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Se la meto en el trabajo
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hola, soy amigo de Lety y Luis, ellos me animaron a contar mis anécdotas en este perfil mientras ellos regresan, así que contaré unas cuantas y espero sean de su agrado, nunca antes lo he hecho y quiero saber que opinan o si les gustan.

No diré mi nombre solo me referiré a mi como Tyson, mido 1.70, actualmente tengo 33 años y soy viudo lamentablemente, tengo una polla mediana, de unos 16 a 17 cm, pero gruesa.

Comenzaré contándoles una historia que ocurrió cuando yo tenía 19 años con una compañera del trabajo llamada Karina, ella tenía 28 años, era chaparrita como de 1.55, medio nalgona y se vestía entallada, lo que la hacía llamativa es que era muy puta, así literalmente, andaba con varios del taller y alrededores, le gustaba darle entrada hasta a vagos, ebrios y casados, le encantaba el sexo y lo decía así sin tapujos.

A pesar de tener 19 años siempre fui muy aventado, ya había dejado de ser virgen y tenía experiencia con algunas mujeres mayores, vecinas en su mayoría, para mi Karina era una mujer que servía para bajarse las ganas ya que a nadie tomaba en serio, me tocó ver a uno que otro ingenuo llorar por que según ellos la amaban, vaya tontos, esa mujer solo era desmadre y como tal así había que verla.

Me llevaba muy bien con ella, ella era muy aventada conmigo, me abrazaba, se me sentaba en las piernas, cuando al saludaba movía la cabeza para casi besarme en la boca, una ocasión mientras estábamos contando unos productos, me robo un beso, después yo le robe uno y terminamos agasajándonos riquísimo, la verdad la chava sabia mover la boca.

Una ocasión la mayoría de los hombres salieron a entregar un pedido fuerte, me quede yo solo en mi lugar acomodando unas cosas, ¡fue entonces que ella subió!

T: ¿Que paso?

K: Nada, ando aburrida, ¡las chicas las llevaron a contar y me quede sola!

T: ¿Y la jefa?

K: Está hablando por teléfono, ¡además con ella no hay problema en que suba sin que estemos haciendo algo!

No sé por qué, pero mi pene reacciono poniéndose duro, ella se veía muy bien, traía una calza negra y una blusa abierta de la espalda.

K: ¡Ahora si estamos solos chiquito!

T: ¡No me provoques que no respondo!

Ella me abrazaba y me besaba el cuello, ¡se daba vuelta y me arrimaba sus nalgas masajeándome mi pene el cual ya estaba duro!

K: ¡Uhm! ¿Ya estas así? ¡Cómo me gustan tiernitos como tú!

T: ¡jajá, estoy joven, pero te pudo hace aullar, jajá!

K: ¿Así? Demuéstramelo!

T: Segura, ¡mira que ya estoy caliente!

K: ¡Vamos, a ver si es cierto!

Karina comenzó a besarme apasionadamente, nos fuimos a la parte detrás de los anaqueles, ahí me besaba el cuello y me quito la camisa, que adrenalina, me lamia los pezones riquísimos, mi verga estaba durísima, con su pequeña mano comenzó a aricarla, mientras yo comenzaba adarme gusto acuciándole las nalgas!

K: ¡Tyson, que ganas te tengo!

T: ¡Y yo a ti!

Karina bajo por mi abdomen lamiéndome delicioso, comenzó a desabrocharme el pantalón el cual bajo con todo y mi trusa, yo me quede tenso, no creía lo que pasaba, de hecho, dude un momento!

T: ¿En serio? ¿Aquí?

K: ¿Te da miedo? ¡Nadie nos vera!, no sería la primera vez que hago esto!

Comenzó a darle lamidas excepcionales a mi cabeza, bajaba mi prepucio y mordía mi puntita, yo quería gritar, pero ahogaba mi placer, lentamente lo introdujo su boca, ¡mientras entraba su lengua se encargaba del resto!

T: ¡No mames! ¡Que rico!

K: ¡No esta tan grande pero que grueso apena si me cabe!

Karina comenzó adarme una nada de lujo, abría su boca y al tragaba, se ahogaba con ella, el ruido de su boca tragando eme excitaba más, se chupábamos fluidos, comenzó a acariciarme los huevos tan rico que me sentía morir, aun así, yo vigilaba que nadie subiera y nos encontrara.

Una vez que termino de sesear su antojo de verga se puso de pie y sin decirle nada le baje el legging con todo y tanga negra, su vagina estaba depilada, se veía apetecible.

T: ¡Que rica pucha!

K: ¡Cómetela, uhm!

Se visualizaba una pucha mojada, ardiendo de deseos, comencé a sobársela con las yemas de mis manos, eso la estremeció un poco, luego lleve mi boca a sus labios vaginales, los bese, chupe y mordí, ¡luego abrí su pepa y comencé a lamerle el clítoris el cual poco a poco se inflo en mi boca!

Escurría demasiado, con dos dedos comencé a palparla mientras la besaba las nalgas y sus muslos, no eran grandes pero si ricas, Karina se mojaba cada vez más, y más, finamente la mina tuvo un orgasmo suplicándome todo.

Sin decir más me puse de pie y le alcé una pierna, medio agachado comencé a meterle mi verga, si sin condón, ¡valiéndome todo!

K: ¡Ah!! ¡Que rico!

T: ¡Uhm! ¡Que rico se siente tu pucha!

Comencé con meter y sacar rápido, nos besábamos, ella se movía también, mi grosor la tenía contenta, yo sé que ella se había comido vergas grandes pero la mía la tenía en el cielo.

K: ¡Que rico coges chiquito, uhm!

T: ¡Aprietas chingón, ya quería cogerte!

Me senté en un banco de fierro que ahí estaba y la puse a cabalgarme dándome la espalda, sus movimientos eran fantásticos, yo comencé a sobarle las tetas y apretarle los pezones, también bajaba a jugar su clítoris, ¡qué suerte que nadie nos veía!

T: ¡Que rico te mueves, uhm!

K: ¿te gusta?

T: ¡No pares nena!

Ella se daba tremendos sentones tratando de hacer el menor ruido posible, yo disfrutaba al máximo, la adrenalina era inmensa, pero seguíamos parchando como animales.

¡La puse en cuatro sobre unos cartones y comencé a masajearme con sus nalgas!

K: ¡Ya métemela!

T: ¡Pídemela mija!

K: ¡Cógeme, ándale, méteme tu grueso fierro!

T: ¡Tus deseos son órdenes!

Comencé a metérsela rápido, se la empujaba con fuerza, como yo estaba ms alto la empujaba hasta casi tirarla, ¡eso la tenía gimiendo en silencio!

K: ¡No mames, que rico!

T: ¡Que rico, uhm!

Una y otra vez la embestía, le apretaba las tetas, le daba de nalgadas, le arañaba la espalda y los muslos, estaba extasiado.

K: ¡Oh, me voy a venir, uhm!

T: ¡yo también me vengo!

K: ¡Lléname, uhm, no pasara nada!

T: ¡Como digas!

En un acto inconsciente pero inevitable, comencé a venirme en su coñito, el orgasmo fue fenomenal, nos mordíamos los labios para no gritar, mi elche la llenaba toda y Karina se retorcía como toda una perra.

Una vez pasado el orgasmo, nos levantamos y nos acomodamos la ropa, justo en ese momento llegaron los hombres y ella se bajó corriendo al baño, yo me sentía un campeón, haberme cogido a una mujer 10 años mayor y en el trabajo, ¡qué experiencia!

Ella andaba de novia con un chofer, pero eso no impidó que el viernes nos viéramos, pero esta vez en un hotel, pero esa historia la contaré después.

¡Saludos!

Tyson.

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