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Reencuentro con amigo de la universidad (II)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

El hotel se llama el Castro,  tal vez alguien lo conozca, el pidió la habitación y me pidió el dinero, le dijo al dependiente, sabes que, mejor dámela con potro y me pidió más dinero.

Nos dieron la llave y al darnos la vuelta para el elevador ya me iba metiendo la mano en medio de las nalgas, no le importo que el dependiente nos pudiera ver y francamente a mí tampoco, estaba luchando por evitar que se me notaran las ansias locas que ya tenía.

Ricardo: Eres la vieja con las nalgas más ricas del mundo, estas muy culona.

En cuanto entramos a la habitación, por más que me quería contener, lo que hice fue desnudarme completamente, él se tomó su tiempo mientras me miraba un tanto sorprendido, se quitó la ropa con calma mientras me miraba totalmente desnuda.

Ricardo: Te urge verga verdad puta, no me diste ni chance de encuerarte, te voy a dejar bien cogida.

Una vez que se desnudó, empezó a tocarme y besarme el cuerpo, me miraba con morbo metiendo sus manos por todas partes

Ricardo: Te sigues depilando completamente la panocha, se te ve bien rica así. Parame la verga con la boca para que se me ponga bien dura Patty

Se la empecé a chupar nuevamente, primero unos besitos y lametones, para poco a poco ir haciendo más directa la mamada y en un rato ya la tenía dura como el hierro, aunque yo deseaba seguírsela mamando el me jalo hacia la cama y tomándome de los tobillos separo mis piernas, coloco cada una de mis rodillas en los costados de mi cabeza, me la empezó a meter muy despacito y no se detuvo hasta que estuvo toda adentro, a pesar de lo mojada que estaba me dolió un buen, siempre he sido estrecha y me cuesta acoplarme.

Patty: Hay me duele, está muy grande, me abres mucho.

Ricardo: Sigues apretando bien rico mamita, que apretadita estas.

Patty: la tienes muy grande amor, me duele, suavecito,

Ricardo: ahorita se te pasa puta,

Me bombeo un rato así, me dolían los tobillos de tan fuerte que me los apretaba con sus manazas, además que en las ingles sentía mucho dolor de tan fuerte que me separaba las piernas, mi interior se estiraba cada vez que la metía toda llegándome hasta el útero, mordisqueaba mis tetas alternándolas y haciendo hinchar mis pezones al máximo, después paso uno de mis tobillos por enfrente de él poniéndome de lado, minutos después me volteo completamente y me dijo te voy a poner de cañoncito Patty, me levanto en vilo y me acomodo en 4 patas, por la diferencia de estatura y peso, siempre me ha manejado como una muñequita, me carga con mucha facilidad, sentí su glande en mi entrada vaginal, mientras él se aferraba a mis tetas, lentamente me la volvió a meter hasta el fondo, mientras me bombeaba me separo las nalgas y empezó a meterme de forma salvaje, como era su costumbre sus dedos por mi ano. Primero uno, empujándolo hasta vencer la resistencia de mi esfínter hasta que entro todo, después dos, luego tres, no lo sé realmente, era muy confuso por la cantidad de sensaciones que me embargaban. En este punto mis fluidos ya escurrían y llegaban a la mitad de mis muslos.

Patty: Suavecito que me duele amor.

Ricardo: Estas muy nalgona Patty, te voy a sacar los frijoles putita.

Mi cuerpo se estremeció del orgasmo que me invadió, pero el no dejo de metérmela, me desvanecí del esfuerzo, a él no le importaba ni me dejo recuperar, solo dijo, ahora si súbete al potro puta, que te la voy a meter por el culo, simplemente me cargo por la cintura y me acomodo de tal forma que quede como un calcetín tendido por la mitad, mi bajo vientre descansaba en el potro, por un lado mis pies no tocaban el piso, del otro lado mis manos apenas tocaban el piso, al mismo tiempo quede con las piernas muy abiertas por el mismo potro, mi colita apuntaba unos 45 grados hacia arriba, una vez ahí, Ricardo me estuvo metiendo los dedos a placer por el ano y la vagina.

Ricardo: Que cerrado tienes el culo putita, te lo voy a dejar bien abierto con mi verga ¿eso quieres verdad?

Patty: si eso quiero, pero suavecito Amor que me duele.

Ricardo: dime que quieres puta, pídemelo.

Patty: Quiero que me metas la verga por el culo amor, suavecito sí, nomás la puntita.

En verdad quería que me la metiera toda, pero trataba de disimular mis ansias, no quería verme tan puta, se acomodó y empezó a empujar tratando de metérmela, huy que dolor, para que entrara el glande sufrí, hasta las lágrimas se me salieron.

Patty: No me va a caber amor, está muy grande, –me duele, me duele le decía

Ricardo: Eres bien llorona, como no te va a caber puta, si ya te la has comido muchas veces.

Patty: pero me duele, está muy grande, está muy gruesa y ya se te puso muy dura

El siguió empujando sin importarle mis suplicas, prácticamente recargaba su peso completo para metérmela y abrirme el culo, yo no podía hacer nada por detenerlo porque me aplastaba entre su peso y el potro.

Patty: hay ya, ya, ya, me duele, ya la siento muy adentro

Ricardo: Y todavía te falta comerte un buen trozo Patito

Tomo mi mano y me hizo tocar la parte de su pene que aún estaba afuera, todavía era un buen, pero yo ya sentía que me iba a salir por la garganta.

Ricardo: Ya viste lo que te falta comerte, ahorita entra toda.

Patty: Hay para que toda, si ya está muy adentro.

Siguió empujando y sentí por dentro como se movían mis intestinos junto con un dolor agudo para dar cabida a la totalidad de su verga, era una sensación ya conocida, luego, sentí sus testículos que rebotaban en mis nalgas, el invasor estaba en lo más profundo de mis entrañas. Mis piernas temblaban incontrolablemente.

Ricardo: Por fin, toda adentro, ya vez, no que no te iba a caber, ya te la metí toda puta, si antes te entraba toda porque ahora no, voy a tener que volver a amoldar tu culo a mi verga.

Patty: Hay para que toda, si nomas iba a ser la puntita, casi me la metes con todo y testículos —lloraba yo.

Ricardo: Eso quisieras verdad puta.

Lo difícil fue pasar el trago amargo de alojarla toda, ya una vez dentro, se minimizo el dolor, me empezó a bombear suavecito primero, poco a poco subió la intensidad para terminar de bombearme como un verdadero animal, poco a poco mi recto se fue dilatando haciendo más llevadera y placentera la penetración, haciéndome gemir a mas no poder, el constante movimiento me fue empujando hasta deslizarme hasta la otra protuberancia del potro, quede literalmente de cabeza apoyada sobre mis hombros y nuca mientras mi espalda quedo vertical, a él no le importo, siguió cogiéndome prácticamente de cabeza, después de un rato me jalo de forma que él se fue recostando y yo quede encima, en ningún momento su verga abandono mi culo.

Ya estando sobre él, me hizo cabalgar sobre su verga, mis nalgas subían y bajaban devorando su verga y rebotando contra sus bolas que servían como tope, él tenía una visión completa de esto.

Ricardo: Que ricos sentones te das mamacita, te la estas tragando toda.

Patty: Me llega muy adentro, me vas a volver loca de tanta verga amor, me va a salir por la boca.

Me hizo girar 180 grados sin sacármela para que lo siguiera cabalgando, pero ahora de frente, alternaba sus manos amasando mis tetas y abriéndome lo más posible las nalgas para penetrarme más profundamente mientras yo subía y bajaba sobre él y al mismo tiempo hacia balancear y rotar mis caderas para que su verga explorara todos mis rincones.

Ricardo: Que ricos sentones mamita, eres una experta cabalgando, te mueves como licuadora, me vas a sacar la leche putita.

Patty: ahh aha ahhh amor ya sabes que así es como más la siento, me vuelves loca, ya no aguanto.

Para mi esa es la mejor posición para tener sexo anal, cabalgar en cuclillas a mi hombre, realmente es como más lo disfruto.

Sin sacármela, se sentó para tratar de devorarme la boca mientras su verga seguía entrando en mi culo, así sentados de frente me hizo cabalgar, nuevamente me hizo girar para sentarme de espaldas sobre su verga, me levanto las piernas y pude ver en el espejo mi vagina abierta, rosadita y babeante, más abajo solo se veían sus testículos sobre los que estaba sentada, su gran verga estaba desaparecida, totalmente dentro de mi ano.

Ricardo: Mira putita solo se ven mis huevos, la tienes toda adentro, te gusta

Patty: ah ah ah Si amor, pero la siento muy adentro y me duele ah ah

Me cambio de posición muchas veces, en su mayoría sin sacarla de mi culo, patitas al hombro, de cabeza, parada, empinada, cabalgándolo, de perrito, de lado, etc., yo me sentía rellena como pavo y no podía ni cerrar la boca de lo profundo que la sentía y de lo fuerte que me bombeaba. El potro le facilito ponerme en las posiciones más inverosímiles que puede haber, yo veía en los espejos como me la metía, el temblor de mis piernas era incontrolable, el contraste de mi piel blanca, mi ano y vagina rosaditos contra su verga negra era excitante. También vi sus esfuerzos constantes para evitar venirse, cuando estaba a punto, simplemente la sacaba y esperaba un momento,

Ricardo: Sigues igual de quejumbrosa y delicada que antes, pero te gusta más que te meta la verga por el culo verdad puta, verdad que sí, te encanta la verga.

Patty: Si amor, me gusta tu verga, pero está muy grande y muy gruesa, me llega muy adentro.

Ricardo: Lastima que no estas más tetona si no me hacia una rusa –Menso le dije en mi pensamiento.

Algo que me vuelve loca es cuando mete y saca la punta repetidamente por mi culo debido al tamaño de su glande, él lo sabía y era magistral para hacerlo, sus dedos no estaban ociosos, mientras los de una mano entraban en mi vagina, la otra apretaba mis senos,

Ricardo: Te encanta que te cabecee verdad putita, que te forcé el culo con la punta

Patty: Está muy cabezona ah ah ah, me encanta amor.

Fue tan fuerte la forma en que me embestía además de que tallaba mi clítoris con sus dedos y mis pezones los apretaba con sus dedos que cuando me invadió un nuevo orgasmo, hasta me oriné un poco, no era la primera vez.

Ricardo: Hasta te measte puta, eres bien puta, lo aprietas bien rico con tus nalgas, donde quieres los mocos puta, en la boca de nuevo o en el culo o la panocha.

Patty: En mi panocha no amor.

Por más respuesta la saco de mi culo me sentó recargando mi cabeza al potro y me la metió por la boca hasta el fondo, bombeo un poco mientras mis mejillas se contraían succionándosela y de pronto se empezó a venir mientras sobaba con una de sus manos mi garganta para masajearse su propia verga que se sentía a través de la piel, yo tuve que aguantar toda su embestida porque no podía hacerme para atrás por el potro y él estaba a horcajadas vaciándose en mí boca, llenándome de leche de macho mientras mis senos eran estrujados por sus manos, sentí un poco de asco porque recién había salido de mi culo pero me aguante.

Ricardo: te cabe toda mi verga entera en la boca putita, se siente en tu cuello.

Cuando termino de vaciarse siguió sobándosela a través de mi cuello, yo podía sentir la cabezota de su verga atravesada en mi garganta, el glande se marcaba claramente en la piel, poco a poco fue disminuyendo su tamaño y abandonado mi garganta gradualmente.

Quede agotada, deshecha, no me podía mover del esfuerzo, pero me levanto y volvió a ponerme sobre el potro como inicialmente lo había hecho.

Patty: No ya no, ya estoy bien rozada —gimotee pensando que me iba a coger de nuevo.

Ricardo: Quiero ver cómo te quedo de abierto el culo puta, voy a sacarte unas fotos bien abierta

Patty: No como crees, claro que no.

Ricardo: Solo de tu culo, sin que se te vea la cara de puta que tienes, quiero verte bien abierta e inmortalizar tus nalgotas.

Fue por su celular mientras yo seguía empinada en el potro, ni siquiera intente levantarme, regreso me abrió bien de piernas y me empezó a dedear la vagina y el ano mientras sacaba fotos, me habría con los dedos mis orificios y hacia tomas, yo enterré mi rostro entre mis brazos para evitar que se filtrara algo de mi rostro en las fotos, mientras él seguía manoseando mis partes y fotografiándolas, me sentí humillada a mas no poder, pero por alguna razón lo deje hacer, nunca antes me había tomado fotos.

Cuando se cansó de manosearme me incorporo y pidió que se la mamara otro poco, ya la tenía dormida, se la chupe un poco pero afortunadamente ya no se le paro, si no seguro me volvía a coger y yo ya me sentía muy rozada, además de dolerme las mejillas.

Ricardo: Listo Patty, vámonos que se hace tarde, me quedo con tus calzones putita

Nos vestimos y salimos del hotel, termine destrozada, me dolían las ingles de tan abiertas que habían estado mis piernas, la mandíbula y mis mejillas de tanto mamar, tenía molestias en mi vagina, los pezones también me dolían, pero sobre todo me dolía el ano y la parte del recto, un sentimiento entre felicidad y arrepentimiento me embargaba, el vino había jugado a favor de él.

Le di un ray al metro, que solo estaba a un par de cuadras y así acabo ese encuentro con Ricardo, aunque no fue el último. O tendría que decir no es el último.

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