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Se cumplió mi fantasía
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde siempre me he considerado una persona muy sexual, me gusta mucho, me divierte y en todos lados lo estoy buscando. Además, la idea de hacerlo en algún lugar que me puedan cachar, me puede llegar a excitar más que el acto en si.

Hace unos años tuve un novio con el que pude cumplir muchas de mis fantasías, pues teníamos el mismo apetito sexual. Una de las más ricas fue cuando, sin planearlo, agarramos la camioneta y nos fuimos a Catemaco a pasear. El viaje duraba unos 40 minutos en carretera y, la verdad, es que ese trayecto es el que nos interesaba, pues una de nuestras fantasías era que yo se la mamara mientras manejaba.

Después de 10 minutos en el coche comencé con lo mío, le saque el pene del pantalón y con calmita y un poco de saliva lo empecé a masturbar, muy despacio y casi sin toca para prolongar el acto y más porque él sabía que me gustaba que me pidiera que acelerará el paso, siempre me ha gustado tener el control. Tal cómo lo esperaba, su respiración se comenzó a agitar y movía la pelvis para pegarla más a mi mano, pidiéndome sin palabras que acelerará el paso.

Una vez que su pene estaba completamente erecto, escupí un poco más en la punta y acerque mi lengua al glande, otra vez, tentándolo a rogarle más. Esta vez no quiso esperar y tomo mi cuello, y me obligó a meterme su verga hasta el fondo. Su arranque me sorprendió y me excitó muchísimo, ya no me pude contener y comencé a mamar con gusto, pasando la lengua por todo el pene y los huevos, dejando que me llenará la boca con todo su sabor y con una mano acariciaba sus huevos.

Estaba muy a gusto haciendo lo que más me gusta cuando sentí que giraba la camioneta y se estacionaba. En un movimiento muy rápido echó para atrás mi asiento y me hizo recostarme. Supe inmediatamente qué quería y me desabroche el pantalón, sacando solo una pierna por eso de las prisas. Se colocó sobre mi y sin aviso me penetró con mucha fuerza, sacándome un grito. Estaba excitadísimo y eso a mí me puso a mil, saco mis tetas del brassier y llevo mis pezones uno por uno a su boca, chupando y mordiendo, mientras seguía bombeándome. La rudeza de la manera en que me cogía me estaba volviendo loca, por lo que tuve un orgasmo casi de inmediato, lo bueno es que eso no lo hizo alentar el paso, al contrario, decidió ahorcarme un poco. No podía con el placer que sentía, me urgía un orgasmo grande ya sentía como se iba formando, con cada penetración crecía más y más, lleve mis dedos a mi clítoris para aumentar lo que sentía y casi al instante explotamos los dos en orgasmo, gritos y gemidos.

Fue tanto, tan rápido y tan rico que nos tardamos unos minutos en recuperarnos, y en esa recuperación fue que nos dimos cuenta que, en su desesperación por cogerme, no se dio cuenta que había estacionado junto a un coche con dos personas, quienes vieron todo nuestro show… Y parecía que lo habían disfrutado muchísimo.

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