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Profesora caliente (2)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Como mencioné en el relato anterior, en mis años de estudiante, tuve una profesora de inglés muy bella y sensual, ella era (aún lo es) extremadamente caliente, muy linda de piel morena clara, de rostro delgado, ojos grandes de color café oscuro muy expresivos, nariz afilada, labios gruesos y carnosos, cabello negro, largo hasta la cintura, de complexión delgada, pero unas curvas tremendas, de piernas largas muy torneadas, caderas anchas, tetas grandes.

Después de un encuentro caliente en un aula del Instituto de Investigaciones de la Facultad, iría a una reunión con motivo de la celebración de las Fiestas Patrias, con compañeros de su trabajo.

Salimos del aula con mucha fuerza de voluntad, al acompañarla a su auto me dijo que me había ganado un premio muy especial, se acercó a mi oído para susurrar “quiero esa verga dentro de mi culo”, al subirse a su auto puso sus manos en la cintura, se empezó a mover de manera extraña, se sentó dejando sus pies fuera del auto, entonces me di cuenta lo que hacía, se estaba quitando la tanga, al verla sacar su ultimo pie ya estaba muy excitado, ella abrió las piernas deliberadamente para dejarme ver sus muslos y su aún húmeda vagina, mientas se acomodaba en el asiento, me dio la tanga al tiempo que me sonreía muy sexy y me decía, “te la ganaste a pulso”.

Yo la tomé, se sentía caliente y húmeda, le dije que la seguiría en mi auto hasta el lugar de a reunión con sus compañeros de trabajo, al ir hacia mi auto iba oliendo la tanga que ella me había dado, era un aroma que mezclaba su perfume con su olor a hembra caliente muy excitante, yo quería ir en ese momento al motel más cercano, pero ella ya tenía un compromiso al que no podía faltar, en el camino al lugar de su reunión, yo iba pensando en su culo, en tenerla desnuda, recorriendo cada palmo de su piel caliente y penetrándola por todas sus cavidades.

Al llegar al salón donde era su reunión, se detuvo antes de la entrada al estacionamiento, yo también me detuve, bajé de mi auto para acercarme al suyo, ella me dijo que estaríamos poco tiempo, porque estaba caliente y quería coger, además me comentó que estaría un tipo muy pesado que trataba de conquistarla, era un tipo al que yo también conocía, demasiado engreído y molesto. Yo estuve de acuerdo, le dije que si por mí fuera ya estaría adentro de su culo, besando su espalda, ella sonrío seductoramente al tiempo que me decía, que fuera paciente, que lo disfrutaríamos mucho.

Me regrese a mi auto, entramos al estacionamiento para acomodar los dos vehículos, bajé de del mío para ir al de ella, abrí la puerta para que bajara, ella tenía el vestido muy arriba, lo que dejaba admirar ese par de muslos y un poco más, al bajar de su auto abrió sus piernas nuevamente, permitiéndome ver sus húmedos labios vaginales, como seguían llegando más automóviles al lugar, se acomodó el vestido, me tomó del brazo y nos dirigimos al salón.

Al entrar al salón, muchas miradas se volvieron hacia nosotros, ella atraía la atención de muchos hombres y mujeres, algunas personas me miraban a mí, con sorpresa o tal vez intrigados por saber quién era yo, hubo varias personas que nos invitaban a su mesa, sin embargo, ella ya sabía a donde se sentaría, una mano a lo lejos le hizo señas, nos dirigimos allá para sentarnos, me presentó a sus compañeros de oficina, ella mencionó que yo era amigo de hermano desde hacía muchos años, que ya casi era parte de su familia.

Cabe señalar que para ese entonces yo ya estaba trabajando, así que todos los días vestía de traje, ese día no era la excepción, por lo que no desentonaba con la formalidad de la fiesta, puedo decir que hacíamos una linda pareja, mis trajes de oficina eran de tonos oscuros, negro, azul, gris, lisos o estampados, pero en esos colores, ese día llevaba un traje gris con estampado escocés y casualmente, corbata roja con gris.

Ya sentados, la forma cuadrada de la mesa, nos ayudaba a darnos caricias bajo la mesa, sin que se notara demasiado, ella acariciaba mis piernas y mi verga constantemente, yo devolvía las caricias a sus muslos, a pesar de que ella subió un poco su vestido, no era suficiente para que mi mano pudiera llegar a sus calientes labios vaginales sin hacerlo demasiado evidente; entre pláticas, risas comida y tragos transcurrieron los minutos.

De pronto se acercó el tipo nefasto que la pretendía, sorprendido me miró, para después preguntarle a ella ¿qué haces con éste? (refiriéndose a mí), ella le respondió que no era de su incumbencia, para ignorarlo y continuar platicando con los demás, yo lo mire con burla y de manera retadora, él optó por retirarse de nuestra mesa.

Transcurrieron unos minutos más, ella me dijo que bailáramos un poco antes de irnos, estuve de acuerdo, así que me levanté, la ayudé a levantarse de su silla, después de que acomodara su vestido, nos encaminamos a la pista de baile, ella traía muchas miradas, lucía espectacular con ese vestido rojo, camino a la pista de baile me presentó a su jefe, un tipo muy agradable y amable, continuamos nuestro camino a la pista, una vez instalados, empezamos a bailar, la tomé de la cintura, pegándola mucho a mi cuerpo, la poca iluminación y juego de luces en la pista ayudaron a disimular el rose de nuestros cuerpos, sentía sus tetas en mi pecho, cuando dábamos vueltas o el algunos movimientos ella pegaba sus piernas o nalgas a mi pene erecto.

Nos estábamos divirtiendo mucho en verdad y disfrutando el momento, pero de pronto teníamos al lado al tipo nefasto, que le prestaba más atención a mi pareja que a la suya, intentaba llamar la atención de mi bella y caliente profesora, pero lejos de atraerla, lo único que consiguió fue quedar en ridículo, su presencia en la pista ayudó para que ella decidiera retirarse de la fiesta, lo que yo agradecí infinitamente, pues ya quería tener mi falo dentro de ella.

Nos despedimos de sus compañeros, fuimos al estacionamiento, hablé con el encargado para dejar un auto en el lugar, después de una propina aceptó.

Nos fuimos los dos en mi auto, al abrir la puerta para que ella subiera, pegó sus nalgas a mi pene, cuando subió, abrió sus piernas para mostrarme nuevamente sus húmedos y brillantes labios vaginales, mientras sonreía seductoramente.

Subí al auto para dirigirme al motel más cercano, ella empezó a acariciar mi verga encima del pantalón, mientras besaba mi oreja, mi mejilla, mi barba, de pronto se incorporó, subió su vestido sobre sus muslos, se acomodó en el asiento de copiloto, de tal manera que quedo de rodillas junto a mí, entonces bajó el cierre de mi pantalón para liberar mi falo erecto, primero besó la punta, después lamió todo el líquido que había expulsado de tanta excitación, en seguida devoró mi verga completa, podría sentir su garganta, así como las arcadas que le ocasionaba tenerlo todo dentro.

El camino se me hizo eterno mientras ella subía y bajaba acariciando con sus labios y lengua todo mi miembro, finalmente pude ver el anuncio del motel, en la entrada toqué desesperado el timbre, de inmediato me indicaron a qué habitación dirigirme, una vez dentro, ya con la cortina abajo, intenté bajar del auto, pero ella no se despegaba, aumento de intensidad sus movimientos, al tiempo que acariciaba mis bolas con sus uñas de una forma deliciosa, ya sentía que iba a explotar dentro de su boca, en último esfuerzo traté de retirarla, pero ella se aferró a mi falo, tragando toda mi leche, fue una de las mejores mamadas que he recibido, después de que limpió todo mi tronco con su lengua, quedé unos minutos en el asiento recuperando fuerza.

Mientras me recuperaba ella me miraba sonriente, me preguntó si me había gustado, le respondí que me había encantado, ella me dijo que la noche era larga y que esperaba un buen desempeño de mi parte, ya recuperado bajé del auto, fui a su puerta para abrirla, ella ya la había abierto, me esperaba con los pies en el piso, el vestido arriba de sus muslos, las piernas abiertas sus manos separando sus labios vaginales al tiempo que me decía “está hambrienta de ti”.

Le ayudé a bajar, la levante para entrar a la habitación, nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas se envolvieron en juego sensual, la deposité en la cama, su mirada lasciva era una invitación al placer, mientras ella se quitaba el blazer, yo abrí sus piernas que dejaron ver una vagina brillante por los líquidos que escurrían, una vez que se quitó el blazer, ambos nos empezamos a desnudar mutuamente, hasta quedar sin ropa, mi verga ya había recuperado su firmeza.

Nuevamente la tumbé en la cama, mientras nos besábamos y acariciábamos, ella me dijo, “ya métela en mi culo”, al tiempo que acariciaba mi verga con su mano, sin embargo, la metí primero en su vagina mojada y caliente, no tuve que bombear mucho para sentir como mojaba nuevamente todo mi tronco al tiempo que su cuerpo se tensaba, me abrazó fuerte, yo besaba sus tetas, su cuello sudoroso, mientras bombeaba un poco más, ella suplicaba “ya la quiero dentro del culo”.

Saqué mi miembro mojado de su vagina, me deslicé hacia abajo recorriendo con mi lengua su boca, su cuello, sus tetas, en donde me detuve para morder sus pezones, continué bajando hasta llegar a sus labios vaginales, se sentía el calor que desprendían, recorrí con mi lengua los húmedos pliegues, seguí bajando hasta llegar a su culo, estaba mojado con sus propios jugos, recorrí con mi lengua el contorno, con mis manos separé su apretado ano, para introducir mi lengua, haciendo que ella dejara escapar algunos gemidos, me gritó “ya métemela, quiero sentirla dentro” me incorporé para tomar mi falo con una mano y guiarlo a su mojado ojete, mojado como estaba no fue difícil que entrara.

Una vez que entró la cabeza de mi verga, el tronco fue resbalando sin problema, su culo se ajustaba como guante a mi pene, empezamos a movernos acompasadamente, llevé sus piernas a mi pecho, la intensidad de los movimientos aumentaba, así como sus gemidos que se convirtieron en gritos, sus tetas se movían al ritmo de nuestros cuerpos, yo empujaba mi falo lo más adentro que podía, mis bolas chocaban en sus nalgas, mis labios besaban sus pies, la intensidad aumentó.

Ella llevó sus manos a su tetas, las apretaba, seguí bombeando mientras ella gritaba que no parara, se acercó una teta a la boca para morderse un pezón, yo sentí como escurrían jugos de su vagina en mi falo, mi excitación aumento al máximo, no pude aguantar más, embestí profundo al tiempo de soltar mi leche dentro de su recto, rendido me dejé caer encima de ella, para sentir sus brazos en mi espalda y darnos un apasionado beso.

Así permanecimos unos minutos, ella me dijo que obtuve una calificación sobresaliente, pero que aún la noche era larga y que seguiría examinándome, me intenté levantar, pero ella me pidió que permaneciera así, en esa posición quedamos varios minutos, después nos fuimos a dar un baño y la noche continuó con otras deliciosas experiencias que les contaré más adelante.

Kazador69

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