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Relatos porno: El amigo de mi hijo me hizo su mujer (IV)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de que terminara teniendo sexo con Adrián el comenzó a visitar mi casa hasta 4 veces por semana y cada vez acabábamos teniendo sexo en la cocina a escondidas de mi hijo. Poco a poco el sentimiento de culpa y arrepentimiento fue desapareciendo y el sentimiento de placer se fue abriendo paso.

Ahora estoy totalmente entregada a Adrián, tanto que todo en mi vida ha cambiado y las demás personas se han dado cuenta, mis amigas como mi propio esposo e hijo me dicen que me veo más alegre, con más energía y por supuesto que Adrián es el motivo de eso.

Últimamente Adrián parece haber tomado un gusto por la fantasía de que mi hijo nos encuentre teniendo sexo, siempre que tenemos nuestros encuentros trato de llevarlo al baño para tener más privacidad pero solo quiere hacerlo sobre la mesa en la cocina donde mi hijo nos pueda ver y como una adolescente enamorada no puedo negarle nada.

Un jueves en la tarde mientras preparaba la comida mi hijo y Adrián llegan de la escuela, rápidamente salí a su encentro y a darles la bienvenida, con solo estar cerca de Adrián de mi hacia recorrer un hormigueo por todo mi cuerpo. Nos sentamos a comer y ambos me comentaron que tenían mucha tarea y trabajos de la escuela, tanto así que esta vez al terminar de comer se pusieron a trabajar en la mesa.

Con Adrián ocupado y con mi hijo en medio no íbamos a tener tiempo para nosotros, para no pensar en ello me dedique a terminar mis quehaceres. Pasaron las horas hasta que cayó la noche y llego mi marido de trabajar, mi hijo y Adrián seguían haciendo tarea por lo que les dije que tomaran un descanso.

Siendo ya algo tarde mi hijo nos preguntó si Adrián podría quedarse a dormir esa noche, cuando escuche eso mi cara se ilumino estaba encantada con la idea, mi marido dijo que no habría problema con que se quedara. La cena fue bastante tranquila y al acabar mi marido y mi hijo se fueron a ver la televisión.

Adrián amablemente se ofreció ayudarme con los platos sucios, con mi marido y mi hijo en la sala, Adrián aprovecho que nadie nos veía en la cocina para restregarme su miembro en mis nalgas, ”llevaba todo el día esperando esto señora Isabel“ dijo besándome desde atrás.

Nos comenzamos a besar mientras frotaba mis pechos con sus manos, con solo besarme lograba encenderme, seguimos besándonos hasta que escuchamos que mi hijo venia en dirección en la cocina para invitar a Adrián a jugar video juegos, antes de que se fuera con mi hijo me susurro que me estaría esperando a las 2 de la madrugada en el baño.

Al oír eso mi corazón se aceleró. Esa noche para no levantar sospechas a mi marido me vestí con el camisón de tirantes con el que acostumbro a dormir, al estar acostada junto a mi marido no dejaba de ver el reloj esperando que se diera la hora, estaba ansiosa por nuestro encuentro parecía una jovencita en su primera cita sin saber que tenía preparado.

Al fin se dio la hora y asegurándome que mi marido estuviera profundamente dormido me levanto de la cama en busca de Adrián, salgo de mi habitación y en la oscuridad del pasillo aparece la silueta de Adrián haciendo señas de que guarde silencio y que me acerque a él.

Nos dimos un largo beso sujetándome de mi cintura, me dijo que me veía hermosa y comenzó a besarme el cuello, sus besos me provocaron y le dije que fuéramos al baño pero Adrián se negó, me dijo que lo quería hacer justo en el pasillo le respondí que estaba loco y que mi marido o mi hijo nos iban a escuchar.

Adrián insistió y sabiendo que mi punto débil es mí cuello siguió besándolo diciéndome que si guardábamos silencio nadie nos descubriría. Baja los tirantes de mi camisón dejo libres mis pechos y comenzó a chuparlos, su miembro ya estaba muy duro por lo sin darme cuenta Adrián me inclino hacia la pared y me dijo que me apoyara con mis manos en ella.

Subió mi camisón hasta mi cintura, me abrió las piernas y quitando mis bragas y sujetándome con fuerza mi cintura me introdujo todo su pene a mi vagina que ya estaba ansiosa por volverlo a tener nuevamente dentro de ella “siempre quise darle de perrito señora Isabel” rápidamente le dije que no hiciera ruido.

Comenzó a penetrarme lentamente, mi vagina estaba tan mojada que en el silencio de la noche emitía unos pequeños sonidos de chapoteo al vaivén de las embestidas de Adrián, aunque ya había hecho esta posición con mi marido, hacerla de pie en el pasillo de mi casa me parecía tan vulgar y muy excitante.

Estando en esa posición sentía como su miembro golpeaba profundamente mi vagina, a cada una de sus embestidas mi vagina se contraía, se sentía tan rico que mis rodillas empezaron a perder fuerza. Adrián comenzó a aumentar el ritmo de sus acometidas que el ruido de su cadera chocando con mis nalgas se comenzó a oír.

Le dije que no lo hiciera tan fuerte pero solo me respondió que me relajara que nadie nos iba a escuchar, continúo golpeando con fuerza mis nalgas con su cadera empujando en lo más profundo de mi interior, se sentía tan delicioso que me costaba callar mis gemidos.

Sabía que si se me llegara a escapar solo uno de mis gemidos seria en final de mi familia pero el pene de Adrián seguía en mi interior empujando fuerte pero suave golpeado mis puntos más sensibles. Me encontraba totalmente absorbida por las intensas embestidas de Adrián, con temor de que mi hijo o esposo escucharan algo me tape la boca con todas mis fuerzas ahogando hasta el más mínimo gemido.

El peligro de que nos pudieran descubrir había excitado de sobre manera a Adrián, mire hacia atrás para verlo a los ojos y sentí una mirada perversa y lasciva. La situación me asustaba pero también me excitaba.

Yo no aguante más y dando un último suspiro un fuerte orgasmo invadió todo mi cuerpo sacudiéndome por completo al momento que sentí como el pene de Adrián se retorcía inundando todo mi útero con su semen. Había sido fantástico sentir como se corría dentro de mí.

Adrián no se despegó de mí hasta que dejo de eyacular, se quedó quieto con su pene dentro de mí, la cantidad de semen que dejo en mi vagina era asombrosa, era tanta que hasta salía de mi vagina resbalándose por mis muslos. Su joven semen caliente saliendo de lo más profundo de mi vagina hacia que me sintiera tan excitada que mi vagina no dejaba de vibrar de placer, la última vez que mi marido se corrió tanto como Adrián fue en nuestra noche de bodas cuando me case.

Aun sin recuperarnos el ruido de la puerta de mi hijo nos interrumpió, estando los 2 todavía en el pasillo semidesnudos nos vestimos a toda prisa, Adrián se volvió a subir su pijama y yo de inmediato me acomode los tirantes y baje mi comisión, sin darme tiempo a ponerme mis bragas las patee hacia un lado esperando que mi hijo no las viera.

Mi hijo nos vio y nos preguntó ¿Qué hacíamos ahí? Sin saber que responderle solo se me ocurrió decirle aun con voz agitada que había ido al baño y que me tope Adrián mientras él iba por un vaso de agua.

Durante el breve interrogatorio de mi hijo el semen de Adrián no dejaba de emanar de mi interior, intente irme lo más pronto posible a mi recamara para que no lo notara, a cada paso que daba su semen seguía recorriendo mis muslos hasta casi llegar a mis rodillas pero gracias a la oscuridad del pasillo no lo noto.

Al llegar a mi recamara mi marido continuaba dormido, sin hacer mucho ruido tome unos pañuelos desechables de mi ropero para limpiarme, me volví a acostar al lado de mi marido y con la noche como cómplice me quede dormida muy satisfecha.

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