Me llamo Victoria y soy profesora de historia en una secundaria importante; la primera profesora transexual. Es un buen puesto y me encanta el trabajo. Soy una linda mujer de 49 años, algo gordita pero atractiva. Lo sé por las miradas de mis alumnos que siempre se fijan en mis tetas y mi culo, algo que me gusta mucho. Nunca pensé en tener nada con alguno de ellos, pero las cosas menos pensadas son las que mejor salen.
Estábamos terminando el primer semestre del último curso, todos ya grandecitos, mayores de edad y con las hormonas revoloteando. Para cerrar notas había encargado algunas tareas que debía recoger en clase. Comienzo a tomar lista y me van entregando los trabajos, a primera vista parecían flojos, pero suelo ser comprensiva frente al esfuerzo. Cuando llegué a Bernardo F. me dijo:
– No lo hice profesora
-Pero ¿cómo?, otra vez?… no puedes hacerte esto…
– Es que no pude… no entendía bien…
-Tendrías que haber preguntado… Eso lo hablaremos luego en mi oficina… Puedes ir para allá que ya te alcanzo
Continué recogiendo los trabajos y pensando como un muchacho tan bien puesto y lindo se había vuelto tan incumplidor conmigo, hasta parecía estar enojado al hablarme. Terminé con la clase y me dirigí a mi oficina para ver cómo corregir a este joven.
-Siéntate y dime que sucede que te has vuelto tan flojo, nunca entregas nada, no participas en clase… ¿Hay algo que está mal, que no te gusta, que te molesta?
– No se… es que me siento incómodo… por no poder acercarme
-No te entiendo. ¿Acercarte a qué?
– No, no quiero hablar
– Muchacho, trato de ayudarte, olvídate de la materia y de todo. Dime que te sucede
– Es algo con usted
– ¿Conmigo?… que es eso?
– Que me gusta y no puedo de dejar pensar en usted
La respuesta me sorprendió y me halagó al mismo tiempo. Un joven tan guapo obsesionado conmigo. Todo era tan tierno que quería abrazarlo. Pero me contuve.
– Pero… yo… soy tu profesora… no… deberías tener esas ideas
– Si lo sé, pero no puedo sacármela de la cabeza. Usted es tan linda y buena, tan comprensiva.
– Bueno, pero no es para tanto conflicto. Siempre puedes acercarte a mí.
– Si, pero no se… usted me atrae mucho profe.
– Te entiendo a todos nos pasa, fantasear con nuestros profesores… Es sólo una pasión juvenil.
– Es que no me entiende quiero estar cerca suyo… Que sea transexual me apasiona… bueno discúlpeme por decirlo.
Me estaba subiendo la temperatura. ¿Estaba escuchando una declaración afectiva? Era una pasión adolescente o algo más. Su fantasía se estaba apoderando de mi al verlo tan deseoso y contenido al mismo tiempo. Quería liberarlo, quería saber.
Me levanté y me acerqué a él, abracé su cabeza y su cara se apoyó en mi escote abierto.
– No es nada, no te preocupes yo estoy aquí para ti.
Moviendo su cara entre mis tetas me dijo – Gracias. Ese rostro entre mis tetas me encendió. Lo quería para mí, tanto como él a mí. No lo quería soltar. Así abrazada le dije – Gracias a ti. Suavemente me abrazo por la cintura. Lo besé en la frente y volví a hundirlo entre mis tetas como ofreciéndoselas, sentía su respiración y su boca húmeda. Bajos sus manos a mis nalgas que respondieron a sus caricias haciéndome suspirar.
– Esto querías muchacho?
– Desde el primer día
– Lámeme las tetas por favor
Su lengua caliente erizo mis pezones… me solté el corpiño y las liberé.
– Te gustan?
– Demasiado… disfrutare esto
– Chúpame las tetas por favor
– mmmm Que ricas – Decía mientras las chupaba y las apretaba
– Me gusta lo que me haces… muérdelas, apriétalas, amásalas
Me mordió un poco duro y solté un ay!… él se detuvo… y yo pronto dije – Me gusta así – y siguió mordisqueando
Empecé a buscar su entrepierna, él tomo mi mano y la puso en su bulto. Se sentía grande y dura.
– mmmm Que buena la tienes… sácala para mí.
Sacó su verga ofreciéndomela y me dijo: -Te gusta?
– Me encanta… métela en mi boca
Me agarro del cabello y me la hizo tragar. Me encanto tener su verga joven inundando mi boca. Lo mire a los ojos con placer mientas la chupaba con pasión, él jadeaba de goce.
Me la saque de la boca para decirle -Me fascina tu verga
– Te la daré y subes mis notas
– Todas tus notas a 10… como tu pija
– Ok ahora cómetela toda
– Cógeme la boca
Me acostó en el escritorio boca arriba con mi cabeza colgando, me metió su verga en la boca y la cogió con muchas ganas. Me enajenaba esa cogida, su verga entrando y saliendo llenando mi boca y yo babeándome y mojándome toda la cara. Empezó también a manosearme y apretarme las tetas, – Esto es lo mejor – dijo. Y ciertamente, era mucho mejor.
Me retorcía de placer y empecé a tocarme la entre pierna. Mi pene es pequeño y no se me para por las hormonas que tomo, pero estaba empapado y caliente.
– Si profe tócate para mí que se me pone más dura la pija en tu boca
Se subió encima de mí y empezó a tocarme la pija, como si fuera la suya; yo necesitaba sentirlo en todas partes de mi cuerpo. Empezó a mover rápido sus dedos haciéndome arquear de placer mientras me mojaba para él. Se acomodó y empezó a chupármela, yo apreté su verga en mi boca y empujé su cabeza en la mía. Estaba gozando como nunca, este muchacho realmente quería todo de mí y yo estaba dispuesta a dárselo.
Me lamia la verga diciéndome – Comería esto siempre- Me saqué la pija de la boca y mientras la frotaba en mi cara le dije – Sígueme chupando así…méteme los dedos en el culo – Así lo hizo, ahora también mi culo era atendido por este joven sin límite para el placer que pronto me estaba metiendo su lengua en el culo
– Me estás haciendo acabar – le dije -quiero tu leche.
– Entonces vamos a coger ya, mi perra
– Dale, tu puta quiere tu verga caliente en el culo
Me volteo y froto su verga en mi culo, que se abrió como una flor. Me di vuelta y le dije – Métemela por favor… quiero pija ahora… no aguanto más sin tu verga adentro-.
Puso mis piernas en sus hombros y la empezó a meter despacio mientras yo me habría para él. Siguió hasta meterla toda y empezó a moverse.
– Si… así… cógeme hermoso… que verga divina tienes
– Profe muévase por favor… quiero verla moverse en mi pija
– Si corazón me muevo para tragarme tu verga… dame bien fuerte
Empezó también a chuparme las tetas – siiii muérdeme las tetas… con tu rica ti pija adentro mío- yo le acariciaba la cabeza mientras me mordisqueaba. Estaba desbordada de placer y sexo no podía aguantar más
– Me vengo… me vengo – le dije
– Si bebe volá con mi pija rompiéndote el orto.
– ahhhh – Acabé con una exhalación mojándolo todo, lo que provocó que él eyaculara como un caballo.
– mmm tu leche caliente adentro me gusta
– Me ha hecho muy feliz profe – dijo mientras me besaba. –Tú también me has hecho una mujer feliz- le conteste continuando su beso con mi lengua.
Nos arreglamos como pudimos para poder volver al mundo.
-… Ahora vistámonos que hay que salir de aquí… pero
– Pero ¿qué?
– Mañana te quiero en casa para asegurar tus notas
– Claro profe, allí estaré- refirmando con su mano en mi culo.
Estaba contenta, satisfecha y feliz, y planeaba estarlo al día siguiente, pero ten cuidado con lo que deseas… todavía puede ser mejor.