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Sexo con mis compañeros de piso
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Hace poco quedé para tomar un café con mi mejor amiga, hacia tanto que no quedábamos que aquel café de media hora se convirtió en una tarde de recuerdos, desde aquel primer día en que nos conocimos en la facultad de periodismo en Madrid, pasando por como alquilamos aquel piso en nuestro segundo año de universitarias y cuando Toni y Luis dos amigos de la facultada de económicas entraron en nuestras vidas, aunque yo tenía un secreto que ella desconocía.

Me presentaré, me llamo Lara y hace diez años llegué a Madrid para estudiar periodismo, fue cuando conocí a la que sería mi mejor amiga Sofía, las dos recién llegadas de Valencia con 20 años y que en nuestro segundo año convencimos a nuestros padres para que nos ayudaran a alquilar un piso, mejor allí que en aquella residencia del colegio mayor, pero aun así necesitábamos a dos compañeras más porque el alquiler aún se nos hacía caro, después de sondear bastante a compañeras y amigas nos decidimos por abrir el abanico y que optaran los chicos también.

Fue entonces cuando entraron en juego dos amigos que conocimos en una de tantas fiestas el primer año y que ahora eran nuestros inseparables amigos, Toni y Luis, eran dos gallegos muy guapos, simpáticos y muy divertidos que estaban también buscando piso para alquilar pero que no encontraban nada acorde a su economía, el día que se lo propusimos y que aceptaron yo ni me imaginaba lo mucho que cambiaría mi vida.

Le conté a Sofía una historia que nadie sabía, algo que llevaba ocultando desde hacía años, cuando recién Licenciadas después de cuarto año de carrera habíamos planeado unas mini vacaciones los cuatro para despedirnos, despedirnos de la casa, despedirnos de momento de aquella ciudad que tan bien nos acogió y cuando ella por un problema familiar se marchó a su casa en Valencia y ya no volvió.

Toni y yo solíamos salir a correr todas las mañanas desde hacía años y esa mañana cuando Sofía se marchó no iba a ser diferente mientras que Luis se había quedado en casa durmiendo, después de una hora corriendo me fui a casa para darme una ducha bien merecida, Toni que era un ligón de tomo y lomo se quedó un poco más en el parque del retiro persiguiendo a otras chicas, a pesar de estar los cuatro durante tres años conviviendo juntos entres nosotros nunca hubo nada, si tuvimos algunos novios nada serios, pero con ellos nunca paso nada de nada.

Cuando llegue, Luis ya se había levantado y estaba tomando un café en el salón mientras ojeaba la prensa en el portátil, era un chico que cuidaba mucho su aspecto y me sorprendió verle solo en bóxer, despeinado y con cara de sueño, Luis y yo nos llevábamos muy bien y se notaba una química especial aunque ninguno de los dos en todo ese tiempo se atrevió acercarse al otro, estaba toda sudorosa y notaba como Luis me miraba de arriba abajo, no sabía que le pasaba pero se le veía muy excitado, no era propio de él.

Le pillaba mirándome los pechos, bajando la mirada a mi sexo, estaba un poco descontrolado y notaba, sabía que si pudiera me arrancaría la ropa allí mismo, entre risas le comente que le pasaba, porque me miraba tanto y su respuesta me dejo de piedra.

-Lara es que hoy estás muy guapa.

-Bueno la verdad que siempre estás guapa.

-Joder es que estás bien buena tía. -Yo no sabía dónde meterme de la vergüenza.

-Pero que te has metido Luis ja, ja, ja, que pusiste en el café ja, ja, ja. -Le contesté riéndome.

La conversación siguió un poco picante y los dos empezamos a reír, me senté junto a él comentando algunas de las noticias hablando de todo un poco pero Luis iba subiendo de tono los comentarios, insinuaciones morbosas y demás, así que me fui riéndome a mi habitación dejándole por imposible mientras buscaba unas braguitas y un sujetador en mi armario y metiéndome en el baño a continuación para ducharme cerrando la puerta tras de mí.

Cuando salí de la ducha con una toalla tapándome el cuerpo y otra en mi cabeza me di cuenta de que la puerta estaba abierta por la mitad, desde donde yo estaba veía a Luis por el espejo y supongo que él a mí, de lo que estaba segura del todo es de haber cerrado la puerta, no me podía creer que Luis me hubiera espiado viéndome como me duchaba, viéndome desnuda pero en vez de enfadarme hizo que me excitara.

Observaba como repasaba mi cuerpo con su mirada, como sus ojos se clavaban en mis piernas he iban subiendo poco a poco intentando ver lo que había debajo de la toalla, le veía tocarse entre las piernas con su mano y me estaba poniendo muy caliente, no podía creer que Luis estuviera haciendo eso pero la verdad que siempre me había gustado y pensé que a este juego podíamos jugar los dos, así que aprovechando que él suponía que no le había visto empecé mi juego.

Me arrimé más a la puerta para que tuviera mejor visión sin hacer uso del espejo, como despistada sin que él llegara a pensar que me había dado cuenta, subí una pierna en un taburete y empecé a echarme crema extendiéndomela con las dos manos despacio, recreándome en cada centímetro de mi cuerpo, subiendo la toalla para podérmela extender bien por el muslo, la toalla subía justo hasta el comienzo de mi cadera insinuando mi sexo pero sin que lo pudiera ver, mis manos se deslizaban suavemente por el interior de mi muslo hasta tocarme la vulva, le miraba de reojo y le notaba muy caliente, su mano derecha habían desaparecido por debajo de su pantalón y la veía moverse.

Baje la pierna y comencé con la otra de la misma manera dándome crema entre mis muslos, rozándome la vulva notaba mis labios humedecerse, mis dedos llegaron a mi clítoris y un pequeño escalofrío atravesó mi sexo, mis ojos se cerraron y mi cabeza se inclinó un poco hacia atrás mientras dejaba salir un pequeño gemido, en esos momentos me di cuenta de que se me estaba yendo de las manos el juego.

Sentía como me seguía mirando, como sus ojos me desnudaban y sus manos me acariciaban, era simplemente una sensación pero me gustaba, empezaba a estar muy excitada, así que decidí seguir con el juego aumentando de nivel, baje mi pierna del taburete y me quite la toalla de la cabeza flexionando mi cuerpo hacia delante lo subí de golpe para mover la melena hacia atrás quedando suelta por mi espalda, en ese momento y sin que lo hubiera planeado la toalla que rodeaba mi cuerpo cayó al suelo quedándome desnuda delante de él, sin pensarlo le mire directamente y nuestras miradas se encontraron, aguantamos nuestras miradas unos segundos hasta que cerré la puerta pero solo un poco.

Me había descubierto y ahora él sabía que me había dado cuenta, estaba nerviosa pero muy excitada, tarde en reaccionar y al fin cogí el bote de crema y me eche un poco en las manos, empecé a extendérmela por el cuerpo acercándome nuevamente a la puerta pero cuando mire Luis no estaba, se había marchado del salón y me lleve un pequeño disgusto, el juego se me había ido de las manos por completo y deseaba que se hubiera acercado a mí y que me hubiera poseído.

Estaba decepcionada así que termine de darme crema, estaba de espaldas a la puerta cuando la sentí que se habría por completo y pode ver a través del espejo a Luis que estaba desnudo detrás de mí, no me gire, permanecí inmóvil, mi respiración se aceleraba y mi corazón parecía salirse de mi pecho, extendí la mano para dejar el bote de crema y sentí como la suya me acariciaba y me cogía el bote, se echó un poco en las manos y empezó a extendérmela por la espalda, por mis hombros, sus manos se posaron en mis senos dándome pequeños masajes circulares, mis pezones resbalaban entre sus dedos, ni una sílaba salió de nosotros, solo se escuchaba el silencio y el roce de sus manos sobre mi cuerpo.

Su cuerpo se unió al mío por detrás sintiendo su pene por encima de mis glúteos, lo sentía muy grande y duro, mi cabeza se apoyó en su hombro dejando escapar un gemido cuando sus manos resbalaron de mis senos a mi vulva acariciando mi clítoris, separando mis labios húmedos y metiendo sus dedos en mi vagina, recogía algo de crema de mi cuerpo y busque su pene acariciarlo suavemente de arriba a bajo, sus manos no paraban de acariciar mi cuerpo y las mías tampoco de acariciar su pene, sus labios buscaron los míos y nos besamos por primera vez, buscando mi lengua, el silencio se rompió con el sonido de nuestros besos y de nuestros jadeos, después de tantos años de espera Luis me besaba.

Me di la vuelta y ahora frente a frente nos miramos un buen rato, Luis me sentó en el lavabo y se metió entre mis piernas, estaba deseando sentirle dentro, aquello que empezó como un pequeño juego se me había ido de las manos y estaba a punto de follar con él, lo deseaba tanto que la espera era insoportable, algún que otro beso pero las miradas no secaron, las miradas de deseo el uno del otro, le abrazaba, rodeaba su cuerpo con mis brazos acariciándole la espalda, entonces note su glande entre mis labios bebiendo de ellos, acercándose a mi vagina y penetrando dentro de mí con cariño, con mucha suavidad.

Mi boca se abrió de repente inhalando una buena bocanada de aire, mis ojos se cerraron al sentir como se deslizaba despacio en mi interior, como mi vagina se expandía, el roce de nuestra piel desnuda en mi interior, su pene se introdujo causándome ese placer reprimido desde hacia tiempo, despacio muy despacio empezó hacerme el amor, acomode mejor mi cuerpo apoyando mi cabeza sobre el espejo y mis manos por detrás de su cuello, el tiempo se paró, segundos, minutos, horas perdí la noción cuando mi amante con sus movimientos cada vez más rápidos, más fuertes, más profundos y nuestros gemidos cada vez más altos y la puerta de entrada de la casa se abrió.

Toni entró y una vez que paso al salón nos encontró allí follando, ninguno de los dos hizo nada por parar, todo lo contrario solté un pequeño grito de placer, él miraba atónito aquella escena, miraba como me tapaba la boca y mis ojos se entornaban del placer, se acercó a nosotros y dejando caer una bolsa que traía se empezó a desnudar sacando su pene y empezando a meneársela delante de nosotros.

Podría parecer una situación incómoda, pero nada más alejado de la realidad, en ese momento empecé a sentir un tremendo orgasmo que me hizo temblar, gemía tan alto que pequeños gritos salían de mí, Luis dejo su pene en mi interior tan profundo como pudo hasta que deje de temblar entonces salió y entro con rapidez varias veces y sacándola rápidamente y empezó a eyacular en mi tripa, me baje del lavabo y me agache para lamérsela cuando todavía seguía expulsando pequeñas gotas de semen.

Toni se acercó a mí sin previo aviso me empezó a besar, sentía como los dos me acariciaban el cuerpo, sus manos sobre mis senos apretando mis glúteos, me cogieron de la mano y llevaron al salón tumbándome en el sofá, Luis lamía mis pechos y Toni metía su lengua en mi vagina, me sentía una mera muñeca en sus manos pero estaba tan excitada que no pensaba, solo quería disfrutar de aquel momento con los dos.

Tome la iniciativa y levantándome empecé a lamer los dos penes a la vez, los metía en mi boca primero uno y luego el otro, Luis la tenía otra vez totalmente empalmada muy gruesa y venosa, me encantaba aquella polla que me acababa de follar, la quería sentir moverse otra vez dentro de mí, de un pequeño empujón le tumbe en el sofá y me senté metiéndola dentro de vagina.

Toni metió su pene en mi boca, lo empecé a lamer, recorría todo su contorno con mi lengua, succionando su glande y metiéndola poco a poco hasta la garganta, mis manos no paraban de movérsela de arriba y abajo al igual que mi cuerpo caía sobre el pene de Luis, Toni estaba tan excitado que empezó a gemir alto a mover su cadera rápidamente hasta que se corrió, seguía laminándosela a pesar que ya había terminado tragándome toda su leche.

Toni se fue al baño dejándonos a los dos solos, que seguíamos disfrutando el uno del otro, Luis me apretaba los pechos con suavidad, mis manos apoyadas en el sofá a ambos lados de su cabeza, medio agachada, mi melena caía sobre los dos tapándonos mientras le daba pequeños besos, lamiendo sus labios, mordiéndolos cuando sentía su pene penetrar muy dentro de mí, Toni había vuelto y llevaba una botellita de aceite del cuerpo, le miraba nerviosa porque sabía lo que quería y pretendía.

-Ven aquí Lara quiero que estés tranquila, sé que te va a gustar y lo vas a disfrutar. -Me dijo Toni.

La verdad que casi ni le escuche porque un nuevo orgasmo hacia que me desplomara sobre el cuerpo sudoroso de Luis, nos estábamos besando apasionadamente cuando sentí sobre mi ano un líquido frío y unos dedos que lo extendían metiéndose dentro de él, Toni metía dos dedos y los sacaba, se ponía de cuchillas en el sofá y su glande jugaba con mi año, Luis había parado de moverse, me miro a los ojos y me susurro si yo quería aquello, dude un poco pero mordiéndome el labio asentí, entonces Luis me beso y volvió a susurrarme, “tranquila te va a gustar, tú bésame y si quieres parar paramos”.

Esas palabras me habían tranquilizado y le empecé a besar, sentía el glande de Toni meterse en mi ano, despacio muy despacio, cada vez más dentro, sacaba el pene y lo volvía a meter, Luis empezó nuevamente a moverse, sentía los dos penes meterse en mi interior, mi ano se había ensanchado bastante y Toni aceleraba las penetraciones así como Luis las suyas, apretaba los músculos de mi vagina haciendo que el roce entre sus penes en mi interior fuera más placentero, tanto para mí como para ellos, los dos empezaron a gritar, la sensación para Toni era igual de placentera y ahora los dos se movían simultáneamente y me estaban volviendo loca, los gritos empezaron a resonar por toda la casa y mis dos amantes empezaron a resoplar y expulsar su semen dentro de mí llenando mi culo y mi vagina, yo no podía más y me corrí por tercera vez.

Nuestros cuerpos se desplomaron uno sobre otro, resbalaban entre el sudor y el aceite que Toni me había echado, empezó a salir su semen de mi interior, resbalando hacia mi vagina con el pene de Luis todavía dentro de mí, Toni se levantó de mi espada y yo deje de presionar el pecho de Luis, su pene poco a poco se iba retirando de mi vagina y empezó a salir su semen junto con mis flujos resbalando entre mis muslos y cayendo sobre él, los tres nos sentamos en el suelo apoyándonos en el sofá, nos miramos y empezamos a reírnos y a resoplar, apoye la cabeza sobre el hombro de Luis y este me beso con ternura el cabello, después de ducharnos, comimos algo y volvimos a follar, primero con uno y luego con otro, se nos ocurrían entre risas nuevas posturas para los tríos que volvíamos a repetir, aunque esta vez les obligue a ponerse condones, al día siguiente la casa parecía un campo de minas.

Desperté al día siguiente rodeada por ellos con sus manos sobre mi cuerpo desnudo, había dormido abrazada a Luis con mi cabeza sobre su pecho y Toni detrás de mí abrazándome por la espalda, los dos dormían o eso pensaba yo que estaba jugueteando con mis dedos acariciando el pecho de Luis cuando note como Toni se movía detrás de mí y su pene envuelto en una fina capa de látex empezaba a juguetear entre mis labios arriba y abajo buscando mi vagina, levante un poco la pierna para facilitar la entrada mientras mordía mi labio inferior con mis dientes y al sentir nuevamente su pene dentro de mi vagina Luis empezaba a despertar.

A pesar de que Toni empezara aquella mañana, solo con uno de los dos continué haciendo el amor no solo ese día sino el resto de la semana, el resto del año el resto de mi vida.

Sofía estaba con la boca abierta cuando termine mi relato, cuando se levantó para saludar a Luis que me venía a buscar.

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