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Sacrificando mi culo por la mujer más hermosa
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Relato anterior: "Mi novia llegó con la colita llena de semen", dejo el enlace al final del relato.

Faltaba alrededor de mes y medio para terminar el semestre, el último de Arturo y tendría que regresar a Sonora a administrar los negocios de su familia, me encontraba triste sabiendo que pronto se iría lejos, en ese semestre los directivos de su carrera, los cuales tenían convenios con diferentes empresas de Monterrey, habían programado un mes de prácticas para foguear a los nuevos egresados, lo cual a su vez, beneficiaba a las empresas al tener mano de obra calificada y además gratis, así que sería un mes sin ver a Arturo, que partiría a Monterrey y posteriormente regresaría una semana, ya sin clases, para los preparativos de su graduación, esa última semana tenía planeado que me iba a coger todos los días y en todas las formas posibles, como despedida, sin importar como me dejara la colita, me había preparado mentalmente.

El último lunes a la semana que partiría a Monterrey, después de una de esas memorables cogidas que me daba después de los entrenamientos, me dice que quería hacer una fantasía especial antes de irse a Monterrey, pensé que nuevamente insistiría en cogernos a Adriana y a mí al mismo tiempo y ya estaba preparado para la negativa, pero dijo algo que me sorprendió y mucho:

– ¿Te gustaría cogerte a Valeria?

Valeria era una de sus hembras, una modelo que contrataban para amenizar eventos deportivos, una mujer exhuberante, con un cuerpo perfecto, el sueño imposible de casi cualquier hombre, alta, pelo negro, largo y ligeramente ondulado, de tez muy blanca, piel lisa y suave, grandes y hermosos ojos de color castaño oscuro, unas tetas grandes, redondas y firmes, un culo hermoso, redondito y respingón, con unas nalgas firmes y una cinturita de avispa que le marcaba todavía más el culo, hermosa cara y unos labios gruesos y carnosos, seguramente la mejor de sus hembras, mentiría si dijera que no tuve algunas fantasías con ella, pero definitivamente una mujer fuera de mi alcance y de la gran mayoría de hombres, pero no de Arturo, a quien conoció en un viaje por avión en uno de sus frecuentes viajes a Sonora a visitar a su familia y a Valeria la habían contratado en ese estado para un evento.

El sólo imaginarme de tener el privilegio de poder cogerme esa hembra, me excitó sobremanera, era casi como tener sexo con una Diosa, algo fuera del alcance de cualquier mortal, pero Arturo no era así, no acostumbraba compartir a sus hembras, lo que se me hizo muy extraño, por lo que quise indagar un poco más:

– Claro que sí cabrón, es la hembra más hermosa de todas las que te conozco, uffff, no sabes las pajas que me hecho en su honor, es preciosa, con ese cuerpo y ese culito divino, pero es raro que lo preguntes.

– ¿No te gustaría participar en un trío, tú y yo con Valeria?

– Ufff, claro que sí, no cualquiera puede cogerse a una mujer como Valeria, que me perdone Adriana, pero si tuviera la oportunidad no la desaprovecharía, pero estoy confundido, tú no eres así de compartido y menos con la mejor de tus hembras, así que escupe, ¿Qué estás tramando?

– Ja, ja, me cachaste, pero no es nada que no te gustaría, ya que no quieres que me coja a Adriana y a ti al mismo tiempo, quiero cogerme a Valeria y a ti juntos, mis dos mejores culitos, pero sería de una forma muy especial, ¿No te excita?

-Ya decía yo que había algo más de fondo, solo quieres cogerme y humillarme con esa hembra, la verdad no es algo que me agrade mucho, yo pensé que la cogería, así que definitivamente nooo- recalqué.

– Anda, Ariel, te la cogerás, será muy rico, Valeria tiene una fantasía y quiero complacerla y si además es contigo sería increíble, anda, sabes que pronto partiré, te lo pido como regalo de despedida, no te arrepentirás- dijo mirándome con esa mirada tierna e insistente, esperando mi aprobación.

– Y de que se trata esa fantasía- contesté, realmente me gustaría complacer a mi macho y cumplirle su mayor fantasía, ya le había cumplido varias, probablemente sería la última fantasía antes de su partida, pero no si era algo que fuera humillante para mí, tenía mi orgullo.

– Resulta que Valeria quiere ver cómo me cojo a un hombre, pero tendrías que fingir que es tu primera vez.

– No entiendo, y además sabes bien que no sería mi primera vez, ni la segunda, ja ja, ya me tienes muy usadito.

– Ja ja, es cierto, pero eres muy bueno para actuar, no sabes cómo me excitas en nuestras fantasías de violación, como te resistes, tus quejidos y grititos, te sale perfecto, cualquiera pensaría que realmente te estoy violando.

– Mmm, no sé Arturo, sabes que lo hago para complacerte, pero una tercera persona en nuestros juegos, no sé, ¿será discreta?, nadie podría saberlo, ni mis amigos, conocidos y mucho menos mi novia, se me hace arriesgado.

Era extraño que una mujer tan bella y femenina tuviera esa fantasía, así que continué preguntando.

– ¿Y cómo es que te pidió hacer esa fantasía?, es extraño que un monumento de mujer como Valeria tenga ese tipo de fantasías, ¿no crees?

– Ja, ja, fue fácil, simplemente me la estaba cogiendo por el culo y no le cabe entera, la empecé a humillar diciéndole que no era lo suficientemente puta, que cualquiera de sus ex-novios me la comería entera y serían mejores putas que ella, y le excitó tanto que quiere ver como desvirgo a un hombre y lo convierto en mi puta.

Era increíble como manipulaba Arturo a los demás, realmente la fantasía era de Arturo y había manipulado a Valeria para que se convirtiera en su fantasía.

– Cabrón, ya lo decía yo, esa hermosa hembra no podía pensar en algo tan morboso, tú eres el culpable de esa fantasía, pervertido.

-Vamos, acepta, va a ser muy excitante, te prometo que va a estar increíble, te dejaré que la cojas antes de empezar con la fantasía, te va a encantar- Me dijo con esa mirada risueña e insistente.

Aunque me excitaba, no estaba muy seguro, tenía que pensarlo muy bien, así que no le confirmé de inmediato.

– No sé Arturo, déjame pensar y te confirmo otro día.

– Bien, pero tiene que ser esta semana, el domingo salgo a Monterrey, lo sabes. La cita sería el sábado, sal temprano con Adriana y la dejas en casa antes de las 11 y no te la cojas, para que estés listo para Valeria.- afirmó Arturo con total seguridad que aceptaría su propuesta.

Ese día en la noche después de ver a Adriana, me imaginé el encuentro y estaba tan cachondo que me masturbé en 3 o 4 ocasiones, hasta que quedé dormido, imaginando que disfrutaba el sensual cuerpo de Valeria mientras era penetrado por Arturo.

Lo pensé mucho y al final decidí aceptar la propuesta, había insistido tanto en cogerme a mí y Adriana juntos, que quería satisfacer su fantasía, aunque no fuera precisamente con Adriana, además la oportunidad de cogerse a una mujer de película se da una vez en la vida y había que aprovecharla, aunque el costo de cogerla fuera mi culo.

Los mensajes de Arturo, fueron tantos y tan insistentes en los siguientes días, hasta que el jueves por fin acepté, Valeria era bella y hermosa, y bien valía cualquier sacrificio por acostarse con ella, y más si ese sacrificio era muy gratificante, una estaca clavada en mi cuerpo, ja, ja.

Arturo pasaría por mí a las 11 ya con Valeria e iríamos a su departamento, el plan era tomar algunos tragos y al calor de las bebidas, Valeria nos seduciría y haríamos un trío, posteriormente sería atado y forzado por ambos, y así "perder" mi virginidad y convertirme en una nena.

Llegó el sábado y Arturo pasó puntual, me presentó a Valeria, y empezamos a charlar de cosas intrascendentes.

Llegamos rápidamente al departamento de Arturo. Valeria se veía sensacional, muy sensual, llevaba una vestido muy corto, de color rojo, con un gran escote en las tetas y espalda y zapatillas del mismo color, Arturo fue por una botella de whisky, vasos, hielo y agua mineral, y empezamos a beber, unos minutos después se levantó a poner un poco de música y sacó a Valeria a bailar, bailaron un par de piezas, ambos se movían en forma muy cachonda y sensual, más que un baile parecía una danza de apareamiento, lo que me empezó a excitar, llegó mi turno, Arturo dijo que iría a preparar botanas a la cocina y me dejó con Valeria, quién me sacó a bailar, era un sueño, bailando con la mujer más bella y sensual, un sueño del que no quería despertar, suspiré para ver si realmente no estaba soñando y sentí el aroma de su cuerpo, una fragancia sensual y excitante, empezó una suave música y empezamos a bailar más pegaditos, una de mis manos en su espalda, estaba nervioso, mi corazón palpitaba, mis manos sudaban, me atreví a bajar tímidamente mi mano a su cadera, mi mano temblaba, en el baile no faltaron los "roces" accidentales de sus nalgas y sus tetas con mi cuerpo, aunque en realidad estaba seguro que no eran nada accidentales, Valeria lo hacía a propósito y me estaba calentando mucho, en momentos la palma o el dorso de su mano "rozaba" accidentalmente mi verga, la cual se me estaba poniendo durísima, los roces se hicieron tan atrevidos que no aguanté y en una vuelta me le repegué completamente a su cuerpo, apretándola y apoyando mi verga en medio de sus nalgas y le susurré al oído:

– Perdóname, pero tengo que decirte que estás buenísima, eres la mujer más hermosa y sensual con la que bailado en mi vida y estoy muy caliente y cachondo- aspiré el aroma de su pelo y me atreví a darle un suave beso en el cuello, su piel era tan suave que me hizo vibrar y creo que también ella se estremeció.

Seguimos bailando y me contestó, al tiempo que me miraba fijamente:

-Gracias, que lindo eres, también estoy muy caliente y cachonda, Arturo y tú me tienen bien cachonda, son tan fogosos y guapos.

Su mano fue a mi verga y la apretó ligeramente, una corriente eléctrica recorrió todo el cuerpo y se me puso más dura todavía, en eso estaba llegando Arturo y saca a bailar a Valeria, por lo que a mi pesar, tuve que irme a sentar al sofá, con la verga tan dura que me molestaba, siguieron bailando muy pegados y Arturo bajó sus manos de la cintura a la bellas nalgas de Valeria y empezó a acariciarlas y apretarlas, esa visión me perturbó más todavía y me imaginé tocado esas nalgas perfectas, algo cuchichearon entre ellos y se fueron a sentar en el mueble, junto a mí, Valeria en medio de ambos.

Sentí la mano de Valeria en mi pierna y la deslizó hasta tocar mi verga sobre la ropa, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo al contacto, Arturo se estaba quitando los pantalones, así que imitándolo, levanté mi cadera y me quité los míos, mi mano fue lentamente avanzando rumbo a la entrepierna de Valeria y me aventuré a tocarle su coño, todavía cubierto por una tanga minúscula, la tanga estaba completamente húmeda, Arturo sacó las tetas entre el pronunciado escote y se aferró a ellas, besándolas y chupándolas, me atreví a meter mi mano bajo su tanga, sus labios estaban empapados, suaves y ardientes, no podía creer que estuviera tocando el coñito de una Diosa, un coñito muy húmedo, chorreante y me atreví a empujar mis dedos, sus pliegues se fueron abriendo y mis dedos se fueron deslizando suavemente en su interior, un gemidito salió de su boca, mis dedos quedaron empapados de sus flujos.

Le quité la tanga y su vestido, mientras. Me terminaba de desnudar, Arturo se encargaba de su sostén, también se terminaba de desnudar, pronto quedamos los tres desnudos.

Nos hizo levantar y se arrodilló a mamar nuestras vergas en forma alternada, la sensación de sus labios ardientes en mi verga era increíble, me dolía la verga de lo parada que estaba, recorría la redondeada cabeza con su lengua y después se la metía en la boca y succionaba suavemente, gemidos de placer salieron de mi boca. tuve que controlarme para no correrme como un adolescente, se sentía riquísimo, era una mamadora excelente la mejor de todas, era notoria su experiencia, me jaló de la verga y me puse junto a Arturo, con ambas vergas al palo, casi rozándose, si bien mi verga no era pequeña, unos 17 cm, comparada con la de Arturo parecía de un adolescente, más larga, gruesa y pesada, me daba un poco de pena ante aquella escultural mujer, pero parecía no importarle, las frotó una contra otra, y mi cuerpo se estremeció al contacto, abrió su boquita y chupó ambas vergas, juntas, rozándose, la sensación del roce de esa enorme verga contra la mía, unido a los ardientes labios de Valeria, era demasiado y pensé que me correría ahí mismo, en su boquita, estaba a punto de explotar, pero afortunadamente, ya que no quería acabar tan rápido se levantó y nos llevó a la recámara.

– Vengan amores, acá estaremos más cómodos.

Así fuimos los 3 juntos a la recámara, Arturo con una mano en el hombro de Valeria y mi mano acariciando sus bellas nalgas.

Llegamos a la recámara y Arturo se acostó boca arriba y tomando la cabeza de Valeria la fue acercando a su imponente mástil.

-Ven, abre la boquita nena, lo escuché decir,

Valeria se inclinó más aún y quedó en 4 patas, agachada, con el culo empinado, majestuoso, tentador, no pude contenerme, me acerqué y me arrodillé sobre la cama, acerqué mis manos con un poco de nervios, y empecé a acariciar la piel suave y sedosa de su trasero, abrí sus nalgas y su delicado hoyito quedo expuesto, chiquito, rosadito, fruncido, palpitante, acerqué mi cara y aspiré el aroma de su culo, extasiándome con ese profundo aroma de hembra, tan femenino, tan íntimo, al aspirar mi piel se erizó, saqué mi lengua y con timidez alcancé su rico agujero, lamiendo la entrada solo con la puntita de la lengua, se estremeció y su esfínter se frunció un poco, involuntariamente, Valeria se estiró, abrió más las piernas y empinó más la colita, indudablemente una invitación a continuar, así que no me hice del rogar, y recorrí toda su rajita con mi lengua, desde su clítoris hasta su culito, saboreando, succionando suavemente cada centímetro de su piel, disfrutando su sabor embriagante, la escuche gemir y me prendió más, enterré mi cara entre sus piernas y chupé profundo, con glotonería, succionando sus flujos, mi nariz quedaba justo en su orificio trasero, y aspire, empujando un poco mi nariz en su rico hoyito, casi penetrándola con mi nariz, con una mano mantuve abiertas sus nalgas y busqué su fruncido agujerito y empecé a lamerlo rápidamente, empujando la punta de mi lengua dentro de su caliente agujero, al tiempo que enterraba un par de dedos en su ardiente coño, no aguantó más y empezó a convulsionar, todo su cuerpo vibraba en señal inequívoca que se estaba corriendo, sus jugos escurrían por mis dedos, dejó de chupar la verga de Arturo para lanzar fuertes gemidos gritando en forma incontrolable:

-Ay, si, aggg, que rico, ahhh siii.

Arturo, se aferró a sus pechos y los succionaba, apretándola a él, sintiendo como se retorcía de placer, hasta que recuperó el aliento y le dio un beso cachondo, al tiempo que le decía:

– Ay Arturo, por Dios, tu amigo ya me hizo correr, no lo puedo creer, que ricos son ambos.

Me sentí orgulloso del comentario y seguí chupando sus nalgas, mordiéndolas suavemente, pero Arturo levantó a Valeria y la acomodó entre sus piernas, listo para empalarla,

– ¿Lista nena para recibirme?

-Si, Fóllame- ayyy, estoy ardiendo, te quiero dentro.

Acomodó la punta y vi como intentaba abrirse paso, lentamente, abriendo la entrada de su vagina, Valeria se quejaba un poco al momento de entrar la punta y traspasar la entrada.

-Ay Arturo, que bárbaro, que gruesa, siempre me duele un poco, nunca me voy a acostumbrar al grosor de tu verga- expresó Valeria,

-Shhh, calla!, sólo relájate- expresó Arturo al tiempo que la tomaba de la cintura y le enterraba la verga hasta el fondo, haciéndola gritar, aunque más que de dolor, era un grito de placer.

-Ay, Arturo, que bárbaro, que verga tienes, me llenas por completo, agh, que rico,

Arturo empezó a moverse en un lento vaivén, tomando a Valeria de la cintura, el cuerpo de Valeria se bamboleaba, sus nalgas se abrían y cerraban, dejando por instantes expuesto el tierno agujero del culo, palpitante, tembloroso, insinuante, no pude contenerme y busqué el lubricante que usaba Arturo y me puse un chorro en mi verga, lubricándola bien y me puse en cuclillas detrás del cuerpo de Valeria, busqué su ardiente agujero y apoyé la cabeza de mi verga, Arturo entendió lo que pretendía y dejó de moverse, sujetando a Valeria de la cintura para facilitar la penetración, empecé a empujar lentamente y sentí como sus pliegues se iban abriendo hasta que entró la cabeza de mi verga en su ardiente interior, era un placer exquisito, su culo era muy estrechito y apretaba mi verga, sus paredes internas se contraían y relajaban ajustándose al grosor de mi verga, se quejó un poco:

-Ay, despacio, me dueleee, ayyy, despacitooo.

-¿Te duele nena?, anda, relájate, quédate quieta, así, tranquilita, vas a ver cómo vas a gozar con mi verga, aguanta, te vas a ir acostumbrando poco a poco- dije al tiempo que le daba una ligera nalgada y le masajeaba las nalgas para que se relajara.

:Anda Ariel, cógete ese culito, cógelo bien, es riquísimo- Me animaba Arturo al tiempo que reiniciaba el vaivén de su verga, embistiendo el coño de Valeria, al hacerlo, sentí que su verga rozaba la punta de mi verga a través del delgado pliegue que separa el coño de su culo y me estremecí, fue una sensación increíble, nunca antes sentida, y empecé a empujar lentamente pero sin detenerme hasta que mis testículos golpearon las nalgas de Valeria, quien lanzó un fuerte gemido, me quedé unos instantes quieto esperando que su culito fuera adaptándose

-Ay cabrones, me duelee, pero que rico, así, meténmela más, ufff, cójanme soy su putaaa, agh

-Si nena, tranquila, ahora empieza lo bueno, te vas a morir de placer-dije al tiempo que empecé con mis embestidas, y Arturo arreciaba las suyas, empezamos a sincronizarnos, las sensaciones eran únicas, estaba follando el culo más hermoso y sentía como su culito apretaba mi verga y al mismo tiempo alcanzaba a sentir el roce de la verga de Arturo, follando el otro agujero, verga con verga separados por un delgado pliegue.

Empezamos los 3 a aullar de placer, en una sinfonía de gritos y gemidos intensa, la tomé de la nuca y empecé a besarla del cuello, succionaba su nuca, mordisqueaba sus orejas, mientras Arturo se aferraba a sus tetas, mordiéndolas, succionándolas con rudeza, haciéndola gritar de placer, los 3 sudábamos en forma intensa, nuevamente Valeria empezó a convulsionar y las embestidas de ambos se volvieron más intensas, las sensaciones de su culo, sus espasmos apretando mi verga, ahorcándola y el roce de la verga de Arturo a través de cuerpo de Valeria, era demasiado y provocaron que también empezara a convulsionar, sentí que mi verga se hinchaba y empezaba a bombear esperma ardiente profundamente dentro de los intestinos de Valeria, escuchaba que Arturo también aullaba y se estaba corriendo dentro del coño de Valeria, inundándolo de leche calientita, un orgasmo triple, intenso, inimaginable, el cuerpo de Valeria chorreando semen por sus dos agujeros, me derrumbé sobre su espalda sudorosa, al tiempo que Valeria se derrumbaba sobre el pecho de Arturo, escuchando su respiración agitada y el palpitar de su corazón, poco a poco mi respiración se normalizó y me derrumbé a un lado a fin de no aplastar con mi cuerpo a Valeria y Arturo, y quedamos exhaustos descansando para recobrar energías, y platicando de lo fabuloso que había sido la cogida.

Me levanté a asearme y me siguieron Valeria y Arturo, nos metimos los 3 bajo la regadera, la leche de ambos escurría por las piernas de Valeria, y en la estrechez del baño eran inevitables los roces, tanto de Valeria como de Arturo, y nos fundimos en un triple abrazo, al tiempo que el agua tibia recorría nuestros cuerpos, después empezamos a asearnos, le ayudamos a Valeria a lavarse la colita y el coñito, y ella nos enjuagaba nuestras vergas, las suaves caricias de sus manos provocaron que involuntariamente mi verga volviera a ponerse dura y observé que a Arturo le pasaba lo mismo, su enorme trozo de carne estaba nuevamente firme y al notarlo Valeria exclamó.

-Ja, ja, parece que ya están listos para el segundo round, por eso me gustan los jóvenes como ustedes, siempre calientes y aguantan más de un palo, ja ja.

Rápidamente nos secamos y regresamos listos para la siguiente sesión, con nuestras vergas al máximo, totalmente repuestas, en esta ocasión, Valeria se acostó boca arriba y me pidió que le chupara el coño, para lo cual me arrodillé y busqué su sexo, quedando en 4 patas, Valeria me tomó de la cabeza y la hundió en su coño, al tiempo que la escuché decir, dirigiéndose a Arturo.

– Ahora papi, lo que me prometiste.

Valeria levantó una pierna sobre mi espalda, hundiendo más mi cabeza en su coño, y sentí que Arturo me tomaba de las manos con firmeza y las llevaba a mi espalda, al tiempo que algo frío se posaba sobre mis muñecas y se escuchó un clic conocido, me estaba poniendo el par de esposas que ya usábamos en nuestros juegos.

Acababa de empezar la fantasía de Valeria, lo que pasó después se los cuento en el siguiente relato.

Me encantaría saber sus comentarios, si les gusta o no lo que escribo, mi correo es [email protected]

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