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Las cosas no son lo que parecen. Los hechos se suceden de una forma que muchas veces no podemos controlar. A Amaia y Aitor les ocurrió, pero lo que ya de por sí hubiera sido una sorpresa se convirtió en una placentera tarde de sábado y encima acabó como un cuarteto.

Amaia y Aitor se conocían de vista de toda la vida desde que eran adolescentes. Con el paso de los años además coincidieron en una asociación en sus ratos libres. Ahora, en la época de Internet y las Redes Sociales Amaia pidió amistad a Aitor en una red social. Aitor se sorprendió, pero viendo la cantidad de amistades que tenía ella y que en muchos coincidían pues no le dio mayor importancia.

Al de un par de días él la saludó. Luego fueron intercambiando frases o reacciones a los distintos posts que ponía cada uno hasta que un día que ella colgó una foto él la piropeó como le quedaban unos pantalones. Se le pegaban a la silueta sobre todo de medio muslo hacia abajo y se quedaba muy sexy. Aitor no lo dijo, pero se había excitado. Fue educado e hizo un piropo más suave y educado. Ella respondió y sin querer la conversación subió de tono.

Ninguno de los dos tenía miedo de que el otro se escandalizara o pensara mal. Al final Amaia le tentó con verse, pero no para charlar sino para follar. Aitor aprovechó que en el sexo tenían gustos comunes y le propuso un juego. Ella con el calentón aceptó, pero luego, aunque pensó que quizás no era buena idea hacerlo así de improviso, su coño le ordenó que era una idea magnifica.

Ella a las 15 del sábado debía poner la llave de la puerta debajo del felpudo. Entrar en casa y ponerse tumbada contra la mesa de la cocina comedor. Deberás ir vestida con los pantalones de la foto. Arriba una camisa que no te importe que la rompa la dijo.

Y llegó el sábado. Ella estaba muy nerviosa. Comió pronto y luego una hora antes de la hora convenida se duchó y depiló la zona púbica salvo un pequeño mechón de vello en la zona púbica como le gustaba a él. Llegó la hora convenida y salió a dejar la llave bajo el felpudo. Aitor estaba escondido viendo la escena. La dio un par de minutos tras ella cerrar la puerta. Él, sigilosamente entró. Caminó con cuidado hacia la zona donde estaba la cocina comedora, pero al pasar al lado del baño que estaba muy cerca entró a orinar. Hizo ruido a propósito. Ella oyó como orinaba y eso la excitó más. Luego Él llegó a la puerta de la cocina comedor y la vio inclinada, con el torso contra la mesa y con los ojos tapados. Con las manos ella se sujetaba en la parte delantera de la mesa.

Él no dijo nada. Se recreó en desnudarse. Primero los zapatos y calcetines. Luego los pantalones. La camisa y luego el bóxer. Ahora estaba completamente desnudo. La escena le excitaba y ya tenía la polla muy dura. No era muy larga pero sí algo gruesa. Aitor se aproximó a ella y se inclinó sobre la mujer. Los dos en la cuarentena, pero se comportaban como adolescentes. Abrió la camisa de golpe y rompió el botón del pantalón y lo bajó justo hasta la parte baja de las nalgas. Cogió el cuchillo que le había hecho que ella dejara sobre la mesa, frío. Tenía que haberlo tenido en el congelador metido en agua varios días. El agua se había congelado en torno a él y formaba un largo cubito. Cogió del pelo a la mujer y la levantó y con el hielo recorrió sus pezones que se escapaban por la apertura de la blusa.

Cuando el hielo se derritió bajo el calor del cuerpo de ella con el cuchillo cortó las braguitas y cogiéndola de las caderas y sin miramientos la penetró de una sola vez, una estocada profunda y seca. Se quedó quieto. Ella solo pudo emitir un quejido. No pudo resistir el grito, aunque se había conjurado para no hacerlo.

Pero en cuanto comenzó a follarla los quejidos se transformaron en placer. Nunca había follado con él. Se había separado hacia un par de años y aunque había follado varias veces desde entonces Aitor la estaba haciendo disfrutar mucho. No sabía si por la situación o por qué, pero era tremendamente placentero. Aitor que también la había hecho traer lubricante. Vertió una buena cantidad en el ano de la chica y luego en su polla. Cuando ella fue consciente donde se la iba a meter le pidió que tuviera cuidado y él lo tuvo, pero los dos primeros centímetros luego la empalaron de un golpe.

Comenzó a follarla el culo. La daba azotes con la mano abierta. Con esos ruidos no escucharon la puerta. Venían María, una amiga de Amaia que también conocía a Aitor y Carmen que era amiga de la familia de Aitor y tía de María.

-Amaia, estás en casa? -preguntó María,

Tenía llaves de la casa y solía abrir ella. Amaia y ella solían acostarse a veces aparte de ser amigas, pero eso era algo que mantenían en secreto. María pidió a Carmen que esperase en la salita. Las dos habían ido a casa de Amaia para disfrutar de la piscina. María solía ir, de vez en cuando, por sorpresa a la piscina. No necesitaba permiso, pero no se acordaba de ello Amaia cuando quedó con Aitor.

Amaia estaba siendo sodomizada cuando María buscándola escuchó ruidos de la cocina y se acercó. Pero cuando llegó cerca se escondió para ver lo que pasaba sin que la vieran. La escena la dejó sin palabras. Aitor se movía adelante y atrás dando por culo a su amiga. Eso le excitó muchísimo y fue donde Carmen a decirla que se pusiera el bañador y las esperase en la piscina. Carmen, sin sospechar nada, se dirigió a la piscina. Extendió la toalla en el suelo y se tumbó.

María dentro se dirigió donde sabía que Amaia tenía sus juguetes y cogió el strapon que solía usar con ella. Con él puesto se dirigió a la cocina. Deslizándose sin hacer ruido se situó detrás de Aitor y cuando éste se inclinó sobre su amiga sodomizándola lo metió un dedo lleno de lubricante en el culo y seguido lo penetró con el strapon.

El chico se vio sorprendido y por la excitación no supo reaccionar. Ella lo estaba penetrando y él a Amaia, la cual preguntó que pasaba. María se lo contó y con la mano la masturbaba. El strapon era doble y llevaba un pequeño vibrador que estimulaba su clítoris.

Carmen estaba tomando el sol e impacientándose por la tardanza de su sobrina y su amiga entró en la casa. Escuchó ruidos provenientes de la cocina y allí fue y se encontró con todo el pastel, pero en lugar de decir nada viendo que elevaban el ritmo se escondió y metió su mano bajo la braguita del bikini. No se masturbaba muchas veces, pero viendo la escena le entraron ganas.

Dentro María se corrió empujando con más fuerza a Aitor el cual lo hizo con Amaia. También la mano de María se movía más abruptamente hasta que Amaia también tuvo su orgasmo. María corrigió su posición extrayendo un par de centímetros la polla de goma y al volver a meterla tocó en algún punto que hizo que Aitor no aguantara y eyaculara llenando el culo de Amaia de semen el cual se deslizó por la polla del hombre y salió cayendo por los muslos de Amaia y directamente al suelo.

Carmen no se había corrido, pero viendo que los otros habían terminado salió de su escondite y dijo.

-¿Que hacéis? -lo dijo intentando mantener la calma porque la excitación le duraba.

-Tía, disfrutar. Yo he encontrado a Aitor follando el culo a Amaia y no me pude contener, de todas formas. Mira, así puedes ver desnudo a Aitor que te parecía que era muy mono. -respondió María.

-Jiji pero que dices, si puedo ser su madre y a mi edad con casi setenta que voy a hacer con él. ¿De todas formas, María que llevas puesto?

-Bueno, te lo voy a confesar. Amaia y yo de vez en cuando follamos. Sobre todo desde que las dos nos hemos separado. Yo sabía dónde tiene guardados los juguetes y viendo la escena pensé que era excitante follarme a Aitor con el juguete y a tu edad es solo sexo te lo puedes follar igual.

Las dos mujeres y el hombre fueron a la ducha y luego a la piscina. Amaia a Carmen y a Aitor que eran la primera vez que venían les dijo que podían ponerse el bañador o hacer topless las chicas o desnudos enteros ya que no les podía ver nadie.

-Pues yo si no os molesta estaré desnudo que no he traído bañador y no me quiero mojar el bóxer.

Se tumbaron, se dieron crema solar. A Carmen se la dio su sobrina María y a Aitor se la dieron entre María y Amaia.

Se bañaron y después del baño Aitor se sentó en una silla del jardín cuando Carmen que pasaba por detrás de él no pudo menos que acariciarle la cabeza y luego poner sus dos manos en sus hombros. Aitor acarició con una mano la mano de Carmen. Mientras en la hierba María llamó la atención de Amaia y señaló a Aitor y Carmen para luego dar un húmedo y tierno beso a su amiga. Carmen comenzó un suave masaje en los hombros de Aitor y tras ello se puso frente a él. Aitor se levantó y la besó. Un tierno y delicado beso en sus labios. Las dos bocas se unieron. El beso se hizo más profundo. Las lenguas entraron en la boca del otro.

Las manos de él soltaron la parte de arriba del bikini de la mujer. Del beso en la boca pasó al cuello donde alternó lametones, besos y mordiscos. Esto encendió a la mujer que dejó hacer al hombre que siguió descendiendo hasta los pechos de la mujer para luego adorar y morder sus pezones. Con la mano hundió dos dedos en el coño de Carmen. Amaia y María se habían acercado y a dúo mamaban la polla de Aitor. María no quería rozar a su tía por su parentesco. Amaia atrajo a María a un lado y le puso de nuevo el strapon y la tiró al agua. Nadaron, haciéndose aguadillas hasta que sentó a la chica con la polla de goma en una de las escaleras de la piscina y se sentó encima ofreciéndola sus pechos antes de caer y ser empalada. Siguieron follando.

Por otro lado, Carmen que había perdido la vergüenza empujó al hombre para que este se sentara en la silla y cuando él se sentó ella puso su pie encima de la polla del chico y lo apretó con delicadeza. É l aprovechó para soltar los lacitos de la braguita del bikini. Ella completamente desnuda, se inclinó sobre el hombre. Desde la piscina, las dos chicas no les quitaban ojo. Carmen fue bajando poco a poco a la vez que sujetaba vertical la polla del hombre y se la metió entera. Aitor sintió una sensación de cálida humedad que lo puso todavía más a mil. La besaba mientras ella botaba y se movía en círculos y delante atrás. Era viuda. Había enviudado hacía bastantes años y era su primer polvo desde entonces.

Se sentía excitadísima. Introducía sus dedos entre el cabello del hombre. Él jugaba con sus pechos a la vez que la sujetaba sus nalgas. Las abría y cerraba. Ella marcaba el ritmo. Estaba tan caliente que no pudo aguantarse y se corrió. Por la excitación y el calentón el orgasmo vino acompañado de un fuerte squirt. El notó el caliente fluido bajar por el tronco de su polla y empapar su pubis. Ella se levantó tras darle un beso muy apasionado. Corrió y se tiró a la piscina. Él fue tras ella y también se tiró a la misma. La persiguió y tras atraparla en el borde la giró haciendo que ella le diera la espalda. Ella se sujetó por las manos en el borde y él se acercó y la penetró analmente. La cogía de los pechos.

Luego de las caderas y con el calentón que tenía tras haber follado con ella en la silla tuvo que parar para no correrse. Se acercaron María y Amaia. Los cuatro estaban a mil y Amaia no se pudo contener y besó a Carmen. Carmen, por convicciones estaba a punto de rechazar a la otra mujer, pero respondió con otro beso más intenso. María besó a Aitor. Amaia con su dedo jugó con el culo de Aitor para luego agacharse detrás de él y comerle el culo al mismo tiempo que lo penetraba con un dedo y masajeaba su próstata. Esto hizo que no se pudiera contener y estallara en un gran orgasmo.

Los cuatro se ducharon en las duchas de la piscina. A partir de ese día quedaban los cuatro, a veces tres, a veces dos de ellos. Algunas veces, solo Carmen y Aitor. Siempre sexo entre ellos.

Este relato es imaginario, pero me encantaría leer vuestras opiniones. Si queréis, podéis escribirme a:

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