el ojete, que este sangró levemente, pero no se lo hice saber a Lineth para no alarmarla. De nuevo nos fuimos al baño, cambiamos las colchas y sabanas y después de un whisky y una plática hablando de esta misma experiencia con Lineth, nos hemos quedado dormidos y despertamos a las dos de la mañana a tener más sexo. Me cogí a Lineth vaginalmente a esa hora y donde le provoqué otros dos orgasmos y ella me permitió que le volviera a perforar el culo nuevamente en posición de cucharita, o de lado, y le he vuelto a sacar otro orgasmo, mientras le volvía a masturbar su conchita. Nos volvimos a bañar juntos y despertamos hasta las 11 de la mañana del lunes. Verdaderamente una rica cogida… grandiosa cogida.

Es jueves y no hemos tenido un día sin tener sexo, aunque ahora ya conseguimos unos condones para la paz emocional de Lineth. Definitivamente no me lo esperaba, nunca me dio una insinuación hasta ese domingo que me pidió un beso y yo se lo he dado, y Lineth me dio todo, literalmente me lo dio todo. Ahora estoy agotado y ella igual, la cuarentena parece que será una inolvidable y una que me exigirá poner mis años de experiencia para poder complacer y llenar las expectativas de esta chica de nombre Lineth y quien tiene la energía de esos 24 años. Solo imaginen ese jadeo, y su acento británico diciendo:

—¡Oh my God Tony… I’m coming again!

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