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Tiempo de lectura: 3 minutos

Esto sucedió tiempo después de haber tenido mi experiencia con mi compañero, quería volver a hacerlo con alguien y sentir placer, hacerlo de una manera diferente a la primera, pero no me quería arriesgar a que fuera algún conocido cercano. Así que decidí buscar cuidadosamente a alguna persona a través de internet, entré a chats, pero no me convencía nada, así que dejé de buscar, luego vi un comentario donde promovían una página y me llamo la atención la imagen y el nombre, decidí ver de que trataba, y había hombres que publicaban sus números de teléfonos y localidades con la finalidad de hacerse pasar por taxistas, pero en lugar de pagarles con dinero, se pagaba con ‘favorcitos’.

Me llamó la atención eso, sonaba excitante, así que empecé a ver más para ver si alguno quedaba cerca de mi localidad, agregué a uno que quedaba cerca, y empecé a platicar con él.

Era un hombre llamado Bladimir de 34 años, casado, un poco alto, moreno, formal, algo gordito, quedamos con que pasaría por mí a la escuela, ese día me salí un poco antes con la excusa de que tenía cita médica, así mis amigos no me verían con quien me iba.

Me esperé en el parque que estaba adelante de la escuela y me empecé a sentir nerviosa, de repente se me vinieron pensamientos como "y que tal que es un "psicótico o un maleante?" o "qué tal que ya no me deja ir" obviamente no pasó nada de eso.

Maneja un taxi, ya me había mandado foto del modelo del auto y las placas, obviamente una foto de él también, cuando lo vi me acerqué nos saludamos y entre al auto, platicamos en el camino ya no tanto de cosas para conocernos pues eso ya lo habíamos hecho por mensaje fue más bien del porque habíamos entrado en la página, ya después casi a mitad de camino cambio el tema, me empezó a cortejar y yo respondía aun tímidamente, me dijo "me excita tu timidez" puso su mano en mi pierna, ese día llevaba pantalón, no me gusta usar faldas o vestidos, me dijo que podía poner mi mochila en el asiento de atrás y así lo hice, me dio una chamarra que tenía y me dijo "póntela en las piernas y baja tu pantalón y calzones quiero acariciarte bien" así lo hice, me había puesto nuevamente nerviosa, cuando ya había hecho lo que me pidió empezó a acariciar mi pierna, hasta llegar a mi vagina, que por cierto ya estaba mojada.

Me preguntó si conocía alguna calle que estuviera sola, le dije que sí, y le empecé a decir por dónde. Al llegar se estacionó por donde había un árbol grande, con ramas y hojas colgadas, lo suficiente para tapar aunque sea un poco.

Se acercó a mí para besarme y siguió acariciándome, hizo el asiento hacia atrás de forma que quede casi acostada, bajó el cierre de mi chamarra y subió mi playera y brasier, empezó a pellizcar suavemente mis senos de tal forma que poco a poco se fueron poniendo duritos, ya estaba muy mojada y a él se le notaba su pene erecto.

-Gustas que te lo chupe? -pregunté

-será todo un placer.

Se acomodó en el asiento del conductor y le desabroché el pantalón y dejé al descubierto su pene, me excitó ver que su pene era grande y grueso.

-no creo que tal pedazo de carne entre completo a mi boca.

-yo te ayudo princesa.

Empecé primero a mamarle su glande, como si fuera una paleta después fui introduciéndolo poco a poco en mi boca, lo metía lo más que podía, luego él me sujetó del cabello y comenzó a empujar mi cabeza de tal modo que me entrara completo en mi boca, me empezaba a escurrir saliva por los lados de mi boca de tanto que me atragantaba con su pene.

-que rico chupas princesa, dejaría a mi esposa por ti, lo haces bien rico.

-jeje es la primera vez que hago sexo oral.

-no parece, chupas como una puta, ya me imagino como has de ser en la cama.

Me besó en la boca y mientras lo hacía sentía como pasaba sus dedos sobre mi piel, pellizcaba mis pezones y metía sus dedos en mi vagina, mientras me besaba yo gemía, sentía muy rico, estaba súper mojada, quería que me penetrara, quería sentir su rico pene en mi vagina, sin embargo había pasado rápido el tiempo y vi que se me empezaba a hacer tarde, antes de que me dejara acomodar la ropa me agarró del cabello y volví a chuparle su pene.

-está riquísima princesa, agradezco que me hayas dado la oportunidad de probar tu lindo cuerpo.

-jeje tú no te quedas atrás, está claro que los maduros no se andan con rodeos.

-si fueras mi hija te castigaría bien rico por tanta travesura que haces.

-bueno me das un motivo para portarme mal cada día.

Después de ese momento me acomodé la ropa y me dejó a unas cuadras de donde vivía y ya no volví a tener contacto con esa persona.

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