back to top
InicioFantasías EróticasQuiero que me manoseen en el tren

Quiero que me manoseen en el tren
Q

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.

Hoy quiero compartirles una fantasía que tengo desde hace mucho tiempo. Me encanta leer hentai y ver porno donde las chicas se meten al tren y las manosean hombres mayores.

Me gusta imaginar que es un día caluroso, la excusa perfecta para ponerme un top algo finito que deja que mis pezones se marquen muy bien en la tela y los deja muy sensibles al toque. Llevo una falda corta, rosada, que a veces se levanta y deja ver que no llevo panties.

Cuando entro al vagón está lleno de señores que no paran de mirarme hasta que entro. Me alegra un poco ver que solo estaba yo, así no debo compartir con nadie.

Todos terminan de subir y bajar del tren las puertas se cierran un señor se me acerca, se pone delante mio, demasiado cerca, puedo sentir mis pezones rozando en su pecho, puedo ver como mira mis pechos, me muevo un poco para que la fricción sea más evidente, su pene comienza a ponerse duro debajo de sus pantalones. Él me hace sentir pequeña pues él es más alto que yo, estoy nerviosa, toda sonrojada pero sus manos van a mis pechos apretandolos suavemente, acariciandolos, no puedo evitar gemir suavemente, eso hace que el hombre suba mi top y use sus dedos para jugar con mis pezones delante de todos.

Pensé que no puedo estar más mojada siento algo duro y grande en mis nalgas, otro señor estaba frotando su pene sobre mí, podía sentir su pecho contra mi espalda, sus manos recorrían mis caderas mientras el otro hombre aprovechó para chupar mis pezones, estaba completamente prendido a ellos, mi mano se dirigió a clitoris, me encantaba sentir ese pene duro frotandose en mí. El hombre levanta mi falda y aprieta mis nalgas suavemente, ahora puede frotarse mejor, para este punto otro hombre está masturbandose por toda la escena, le pido que se acerque y con mi mano tomo su pene para seguir yo misma con el trabajo.

Puedo sentir lo mojada que estoy pero no aguanto más, quiero sentir esos penes en mi boca así que me pongo de rodilla y los hombres me rodearon, algunos acariciaban mi cabello, otros mi rostro, otros mi pechos, los apretaban justo como me gustaba. No podía evitar gemir cuando sentía sus grandes manos sobre mi cuerpo.

Me sentí empapada cuando todos sacaron sus penes duros y grandes solo para mí, no sabía por donde empezar, quería probarlos todos. Uno a uno comencé a darles besos desde las puntas hasta las bases, estaba disfrutando de toda la atención, les encantaba cuando soltaba gemidos, susurraban cosas sucias en mi oído, algunos me pedían por favor que deje que me metan sus penes dentro mío por primera vez, cualquiera o si tenía mucha suerte y me portaba muy bien podría sentir todos.

Uno de ellos se cansa de esperar a que atienda a los otros así que empuja a los otros mientras me pide que abra la boca, le pido que sea bueno conmigo ya que no me gustan las cosas rudas, promete que va a tratarme como su princesita así obedezco sacando la lengua, gemí alto cuando sentí ese pedazo de carne en mi boca, lo comencé a chupar como pude, la saliva chorreaba de mi boca cayendo a mis pechos, los otros hombres estaban masturbandose furiosamente mirando esa escena, otros estaban de rodillas prendidos a mis pechos, chupando mis pezones mientras yo rogaba que no me la quite nunca de la boca.

Con mis manos tomé los penes de los hombres que estaban parados aún para poder masturbarlos, quería tener toda esa lechita para mí. Siento un gran orgasmo viniendo a mí cuando siento a esos hombres jugando con mi vagina, sus dedos entrando y saliendo, dandole golpecitos a mi clitoris es demasiado, suelto un gemido alto allí es cuando los hombres apeovechan para dejar su lechita sobre mis pechos, en mi boca y en mi cara.

Uno de ellos me ayuda a ponerme de pie aun atontada por mi orgasmo, me levanta con sus fuertes brazos y me ensarta su pene en la vagina, se siente tan bien que no puedo ni pensar, quiero que siga así hasta cansarme, me encanta sentir como mis pechos se restriegan en su pecho, como los hombres manosean mi cuerpo como si fuera una muñequita. Quiero quedarme todo el día ahí recibiendo la lechita en la boca.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.