Esto ocurrió hace un par de años, cuando mi esposa, su mejor amiga «H» y yo fuimos a una de muchas "Ferias del pulque", nos pasamos gran parte del día y la tarde bebiendo pulque curado de diferentes sabores. «H» llevaba un short corto y muy ceñido, mostrando su gran cuerpo unos pechos pequeños, pero le quedan perfectos, y un culo de los que quita el aliento.
Mi relación con «H» siempre fue de tonteo desde que nos conocimos, siempre hubo cierta química, pero nunca pasó de comentarios con doble sentido. Después de pasar todo el día curado tras curado, nos dirigimos a nuestra casa, «H» vive en otra ciudad, por lo que cuando agarramos la fiesta, se queda con nosotros.
Al llegar estamos alegres pero la peor es mi mujer la que tengo que llevar a la cama, quitarle la ropa y acostarla porque no se tiene en pie, al regresar a la sala «H» me pregunta por mi esposa y le digo que fue todo para ella por hoy, ya está descansando, me respondió preguntando si tengo algo para seguir bebiendo y me acompaña a la cocina, al ir delante mío pude ver su figura torneada, sus piernas duras y firmes, al llegar a la cocina saco un par de vasos y ella en seguida elige su "Bacacho"
Mientras bebemos conversamos la veo frente a mi apoyada de la encimera de la cocina y no sé qué cable se me cruzo o si fue el exceso de pulque en mi cuerpo pero me acerqué a ella y le plante un beso, ella se quedó inmóvil pero no me aparto ni puso resistencia, claramente pensé que ya la había cagado horrible.
Al despegar mi boca de la suya solo dijo con la voz entrecortada "¿Y si… nos escucha?", para mi esa oración fue como la luz verde, pues le preocupaba si nos escuchaba, no lo que hacíamos. Así que la tomé por la cintura y volví a besarla, esta ocasión me respondió el beso y fue como lo imaginé, nuestras lenguas jugaban, nuestros labios juntos, pequeños mordiscos en sus labios carnosos, me detuve para besar su cuello mientras retiraba su cabellera con esos hermosos chinos, me coloqué detrás de ella y continuaba besando su cuello mientras ella se acomodaba y me acariciaba la mejilla.
Sentí que era el momento perfecto para desabrochar su short, le baje la cremallera y desabroché el botón, «H» solo suspiraba y cerraba los ojos, le descubrí los hombros y los empecé a besar y lamer, «H» suspiraba y se dejaba llevar, bajó un poco su blusa y dejó al aire su pecho, con un sujetador de encaje, baje mi cara a ese par de bellezas y los acaricie y bese encima del sujetador, sentía como su respiración aumentaba de velocidad e intensidad, sentí como sus manos me agarran por la cabeza y me traen hacia ella, hacia sus senos, ya no hay marcha atrás, estamos super excitados los dos, le quito el sujetador para poderla acariciar mientras los lamo y chupo, los suspiros pasan a ser pequeños gemidos, sus pezones se ponen duros entre mis labios, los chupo con intensidad y los muerdo con pasión.
«H» soltaba pequeños gemidos con su cabeza mirando hacia arriba y dejándome comer sus "limones" (como ella les llama) a mi placer, ya no aguanto más y la subo en la barra de la cocina y una vez ahí, le quito el short por completo, el movimiento hizo que su ombligo quedara a altura de mi cara, me acerco a sus muslos, con mis manos abro sus piernas, lo primero que veo es como su tanga está húmeda, empiezo a lamer y besar sus muslos mientras acerco mi cara poco a poco, «H» suspira a cada beso que me acerco a su entrepierna, cuando levanto la mirada la veo apoyada de la pared y rendida a mis labios, con un movimiento rápido y tirando desde sus nalgas le quito la tanga, ahora si no hay nada entre su linda vagina y mi boca, veo sus labios húmedos y abiertos, rosa sin un solo vello.
No aguanto más y me abalanzo sobre él, le doy una lamida como si fuera un helado, saboreo sus jugos, tan excitantes y jugosos. Ella suelta un gemido y un pequeño temblor, empiezo a chupar, lamer y morder los labios, su clítoris, lo disfruto yo tanto como ella, después de jugar un poco con sus labios, me enfoco en ese pequeño botón llamado clítoris, esta super hinchado y jugoso, planto mis labios y lo empiezo a succionar con ritmo lento ella está en otro mundo escucho con cada chupada un gemido, poco a poco acelero el ritmo y así ella acelera su respiración y gemidos, sigo con el ritmo y siento como sus piernas se ponen duras y suelta un gemido con la boca cerrada, mi boca y barba se inundan de sus jugos, ella tiene pequeños escalofríos, fue un orgasmo intenso y largo.
Yo estoy que reviendo mis pantalones de lo excitado que estoy así que mientras «H» disfruta aun su orgasmo yo me quito los pantalones, cuando se recupera un poco la respiración la bajo de la encimera y la volteo, tengo su rico culo a mi vista, ella se apoya de la encimera y lo pone en posición, yo estoy tan duro y ella tan húmeda que entra casi sin esfuerzo, siento como se va abriendo por dentro poco a poco, esta super húmedo y caliente, mi pene entre completo es una sensación de otro mundo, cuando mis bolas dan tope ella da un pequeño gemido y me dice "disfrútala que es toda tuya", escuchar esto casi hace que acabe, empiezo a bombear lento pero firme, con mis manos la agarro por la cintura y los sonidos son brutales, se escucha nuestra respiración acelerada, sus nalgas contra mi pelvis "plas, plas", ese ruido de humedad que te pone a 1000 cada vez que entra y sale mi miembro de ella. Estoy tan excitado que no aguanto mucho y después de un par de minutos bombeando y disfrutando, termina todo con un orgasmo como pocos había tenido en mi vida, tengo que contener el grito de placer y caigo sobre su espalda, recupero mi aliento, «H» se voltea y me planta un beso muy rico, se puso su tanga, levanto su short y se dirigió al baño, yo me quedo en la cocina alucinando y disfrutando de lo que había pasado.
Recupero la respiración, me acomodo la ropa y me sirvo un vaso de agua, «H» regresa a la cocina ahora con su pijama y se me acerca y me dice "por fin diste el paso, este será nuestro secreto", yo solo asiento con la cabeza. «H» se acerca y me da un beso pero este ya más cariñoso y me dice "vamos a dormir y soñar con lo que acaba de pasar", cada uno fue a su habitación. Al acostarme no me lo creía, había cumplido con una fantasía que tenía desde hacía años, me quede dormido con una sonrisa en la cara.
Al día siguiente en el desayuno, «H» y yo nos mirábamos con complicidad. Después de desayunar nos quedamos solos y me da un pequeño beso en los labios y me dice "no fue un sueño". Desde ese día nuestra relación cambio y por supuesto que hemos ido a más pedas, más fiestas e incluso ya pasó por un divorcio y por un nuevo galán, pero nuestras sesiones de sexo siguen siendo excelentes porque nos buscamos cuando necesitamos ese desahogo y el resto del tiempo soy el esposo de su amiga y ella la amiga de mi esposa.