Saliste de la ducha perfumado,
yo en la cama desnuda te esperaba.
Abriendo mis muslos para ti estaba,
y justo por la puerta habías entrado.
"Chúpame el chocho", te pedí ah, mi amado,
y me diste el placer que me gustaba.
Después, muy excitada, yo ya deseaba
mamarte la polla, verte empalmado.
Te subiste en mí y mmm-sí, me penetraste;
me follabas bien, esto me valía;
aumentaste la frecuencia y jadeaste.
Quédate dentro más, más, vida mía,
estate en mí hasta que tu ardor se gaste;
venga el semen como una escorrentía.