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Tiempo de lectura: 10 minutos

Hola, tiempo llevo sin subir ningún artículo, pero aquí traigo una entrega nueva. Algunos recordaran mi entrega anterior: descubriendo a una sumisa, en la cual relaté como mi íntima amiga Elianys y yo nos iniciamos en el viaje del BDSM, hoy les contaré otro encuentro entre ella y yo, a petición de ella revelaré su verdadero nombre: Verónica.

Pues este encuentro ocurrió hace un par de meses ambos llevamos tiempo sin explorar nuestra sexualidad ya que ambos empezamos en relaciones apartes y estábamos en ese estallido inicial que nos impide escaparnos para hacer otras locuras. Pero ella tuvo problemas con su pareja lo que la hizo volver al contacto conmigo y volvimos a nuestros chats nocturnos que se nos pasaba la hora de dormir y nos daba el amanecer. Mi novia y yo vivimos separados y en distintos municipios lo que me daba mucho tiempo para chatear en las noches y volvimos a nuestras viejas costumbres de enviarnos nudes y ponernos retos ilógicos como salir desnudos a la calle y recompensar al ganador con algún premio aún más ilógico como enviar un nude o un video masturbándose para excitarlo.

Y en este tiempo ella estaba trabajando en un centro de aislamiento para pacientes con covid, de mas esta decir la situación como esta. Y llego al fin este período, al regresar a nuestra ciudad ella enseguida se pone en contacto conmigo y antes de preguntar como estoy me dice que está cachonda en la casa y necesita un pene dentro con urgencia. Aunque vivimos en la misma ciudad estamos algo alejados y más ahora que debido a que trabaja con pacientes con covid se alquiló un pequeño apartamento al otro lado de la ciudad y por la misma situación el transporte está suspendido, pero como dice el dicho si se quiere se puede así que desempolvé mi bicicleta y salí disparado, me tomo 30 minutos llegar, subí rápido las escaleras hasta la tercera planta y toqué en la puerta, me abrió en un albornoz sin mangas y medio transparente que a ella le gusta usar en verano.

Vero: ohhh porque tardaste tanto ya he acabado 2 veces solo usando mis dedos y un consolador y aun no estoy satisfecha.

Steve: sorry, tuve que dar mucho pedal para llegar.

Vero: no te quedes ahí quítate la ropa y pasa rápido tengo necesidades que atender.

Ella salió disparada a su cuarto yo entré mi bici y la deje en la sala, y llegué al cuarto ya desnudo ella se había quitado el albornoz y se encontraba sobre la cama masturbándose, admito que me deleité con la vista más de lo que debería mientras pensaba diablos, no debí haberla dejado de lado tanto tiempo estaba más bella que como la recordaba, y el cuerpo le había mejorado ya no tenía las libritas de más que recordaba, tenía su habitual culito en corazón, pero se veía más grande, como si hubiera hecho mucho ejercicio, los senos estaban paraditos como de costumbres y sus grandes aureolas majestuosas coronadas por sus bellos pezoncillos.

Sin pensarlo más me lancé a devorar sus labios mientras restregaba a la vez mi verga contra su rajita. No me deleité mucho con sus labios bajé y me dispuse a comerme sus pechos ahí si me deleité a ella no le gustaban mucho sus pechos así que me di a la tarea de recordarle que a mí me encantan, y seguí hacia abajo y le devoré la rajita con especial interés en el clítoris.

Después que si vino dos veces y solo gritaba que se la metiera me dispuse a eso, empecé suave deleitándome en su agujerito, sentía como se abría para dar paso a mi verga y comencé un vaivén sintiendo como resbalaba agradablemente en su interior la sentía como se ponía más cachonda cada vez, y aproveché para ponerla en cuatro, posición que sé que le encanta y ahí con una mano la sujeté por la larga melena manteniéndola cerca de mí y la otra mano la usé para masajear su clítoris, y así estuvimos entre embestidas y masajes hasta que explotó en un sonoro orgasmo, las contracciones que le produjo la hizo arquear la espalda mientras yo seguía embistiendo para llegar a mi clímax, pero al parecer era demasiado el placer que la hizo empujarme para zafarse de mí, pero como estaba al venirme la solté me coloqué de frente y cuando ella vio lo que hacía me ofreció su boca donde puse rápidamente mi falo y aproveché para follarle la boca hasta que me vine expulsando todos mis jugos en su boquita y que ella tragó.

Terminamos los dos recostados sobre la cama y ella se abrazó a mí, aun no sé porque lo hizo porque no tenemos ese tipo de ración. Pasado un rato se levantó y se dirigió a la cocina para prepararnos algo de comer y yo aproveché ese tiempo para darme una ducha, al salir ya todo estaba listo comimos unos sándwiches que ella preparó y una vez hube terminado me dispuse a marcharme, ese día ella estaba rara, antes de partir me dio un tierno beso en los labios y sin más entró y cerró la puerta.

Ese día no hablamos en la noche, pero al despertar lo primero que vi fue un mensaje de ella diciéndome que lo pasó genial que después que me fui se dio un baño y durmió plácidamente hasta hoy, aproveché para llamarla para salir a almorzar juntos, pero se excusó diciendo que tenía algo que hacer, pero en la noche volvió a comunicarse conmigo y tuvimos una plática nocturna como de costumbre, fotos van fotos vienen, hacíamos posiciones raras o provocativas, las enviábamos con distintos tipos de prendas o sin algunos tipos de prendas, y así nos desvelamos entres fotos y chateos.

Al día siguiente ella se comunicó conmigo para que fuera a comer con ella tenía cierta cena romántica para nosotros. Eso me hizo dudar ella no es así normalmente, lo que me hizo dudar, durante la cena hablamos de varios temas entre ellos de la razón de porque estaba tan desanimada la cual era porque había terminado con el novio, lo había encontrado en su casa con otra, y se sentía vulnerable, rápidamente le cambie le cambie de tema, me dijo que no intentaba ponerme en el lugar del novio, pero haciendo esas cosas conmigo le era más fácil acostumbrarse a la situación.

También hablamos que su novio no era muy liberal en el sexo que le gustaba ir por lo tradicional, y que por esa razón llevaba casi un año sin BDSM en su vida, que necesitaba una terapia conmigo. Terminamos de cenar y yo me retiré no hicimos nada y mientras chateábamos esa noche le comenté mi idea para la nueva, pero le puse dos condiciones: la primera era que íbamos a estar una semana sin ningún tipo de contacto y al terminar el plazo yo contactaría con ella y la segunda que tenía prohibido tocarse hasta que yo le diera permiso de nuevo.

Así paso la semana rápidamente y yo aproveché para comprar cuerdas nuevas y forrar unas esposas en cuero para usarlas, como bono extra encontré unas velas aromáticas afrodisiacas y me compré un nuevo aceite para masajes.

Terminó la semana y la contacté, dejé instrucciones claras para nuestro encuentro al día siguiente, la primera que debía esperarme en una calle cerca de su casa la cual se tiene poco movimiento de personas, la segunda que desde que se levantara de la cama debía de llevar sus bolas chinas, pero no podría masturbarse, y la tercera que a las once de la noche nos veríamos y debía estar preparada para todo, ella aceptó mis instrucciones y así comenzó el día, preparé mi mochila de BDSM eché las nuevas cuerdas y puse las esposas revestidas en un bolsillo de fácil acceso, mantuve la capucha junto a las esposas, compré fresas ligeramente verdes para que fueran más acidas que dulces, y una botella de vino de tinto, antes de darme cuenta ya eran las diez pm y me dispuse a salir.

Llegué al sitio de encuentro y la encontré bajo de una farola ella sola y en ese momento pasaba cerca una pareja deje la bicicleta en la esquina en dirección a su apartamento, y me le acerque por su punto ciego la atrapé en mis brazos por sorpresa haciéndola sobresaltarse, le puse la capucha para impedirle ver y las esposas a la espalda ella se comportó y no gritó, la cargue en mi hombro y la llevé hasta mi bici la amarré sobre la parrilla para que no se fuera a caer y me dirigí a su casa, no había nadie afuera por suerte, la volví a cargar en mis hombros llegué a su apartamento ahí en la puerta la requisé en busca de las llaves, ya sabía en qué bolsillo estaban, pero me deleité toqueteando todo su cuerpo especialmente su rajita que estaba empapada tenía un pequeño charco en el short en la entrepierna, abrí la puerta y la entré la senté en una silla y reacomodé las esposas para que no se pudiera ir, ella me forcejeó un poco interpretando bien su papel, pero lo único que consiguió fue un par de azotes en sus nalgas.

La dejé ahí con la incertidumbre de que iba a pasar y descorché la botella de vino, entonces me deleité viendo a mi victima mientras sorbía el vino, degustando su saber, su toque seco y aproveché y comí algunas fresas, entonces le levanté la capucha y la dejé a la altura de los ojos de manera que siguiera sin ver, y acerqué a ella el vino dándole a sentir su delicioso olor, y entonces le eché la cabeza hacia atrás y derramé un poco sobre su boca solo una ínfima cantidad, ella lo sorbió y se quedó como pidiendo más, y ahí le puse una fresa entre sus labios y la comió pero no debió de gustarle mucho por la cantidad de muecas que hizo, así pasamos un rato mientras disfrutábamos del vino y las fresas yo un poco más que ella, entonces levanté la capucha del todo, solo para que ella se encontrara con una habitación en penumbras iluminada solamente por la titilante luz de las velas, al parecer la sorprendí porque quedó boquiabierta al ver eso, pero no estábamos en una película de amor así que me dispuse a lo mío le hice una trenza en el cabello y coloqué una venda en sus ojos, la levanté soltando las esposas, y aproveché y coloqué las esposas en el tubo de una cortina que tiene para delimitar la sala de la cocina, y aquí le retiré el short solo para comprobar que no llevaba ninguna tanguita debajo, con razón tenía el short empapado, retiré los botines que llevaba y las medias.

Dejándola solamente con la blusa que ya veía que no llevaba sostén, le coloqué el collarín y lo sujeté con una correa, y ahí retiré las esposas y la blusa al mismo tiempo dejando en libertad los bellos pechos de Verónica, entonces la obligué a ponerse en cuatro y caminar como una perra hacia el cuarto, siguiendo mis instrucciones para no chocar al llevar la venda en los ojos, al llegar le ordené levantarse y aquí intentó correr pensando que había soltado la correa, pero solo la aflojé buscando esa reacción así que tiré de ella de manera leve no tenía intención de lastimarla, pero esa actitud llevaba un castigo así que le até las manos y las sujeté a la cabecera de la cama y también los pies atándolos a la pata de la cama más cercana a cada una estaba a mi merced atada boca abajo y segada por una venda dejando al descubierto las bellas nalgas, su culito y la rajita, entonces sin previo aviso utilizando mi fusta descargue un golpe sobre las nalgas, no fue mi duro pero la sorpresa la hizo dar un leve respingo, y así hice una sucesión de golpes, mientras le repetía que no podía escapar de mí, y ella me respondía como me gusta: si mi señor.

Una vez hube descargado suficientes golpes para dejar ambas pompis coloraditas saqué el nuevo aceite para masajes tenía un ligero aroma a vainilla, lo esparcí por la espalda y las nalgas y empecé a masajear la espalda, bajando a la cintura y terminando en las nalgas, bajé a los muslos dejando que ,mis dedos rozaran levemente su rajita de vez en cuando, entonces solté los pies y la puse boca arriba, y volví a sujetar los pies, pero esta vez la senté até las manos a su espalda y con la misma cuerda hice que los senos quedaran atados, y la cuerda la dirigí hacia abajo y la até a la que pasaba entre cada tobillo, ahí esparcí el aceite por el abdomen y las tetas y los muslos y seguí masajeando todo eso. Incluso a la luz de las velas veía como crecía la humedad de su sexo. Entonces retiré las bolas chinas de su lugar lo que hizo que gimiera con fuerza.

Entonces derramé un poco de vino sobre el prepucio de mi pene y se lo metí en la boca, ella lo chupo con maestría, entonces me dispuse a subir el calor de mis juegos, la deje en total soledad en el cuarto mientras me dirigía a buscar los ingredientes para los nuevos juegos. Regresé con una bandejita de cubitos de hielo y más cuerda, entonces solté sus piernas de las ataduras y sentándome sobre su abdomen me dispuse a ponerla en una nueva posición.

Mi peso sobre ella le impedía moverse a pesar que sentía como se debatía contra mi entonces tomé uno de sus pies lo doblé y lo até de manera que quedara a un lado del cuerpo hice lo mismo con el otro de esta forma no podía estirarlos, tomé la soga de las manos y por ahí mismo la subí pasándola a ambos lados de la rajita y de su culito y la subí hasta unirla con la de los senos la entre lacé y la seguí hacia el cuello le di una vuelta de manera que quedara flojo y la volví a bajar a los senos entonces tome las de los pies las lleve las entrelacé en el abdomen y la seguí hacia ese el lado contrario sujetándolas al borde de la armazón de la cama. Se veía bella en esa posición, aunque incomoda.

Entonces había que empezar a divertirse, tomé nuevamente las bolas chinas y se las metí en la boca seguidas de mi falo mientras empapaba las bolas en sus juguitos, entonces se las introduje en el culito, lo que la hizo soltar algunos chillidos, yo estaba deleitándome con la vista que ofrecía así que tomé algunas fotos, me gustaba lo escultural del momento y las poses de lujuria de ella, para continuar tomé un cubito de hielo y lo deposité en su ombligo, y le derramé una tapita de vino que lo envolvió y se derramó sobre su abdomen cayendo un poco por los lados y en su rajita que la hizo soltar otro chillido, y se lo limpié con mi lengua al igual que el del abdomen entonces tomé el cubito de hielo y lo bajé a su rajita introduciéndolo un poco mientras ella gemía de placer, y volví a subirlo por la barriguita hasta los senos donde me detuve dando vueltecitas alrededor de las aureolas y tocando sus pezoncillos, y de repente deje caer una gotita de cera de una de las velas que la volvió a hacer chillar mientras respiraba entrecortadamente, rápidamente volví con el cubito de hielo, a la zona, después lo repetí en la otra teta, ella gemía sin parar respirando entrecortadamente y así fui haciendo por toda la barriguita, después en los hombros, y volví a los senos, la tenía loca, estaba disfrutando, una gota de esperma caliente de la vela, seguida de la frialdad del hielo, entonces el cubito se hizo pequeño y ya siendo algo tolerable lo introduje en su rajita para que se terminara de derretir ahí, y volví a hacer la misma operación con un nuevo cubito de hielo.

Cera, hielo más cera, más hielo, sus gemidos habían subido de intensidad ya casi eran gritos de placer y de repente al introducir el nuevo cubito en su rajita dio un nuevo grito y la vi arquear la espalda como un arco casi sin poder moverse. Le di unos segundos para que se recuperara después de semejante orgasmo, y le coloqué mi falo en la boca dejando al alcance de mi boca su rajita, haciendo un 69 admito que ella encima de mi hubiera sido menos incomodo, pero funcionó, yo le comía el clítoris, y ella se comía mi verga, me sentía a reventar, ella me la mamaba como toda una profesional incluso haciendo gargantas profundas, y yo recorría su clítoris con mi lengua, le daba vueltas, lo presionaba, lo succionaba, podía sentir como ambos nos calentábamos cada vez más y aumentábamos la intensidad hasta que ambos estallamos en un rico orgasmo, le inundé la boca con mis fluidos que bebió ávidamente y sentía como su humedad crecía y como con cada pasada de mi lengua se estremecía.

Cuando pude levantarme solté sus ataduras para hacer unas nuevas, los pies los dejé como estaban, pero la puse boca debajo de manera que quedara en cuatro, las manos las sujeté por delante una a cada tobillo y volví a atar las tetas esta vez un poco más apretadas lo que las hizo hincharse y ponerse rojas. Para cuando terminé ya estaba duro de nuevo, así que la penetré sin avisar y así fui embistiendo sin parar, tomé una vela que me quedaba cercana y derramé la cera en su espalda siguiendo todo el camino de la columna mientras con la otra mano usaba la trenza de pelo que le había hecho a modo de rienda, y antes de que se enfriara del todo la cera tomé varios cubitos de hielo y los esparcí por la espalda utilizando mis manos para delimitar el terreno que debían tocar, Vero se retorcía empalada por mi verga, gemía y chillaba, y sin más llegó a un nuevo orgasmo, entonces retiré mi verga de su rajita e introduje un cubito de hielo que estaba casi entero y lo dejé la veía como se debatía para intentar sacarlo pero todo esfuerzo en vano, entonces, saqué las bolas chinas de su trasero y utilizando el lubricante de su rajita le introduje mi falo, todo, de un golpe hasta atrás mientras se retorcía y gritaba, no estaba seguro que le molestaba más si mi embestida por el culito o el cubito de hielo en su rajita, y ahí empecé un vaivén de movimientos rítmicos, mientras dejaba de gritar y empezaba a gemir de placer, hasta que estallé llenando todo su culito de mis fluidos, y como no había terminado utilicé mis dedos para ayudarla a terminar, entonces me deja caer sobre la cama, me sentía exhausto, y ella se dejó caer a mi lado, la solté de sus ataduras, y se acurrucó a mi lado entonces nos dirigimos al baño, y bajo la ducha la ayudé a retirarse la cera de las velas de su cuerpo, al menos la que le quedaba, y en el baño lo volvimos a hacer ella subida encima de mí, y después dormimos toda la noche plácidamente.

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