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Secuestrada y follada
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Abro los ojos y me doy cuenta de que estoy atada una barra de hierro que va desde el suelo al techo, como la de una stripper, me duele la muñeca derecha pues estoy atada de esa mano no entiendo nada ni siquiera sé cómo he llegado aquí lo último que recuerdo es que había quedado con una amiga para cenar y charlar.

Al ir a mi casa alguien me atacó por la espalda me dio un golpe en la cabeza y me he despertado aquí dios mío intento calmarme y centrarme en averiguar dónde estoy, como puedo salir miro a mi alrededor y solo veo juguetes sexuales, látigos esposas y cosas similares, no sé qué hacer finjo estar inconsciente todavía creo que es lo mejor escucho como se abre una puerta y luego otra cada vez siento a la persona más cerca de repente me tira por encima un cubo de agua helada me pongo de rodillas en el suelo y abro los ojos inmediatamente, veo a un hombre de complexión fuerte, alto, tiene barriga pero no mucha, lleva unos vaqueros rotos, una camiseta de manga corta negra, no puedo verle la cara lleva un pasa montañas puesto, solo puedo apreciar que tiene una mirada penetrante de un marrón oscuro precioso.

Me coge del pelo, me echa hacia atrás y comienza a explicarme de que se trata todo esto:

-Verás, estas aquí para cumplir todos mis deseos si haces lo que te digo tendrás una recompensa si no serás castigada y créeme no te gustaran los castigos.

Mientras me dice todo esto no dejo de mirar sus ojos intentando identificar a ese individuo, esa voz me suena muchísimo pero no consigo recordar, ¿porque está haciendo esto?

– No pienso hacer lo que tú me pides por mucho que me castigues así que mejor déjame marchar. –En cuanto finalizo la frase le escupo en el rostro él se ríe se lo limpia con la mano y me dice:

 -Tranquila bonita esto lo pasaré por alto pero que no vuelva a ocurrir, ten en cuenta una cosa puedo ser el más bueno de todos, pero puedo ser lo peor que has conocido nunca no provoques esa parte de mi porque no te va a gustar -Intento recordar porque me es tan familiar a cada palabra que dice, se ríe y se dirige a la salida.

 -Oye, ¡De qué coño va esto! – Digo esto mientras me pongo de pie.

-Una chica rebelde me encanta! Eso es revélate más será más divertido parta ambos -.Mientras dice esto se marcha.

Empiezo a intentar quitarme las esposas como sea dando golpes, tirando fuerte lo que hace ruido, estoy tan absorta en eso que cuando me doy cuenta tengo a ese hombre encima de mí, me lleva a un colchón que hay en el suelo me ata de pies y manos a unas columnas me da un beso en la mejilla y me amordaza, cierro los ojos y me centro en su olor, huele a tabaco, a hierba con una mezcla de colonia varonil, tengo que recordar quien es.

-Compórtate, te puede ir mucho peor déjame disfrutar de la cena y de la noche si tengo que volver a bajar te arrepentirás. -Y se marcha.

No sé cuántas horas han pasado me he quedado dormida aún estoy medio adormilada cuando baja ese loco, me pone un collar en el cuello y unas esposas con cadena en los pies libera mis manos sabe que así no podré ir muy lejos venda mis ojos me coge embarazos no sé dónde me lleva empiezo a patalear, me deja en el suelo me quita la venda de la cara, estoy en un parking.

-Muy bien, saquemos provecho a esa energía que tienes, quiero que me limpies el coche.

No me puedo creer lo que me está diciendo esto tiene que ser una broma de mal gusto, pero, veo un coche marca Ford verde oscuro y una moto grande negra, creo que es una Honda, pero no entiendo mucho de marcas ni de vehículos en general, pero he de reconocer que esa moto me gusta, él me lo nota sonríe y dice:

-Puedes empezar por ahí si te gusta más no importa, limpiarás las dos cosas. -Si pudiera fundirlo con la mirada lo haría.

-¿Por qué tienes la moto tan sucia?, ¿aparte de ser un psicópata secuestrador eres un guarro? -Se ríe a carcajadas.

-No la cojo apenas, sinceramente soy un peligro en ella, me gusta mucho la velocidad.

Pongo cara de asco cada vez que habla, pero esa voz me es tan familiar y esos ojos donde los he visto y oído antes. No sé cuánto rato llevo limpiando, pero tengo mucha sed, aquí hace mucho calor no corre nada de aire.

-No puedo más dame agua. -Él me mira y me ignora.- Por favor. -Le repito tengo que entrar en su juego si quiero salir de aquí así que le repito:- Me puedes dar agua por favor.

Entonces sonríe y me acerca una cantimplora no sé cuánto rato ha pasado, pero no puedo más, no puedo mostrar que estoy tan cansada no debe verlo, aunque lo sabe.

-Ven aquí muchacha ya está bien, ¿quieres darte una ducha y refrescarte? – Me dice esto sonriendo de manera pícara.

-Sinceramente prefiero que me dejes ir. – Digo esto cruzándome de brazos y poniendo mi rostro muy serio me doy cuenta de que no le ha gustado nada mi respuesta, se levanta de la silla me coge fuerte del cuello y mira fijamente mis ojos.

-Es una pena, eso no va a pasar, pero tranquila tengo una sorpresa para ti por lo bien que lo has hecho hoy. – Me vuelve a coger en brazos y me lleva a la cocina sin vendarme los ojos puedo fijarme en todo e idear un plan para escapar por lo menos intentarlo.

Los muebles son de un color blanco reluciente de lo limpios que están, una mesa de madera en medio donde veo que hay un plato con salmón al parecer esta echo al horno, patatas fritas y una ensalada, me sienta en la mesa y cuando él se dirige a buscar la bebida decido salir corriendo. Mala idea, me agarra del cabello me tira al suelo se pone encima de mí se le pone cara de loco sonríe y me dice:

-Gracias por hacer esto estaba deseando castigarte. –

Tiene mucha fuerza no puedo sacármelo de encima me coge como si fuera un saco y me lleva a una habitación me tumba en la cama boca abajo me ata de pies y manos y pone bajo mi abdomen lo que parece una almohada hinchable, escucho como busca algo en un cajón, pero no puedo ver que es.

-Aquí está!, esto te relajará por ahora, es mejor que te relajes si no puede que te duela, aunque te lo haga despacio y con cariño pequeña.

No entiendo nada que va a hacer este loco conmigo tengo miedo, comienzan a caer lágrimas de mis ojos, se sienta detrás de mi trasero comienza a echarme un gel en las nalgas y me las masajea baja por mis muslos sube por mi entre pierna despacio no tiene prisa quiere disfrutar de cada centímetro de mi cuerpo y yo no puedo mentir me estoy excitando me gusta como este individuo me está acariciando. Abre mis nalgas escupe entre ellas y con un dedo esparce su saliva por mi ano despacio, masajeándome.

-Ahora estate tranquila puede que te moleste al principio, pero créeme te gustará, disfruta de este momento pequeña.

Introduce algo en mi trasero no sé qué es y me pongo muy tensa, él lo nota acerca su boca a mi espalda y comienza a besarla pasa su lengua de arriba abajo una y otra vez lo hace con mucha dulzura no sé qué me pasa, pero me gusta lo que me hace, vuelve a introducir el objeto en mi trasero mientras acaricia mi espalda con la yema de sus dedos esta vez no estoy tensa y puedo notar como lo introduce más y más lo deja dentro y empieza a lamer mi sexo.

 -Eso es cielo así me gusta estás muy húmeda ya te he dicho que te iba a gustar lo ves no miento, pero tranquila que esto no a echo más que empezar vas a suplicar que no pare ya lo verás.

Tiene razón no quiero que pare es mas de echo quiero que me haga suya ahora mismo, no puedo decirlo, pero lo sabe por la humedad que hay en mí.

-Dime que quieres en este momento no importa lo que sea, lo tendrás. -Mientras me susurra esto en el oído besa mi cuello, se acerca a la comisura de mis labios.- Dímelo, dime que quieres. -Besa la comisura de mis labios solo puedo cerrar los ojos y sentir como me acaricia entonces tomo mi decisión.

-Hazme tuya por favor te necesito.

Retira de mi abdomen la almohada, desata mis pies pasa su lengua por mis piernas mis muslos mis nalgas mi espalda, se detiene en mi cuello mientras con sus manos acaricia mis costillas.

-Tus deseos son órdenes para mí, solo quiero verte disfrutar, quiero darte placer, que me sientas y sentirte en mí. Me desata las manos por fin, me doy la vuelta, quiero sentir el calor de sus labios en los míos, me doy cuenta de que todavía tiene la cara cubierta, decido acercarme a él despacio y empiezo a quitarle el pasa montañas se echa para atrás pero no me importa quiero ver su rostro.

-Por favor quiero ver tu cara, quiero ser tuya completamente y necesito verte como tú me ves a mí.

Dejo su rostro al descubierto, y en efecto lo conozco, es Isaac un compañero del gimnasio no me lo puedo creer, por eso me era tan familiar, tiene el pelo negro con alguna cana una barba corta con canas también, unos labios gruesos de un marrón claro que están pidiendo a gritos ser besados es muy atractivo la verdad, ahora mismo me la igual todo, cojo su cabeza entre mis manos y le beso con dulzura el responde a mi beso de igual manera, que me pasa debería salir corriendo de aquí, pero ahora que he visto su rostro no puedo alejarme, quiero estar con el aquí y ahora, no me importa el resto.

Me echa hacia atrás se tumba encima de mí besa cada rincón de mi cuerpo me estremezco, se me eriza la piel, siento como su lengua recorre mi cuerpo despacio no tiene prisa por tenerme y eso me desespera decido cambiar las tornas del juego me pongo encima de él, le beso apasionadamente los labios y voy bajando por su cuello, abdomen, llego a su pantalón le quito el cinturón, desato sus vaqueros y se los quito, no lleva ropa interior, que da descubierto su miembro aprecio que lo tiene muy grande y grueso y enseguida pienso que no me va a caber y me va a hacer daño aun así, quiero tenerlo dentro de mí pero primero quiero darle placer y empiezo a devorar su entre pierna paso la punta de mi lengua por su capullo despacio él estremece, coge mi cabello y empuja mi cabeza hacia abajo yo me resisto quiero ir a mi ritmo y puedo sentir que eso le molesta, pero se deja llevar, repaso su verga con mi lengua bajo hasta sus bolas y me detengo en su perineo, se retuerce, escucho como gime me aparto de él me desnudo se acerca a mí y con dureza me empuja de nuevo a la cama se dirige a mis pechos, mordisquea suavemente mis pezones, luego lo hace con dureza, pero me gusta toca mi sexo con su mano acaricia mi clítoris lo pellizca levemente, doy un respingo, suelta mis pechos, me mira y sonríe, me besa, muerde mi labio inferior no lo soporto más.

-Por favor te necesito dentro de mí, métemela ya te lo suplico.

Noto que es lo que quiere, era justo lo que necesitaba oír, introduce su miembro dentro de mí, entra sin esfuerzo de lo húmeda que estoy. Comienza a entrar y salir de dentro de mí, dándome un placer inimaginable, me muerde suave el cuello yo echo mi cabeza hacia atrás para que lo vuelva a hacer cada vez me embiste con más fuerza hasta que ya no aguanto más y me corro él lo nota sale de mí y sonríe, me pone de rodillas en el suelo abre mi boca e introduce su miembro hasta que él también se corre dentro de mí.

-Te prepararé una ducha, hoy dormirás aquí conmigo.

Mientras dice esto nos dirigimos hacia el baño y efectivamente llena la bañera de agua templada para mí, echa sales de baño y pone música relajante de fondo no puedo evitar mirarlo y sonreír. ¿Puede ser el hombre que me ha secuestrado bueno en realidad? ¿Por qué lo habrá echo? Quiero averiguar todo sobre él y haré lo que sea necesario para eso. Nos tumbamos en la cama juntos, apoyo mi cabeza en su pecho sé que suena raro, pero me siento segura a su lado.

Durante la noche me despierto, me doy cuenta de que estoy de espaldas y tengo mis manos atadas al cabezal de la cama. Me asusto e intento gritar, no lo consigo puesto que me amordaza la boca con un pañuelo, está siendo muy agresivo no entiendo nada no es el mismo hombre de ayer, pone debajo de mi abdomen una almohada dejando mi trasero al descubierto y me azota fuerte con sus manos me hace daño, lubrica muy bien mi ano e introduce su miembro despacio me hace daño me resisto intento saltar mis manos, pero me es imposible araña mi espalda con fuerza mientras me embiste cada vez más rápido y más fuerte siento furia en su manera de tocarme me saltan lágrimas de los ojos y comienzo a sollozar, de repente él se da cuenta de lo que me está haciendo decide parar, sale de dentro de mí, me quita la mordaza y me abraza por la espalda.

-Sácame las esposas ahora mismo.

Mientras le digo esto se acerca a la mesita de noche coge una llave y me las quita, me doy cuenta de que estoy libre por completo y él está en el lateral de la cama sentado en el suelo con las manos en el rostro, es mi oportunidad para escapar de aquí, así que aprovecho y salgo corriendo me doy cuenta de que ni si quiera se inmuta, sigue en el mismo sitio abro la puerta de la casa estoy fuera ahora si puedo salir de aquí. No puedo hacerlo, cierro la puerta detrás de mí, y me dirijo hacia la habitación me siento a su lado no hablamos solo nos quedamos ahí mirando a la nada. Pasan las horas y el sueño me vence.

-Vamos a la cama anda, el sueño me puede y quiero abrazarte.

Me levanto y le extiendo mi mano él la coge, nos tumbamos, lo abrazo y nos dormimos tengo que reconocer que en su pecho en es donde me siento más segura. Abro mis ojos aún es de noche, dirijo mi mirada hacia aquel hombre que tengo a mi lado, lo veo desnudo con su miembro al descubierto y decido agacharme y empezar a lamer su verga, huele a colonia, pero a la vez ha hierba, se la mojo bien con mi saliva la paso por mis labios, la agarro con firmeza, pero suave y me la introduzco en mi boca, entonces se despierta desconcertado me mira.

-Tranquilo, disfruta de este momento.

Echa su cabeza hacia atrás y se deja llevar por lo que yo quiera hacerle lamo sus bolas y me detengo en su perineo mientras con la mano sigo masturbándolo, me siento tan excitada, decido que es hora de llenarme de placer a mí también, así que me pongo encima suyo, pero de espaldas meto su miembro en mi sexo estoy lista para él, pongo sus manos en mis caderas las agarro con fuerza y empiezo a cabalgar, me inclino hacia adelante apoyando mi pecho en la cama junto a sus piernas, de esta manera puede apreciar como entra y sale de dentro de mí, coge mis nalgas con fuerza y me da un cachete, se me escapa un grito de placer justo en ese instante.

Siento como masajea mi trasero con un dedo y noto como empieza a introducirlo suavemente, no me molesta a decir verdad empiezo a disfrutar de lo que me hace. Me levanta me pone a cuatro patas en la cama empuja mi pecho hacia abajo dejando mi trasero totalmente al descubierto, introduce un dedo luego otro mientras con la otra mano acaricia mi clítoris, lubrica bien mi trasero con un gel que ha sacado de la cómoda, e introduce su miembro despacio, pero con decisión, yo con una mano decido tocar mi sexo y me introduzco un dedo y luego otro, me siento llena estoy al borde del clímax.

-Más fuerte por favor me corro.  

Él sabe perfectamente lo que tiene que hacer y me embiste sin compasión tal y como yo le he pedido, llego al clímax con mucha intensidad.

-Me voy a correr dentro de tu culo.

Al decir esto hace que me dé un escalofrío por todo el cuerpo, me gusta lo que oigo y en efecto se corre dentro de mi trasero, nos levantamos y nos damos una ducha juntos me abraza me lava el cabello y me trata como nunca antes lo habían hecho.

-No te imaginas el tiempo que llevo deseando esto, sé que no ha sido la mejor manera, pero no sabía cómo acercarme a ti.

Me besa la frente cuando acaba la frase, lo miro y le beso la comisura de los labios.

-Pues no la mejor manera no ha sido, pedirme el número de teléfono también era una opción y te lo hubiera dado pues yo también pensaba en este momento. -Pienso en la situación y rompo a reír, ambos tenemos pareja y sabemos que solo ha sido sexo, pero antes de olvidarnos de todo esto porque no repetimos una vez más, sonrío de manera pícara el me mira y entiende a la perfección lo que quiero.

Salimos de la ducha, lo siento en el baño me siento encima le beso muerdo su labio inferior sé que eso le excita y a mí también, introduzco su miembro dentro de mi sexo y empiezo a cabalgarme a Isaac este hombre me hace perder la compostura cuando está cerca, ahora solo me centro de disfrutar de él dentro de mí, coge mis pechos con fuerza y muerde mi pezón derecho, echo mi cabeza hacia atrás, dejando-me llevar por el placer del momento.

Me levanta y me pone el pecho contra el mueble dejando mi cabeza dentro de la pica de las manos e introduce su verga en mi inferior lo hace con fuerza y eso me encanta, levanta una de mis piernas y la sujeta todo el tiempo para que me entre mejor su falo erecto, me giro lo cojo de la mano y lo llevo a la cama entonces el vuelve a tomar el mando me ata las manos, separa mis piernas y las ata también, saca un estimulador de clítoris y empieza a utilizarlo, pone su verga en mi boca mientras no deja mi clítoris, me ahoga con su miembro no me deja respirar incluso me dan arcadas, la retira de mi boca y sale tan pero tan mojada quiero más, abro mi boca para decirle que estoy lista para recibirla otra vez y en efecto así lo hace, vuelve a introducírmelo con fuerza una y otra vez, de repente se aleja de mi retira el estimulador y comienza a besar mis piernas sube lentamente hasta llegar al muslo entonces con la punta de la lengua dibuja círculos acercándose a mi sexo, abre los labios con delicadeza y empieza a lamer con ganas, introduce dos dedos dentro, siento un placer muy intenso quiero empiezo a humedecerme sin control y sin poder evitarlo me corro en su boca, me mira y sonríe se acerca mi cuello lo besa y mordisquea.

-Ahora me toca disfrutar a mí no crees?

Mientras dice esto introduce su verga dentro de mí, no tiene prisa lo hace despacio la mete entera y la saca la vuelve a meter, la vuelve a sacar toda, me está volviendo loca ahora lo hace con más fuerza así me gusta que lo haga duro me coge del pelo fuerte besa mis labios y comienza a penetrarme sin ninguna compasión.

Se sienta encima de mi cadera y empieza a masturbarse hasta que se corre en mi abdomen y pechos, se levanta suelta mis manos nos duchamos y me marcho. Con el paso de los días no puedo dejar de pensar en esos momentos así que decido volver al gimnasio a ver si está pasan un par de días y por ahí lo veo venir se sienta en una máquina para hacer piernas yo me levanto de la bicicleta estática me acerco le tiro unas esposas a su pecho y me marcho.

Me sigue hasta los baños me aseguro de que no hay nadie dentro pongo las esposas en sus manos lo siento en el baño, retiro sus pantalones y empiezo a lamer su miembro huele tan bien y sabe tan rico se vuelve loco no puede mover las manos como le venga en gana, paso por dentro de sus brazos me siento encima suyo y comienzo a moverme con su pene dentro de mi sexo hasta que nos corremos los dos.

Sé que esto no podía repetirse, pero nunca me habían dado tanto placer como él, soy adicta a su entre pierna, me excito solo con pensar en él quiero tenerlo en mi cama cada vez que este excitada para que me dé el placer que necesito.

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