Me abrazó por la espalda y tapó mi boca con una de sus manos para que no dijera nada, por un momento sentí miedo al sentir aquellos brazos que me apretaban fuerte y tenía claro que por más que intentara forcejear para tratar de liberarme sería imposible hacerlo.
Su voz me dejó paralizada por completo cuando al oído me dijo que esa noche aunque yo no lo quisiera él me haría suya, sentí temor quise llorar porque en ese lugar y a esa hora no pasaba nadie para poder auxiliarme, sin dejar de abrazarme y mucho menos me dejaba voltear a verlo, me fue llevando hasta ese callejón que estaba completamente oscuro.
Como si fuese un animal me arrancó mi blusa y con una navaja rompió mi brassier para dejar mi espalda totalmente des–nuda ante sus ojos, sentí frío, deslizaba sus dedos por toda mis espalda para parar un momento sobre mi falda, jugaba conmigo y mis lágrimas salieron, me decía una y otra vez que me haría sentir mujer porque era lo que yo buscaba por esa manera tan sexy de vestir.
Con mi propia blusa me tapó los ojos y mi boca para darme vuelta y tenerme de frente, su respiración agitada podía sentirla cerca de mis pechos que estaban a su completa disposición, sentí su lengua en uno de ellos, me dio asco al sentir como su saliva bajaba por mi pecho, bajó despacio por todo mi vientre hasta llegar a la altura de mi falda para meter una de sus manos debajo de ella y empezar el recorrido hasta llegar a mi vagina, me alzó la falda hasta la altura de mi cintura y con sus dedos hizo a un lado aquella tanga negra que traía para meter su lengua entre mi vagina y empezar a jugar con ella.
No sé qué me pasó pero mis quejidos se estaban convirtiendo en gemidos de placer, su lengua era excelente; sus dedos ya estaban dentro de mi ser y yo no pude evitar reaccionar ante esas caricias que me estaba haciendo aquel desconocido, me quitó la blusa de mi boca no sin antes decirme que si gritaba no dudaría en meter su navaja al fin que nadie se daría cuenta, él no pensaba que para ese momento lo que yo deseaba era seguirle su juego, ya no tenía miedo; me estaba derritiendo y estaba ansiosa por sentir por todo mi cuerpo esas caricias que me estaba dando.
Me fue bajando con sus manos hasta llegar a su miembro que ya estaba listo para ser querido como lo merecía y sin que me dijera nada me lo metí en la boca para empezar a hacerle un oral, sus gemidos me estaban excitando más y más y más; él pudo notarlo y enseguida me puso de pie pero de espaldas a él, poniendo mi cara sobre la helada pared y sin decir nada me dejó ir su miembro que no obtuvo resistencia para ingresar en mi debido a lo mojada que ya estaba en ese momento.
Me dio unas embestidas que me hicieron gritar ya no de miedo si no de placer, tapó mi boca con su mano para que no gritara tanto y seguía entrando y saliendo de mi cuerpo, con la otra mano apretaba mis pechos mientras seguía embistiendo mi vagina, perdí la noción del tiempo de cuánto estuvo dentro de mi sin dejarme descansar, no dejaba de embestirme y por mi calentura llegué a mi primer orgasmo.
Sentí como aumentó sus embestidas y su ritmo al hacerlas, era señal de que pronto terminaría y estaba totalmente segura de que lo haría dentro de mí y así lo hizo, sentí como empezó a descargar su calentura en mí, era una sensación indescriptible al darme cuenta que del miedo pasé a la pasión al ser poseída por un desconocido, que ese desconocido me cogió como hacía tiempo no lo hacían, terminó dentro de mi y se quedó unos segundos así para después sacarme su miembro; ésta vez hizo que lo limpiara por completo a lo que obedecí sin poner resistencia, nuestros jugos mezclados ese sabor era demasiado rico.
Después de un rato me quitó la blusa de mis ojos y aun así no pude ver bien su rostro, me puso de pie y nuevamente me volteó a espaldas de él para empezar a acomodar su ropa; creo que él también se sorprendió por mi accionar pero él tuvo la culpa por haberme hecho sentir así de esa manera, antes de irse se acercó a mi oído y me hizo la pregunta más simple de todas:
-¿Puedo saber quién eres? -me preguntó.
-Soy tu puta -le respondí sonriendo, se fue perdiendo entre la oscuridad.