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Sesión fotográfica de Isabella
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola a todos nuevamente soy Isabella, desde novia he compartido mis pensamientos, fantasías y todo con mi ahora esposo, él también me comparte sus fantasías que muchas veces son de ambos…

Buscando en internet encontramos una página de adultos donde se podían enviar fotos intimas en ropa interior, semi desnuda o desnuda, videos mamando o follando y donde todos los lectores podían opinar. En este caso nuestra fantasía era que mi esposo enviara fotos mías y que todos los hombres miembros de esa página puedan escribir sus más calientes comentarios, de cómo me follarían, como me pondrían o como me llenarían con su virilidad de machos, sus más obscenos comentarios y depravados mensajes, eso es lo que a mí me vuelve una loquilla, me enciende y a mi marido también, para luego hacer el amor como desesperados, con fuego, con pasión desatada.

Quise hacer esto de la manera más profesional, por eso contacté a un fotógrafo de estudio, le pedí su mayor discreción ya que serían fotos muy íntimas y privadas. El fotógrafo se llamaba Aníbal y me dijo que no me preocupara, que tenía un estudio especial para algo así y que para su mayor confianza y tranquilidad la cámara digitar la debía traer yo de manera de que las fotos solo las tuviese yo. Eso me dejo más tranquila, acordamos el día y la hora luego me fui a un sex shop a buscar algo especial para la sesión de fotos y lo que más me llamo la atención era un conjunto de accesorios de sumisa, estaba compuesto por unas esposas, un collar de cuero, un antifaz hermoso de encaje negro, un látigo de cuero con tiritas delgadas en su extremo y varias cintas de ceda negra, de solo imaginarme vestida con el atuendo y las fotos que me iba a tomar comencé a excitarme.

Llego el día, me presente en el estudio fotográfico, me recibió Aníbal, era un hombre muy amable cordial y respetuoso, me condujo por varios pasillos donde había muchas salas fotográficas hasta que llegamos a una sala que estaba ambientada como pieza de motel o como dormitorio de película porno, me encanto y yo sería la actriz, me dijo que me dejaría a sola para que me preparara y volvería en 15 minutos. Me puse un conjunto de lencería negra, sostenedor y tanga de encajes, donde el calzón solo tenía un pedacito de algodón entre mis piernas, luego me puse el antifaz del conjunto y el collar de cuero, retoqué mi maquillaje y labios. A los minutos sentí golpear la puerta, era Aníbal le dije que pasara, cuando entro me puse nerviosa y me dio vergüenza, me tape un poco con el cubre cama, Aníbal me dijo que no me preocupara que estaba acostumbrado que sería una sesión profesional, que me relajara. Comenzó a encender unas luces dentro de unos paraguas para iluminar mejor y me pidió la cámara fotográfica.

Comenzaron las fotos, yo estaba feliz y excitada con la situación, imagínala los comentarios de todos los hombres sobre mi disfraz de sumisa, en especial los comentarios de mis calzones que eran completamente traslucidos y marcaban todos mis pliegues vaginales, además realzando todo mi culo. Estaba echa una loquilla, me sentía una actriz porno, de pronto Aníbal me dijo que ahora íbamos a usar las esposas, me puse un poco nerviosa pero ya estaba en esto así que asentí con mi cabeza. Fue muy delicado y gentil, me pidió que extendiera una mano y luego la otra, luego me pidió que me pusiera en cuatro sobre la cama, apoyando los codos y con las esposas hacia adelante, una vez en esa posición tomo una cinta de seda la amarro a la cadena de las esposas y el otro extremo lo ato al respaldo de la cama, luego tomo otra de las cintas y ato un tobillo, luego el otro y las cintas las amarro a las patas de la cama, en resumen, quedé completamente inmovilizada.

Comenzó nuevamente la sesión de fotos, ahora me veía completamente sumisa, atada y vulnerable, me hacía primeros planos de mi cara con antifaz, desde arriba, sobre mi espalda y en espacial en mi culo, unos primeros planos donde el lente de la cámara prácticamente rozaba mi vagina, eso ya me tenía a mil, estaba completamente excitada, podía sentir mojada mi tanga con mis propios jugos, tenía la concha hirviendo, pero Aníbal seguía impertérrito, inmutable como todo un profesional. De pronto golpearon la puerta y él fue a ver quién era, yo quede helada y lo único que atine era a esconder mi cabeza entre mis brazos, para estupor mío Aníbal los hizo pasar.

Entraron tres hombres adultos riéndose y conversando, yo monté en cólera y le pedí una explicación a Aníbal, él se acercó a mi cara, me hablo en voz baja y me dijo que estuviera tranquila que era parte de la sesión, pero ahora me miro distinto, sentí su mirada lasciva y eso me hizo estremecer, luego comenzó a acariciar mi pelo, mi espalda, eso fue como un golpe eléctrico, arquee mi espalda por reflejo y señal que estaba completamente excitada y deseando sexo, luego volvió a acariciar mi mejilla hasta que acercó su dedo pulgar a mis labios y me ordeno “chúpalo”, sin pensar introduje su dedo en mi boca y comencé a chupárselo acto seguido sentí manos en mi trasero, luego en mis tetas, un fuerte tirón y quede sin sostenes y mis pezones saltaron al aire erizados producto de la calentura, me sobaban mis nalgas, las apretaban, mis tetas y pezones estaban a punto de estallar.

Aníbal bajo sus pantalones, dejando al lado de mi cara su enorme verga completamente erecta y de cabeza brillante, sin siquiera pensarlo gire mi cara y comencé a chuparla, para mi delirio tenía un tronco grueso y cabezón, se lo chupaba, lo apretaba con la lengua y con mis dientes, estaba alucinando, mientras Aníbal tomaba fotos y más fotos, de pronto sentí un golpe con el látigo que yo había traído, era una sensación muy extraña, dolía un poco pero a la vez me excitaba más, luego un segundo latigazo en mi culo y otro y otro, estaba jadeando, mi clítoris a punto de reventar, estaba en otro plano, completamente entregada al placer, alucinando en mi papel de sumisa.

Volvieron las caricias a mi culo, mientras yo seguía mamando, sentí una mano hurguetear en mi vagina, estaba completamente empapada así que entraron dos dedos como mantequilla, me comenzaron a dedear a masturbar, luego sentí otro dedo en mi ano que me penetro lentamente, me estaban dedeando por los dos hoyos además apretaban mis tetas, los cuatro hombres estaban disfrutando de mí y yo convulsionaba en espasmos de placer que recorrían todo mi cuerpo hasta que Aníbal eyaculo copiosos chorros de semen en mi boca, se vació por completo, pude sentir todas sus pulsaciones y chorros hasta que quedo relajado, comenzó a acariciar mi pelo y cara, me pidió que abriera la boca y sacara la lengua para tomar una foto, hizo un primer plano de mi boca, la esperma llenaba mi lengua y goteaba por mis labios hacia mi pera y cuello, estaba convertida en una verdadera actriz porno.

Aníbal les pidió a todos que pararan y comenzó a soltar las cintas de seda con mucha delicadeza, soltó mis esposas quedando completamente liberada, me dio la mano y me invito a levantarme de la cama, luego me pidió que me acostara boca abajo a la orilla de la cama, yo estaba loca y deseosa por sentir que me penetraran, así que obedientemente me puse al borde de la cama, las rodillas en la alfombra y con el culo levantado, pero para mi sorpresa ninguno de los hombres me toco. Aníbal cual director de cine porno para adultos me pidió que con mis manos abriera mi culo, tome mis cachetes y los abrí para deleite de los tres espectadores, Aníbal tomo del centro mi tanga y la tiro hacia arriba incrustándomela más en mi concha, quedo como un hilo encarnado en mis labios vaginales, luego ordeno a los tres tipos que se masturbaran.

Ellos con la mejor postal de sus vidas comenzaron a masturbarse como cerdos, jadeaban y me decían vulgaridades, a esa altura tenía la vista nublada, perdí la noción ante esta situación exquisitamente morbosa, reaccionando cuando comencé a sentir sus chorros de semen en mis cachetes y calzón, fue un baño profuso de leche, borbotones de esperma sobre mi tanga hasta que acabaron, Aníbal les pidió que se retiraran. Con mucha delicadeza él me ayudo a sacarme la tanga, levante mis piernas de a una en una casi sin fuerzas, cuando ya tuvo mi tanga en sus manos comenzó a fotografiarla, era como una jalea que gotereaba al suelo, mi ropa interior estaba completamente bañada en semen de tres machos desconocidos pero que habían disfrutado con mi cuerpo, luego Aníbal la puso en una bolsa transparente y la dejo junto a mis pertenencias, me dijo que se la entregara de regalo a mi marido junto con las fotografías y videos, me dejo sola para que me pudiera vestir y arreglar. Una vez en la salida del estudio fotográfico le transferí el dinero por su trabajo, le di las gracias y le dije que volvería en otra oportunidad, él hizo un ademan de caballero y me dijo vuelva cuando lo desee.

Camino a casa iba feliz por la fantasía que estaba viviendo y por qué pese a todo estos tipos no abusaron de mi sin mi consentimiento, fueron muy respetuosos, o por lo menos yo lo sentí así. Esa noche vimos juntos con mi marido las fotos y videos y nos despertó un deseo sexual animal, tuvimos sexo desenfrenado, recordando las escenas de cada foto y de cada video, me empalo como un salvaje por mi concha y mi colita, fue exquisito, delicioso y quizás tuve el mejor orgasmo de mi vida…

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