Buenas tardes, es mi primer relato con ustedes y espero que de muchos, ustedes me dirán si les gusta o no y si quieren más, por acá llueve y no me queda de otra que contarles lo de ayer: soy Natalia, morocha de grandes senos y nalgas, algo gordita alrededor de 80 kilos, pero mido 1.74 así que los oculto bastante bien, soy una persona reprimida sexualmente por unos años ya que tenía una pareja mucho mayor que yo.
Esto empezó así, anoche llovía bastante y yo empecé con un juego sexual, lentamente a tocarme y empezar a sentir un fuego incontrolable en mis partes, tanto que me hacía falta alguien que me complaciera, fue así que salí en busca de algo o alguien.
La lluvia caía sobre mí y me tenía empapada y de muy poca ropa me puse un vestido corto y fino que hiciera traslucir todo mí cuerpo, llegué a la esquina y había un hombre que suele estar allí, solo que los días lindos de clima, se sienta, toma un libro y queda allí horas leyendo algo que para mí es sin sentido, pero siempre que cruzo lo veo y este me queda mirando fijo, siento placer de ver su mirada en mí cuerpo, no sé qué hacía ese día bajo la lluvia, pero sé que lo iba a aprovechar.
Camine rumbo a él así toda mojada y le pedí abrigo, "Perdí la llave de mi casa" fue mí excusa para así seducirlo, me agaché y le mostré todos mis pechos a los que él no pudo contenerse y mirar, ya sabía que iba a caer en la tentación. Por suerte vivía cerca, más de lo que yo creía y allí entré, mojada, marcando todos mis atributos a su casa, con un desconocido que me tentaba a probar.
Me ofreció una toalla a la que accedí con placer y me desnudé en su frente, no se pudo aguantar y suspiró. Me le acerqué y paré de frente agradeciéndole con un beso en la boca y él respondió muy apasionado, yo tapada por la toalla la cual dejé caer, él me miró, me agarró, llevó para otra pieza. Me apoyó tiernamente contra una mesa y empezó a recorrer, esa lengua pasaba por todos lados y se depositó en mis tetas, que rico las chupaba me hacía sentir una loca, le agarraba la cabeza para más presión y placer.
Bajó su mano y empezó a tocarme con los dedos, empezó con uno y luego dos, no podía parar se sentirlo y querer arrancar yo a recorrerlo, a lo que no accedió y empezó a bajar a recorrérmela toda con la lengua, que placer, él sí que sabía lo que le gusta una mujer.
Yo lo miraba y estaba pronta para que me la pusiera, ya quería probar eso que se veía por el pantalón y era hermoso, me llevó con sus dedos y lengua hasta llegar a mí primer orgasmo, me recorría de arriba a abajo dedos y lengua por adelante y por atrás “aaaah, me voy a acabar en tu boca” y me dijo “eso es lo que busco, quiero sentirte acabar en mi, eso es lo que buscaba desde la primera vez que te vi, quería cogerte”, yo le dije que quería más, conocer eso que podía tocar en algún que otro manazo y me contestó que NO, que la próxima sería, que ahora solo iba a sentir placer yo.
Me dejó loca, caliente y apasionada de ese hermoso sexo oral que me dio.