Rick, Ricardito, para los amigos es uno de esos hermanos de la vida, que no importa donde esté, siempre se comunica para cumpleaños, o viaja especialmente por algún acontecimiento. Los dos venimos de hogares humildes. Los dos con esfuerzo y trabajando al mismo tiempo pudimos llegar a un título universitario. Él en las finanzas, hizo muchísimo dinero, ahora reparte su tiempo entre Nueva York y Buenos Aires. Yo en la ingeniería.
Yo, si bien tengo un buen pasar, no llego ni por asomo al uno por ciento de su patrimonio. Los dos estamos en los cuarenta. Él siempre fue elegante, tiene buena percha, luce la ropa que se ponga. Yo, me defiendo.
Ninguno de los dos nos casamos, solamente parejas ocasionales, nada importante. Las carreras, los desafíos autoimpuestos, habían hecho de nosotros dos solterones.
Un miércoles me llama:
“¿Hola Tony, como anda todo? ¿No se te cayo ningún edificio todavía?
“No Rick, por suerte, ninguno. Te noto la voz rara, ¿algún problema serio?
“Problema sí. Serio, para el mundo, no, pero para mí…
“Boludo, no me asustes, ¿algo de salud?”
“No por suerte. Escuchame, ¿tenés planes para el fin de semana?
“No, para nada” le contesté
“¿Te jode si te pido que nos veamos en Punta del Este? No quiero aparecer por Buenos Aires”
“¿Para nada, cuando pensas llegar?
“Viernes a la noche. Ya reservo hotel para los dos”
“Dale, nos vemos”
Yo llegué temprano ese viernes, me registré, y salí a caminar por la costanera, me refrescaba la brisa del mar. No podía dejar de pensar en Ricardito y cuál sería el problema si no era de salud. Él tiene los medios como para solucionar casi todos los problemas, pensaba.
Después de tomar un café en un barcito, al anochecer volví al hotel.
“¿Ya llegué, cenamos en una hora, en el restaurant del hotel?” Me mensajeó.
“Dale”, fue mi respuesta
El resto del hotel es uno de los mejores de Punta, los viernes y fin de semana se llena de extranjeros. Y es usual vestir de un muy elegante sport. Como siempre en todos los detalles él había reservado mesa. Llegué, y conociendo eso, pregunté y me guiaron a la mesa. Puntualmente, como es su costumbre lo veo entrar. Impecablemente vestido, y para mi sorpresa, con una mujer, bellísima, que bien podía estar en las pasarelas más importantes del mundo. Como yo hablo perfecto inglés toda la conversación fue en ese idioma.
“Jenny, él es Tony, mi hermano de la vida, mi mejor amigo”
“Tony, ella es una buena amiga, me acompaña en este viaje para conocer Punta” nos presentó
Pelo castaño claro natural, ojos azules impresionantes. Flaca, pero con muy buenos pechos, y cola. Y vestía como modelo. Todo el mundo la miró cuando entraron.
Dejé que el guie la conversación, no quería hacer preguntas incómodas. Charlamos de autos, motos su pasión, pero me sorprendió cuando al pasar me comentó que ella vivía en Atlanta, Georgia, no en New York como él.
Jenny charlaba animadamente, no se quedaba aislada. Es más, cuando él contaba de las penurias que había tenido en un viaje en moto de NY a Atlanta, ella lo tomó del brazo y apoyo su cabeza en el hombro de Rick riendo divertida. El solo la miró y sonrió. Pasamos una noche sumamente agradable. Ella era una mujer súper agradable.
Nos saludamos y ellos fueron a su cuarto y yo al mío, no sin antes quedar de acuerdo en que el primero se despertara llamara al otro.
Estaba entrando a mi cuarto cuando recibí un mensaje de Rick. “¿A las 7 en el lobby y vamos a caminar?” Mi respuesta fue OK
Puntualmente nos encontramos y salimos a caminar
“Che, que hermosa que es Jenny, y además re sociable, amable, educada. Una verdadera dama.”
“Si, tal como vos decís. Tony, te pedí juntarnos porque sos el único que me va a decir la verdad de lo que piensa. Sos mi hermano y solo confío en vos”
“Tanto como yo en vos, Ricardito, ¿qué pasa, que problema tenés?
“Mi problema es justamente Jenny. Sentémonos y te cuento”
“Vos sabes que muchas veces cuando viajo, busco escorts para pasar un buen rato, muchas veces lo charlamos. Pues a Jenny la conocí de esa forma. La vi en una página, y como muchas veces las fotos no son muy reales, solo pedí estar tres horas con ella para cenar.
Cuando la vi, no podía creer lo hermosa que era, la sonrisa en el rostro, los modales. Cenamos en mi hotel, el Hyatt, y después fuimos a charlar a un bar de whisky. Fue tal cual la viste anoche, una dama total. Nadie podía adivinar que era una prostituta de lujo. Cuando estaba llegando la hora, simplemente miró el reloj y me dijo “Rick, tu tiempo, querés que vayamos a tu habitación” Le dije que no. Ella tomó el teléfono y fue al baño.
Cuando volvió estaba más sonriente que antes, solo me dijo “Si querés podemos seguir charlando…” Estuvimos una hora más, se despidió con un beso en mi mejilla y una sonrisa hermosa. Pero antes me dijo “Los clientes no pueden pedir nuestro teléfono, pero si yo lo dejo sobre la mesa y voy al baño, vos podrías…” Y lo hice, desde su teléfono marqué mi número.
Instantáneamente llamé y pregunté si Jenny estaba disponible para una cita de 24 horas, me dijeron que sí, y pedí que me vea en el hotel a las 11.
“Si, te sigo” le dije.
“Bueno, ella me llamó a las 9 y me preguntó:
“Hola Rick, espero tengas un buen día. Te molesto porque me avisaron que hoy nos vamos a ver, y quería que me digas que ropa querés que use” le contesté que tenía ganas de pasear por Atlanta, y a la noche ir a cenar a donde ella elija.
A las once entraba al hotel con un bolso y cuando me vio, me abrazó por el cuello y me dio un beso en la mejilla. Subimos, dejó el bolso en mi habitación y salimos. Paseamos por varios lados, muchas veces ella me tomaba del brazo y caminábamos en silencio por parques, museos.
Comimos hot dogs, nos hacíamos bromas.
Te juro Tony, disfruté cada momento. Volvimos al hotel ella se duchó y como yo estaba en una suite con una habitación le dejé la habitación a ella. Después cenamos, tomamos un café y en un momento dado, me tomó la mano y me dijo “Rick, perdoname, pero tengo sueño, me cansó el paseo.”
Fuimos a la suite, y ella se acostó en ropa interior, no sin antes preguntarme si quería que se ponga algo en especial, que tenía varios conjuntos para dormir. Yo le dije que ella se ponga lo que la haga sentir cómoda.
Nos acostamos, yo boca arriba, extendí mi brazo y ella apoyo su cabeza en mi hombro.
Acariciaba mi pecho dulcemente. Había pasado un rato cuando se sentó en la cama.
“¿Rick, pasa algo? ¿Te hago sentir incómodo, no te gusto por algo? Me preguntó
“No, por favor, estoy genial, espectacular”
“Entonces, por qué…”
“Jenny, hace mucho tiempo que no disfruto de estar y compartir tiempo, salidas, paseos y hot dogs, como hicimos hoy. Y aunque te parezca raro, disfruto de tenerte abrazada.”
Ella me dio un beso muy suave en los labios y se volvió a acostar. Así nos dormimos y nos despertamos, abrazados.
Aunque “mi tiempo” era hasta las 11, ella se quedó conmigo hasta las 13 que salía mi vuelo.
“Rick, te quiero dar las gracias por tratarme como una dama, por ser educado, respetuoso. Lamentablemente muchos hombres piensan que…”
“Jenny, gracias, pero yo soy así, no soy así para vos.”
“Un distinto” me dijo.
Te juro que hacía muchos años que no disfrutaba un fin de semana así.
Bueno, el tema que el miércoles, volvía a llamar y reservarla para el sábado a las 11. Reservé la misma suite.
Al rato me mandó un mensaje “Hola distinto, me alegras la semana”
“Dejo en tus manos planear el tiempo que tenemos juntos” le mandé
Fue igual de hermoso. Y como la vez anterior, entre nosotros no pasó nada, porque yo no quise.
Ella cuando yo me iba, no me mensajeaba ni llamaba, yo tampoco. A los diez días, le mandé un mensaje “Te bancarías estar casi tres días con “El Distinto”. “Por favor, va a ser un verdadero placer” “Bueno, ahora llamo” “No, no llames. Me voy a tomar unos días libres. Y si querés llamame”
La llamé y le dije que la esperaba en Dekalb uno de los aeropuertos y que traiga ropa para calor, y las mallas.
El viernes en un avión privado fuimos a una isla de Bahamas, a un resort espectacular.
Cenamos, paseamos a la luz de la luna por la playa, al día siguiente jugamos como chicos en la playa, en el mar. Esa noche, jugando, tomamos unos rones de más, caminábamos por la playa desierta y ella me tomó de la mano, entrecruzando los dedos. Sin pensarlo, la besé, nos tiramos en la arena, nos besamos como dos adolescentes, hasta nos metimos al mar y nos besamos allí.
Y cuando le dije de venir, sin decirle porque, aceptó enseguida.
Ah, y todavía no le hice el amor. Solo algunos besos y caricias suaves.”
“¿Vos me querés decir que volaste de NY hasta acá para contarme esto?
“Si, claro, quería charlarlo frente a frente con vos”
“Bien, pero en esta historia falta una parte” le dije
“Bueno, obvié algunos detalles”
“Como decirme cuando te diste cuenta que estás enamorado”
“Eh, es que no se…”
“Ricardo, por favor, tenés una cara de boludo enamorado total. “
“Bueno, sí. ¿Pero vos que pensas, estoy loco de enamorarme de una escort?
“Acá yo veo algo raro. Mostrame el número de la Agencia y cállate.”
Llamé, pedí reservar un turno con Jenny, me contestaron y corté”
“¿Cuándo fue la última vez que revisaste la página de la agencia?
“Cuando la vi por primera vez, después solo por teléfono. Y desde antes de Bahamas ya directamente con ella, y no me cobraba.”
“¿Y no te pareció raro que se pueda tomar tantos días?”
“Ni lo pensé”
“Bueno, me acaban de decir, que Jenny no trabaja más, que se retiró”
“¿Cómo, en serio?”
“Si boludo, si”
“Pero no me dijiste nada de tu opinión de que salga con una escort o ex como ahora”
“Ricardo, vos pretendes que yo te juzgue, no hermano, nunca. Y el pasado de Jenny es suyo, y no soy quien para juzgarla. Solo sé que esa mujer te está demostrando que te quiere, que siente algo por vos, y vos ni te das cuenta porque pensas más en el que dirán. Sinceramente no pensé verte tan pelotudo.”
“Sos duro”
“Ricardo, dejate de joder. A ver, ¿qué otra escusa vas a inventar?”
“Bueno, otro tema es la edad, solo tiene 24 años”
“Y que mierda le importa al mundo si vos sos feliz. Por favor, dejate de joder”
En ese momento le llegó un mensaje de Jenny preguntando donde estaba. Le dijo que en 5 minutos estábamos en el bar del hotel para desayunar
Estábamos allí cuando ella entró. Elegante, derrochando belleza. Pero su rostro era serio, solo para saludarnos esbozó una sonrisa.
Pedimos el desayuno y ninguno hablaba.
“Jenny, vos sabes del afecto de hermano que me une con Rick. Pero eso no quita que pueda opinar con libertad. Pues, pienso que es un estúpido, en castellano tenemos otras palabras, no se da cuenta la mujer que tiene al lado. O en realidad, se da cuenta pero no se permite disfrutarla plenamente. “
“Tony, yo lo entiendo, un hombre de su posición, es lógico que le de vergüenza salir con una escort A y mi nombre es Kathy.”
“Kathy, vos, sin decir nada, demostraste tener más ovarios que este estúpido. Recién traté de contratar a Jenny y me dijeron que dejó de trabajar”
“En realidad, fue Tony el que se dio cuenta, El llamó” dijo Rick
“Les juro que tanta miel que cae de la mesa me da asquito. Por favor, vayan a su suite, hablen y hagan lo que deben hacer y los espero en el lobby a la una para almorzar”
Se fueron tomados de la mano, sonrientes.
Fueron al cuarto, ni hablaron, se quitaron con velocidad la ropa, y jugaron, se acariciaron y se disfrutaron, él la besaba por todo el cuerpo, ella gemía en cada caricia, cada roce de piel. El bajó y besó, lamió y succionó su vagina. La penetro dulcemente, disfrutando hacerle el amor después de tantas veces que el mismo se lo negó. Llegaron al orgasmo y se largaron a reír, felices. Se ducharon juntos y nuevamente lo hicieron en la ducha. Y otra vez en la ducha, porque cuando ella se puso el conjunto de ropa interior, después de la primera, él se lo arrancó con pasión.
Minutos después de la una estaban en el lobby, aún con los cabellos mojados. Rick traía una sonrisa tan grande que casi competía con la de ella. No dijeron nada. Fuimos a almorzar y a caminar por la playa desierta. Nos sentamos en la arena, y Kathy se sentó entre nosotros, y miraba el mar. De repente lágrimas corrían por sus mejillas.
“Qué pasa, que te pasa Kathy?
“Tony, Rick, es que en estos tres años, he estado con muchos hombres, cosa que seguramente se imaginarán. Y hasta que conocí a Rick, pensé que mi vida era esa, que nunca podría estar con un hombre por mi pasado. No por comparar la forma de hacerlo o tamaños. Simplemente porque cuando lo estaba haciendo, sabía perfectamente que era una prostituta muy cara. Ese hombre y yo estábamos por plata. ¿Cómo podría estar con un hombre y no decirle mí pasado, como soportar una mirada de asco si lo decía, como me pasó? En cambio, Una noche conocí a un hombre que sabía que estaba junto a él por trabajo. Pero no fue una noche de trabajo, fue una noche de sentirme agasajada, mimada, pero por sobre todas las cosas, respetada como mujer.
Y a la vez siguiente fue mejor, y a la siguiente mejor aún y tuve que aceptar que de ese hombre me había enamorado, y no pude seguir trabajando. No podía sentir que estaba traicionando a quien me respetaba. Te juro Tony, nunca, en ningún momento, ni siquiera una noche en la playa que estábamos un poco pasados de alcohol, se le fue una mano, dijo algo inapropiado. Nunca.
Y hoy, después de la cachetada de realidad que nos diste, hicimos el amor, tres o cuatro veces, perdí la cuenta y no tuve necesidad de fingir placer, ni orgasmos, porque te aseguro que me los regaló todos.
Cuando me desperté y no estaba en la habitación imaginé que estaba con vos. Pensé que el sueño se rompería, que debería volver a lo anterior. Pero no.
No sé qué le dijiste, pero te lo agradezco. Y te agradezco que vos tampoco me juzgues. “
“Kathy, primero me sorprende que a su edad haya llegado a 2, eso quiere decir que está metido con todo con vos, o que se tomó un frasco de pastillas.” Dije riendo.
“Espero que sean felices, que se disfruten, y gocen la vida.”
“Tony, me conto Rick que vos estas solo, que no tenes esposa ni familia”
“Si, es así”
“Seguro que eso va a cambiar”
Así concluye la primera parte de la historia.