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Quitándole el mal humor a mi princesa consentida
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Ella es mi princesa y desde que nos sinceramos el uno con el otro, tenemos más de 2 años, teniendo sexo activamente, al principio en la cama nos entendiamos muy bien porque los dos eramos muy apasionados y siempre dispuestos a experimentar, el problema está en que por la pandemia y la falta de tiempo, que derivo a apresurar las cosas no consiguiamos un orgasmo largo con ella ya que solo habia sexo rapido, lo cual creo algo de frustracion en ella, incluso llego al punto de peleas a cada rato.

Yo tengo 52 y ella 20, se supone que ella me veia como un hombre muuuy experimentado (yo mismo utilize esta excusa desde el principio para coger con ella), pero ahora ella se quedaba a media estimulacion, incluso no sabia como decirme que cuando estaba a punto de llegar a su climax, yo terminaba muy pronto, siempre era así y la dejaba a medio camino, se sentia tan mal que no tuvimos sexo por semanas incluso me dijo que ya no le apetecía estar conmigo por lo que era un egoista, que terminaba muy frustrada y sintiéndose muy usada… Yo lo quiero mucho pero esto me estaba hartando.

Asi que no me quede con los brazos cruzados, no iba a permitir que las cosas quedaran de esta manera, si queria seguir teniendo a esta hermosa jovencita en mi colchon montandome la polla tenia que hacer algo pero ya!!!

Asi que pague una suite para los 2, por 5 horas mas que suficientes para hacerlo las veces necesarias.

Algo que por supuesto a ella le fascino, era tiempo de quitarle lo mal humorada a metidas de verga.

Llegando a la suite no perdi el tiempo, la tire a la cama y mientras le quitaba el pantalon le dije:

"bueno hermosa, es hora de que te agradezca lo bien que me has aguantado y lo mucho que me has ayudado a pasar estos meses y hoy te lo voy a compensar, tu relajate"

En ese momento no había más que decir, la tenía para mí nada más. Me acerqué a ella, la tomé de la cintura y empecé a besarla, al tomarla entre mis brazos pude sentir la exquisitez de su cuerpo, su aroma, la verdad que mujer estaba a punto de cogerme, me quite la ropa, mientras yo ella le sacaba toda la pequeña blusa que llevaba, tuve frente a mí sus tetas expuestas que dejaban ver en su totalidad sus pezones paraditos, su respiración era cada vez más agitada, y no decía ni una sola palabra, sólo pequeños gimoteos de excitación, en ese momento no aguanté más de un impulso, enseguida, baje mi bóxer, saltó a la luz mi verga lista para trabajar.

Ella era de las que casi no le gustaba el sexo oral, pero hoy era la excepcion pues sin necesidad de decirle ni una palabra, ella lo tomó en su mano y empezó a juguetear con él, se separó un poco de mí para verlo y después verme a los ojos con esa mirada coqueta muy de ella.

Se arrodilló delante de mí y empezó a mamarme la verga… Era toda una experta su lengua recorría todo mi palo de arriba abajo mientras sus manos apretaban mis huevos con una delicadeza muy rica. Después empezó a recubrirme la cabeza de mi verga y con la punta de su lengua me daba lamidas que parecían caricias entusiastas, volvió a bajar a mis huevos en donde empezó a chuparlos, mis manos sobre su cabeza levantaban los cabellos de su frente lo que me permitía tener una perspectiva espectacular del trabajo que me estaba realizando.

Paso un rato y ella se levantó, me tomo de la mano, nos acostamos en la cama

Y me dijo: "Muy bien ya te prepare, vamos a darle duro"

No tenian que decirme 2 veces, empecé a lamer su vagina, sus piernas estaban totalmente abiertas, me daban toda la libertad que pudiera desear, ella empezaba a gemir cada vez más mientras mi lengua entraba en su vagina, comenzó a balbucear, y dar pequeños susurros de placer, moviendo su espalda y su cabeza para atrás dándose espacio para menear su cintura.

Sus muslos de repente presionaban mi cabeza, señal de pleno deseo de sentirme verga a lo que yo me puse de pie, tomé mi pene y apunté sobre su clítoris en donde la coloqué para rozarla aún más, a lo que ella se desespero, casi me imploro que la penetrase Y así sin más, y de una sola embestida se la clavé hasta el fondo, ella apreto sus ojos sus fuertemente.

Yo estaba como loco cogiéndola agarrado de sus nalgas que las empujaba hacia mí, el brazo lo colocó en mi cuello de donde se agarró para poder tener más apoyo, el cosquilleo previo que en cualquier momento iba a venirme, por lo que solamente dejé venir todo mi semen dentro de ella, sentí que arrojaba tanta leche en su interior, que parecía un surtidor, al terminar sólo caí, exhausto sobre sus pechos mientras ella me acaricia la espalda era fantástico, esa cogida había estado de fantasía nunca me imagine que mi princesa fuera tan putita, aún mi garrote estaba dentro de ella, pegando los últimos espasmos, me retiré y pude ver como su concha latía y se contraía sin parar.

Despues de esa cogida donde pudimos liberar nuestra energia sexual de manera correcta, se puso a llorar, mientras decia que me amaba y que gracias por esto etc. Sin lugar a dudas.

"Moraleja: una mujer bien cogida es igual a una vida feliz"

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