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Quiéreme como te quiero
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Hola, mi nombre es Federico, soy mexicano, pero desde ya hace 20 años vivo en Dallas, Texas en los Estados Unidos. Actualmente tengo 39 años, estoy felizmente casado y esta experiencia que les voy a contar sucedió el verano pasado; es algo que me sigue atormentando puesto que no se lo he contado a nadie, y espero que después de publicarlo ya me pueda sentir un poco mejor conmigo mismo.

Mi esposa es nacida aquí en la Unión Americana, su padre es regiomontano y mi suegra es de Kansas, por lo que ella creció hablando los dos idiomas, aunque en toda su familia se habla mas el español. Cuando nos casamos ella era la única de sus hermanas que faltaba de casarse, así es que instantáneamente me convertí en el tío Fede para sus tres sobrinos y dos sobrinas; la mayor se llama Leslie y desde que nos conocimos formamos un vinculo especial puesto que ella, que en ese entonces tenia 9 años de edad, siempre fue una nena muy inteligente y dulce y le encantaba jugar y salir a pasear con mi esposa y yo, sus tíos favoritos; y ahora que ya tiene 19 sigue buscandonos igual.

La mama de Leslie es la hermana menor de mi esposa y para ella siempre fue muy bien visto que su hija saliera con nosotros y en varias ocasiones se quedara en nuestra casa, incluso cuando salíamos de vacaciones con la familia de mi esposa Leslie siempre andaba con nosotros y a veces se quedaba en nuestra habitación y por supuesto que dormía en la cama con nosotros, la verdad que para mi siempre ha sido como una hija, y mas aun que solo tengo dos hijos con mi esposa, Leslie ha sido la hija que nunca tuvimos, por lo tanto siempre la hemos consentido y ella nos a correspondido con su cariño.

El verano pasado Leslie se graduó de “High School” y fue aceptada en una Universidad al Norte de Texas que se encuentra aproximadamente a una hora y media de Dallas, y por supuesto que ella nos pidió que le ayudáramos a encontrar un apartamento y a mudarse. Después de varias idas y vueltas mi esposa se declaro “rendida” y me pidió que la dejara en casa, Leslie y Yo nos encargaríamos de la ultima vuelta solos.

Leslie es una hermosa joven de tes blanca y cabello castaño largo casi hasta la mitad de su espalda, estatura mediana, ojos grandes color miel, labios gruesos, sus piernas son firmes y bien formadas que terminan en un par de nalgas carnosas y bien paradas, sin lugar a dudas son la mejor parte de su físico, cintura delgada, sus tetas son mas bien de medianas a pequeñas, sin embargo lucen muy bien por encima de su abdomen plano. Aunque siempre he admirado su trasero, la primera imagen que me viene a la mente de mi querida sobrina es su hermosa e inocente sonrisa, es lo que mas adoro de ella.

Ese día ella traía puestos unos mini shorts de mezclilla que dejaban ver el inicio de sus hermosas nalgas y una blusita de tirantes que le llegaba justo abajo de su ombligo, se había subido su pelo improvisando un chongo con una liga y que dejaba al descubierto su hermoso cuello.

En el camino hacia el apartamento, Yo manejaba mi camioneta y ella venia ahora sentada en el asiento de adelante, Leslie comenzó a recordar las aventuras que pasamos juntos durante todos estos años, nos reíamos juntos y Yo volteaba a verla cada vez que podía, su sonrisa me producía una sensación amorosa y me puse un poco sentimental, ella lo noto enseguida, me tomo la mano y me dijo con su voz de ángel – No te preocupes tio, no es el fin del mundo, ademas solo estoy a hora y media de ti, puedes venir a visitarme cuando quieras y Yo también te voy a llamar cuando necesite de ti – me apretó la mano, se acerco y me dio un beso tierno en la mejilla – que te parece si nos paramos a cenar antes de llegar al apartamento? – me pregunto, Yo estuve de acuerdo.

Llegamos a uno de esos “Sport Bar & Grill” que están cerca de la universidad, ordenamos unas hamburguesas y Yo pedí una cerveza, Leslie le pidió a la mesera que le trajera una cerveza también e inmediatamente me miro y se sonrió al ver mi cara, ella siempre ha querido ser tratada como adulta cuando anda con nosotros, a mi esposa y a mi siempre nos ha causado gracia – No me mires así tío Fede, que no te has dado cuenta que soy ya una señorita?, hoy comienza una nueva etapa en mi vida y que mejor que sea contigo, debes confiar en mi – Le devolví la sonrisa, le tome la mano y le dije – Claro que confío en ti princesa, pide lo que tu quieras. – Yo siempre he sido un buen deportista y la verdad que me mantengo en buena forma atlética para mi edad, de manera que cuando salgo con Leslie, aunque obviamente me veo mayor que ella, no se nota la diferencia real de edades.

Pasamos una buena velada, ella solo le dio 2 o tres tragos a su cerveza (tal como lo supuse) y Yo después de un par de chelas me di cuenta que se nos había pasado el tiempo y ya era tarde, me levante para ir al baño y llame a mi esposa para decirle que me quedaría con Leslie esa noche porque ya era tarde y ademas no quería arriesgarme a que un policía me detuviera con aliento alcohólico. Regrese por Leslie y le conté – Espero que no te moleste pero le dije a tu tía que pasaría la noche aquí – ella se emociono y dando unos brinquitos me abrazo y me dijo – Si tío Fede! Que bueno, la verdad que me daba un poco de miedo quedarme sola la primera noche – Le devolví el abrazo y esta vez deje mis manos mas abajo para poder rosar su trasero al momento de recibirla, luego subí mis manos despacio hasta su cintura asegurándome de seguir el contorno de sus hermosas nalgas; ella actuó con naturalidad, no era la primera vez que sentía mis manos sobre su culito, Yo siempre había aprovechado cualquier oportunidad para manosear discreta y delicadamente sus nalgas a través de los años.

Cruce la calle para comprar un seis de cervezas, y nos dirigimos a su apartamento. Al llegar bajamos el resto de sus cosas, la ultima de las cajas venia cerrada a medias y al dejarla caer sobre su cama saltaron un par de prendas fuera de la caja, al recogerlas me encontré con una hermosa tanga de encaje de color beige, las observe minuciosamente y se las mostré con una ligera mueca picara, y le dije – Mami, me puedes explicar esto? – sus ojos grandes se abrieron por completo, su cara se enrojeció y en un movimiento super rápido me arrebato sus pantis y las guardo en la caja; evadiendo mi mirada me dijo en un tono serio y como reprochándome – Tio Fede! ya no soy una niña, recuerda que debes confiar en mí, ok? – Yo conteste en un tono paciente y reconciliador – por supuesto que si cariño, solo bromeaba un poco – puse mis brazos alrededor de sus hombros y la bese en la frente, – voy por una cerveza – le dije y me fui para la sala.

Leslie llego detrás de mi, fue por una cerveza y se sentó en mis piernas sobre el sofá, le dio un trago a la cheve, la puso sobre la mesa y me dio un beso en la mejilla, esta vez como en otras ocasiones moví un poco mi cara a propósito para que el beso terminara mas cerca de mi boca que de la mejilla, ella se dio cuenta de mi movida guarra, dejo sus carnosos labios sobre mi un momento extra como dejando que hiciera lo que Yo quería.

Tío, – comenzó con su voz angelical – perdóname, no supe como reaccionar y no quiero que te vayas a molestar conmigo por una tontería de esas – Mientras la escuchaba note que sus tetitas estaban repegadas en mi y que rozaban el lado izquierdo de mi cara, desde la oreja hasta la barbilla conforme ella seguía platicando, mi polla se despertó, Yo tenia mi brazo izquierdo alrededor de su cintura para sostenerle, mi mano derecha descansaba sobre sus muslos firmes. – Tu y Yo siempre hemos sido los mejores amigos – continuaba ella – y siento que tenemos una conexión especial, siempre me he sentido así desde que nos conocimos – Sus tetas pegadas en mi cachete izquierdo, comencé a sentir una erección que no iba a poder disimular bajo esas circunstancias – ademas Tu me has visto en pantis muchas veces desde toda la vida, ahora que Yo soy la que escoge mi ropita no quiero que sea diferente… – Amor – la interrumpí – no ha sido tu culpa, todo esta bien, desde luego que no estoy molesto.

Estas seguro Tio? – me pregunto – absolutamente nena – le conteste. Me dió otro beso, esta vez se encargó de ponerlo justo al lado de mi boca, de forma que la orilla de mis labios tocaban la orilla de los suyos, los dejo allí por un momento como demostrandome que no hacían falta guarrerias, y se levanto para darle otro trago a su cheve. Yo sentí como mi verga se levantaba al no tener mas el peso de su cuerpo, entonces me cruce de piernas y puse mis manos encima de mi paquete para que ella no lo notara.

Leslie puso la botella en la mesa, estaba de espaldas a mi, entonces se desabrocho la parte de enfrente de sus mini shorts y volteando su carita hacia mi, me dijo – siempre me he sentido segura contigo y quiero que siempre sigamos confiando uno del otro – y en ese momento, despacio y todavía de espaldas a mi, se bajo los shorts mostrándome una tanga divina color rosita con encaje en las orillas y con mariposistas estampadas en la poca tela que quedaba, sus nalgas bien paradas, casi al descubierto dibujaban la silueta de un corazón, la raja de su culito tenia atrapada el resto de la prenda entre sus dos cachetes carnosos y firmes; Yo me quede hecho piedra, Leslie estaba hecha toda una mujercita, y aunque mi mente trataba de hacerme caer en cuenta de lo que estaba pasando, mi corazón y mis deseos carnales se apoderaron de mi, a partir de ese momento solo era un hombre mas en este mundo, buscando satisfacer mis mas bajos instintos.

– Te gustan tío? – me preguntó – si mi amor, se te ven hermosas – me sonrió y dio unos saltitos como una niña y vino a sentarse a mi lado.

Ahora vas tu – me dijo al oido con voz picara; no se si estaba seguro de lo que recién escuchaba, así que le devolví una mirada confusa, ella se volvió a sonreír y me dijo – es tu turno de quitarte los pantalones, así estaremos en las mismas condiciones, confías en mi no es cierto?, ademas no será la primera vez que te veo en bóxers Tío Fede – a mi me gusta dormir sin nada mas que calzones, así que Leslie me había visto varias veces así cuando se quedaba a dormir con nosotros. Me puse de pie y me voltee hacia un lado para evitar mostrarle mi erección, me desabroche los blue jeans que traía puestos y antes que me los bajara sentí las manos de Leslie jalándolos hacia abajo – vamos, porque te escondes? – y en un solo movimiento me volteo y me bajo los jeans.

Ya no había nada mas que esconder, mi verga parada era mas que evidente y la cara de Leslie había quedado justo enfrente de mi paquete, noté que no le quitaba la vista de encima, después de analizarla detenidamente, subió la mirada hacia mi y con un tono inocente y una voz insegura me pregunto – es tu pene Tío Fede? Te lastimé? – La tome de sus brazos y la levante, la mire a los ojos, mi mirada ya no era de cariño si no de lujuria, entonces le susurre al oido – no me has lastimado mamita, es mi pene que se ha puesto duro, y para que sepas la confianza que te tengo te confieso que lo tengo así por ti –

Creí escuchar a Leslie dejar escapar un tímido suspiro, la tome con mis dos brazos y la bese en la boca, ella recibió mis labios con ternura, como aceptando que estábamos dando juntos el siguiente paso en esta relación, luego bajo su mirada por un momento, como para recuperar su aliento, puso ambos brazos alrededor de mi cuello y me presento su boca entreabierta para que la volviera a besar, esta vez de manera apasionada me chupo los labios y Yo le metí mi lengua la cual fue recibida con desesperación y con deseo. Yo la apretaba hacia mi para que nuestros cuerpos se reconocieran, le restregaba mi tremenda verga en su abdomen lo cual parecía excitarle, de a poco comencé a bajar mi mano derecha hasta agarrarle sus nalgas, ahí dejó salir un pequeño gemido pero no se aparto de mi boca y mientras nos seguíamos besando le manoseaba su gran culo a placer.

A estas alturas Leslie ya había subido una de sus piernas y la enredaba alrededor de la mía y con movimientos circulares de su cadera buscaba poner mi verga cerca de su concha. Ni Leslie ni Yo pronunciábamos una sola palabra, nos dejábamos llevar por el momento, aunque para ser completamente honesto no parecía que estuviéramos improvisando, mas bien parecía como que tanto ella como yo ya habíamos recorrido este escenario en nuestras mentes y ahora lo poníamos en practica.

Me quite la camiseta y ella me apretó el pecho con sus dos manos y se mordía los labios, su mirada me indicaba cuanto estaba gozando de este momento, luego beso ambos pezones dejándome una pequeña mordidita con sus labios en cada uno. Con un salto puso sus piernas alrededor de mi cintura, sus brazos alrededor de mi cuello y su boca devorando la mía; la locura se apodero de mí y sin separarnos comencé a caminar hacia su recamara, cerré la puerta detrás de mi y me senté en su cama.

Leslie se paro frente a mi y se quito su blusita y el sujetador en un solo movimiento, sus blancos pechos se revelaron frente a mi, un par de pezones rosas y endurecidos que apuntaban hacia el cielo, se acerco a mi como en un ofrecimiento, Yo respondí tomándola por la cintura y colocando una de sus tetas en mi boca, ella comenzó a jadear tímidamente mientras Yo chupaba sus chichis con ternura y con placer, me sostenía la cabeza en contra de su pecho como para que no dejara de besarle y acariciarle sus tetitas al mismo tiempo que me mecía y jalaba los cabellos. Continue por un par de minutos y después comencé a recorrer su cuerpo con mis besos hasta que llegue justo abajo de su ombligo, ella me dejaba hacer.

Levante la mirada como buscando su aprobación para seguir adelante, Leslie me tomo la cara con ambas manos y me regreso una mirada que entendí inmediatamente, voltee mi cara hacia su abdomen y comencé a bajarle su tanga con delicadeza, cuando por fin descubrí su conchita ella separo ligeramente sus piernas para que la pudiera admirar completamente, era aparente que mantenía su área del bikini depilada y limpia, solo tenia vellos en los lugares adecuados y estos adornaban su panochita como flores a un altar; a pesar de su estrecha virginidad podía sentir en mi cara el calor que emanaba de su ardiente panocha y su delicioso aroma me embriagaba de deseo, la tome en mis brazos y la recosté en la cama.

Empecé por besarle sus caderas, Leslie se retorcía con cachondez, de apoco fui bajando hasta llegar a las puertas de su santísima concha, se veía tan tiernita y tan dispuesta que comencé a comérsela toda, ella levantaba sus caderas al tiempo que le chupaba la orillita de sus labios y le pasaba mi lengua por en medio de arriba abajo, sus jadeos comenzaron a ser mas continuos y fuertes, con sus manos empujaba mi cara en contra de su sexo para que no me despegara ni un centímetro de ella, comencé a juguetear con la parte de arriba de su panocha utilizando mis dedos en movimientos circulares, unos instantes después pude alcanzar su clítoris con la punta de mi lengua, Leslie estalló en gemidos; mi boca, mi cara y mi orgullo estaban llenos de los jugos celestiales que emanaban del primer orgasmo de mi querida sobrina.

Entre suspiros y sollozos Leslie trataba de recuperar su respiración, ambas manos empuñaban las sabanas de su cama con vehemencia, sus rodillas dobladas y sus muslos abiertos, Yo arrodillado enfrente de ella, tatuando para siempre semejante imagen en mi mente. Me coloque encima de ella y la bese con una lujuria que no había sentido jamas, ella me abraso con sus dos brazos y con sus dos piernas, fue un beso eterno; cuando al fin me separe le mire a los ojos, ella hizo lo mismo, entonces le murmure – Leslie… – no me dejó decir una palabra mas, me interrumpió con la respiración entrecortada al mismo tiempo que asentía urgentemente con su cabeza, con sus ojos y con todo su ser – Siii, si Tio…

No me sorprendí en lo mas mínimo, Leslie y Yo fuimos siempre los cómplices perfectos desde el primer día, nos podíamos comunicar con la mirada y siempre estábamos un paso adelante de los demás; y ahora es que lo terminaba por comprender, justo ahora que estaba a las puertas del cielo, del paraíso carnal, justo en ese momento es que tenia la claridad de mente suficiente para darme cuenta que ella siempre había sido para mí y a partir de ese momento yo seria siempre para ella.

Le bese los labios en señal de tenerlo todo claro y me dispuse a preparar su cuerpo para el acto, sumisamente me dejo que le separase las piernas, le coloque ambos brazos por encima de su cabeza y con mi mano izquierda sujetaba su mano derecha, con mi otra mano le acaricie su mejilla mientras apuntaba mi verga hacia la húmeda y cálida entrada de su estrecha panocha, me acerque despacio hasta que la punta de mi miembro toco sus labios virginales; entonces la mire y me miro, me tomo de la nuca con su mano izquierda y con nuestras miradas aun entrelazadas la penetre.

El primero fue un pequeño grito de dolor y excitación, su mirada reflejaba la intensidad del momento al recibir por primera vez mi pedazo de carne que se abría camino despacio pero continuo dentro de su conchita; suavemente termine de empujar y con delicadeza retrocedí un poco para envestirla de nuevo. El segundo fue un aullido agonizante, mi verga entro mas fácil y llego mas profundo, tan profundo como su dolor; el movimiento paso de ser delicado a decisivo, ella volteo su cara como para evitar que la viera sufrir pero sus manos me apretaban tan fuerte que no había forma de fingir; tampoco había ya marcha atrás. El tercero, el cuarto y el quinto fueron gemidos de un dolor esperado y de placer adquirido, mi miembro entraba y salía ya sin mucha oposición, mis movimientos comenzaron a tomar ritmo y su cuerpo comenzó a relajarse.

Comencé a bombearla mas rápidamente, Leslie no dejaba de jadear con cada empujón; trataba de fijar su mirada en mi pero a cada envestida de mi verga sus ojitos se le iban para atrás, sus caderas se meneaban en sincronía con mi cuerpo, movía su cabeza para un lado y para el otro como tratando inútilmente de contener el gozo que le daba tener mi pedazo de carne dentro de ella. Yo también estaba vuelto una bestia; entre mas la veía sufrir y disfrutar de mi verga, mas fuerte y profundo trataba de penetrarla; sentía una energía interminable que se alimentaba de su tierna cachondez, y aunque no quería parar de darle un solo instante, en mi mente aun tenia una fantasía mas por cumplir.

Paré de envestirla y deje mi miembro dentro de ella por un instante. Al darse cuenta, Leslie se apoyo en sus codos y levanto su cara como para cuestionar mi decisión, mientras batallaba para recuperar su respiración. Lentamente comencé a retroceder para darle espacio a mi miembro de salir, ella me tomo de la cadera con una de sus manos como intentando detenerme, ambos dirigimos nuestra atención a la salida de mi verga, mientras sentía como iba liberando su concha poco a poco ella dejó salir un gemido discreto pero constante – ooohh…

Mi falo salió cubierto en la miel de su panocha con pequeños rastros de sangre, Leslie me miro con amor y con resignación, nos besamos apasionadamente, y ahora se venia lo mejor.

Puse mi mano izquierda alrededor de su cadera y le di un ligero empujoncito, Leslie comprendió inmediatamente lo que le estaba pidiendo, sus ojos se iluminaron y como buena niña que es se apresuro a darse la vuelta; con un poco de torpeza se fue acomodando, Yo la iba guiando con mis manos sobre sus nalgas, una vez alineada le encogí sus dos brazos y los puse por dentro de su cuerpo, ella instintivamente separó las piernas y paró su culito. La vista estaba fenomenal, no me pude contener y me abalancé a besarle sus preciosas nalgas y le metí mi lengua en medio de sus dos cachetes hasta lamerle todo su delicioso culito, Leslie me dejaba hacer, y solo esperó pacientemente a que terminara de saciar mis instintos animales.

Al fin recupere la compostura, me coloque en posición, y apunte la cabeza de mi miembro nuevamente a la entrada de su concha, comencé a penetrarla suavemente y en cuanto termino de entrar la punta de mi carnosidad Leslie empujó su culo hacia atrás hasta que hizo desaparecer mi falo por completo dentro de su ardiente panocha; ella dejó salir un gemido, Yo me puse como un Toro y comencé a bombearle su sexo con ritmo acelerado, ella llenaba el cuarto de lamentos sensuales e interminables como si quisiera decirle a todo el mundo lo feliz que Yo la hacia en esos momentos. Mis ganas no cesaban y Leslie continuaba gozando de lo lindo, entonces decidí tomarla por el cabello y le di un ligero tirón hacia arriba, esperé para ver su reacción, Leslie se volteo hacia mi y me miró lujuriosamente mientras que me regalaba una enorme sonrisa.

Mi estado mental dio un giro inesperado, Leslie me había llenado de una energía que parecía inagotable con su sensualidad y complicidad, pero solo fue necesario volver a ver el candor de su sonrisa para transformar toda esa energía en el sentimiento mas puro del ser humano, en ese momento sentí el amor mas grande que jamas haya sentido.

Desde adentro de mis entrañas sentí cómo mi cuerpo estaba listo para terminar, el ritmo de mis envestidas aumento y mis respiraciones eran mas profundas, Leslie lo presintió así también. Por mi mente paso fugazmente una duda; me corria dentro de mi sobrina querida o seria tiempo de sacar mi verga para correrme por fuera de su hermoso culo. Mi duda quedo resuelta cuando Leslie se volteo nuevamente hacia mi, y mientras me buscaba la mirada puso una de sus manos sobre mi culo agarrando mi nalga con firmeza; cuando mis ojos se encontraron con los suyos me apretó hacia su trasero impidiendo que mi polla pudiera salir de su rajita.

Le volví a jalar de su cabello con mi mano derecha y con la izquierda tome control de sus caderas, Leslie se coloco sumisamente en posición, ambos sabíamos lo que iba a suceder. De a poco mis tirones y empujones fueron aumentando de intensidad, ella gemía con ardor incitante, Yo comencé a jadear como queriendo extender el éxtasis por unos segundos mas – aah! aah!… – Ella estaba vuelta loca y empujaba su sexo contra el mio como si quisiera que se fundieran el uno con el otro, sus ardientes gemidos se confundían con los míos; sentí que llegaba la eyaculación y desde muy dentro de mi ser comencé a suspirar nombre – oh Leslie! oh nena!… – Ella se preparo a recibir mi regalo; un intenso chorro de semen caliente comenzó a llenar el interior de su panocha, mi miembro continuaba bombeando su concha y descargando la prueba de amor que ella me había pedido tan decisivamente.

Termine de vaciar todas mis ansias dentro de ella. Con delicadeza nos separamos, los restos de mi semen se escurrían por el interior de los muslos de mi niña, nos dejamos caer juntos sobre la cama y nos besamos apasionadamente. Nuestros cuerpos continuaban pegados mientras descansábamos en su colchón, Leslie tenia su cara enterrada en mi pecho y una calma dominaba la escena en donde hacía un par de instantes nuestros cuerpos fogosos habían sucumbido ante la lujuria y el placer. Leslie sollozaba silenciosamente, con amor levante su carita y le pregunte si todo estaba bien mientras intentaba secarle sus lagrimas con mis dedos, sin embargo, a pesar de estar llorando, su rostro dibujaba la sonrisa mas adorable del mundo – todo esta bien Tio, espera déjame corregir; todo esta genial – le devolví una sonrisa y le bese en la frente – genial? Yo diría fenomenal cariño – le respondí; los dos dejamos escapar una discreta carcajada. Leslie subió su mirada hacia mi y con convicción me dijo – Te amo Tio Fede – mirándola fijamente le conteste – Yo también te amo Leslie – se sonrió y se recostó sobre mi pecho, luego declaro – Lo sé Tio, siempre lo he sabido.

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