En el anterior relato les contaba sobre mi primera experiencia con Jaime, en un país nuevo. Durante un buen tiempo, diría unos buenos años, no seguí explorando tener sexo con otros hombres. Tuve una relación intensa sexualmente, con una mujer, con la cual hacíamos el amor tres y cuatro veces al día, en cualquier sitio, exploramos todo el Kama Sutra y todos los lugares posibles, pero, me puso los cuernos.
Las semanas pasaban, y yo, soy un hombre caliente. Como estaba solo, empecé a masturbarme varias veces al día. La necesidad de placer se incrementaba, y volví a probar intensificándolo metiéndome cosas en el ano, empecé de nuevo con un dedo, luego con el cabo del cepillo de peinarse, luego con un pepino, deseando que fuera un miembro de verdad. Los orgasmos eran súper intensos, aunque después de tenerlos venía la culpabilidad.
Hasta que un día, me decidí a buscar a otro hombre. No sabía por dónde empezar o que hacer, así que puse en el buscador de internet – hombre busca hombre – y apareció una página de citas. Empecé a buscar anuncios hasta que encontré uno que me llamó la atención: hombre de 45 años busca menores de 35, sin besos, solo morbo y penetración. "Este fue" dije, y le escribí. Pasaron como dos horas cuando entró a mi correo la respuesta, con el teléfono de la persona e invitándome a empezar la charla con él por whatsapp. "Será?" dije, guardé su contacto y empezamos a intercambiar mensajes ese día. Fue muy interesante, la charla no era para nada sexual, intercambiamos mensajes de cómo nos llamábamos, a que nos dedicábamos, etc., me dio mucha confianza. Ya en la noche, cuando había llegado a casa, seguimos chateando, en uno de los mensajes me dice "Será que me mandas una foto de tu culito completa para ver si me animo a comérmelo", tengo que reconocer que ese giro rápido en la conversación me excitó.
Me dio miedo, y me demoré en responder. A la final, me bajé los pantalones y como pude, le mandé una foto de mis nalgas, tanto de pie como en cuatro (me excitó imaginarme que me cogían por detrás). "Que apretaditas, paraditas y ricas, me provocan" me respondió. Seguido a esto, él me mandó una foto de su miembro "esto te comerías" escribió. Mi miembro se paró, al ver el suyo: cabezona, no tan grande, rosada y depilada. "Por qué no nos vemos?" escribió. Me dio un poco de miedo, pero ya era tanta la excitación que tenía, que solo le envié mi ubicación y le escribí "aquí es". "Es cerca" escribió, "estoy en 45 minutos". Mi corazón palpitaba "que hago?" decía, lo que se me ocurrió fue entrar al baño, bañarme muy bien, me lavé muy bien mi miembro, las nalgas, la raya y mi ano. Con ayuda de la manguera y los dedos, lo limpié muy bien. Luego me puse un jean, sin calzoncillos, y una camiseta.
Sonó el citófono, lo dejé seguir. Era mucha la ansiedad que tenía. Sonó el timbre de la puerta, abrí y allí estaba "mucho gusto, John" dijo, lo saludé lo dejé pasar. "quieres algo" le dije, "si, tienes algo frio?", le di una cerveza bien fría. Caminamos al balcón. Allí estuvimos hablando como un par de amigos de todo. Pasaron por lo menos dos horas, mientras hablábamos y fumábamos.
Empezó a llover y seguimos hablando en la sala, el sentado en un sillón al lado y yo en el sofá al otro. Calentando el ambiente, John dijo "como empezaste en esto?". Allí yo le conté mi aventura con Jaime, mientras le contaba, observé de reojo su entrepierna, y vi como su bulto empezaba a crecer, el relato lo estaba excitando. De repente sonó mi celular, era una llamada de la oficina, en donde me necesitaban urgente. "Lo siento, John, debo irme, me llamaron urgente" – "Tranquilo, no te preocupes!" dijo John, y nos dirigíamos a la puerta. En la puerta (la cual quedaba cerca al sofá de la sala" me agarró la mano y me la puso encima de su bulto, por el bluejean "pero me vas a dejar así?" dijo, y acto seguido, desabrochó mi jean, hasta que cayó al piso. "ah, estabas listo para mi?" dijo John, se puso de cuclillas y empezó a chuparme mi miembro. Yo estaba excitadísimo, me volteé quedando de espaldas a el, e inclinándome un poco le dije "restriégamela en las nalgas", acto seguido sentía su miembro y el precum, deslizándose por mis nalgas llegando hasta mi culo, y tratando de entrar, yo estaba en las nubes, me incliné un poco más y le dije "haz lo que queras", John solo escupió en la raja, la saliva empezó a bajar lentamente hasta llegar al ano y de un solo golpe la metió. No sentí dolor, me excitó más, escupió un par de veces más para darle lubricación, y empezó un frenético mete y saca, tanto que en un momento quedé tirado boca abajo en el sofá con la pelvis y el culo al aire, y John cabalgándome. De lo excitado que estaba, me vine en el sofá dejando todo el cojín lleno de mis fluidos, y a los pocos segundos, cuando sintió mi orificio palpitar, John se vino, inundándome de su calientica leche, se sentía riquísimo. No lo dejé despegarse, con los brazos, como pude, le agarré las nalgas, para que dejara hasta la última gota en mi.
Lo ayudé a limpiar su miembro, se puso los bluejeanes, y se fue. Yo me quedé unos instantes con el culo al aire, hasta que recordé que me tenía que ir. Me puse el jean, agarré las llaves, y en el camino a la oficina, apretaba mi ano para que no se saliera ni una gota de su leche. Se sentía rico la raya lubricada con su leche espesa.
Luego me entró la culpabilidad, y borré su contacto. Me arrepiento de haberlo hecho, porque siempre quise volverlo a ver, y haber repetido esa noche.
Pero, después de esta, más aventuras ocurrieron en Guatemala…