Cuando vi que era mi hermano al que me había comido, me quedé paralizada por un momento. Pero de alguna manera me provocó mucho morbo, y quise más.
Me acerqué a él y estaba temblando. Y traté de calmarlo. Lo agarré del brazo y le dije: “Tranquilo, no pasa nada, nadie tiene que saber de esto. Trata de relajarte otra vez.” Mientras le decía esto, bajé mi mano hacia su verga y empecé a masturbarlo. Me pare de puntitas para alcanzarlo (porque es mucho más alto que yo), y le di un beso.
Nuestras lenguas empezaron a frotarse, nuestra respiración se aceleró, y poco a poco nos acercamos a la cama para volver a coger como nunca lo hubiéramos imaginado. Él se puso sobre mí y empezó a penetrarme. Su verga entraba y salía de mí, y la otra chica se acercó a escupir en la verga de mi hermano para lubricarnos. Fue un trío perfecto.
Me cogió en todas las posiciones que pudimos imaginar, hasta que obviamente me pidió que lo dejara metérmela por el culo. Para mí no era algo nuevo, pero para él sí. Le pregunté si sabía cómo hacerlo y me dijo que no. Así que entre la chica y yo lo guiamos poco a poco. Ella le enseñó que primero debía estimularme el ano, y ella me lo empezó a mamar. Podía sentir cómo la lengua de la chica entraba en mi culo y me escupía para lubricarlo y meterme los dedos. Comenzó metiéndome un dedo, luego dos, y luego le dijo a mi hermano que metiera sus dedos.
Después de un buen rato de estimularme el culo, finalmente le dije que ya estaba lista. Me puse en 4, mi hermano se acercó y metió su verga poco a poco y comenzó a follarme el culo. Nunca sentí tanto morbo en mi vida como ese momento al pensar que mi hermano estaba metiéndome la verga por el ano, mientras una completa desconocida me chupaba los pies. Fue un momento mágico.
Pasaron varios días y mi hermano no podía verme a los ojos cuando llegábamos a la casa. Entonces una noche entre en su cuarto, desnuda, y le dije que no podíamos seguir evitándonos. Me metí en su cama, debajo de las cobijas y comencé a masturbarlo con mis pies. Su verga no se ponía dura y me dijo: “es que tengo miedo de que mis papás nos escuchen”. Y yo le dije que no se preocupara, que seríamos muy discretos. Sujeté su verga todavía blanda usando mis dedos de los pies y escupí sobre ellos. Poco a poco su verga se puso dura.
Cuando me aseguré de que la verga de mi hermano ya estaba muy dura, le dije: “llename el culo con esa leche tan rica, te la voy a sacar toda y a dejarte seco”. Me puse en 4, me abrí las nalgas con las manos y le ofrecí mi culo. Me volví adicta a esa sensación, a esa verga tan dura. Y aunque no la tenía grande, sabía cómo moverse.
Pero pasó algo inesperado. Mientras su verga estaba todavía dentro de mi culo, pude ver de reojo que la puerta se abrió muy poco. Estaba oscuro y no pude distinguir bien lo que estaba pasando. En ese momento, pude ver que una silueta entró a la habitación. Mi hermano ni siquiera se dio cuenta, pero yo lo podía ver de reojo. La sombra no dijo nada, y yo estaba tan excitada que no quise parar. La silueta comenzó a moverse de manera extraña, hasta que pude distinguir que se estaba masturbando viéndonos follar a mi hermano y a mí. Era mi papá… y ni siquiera me importó.
Pasó un rato jalándose la verga, hasta que no pudo resistirse más, y susurrando en voz muy baja le dijo a mi hermano: “Sergio”. Mi hermano volteó como si hubiera visto un fantasma. Y quiso quitarse de encima de mí, pero mi papá le puso la mano en la espalda y le dijo: “No no, tranquilo, tú sigue, no voy a decir nada.” Mi hermano se quedó quieto sin saber qué hacer. Y mi papá le insistió: “Síguele Sergio!”
Como mi hermano no respondió ni hizo nada, mi papá le dijo: “Entonces quítate a la verga, te voy a enseñar, pinche chamaco”. Lo hizo a un lado, se puso detrás de mí, y sin ningún aviso mi papá me metió la verga y comenzó a cogerme el culo. Lo hacía con mucha fuerza y de forma agresiva, pero eso me prendió mucho más. Entonces mi papá le dijo a mi hermano: “párate ahí enfrente”, y después a mí me dijo: “y ahora tú chúpasela”. Mi hermano se paró frente a mi cara, abrí la boca y se la empecé a chupar. Por un lado tenía la verga de mi hermano en la boca, y por otro tenía la verga de mi padre penetrándome el ano. La sensación me volvió loca, sentí una contracción en mi vientre y mi vagina se abrió como una fuente para sacar el squirt más explosivo que he tenido en mi vida
Las sábanas se empaparon, la verga de mi padre quedó totalmente bañada de mi venida, pero eso no lo detuvo. Me jaló con fuerza del cabello y siguió follándome, hasta que sentí su leche llenándome el culo.