Estudiaba el quinto cuatrimestre de la universidad normalmente cuando iniciaba un cuatrimestre contrataban a nuevos profesores para impartirnos la materia en la que estaban especializados, recuerdo bien que ese día entramos un miércoles, a mí siempre me ha gustado ir presentable a cualquier lado que fuera y a pesar de que entraba a las 7:00 am me levantaba a las 5:00 de la mañana para que me diera tiempo bañarme, alistarme y llegar puntual a clases.
El regreso a clases me emocionaba mucho, porque me encantaba aprender y conocer a nuevos compañeros, ese día no fue la excepción me levante 5:00 am, me bañe, aliste mis cosas, siempre me ha gustado verme bonita, estábamos en primavera así que desde temprano salía el sol, ese día elegí ponerme un vestido color lila con flores blancas, botines blancos, ondule mi cabello y mis labios rojos destacaban.
Tome las primeras clases de 7:00 a 8:00, la clase del profesor Fernando comenzaba de 9:00 a 10:00 así que habría que llegar a tiempo si no dejaría una mala impresión, pero en el cambio de hora yo había ido a la cafetería por un café ahí se demoraron bastante tiempo llegue 9:20 al salón toque la puerta y con una voz juvenil me dijo adelante
Yeimi: Buenos días ¿Puedo pasar?
Profesor: ¿Por qué hasta ahorita?
Yeimi: Fui por un café, pero se demoraron mucho en atender, no vuelve a pasar
Profesor: Que sea la última y la primera vez para la siguiente no te dejo pasar y por cierto no se pasa con alimentos, tienes de dos o lo tiras o te quedas afuera.
Mi primera impresión con el profesor es que era bastante joven, cara bonita, cuerpo trabajado en el gimnasio, pero eso si súper grosero comprendía que es una falta de respeto llegar tarde a una clase, pero ofrecí una disculpa y también me hizo tirar mi café y otros compañeros estaban consumiendo adentro en fin tire el café y tome su clase. Era excelente impartiendo su clase nos informó de la evaluación y su manera de trabajar.
Transcurrieron los días y lamentablemente su clase solo la tomaba dos veces por semana, pero eran suficientes para poder verlo porque, aunque era un hombre súper fresa y payaso no niego que llamaba mucho mi atención y la de otras compañeras. Los días que tomaba su clase iba súper linda a la universidad, escogía un atuendo sexy pero discreto, ondulaba mi cabello, usaba un perfume delicioso y participaba durante toda la clase.
Poco a poco comencé a percibir las miradas que el profesor me hacía, muchas de ellas chocaron ya que yo también no perdía oportunidad en mirarlo, cuando eso pasaba simplemente bajábamos la mirada y continuábamos con lo que estábamos haciendo, cuando me tocaba revisarme la tarea recuerdo muy bien que conmigo se demoraba mucho en explicarme el mínimo error que tuviera. El profesor era tan obvio cuando me miraba ya que mis compañeros me hacían burla diciéndome que le pidiera al profesor que los pasara con 10.
El tiempo pasaba y nuestras miradas cada vez coincidían más, paso de ser el profesor payaso y reservado a ser el profesor, amable, coqueto y risueño, tristemente solo eran miradas porque ninguno de los dos avanzaba en algo, fue hasta que un compañero hizo una reunión en su casa todos fuimos incluyendo al profesor, comimos, bebimos y para mi buena suerte jugamos semana inglesa un juego muy de secundaria, pero lográbamos besarnos con la persona que nos gustaba.
Mis compañeros me pusieron con el profesor ninguno de los dos se negó, fueron 4 besos y 3 nalgadas, los besos solo fueron de piquito, el profe no quiso descararse frente a sus alumnos así que me quede con las ganas de un beso rico, pero si dio paso a una amistad ya que día con día el profesor me saludaba, me preguntaba como estaba y se despedía de beso en la mejilla de mí, yo estaba fascinada porque era mi amor platónico.
Paso justamente 4 meses desde el primer día de clases, el profesor nos dejó un trabajo final a mí me surgieron ciertas dudas que al finalizar todas las clases fui a su salón dónde había impartido su última clase. Llegue y solo estaba recogiendo sus cosas le pedí que me aclarara algunas dudas, al pasar al salón cerré la puerta iba decidida, él fue muy amable que me explico alrededor de 15 minutos, el me miraba, me sonreía y observaba mis labios fijamente obviamente me ponía muy nerviosa y quería que nos diéramos ese tan esperado beso.
Poco a poco fui coqueteándole más al profesor, me mordía los labios al hablar, que nos fuimos acercando más y más hasta que llego el beso, fue tan apasionado, nuestras lenguas se entrelazaban, mientras me besaba sus manos bajaron a mi trasero me las apretaba tan duro las nalgas que me excitaba bastante sin pensarlo comencé a gemir, los besos subían de tono nos mordíamos y mis chillones gemidos hacían un dúo perfecto.
El profesor bajo mi mano a su miembro, sin pensarlo comencé a tocárselo sobre encima del pantalón.
Profesor: Ven chúpamela, hazme lo que tanto he fantaseado
Yeimi: Si profesor sus deseos son ordenes
Sin pensarlo me puse de rodillas, le baje la cremallera y el bóxer, y comencé a masturbarlo, en cuanto a su pene no fue la gran cosa el tamaño y el grosor eran pequeños, esperaba algo más grande, no quería coger con él porque a decir verdad me encanta (que me rompan mi cosita con una buena verga) pero no quería dejarlo con las ganas a mi amor platónico así que comencé a chuparle su cabecita mientras masajeaba sus testículos, fui subiendo la intensidad me la metí completa y es que era fácil ya que su tamaño se prestaba muy bien, su verga topaba en mi garganta, mientras entraba y salía, mis lágrimas caían, se la chupaba como una experta en orales
Profesor: Hay que rico me la estas mamando Yeimi sigue así cómetela toda amor
Yeimi: Si le gusta Profesor, si lo hago mal avíseme
Profesor: No, no así esta delicioso, no pares (gemía riquísimo, no le importo que estábamos en la universidad)
Yo no para y le hacía de todo a su verga del profesor él me tomaba del cabello y seguía metiendo toda su verga a mi boca eso le excitaba tanto que sus gemidos eran música para mis oídos.
Profesor: Ay me voy a venir amor, me dejas venirme en tu boca
Yeimi: Claro que si no pregunte hágalo
Profesor: Me encanta que seas bien obediente
Como sabía que el profesor estaba por venirse, comencé a chupársela más rico, me la comía toda y lo acompañaba con gemidos y lindas palabras
Yeimi: Si maestro lléneme toda la carita de su lechita, así papi vente rico mi amor, dame tu lechita
Profesor: Si amor te voy a dar toda tu lechita, mi niña
Ahhh!!! Ahhh! Me voy a venir mi amor, sigue así así
Seguía comiéndomela toda, poco a poco su verga empezó a temblar de que estaba a punto de explotar y sus pelotas se pusieron durísimas, de pronto estaba disparando toda su lechita a mi boca y a mi carita.
Yeimi: Si maestro así deme toda su lechita, así papito que rica lechita.
Profesor: Comete toda mi lechita amor, me encantas
Mientras el profesor se venía en mi carita yo le sonreía para que viera que me encantaba comérmela. Después de venirse comenzamos a reírnos por lo que había pasado, se subió el bóxer y sus jeans, mientras que yo me limpiaba toda la lechita del profesor.
Yeimi: Bueno profesor gracias por explicarme, ya me voy si no van a sospechar.
Profesor: Al contrario, gracias a ti, me encanto mucho
Salí del salón fijándome que nadie viera, me había ido satisfecha por chupársela a mi amor platónico, yo no le conté a mis compañeros podría ser peligroso para ambos, por eso me quede callada (porque el que come callado come dos veces), los días posteriores siguieron como antes nada había cambiado seguíamos siendo profesor y alumna y menos más que nunca me propuso algo más ya que si le hubiera negado un encuentro sexual porque la verdad prefería una verga grande.
Jamás acordamos en tener algo más, al terminar el semestre nos volvimos a reunir, pero para esa ocasión ya tenía pareja y él me acompañaba así que no pasó nada entre el profesor y yo.
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Gracias por leerme, muchas bendiciones.