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Seduciendo a mi hija (1)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Mi nombre es Doris y soy una conocida actriz en mi pais, lo que me ha permitido actuar en diversas obras de teatro, telenovelas y hasta en dos peliculas. Pero si bien conservo mi belleza fisica, gracias al deporte y regimen alimenticio, a mis 37 años ya no puedo interpretar papeles que requieran un rostro y cuerpo que solo se tienen cuando eres veinteañera. Por suerte mi experiencia (y confieso, mi atractivo fisico) me han permitido tener siempre trabajo. Y es por ello que vengo actuando en una telenovela que ya tiene 4 años de duracion hasta la fecha; donde hago el papel de una madre soltera con su unica hija; que debe afrontar los problemas cotidianos de la vida para protegerla y educarla. El publico adora mi preocupacion de madre y los sacrificios que debo afrontar por ella, pero si supieran cuales son mis verdaderos deseos para con mi "hija", me despellejarian, me lapidarian y luego me matarian… en ese orden.

Susana es mi joven colega, quien interpreta a mi hija en la referida telenovela. La conoci cuando empezamos a trabajar juntas y era entonces una chica de 14 años, con anteojos circulares y trenzas. Alegre, inteligente y respetuosa, hicimos buenas migas desde el inicio; lo que se reflejo en nuestro trabajo ante camaras. En ese entonces, yo no sentia ninguna atraccion sexual hacia ella, y la veia como una compañera mas. A medida que paso el tiempo, fuimos tomando confianza y nos hicimos amigas. Me presento a sus padres, con quienes tengo buenas relaciones; y la acompañe varias veces de regreso del canal de television a su casa o al colegio donde estudiaba.

Pero algo paso, a medida que ella iba madurando fisicamente cada año. Sus senos empezaron a engrosar, sus caderas se iban desarrollando, sus piernas se iban alargando y los hombres del Estudio comenzaban a mirarla de reojo cuando venia con falda corta. Aunque soy divorciada sin hijos (una historia que prefiero omitir) he tenido experiencias con otras mujeres antes y despues de mi matrimonio; pero por primera vez, sentia hacia Susana ese agudo anhelo sexual, ese deseo codicioso, que surge cuando contemplas una piel femenina suave y olorosa; y que (perdonenme, amigas feministas) lo siente todo macho cuando contempla a una hembra que encuentra apetecible.

Aguante todo lo que pude, maxime sabiendo que Susanita no habia dado muestra alguna de interes en el sexo con mujeres. Pude controlar mi rencor hacia el enamoradito que nos presento cuando tenia 16 años; y que por suerte, solo le duro dos meses. (Despues me confeso que rompieron porque el le exigia relaciones y ella se negaba a hacerlo). Esto me gano aun mas su confianza, e ironicamente, agudizo mas mi deseo por tocarla y disfrutar de su juventud. Hasta que vino el gran dia…

– ¡¡Doris, amiga¡¡ ¡¡Por fin te encuentro¡¡ Necesito tu ayuda.

– ¿Que pasa, Susy? ¿Otro cambio de ultima hora en el libreto?

– No, tonta- me respondio con una sonrisa- Lo que pasa es que mi abuelo materno tuvo de urgencia una operacion de apendicitis, y mis padres estaran viajando hoy para verlo. Aunque regresan mañana en la noche, hoy estare sola en casa.

– ¿Y cual es el problema? Tienes 18 años, ya no eres una niña.

– Ay, Doris. ¿No te das cuenta? ¡¡La fiesta!!

Me hubiera golpeado la cabeza por tonta. La telenovela habia llegado a los 500 capitulos y para celebrarlo, el Canal habia organizado un almuerzo de celebracion en un gran restaurante de lujo, donde estaban invitados todos los actores, tecnicos, guionistas y demas personal involucrado. No era la primera vez que se organizaba un festejo en nuestro trabajo, ni tampoco la primera vez que Susana asistia a ellos, pero siempre lo hacia en compañia de su madre.

– Ni ella ni papa podran estar presentes hoy, Doris. Tu sabes como son de sobreprotectores conmigo; y no me van a dejar asistir sola. Pero si les dices que tu me acompañas a casa…

¡¡Era mi oportunidad¡¡ Le dije a mi amiga que no se preocupara, e inmediatamente hable por el celular con su madre. No solo le garantice que estaria en todo momento en la celebracion con Susana, sino que le ofreci acompañarla hasta su casa y que desde alli la llamaria por telefono. Me agradecio, muy emocionada; diciendome que le quitaba un peso de encima; ya que su esposo tampoco podia quedarse por tener que conducir el carro hasta la provincia donde vive su padre. "Ahora puedo viajar tranquila, porque se que estara en buenas manos". Si, de eso se trataba. De tener a Susy en mis manos.

_____________

El almuerzo fue majestuoso. Realmente los dueños del canal supieron elegir un lugar donde la atencion, la comida y la bebida fueron a cuerpo de rey para todos los asistentes (Despues nos enteramos que habian logrado vender a buen precio los derechos de la telenovela para exhibirse en Miami; y que por eso querian tenernos contentos para que continuaramos trabajando sin problemas. Bueno es lo habitual en estos negocios). Aparte habia una pista de baile y una orquesta, que comenzo a tocar, una vez que los platos iban siendo retirados y la gente, con algunos tragos encima, comenzaron a bailar.

Susana estaba deslumbrante con su vestido rojo de una sola pieza, que dejaba al descubierto su hombro izquierdo; y esas medias negras que destacaban bajo la minifalda. Bailo varias piezas, riendo y coqueteando con sus parejas; mientras yo mantenia una discreta vigilancia, lista para alejar a cualquiera que quisiera aprovechar el momento y arrebatarmela. Cada vez que se reunia conmigo, le invitaba a beber una pequeña copita de pisco sour, pero evitando exagerar. La queria en estado alegre, no ebria.

A medida que pasaban las horas, los tragos hacian que la gente se deshinibiera cada vez mas; y los deseos reprimidos comenzaban a aflorar. Tuve que utilizar toda mi astucia para evitar que el Gerente de Personal tratara de monopolizar a Susana (sobre todo cuando conversando con ella, solo le miraba el escote) y debi hablarle un poco fuerte a Arturo, un colega actor, cuando aprovechando que bailaba una balada lenta con Susana, deslizaba su mano por toda su cintura, bajandola disimuladamente hacia sus nalgas. Hasta que la propia Susana se me acerco y dijo las palabras magicas.

– Se esta haciendo tarde y debere llamar a mi mama. ¿Nos vamos a casa?

(Continuara)

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