Hola, hoy vengo a relatar como salí a la calle vistiendo de mujercita siendo un hombre.
Todo esto ocurrió un día que me quedé solo en casa, soy un hombre de 20 años, vivo con mi pareja mujer, ella es una chica de una pequeña estatura 1.50 m, yo mido 1.78 m, ese día, me quede solo en nuestra casa, ya que ella se quedó a dormir con sus papás, yo estando solo me dio morbo por masturbarme, viendo mi celular observaba a aquellas hermosas mujeres, con sus cuerpos tan bellos, algo en mi quería ser una de ellas, poder ser usado como por un macho o poder disfrutar de una rica verga en mi boquita de puta.
Así que puse manos a la obra, me desvestí totalmente y estando desnudo comencé a buscar prendas de mi mujer. Comencé con un brasier color negro, ya que mi pareja tiene tetas grandes no hubo problema alguno para poder ponérmelo, aunque voy al gimnasio y tengo algo de pecho no fue suficiente para poder rellenarlo, sin embargo, mi mujer tenía algunos bras que se pegaban a la piel, los cuales use para similar pecho de mujer.
Me coloque un panti del mismo color, aunque me quedaba algo pequeño por mi miembro lo pude acomodar para que no se viese, sin embargo, se me metía en mi rajá muy profundo, lo cual hacía que me sintiese muy excitado y moroso, se me veía divino.
Más esto no bastó, yo quería más.
Busque una falda linda, tome una falda de color negro mezclilla qué ella tenía en su ropa y me la puse, mis nalgas se veían bien marcadas por el gimnasio, cada vez más me parecía a esas mujeres de esos videos, ya quería que alguien me viera.
Agregue un suéter negro que ella tenía guardado, me maquille las mejillas, me pinte los labios y puse rimen en mis pestañas, así mismo, agregue unos lentes sin aumento, ya que tengo el cabello algo largo, solo lo desacomode, me veía hermosa.
A esto también agregue unas pantimedias de red, para que mis piernas se veían más sexis.
Me coloque unos tacones qué solo hacían qué mi culito se parara más.
Me veía hermosa, una verdadera mujer, esperando ser tomada por su macho y follada hasta que la llenarán de leche en su culo.
Ya estando así, comencé a sentir que debía salir a la calle, sin embargo no me animaba, ya que nunca lo había hecho.
Pero decidí que ya estaba vestida, debía hacerlo, tome las llaves de mi casa, me puse un abrigo, tome un condón (no desaprovechar una verga si se me cruzaba) y salí. Ya era muy noche, como las 2 de la mañana, sin embargo, pasaban carros, al no ser una calle tan concurrida, pasaban pocos, algunas familias, pero otro eran hombres, machos, no como yo, una verdadera puta, me agachaba frente a ellos para que vieran mi culito.
Me gritaban cosas obscenas, lo cual me calentaba mucho, me pare en una esquina, vi un guardia de seguridad a lo lejos, él me decía cosas y se tocaba la verga, yo solo pasaba mi culito frente a él.
Algunos hombres me decían, “Ahí va tu vieja” y no los culpo, me veía hermosa.
Hasta que un carro se detuvo y me preguntó que cuanto cobraba, yo nerviosa no sabía que decir y solo me subí a si carro, el me tomo de mi pierna y me dijo.
-No vas a hablar, eres una puta fácil, solo te subes, quieres verga verdad.
Cuando el paso su mano en mi entrepierna noto mi pené y exclamó, no sabía que tenías verga, pero aun así, te vez bien rica putota, te voy a dejar bien llena de leche.
Ahí pude hablar, le dije que si quería leche, esto haciendo la voz más aguda que podía, el me empezó a besar tan apasionadamente que me excite demasiado, puse mi mano sobre su verga y comencé a frotar la y a buscar su cinturón, quería sentir su verga en mi boca, él me dijo, “ves, eres una puta, ahorita nomas me estaciono y te voy a coger bien rico mami”, se detuvo frente a una tienda de conveniencia fuera de servicio, un lugar oscuro, ahí yo ya iba mamando su verga mientras el conducía.
Cuando llegamos, yo ya estaba a 4 patas mamando una rica verga de 15 centímetros, bien gorda y sabrosa, me la metía toda, hasta la garganta, nunca había probado una, pero debo decir que fue glorioso, le mamaba el pito como mi esposa lo hacía conmigo, era algo delicado, ya que nunca lo había hecho, el me tomo por la cabeza y empezó a embestirme con ganas, a lo cual se detuvo…
Quieren parte dos, puedo seguir.