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Probando a la ex-suegra
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Lo que enseguida les contaré sucedió hace unos cuantos años atrás, esto se dio al terminar una relación de un poco más de 4 años con la que en esa entonces había sido mi pareja.

Ya que la ruptura fue bastante repentina, lo único que pude hacer en su momento fue enviarle un mensaje en lo que hasta ese momento había sido la mejor suegra que había tenido, haciéndole mención que quedaba agradecido por la buena aceptación, pero dejándole claro que la relación con su hija había terminado sin entrar en detalles, no esperaba una respuesta muy grande de su parte, pero a la noche recibí un mensaje bastante largo de su parte en el cual expresaba de igual manera el aprecio que me había llegado a tomar durante lo que nos habíamos conocido, ya que la relación era buena me dijo que le gustaría tomar un café o una cena para poder platicar una última vez a lo cual en su momento acepte, no veía el porqué no.

Llego el día acordado por ambos y nos llegamos a encontrar en un café en horas de la tarde, sabiendo que la hora de encuentro era justamente al inicio del tráfico en la ciudad, sabíamos que la plática podía darse de manera tranquila, sin prisas, fui el primero en llegar así que ordene las bebidas, esperándola que ingresara cuando la veo llegar, llevaba unos zapatos de tacón bajo color negro, un pantalón de lona color azul ajustado, una blusa con brillantina un poco holgada, pero con un escote considerable, el pelo con una cola y muy poco maquillaje, cuando sucedió todo esto yo tenía 27 años y ella tenía 43, es una mujer de piel blanca, una altura aproximada de 1.55, piernas gruesas, labios muy definidos, pechos grandes, buena cadera, una mujer madura bastante bien conservada, nos saludamos como era costumbre y empezamos la plática de lo más tranquilo, tocamos un poco el tema de que ya no estaría más con su hija para rápidamente cambiar el tema de conversación y ver que tal había estado el día de cada uno, así paso el tiempo y dieron las 8 de la noche aproximadamente, la plática había sido amena, pero ya era hora de despedirse.

De camino a su carro ella me comentaba que extrañaría esas buenas pláticas que solíamos tener, una vez junto a su carro me pregunto si podíamos ir a mi departamento por una cerveza, ya que era algo que habíamos platicado hace tiempo, pero nunca habíamos quedado para tomarnos esa cerveza, yo empezaba a dudar de cuáles eran sus intenciones porque al momento de hacerme mención de eso me vio de una manera diferente a como siempre me había visto, pero sabiendo que no tenía ya nada que ver con su hija le dije que estaba bien, que me siguiera en su carro, ya que mi departamento estaba a unos 20 minutos del café, al llegar entramos al departamento y le dije que se pusiera cómoda en la sala de estar en lo que yo sacaba las cervezas de la refrigeradora, brindamos y empezamos a platicar.

Mi mirada se dirija justo a su escote, ella se movía bastante como con la intención de que yo viera ese movimiento en su escote, después de unos minutos y sin mediar palabra se acercó a mí y me dio un topon de labios a lo que yo respondí pegándome a ella y besándola, la sujete de la cintura y sentía como su lengua se introducía por completo en mi boca, era una sensación deliciosa la que se sentía, ella me sacó la playera que tenía puesta y se subió sobre mí estando sentados en el sillón, yo le saque esa blusa holgada que tenía dejando un sujetador que pedía a gritos ser removido, casi de inmediato se lo retire y deje al descubierto esos hermosos pechos, un pezón moreno de aureola lisa.

Ya bastante duro que de inmediato empecé a comer, mientras mi boca se ocupaba de sus pechos mis manos acariciaban esas nalgas que se ceñían con el pantalón de lona, ella de inmediato empezó a gemir, mientras se movía sobre mi, acariciaba mi cabeza mientras yo me ocupaba de acariciar su cuerpo, luego de un rato ella se bajó y se puso de rodillas delante de mí , quitándome el cinturón y bajándome los pantalones para dejar mi pene de fuera, erecto y listo para la acción, de inmediato empezó a chuparlo, la situación era deliciosa para mí, mientras con su boca chupaba mi pene y lamia mis testículos, con sus manos acariciaba y recorría mi cuerpo, en la habitación únicamente se escuchaban los gemidos que salían de mi boca y el ruido que hacía su boca al satisfacerme.

Solo podía relajarme y disfrutar de la situación, acariciaba su cabeza mientras me relajaba, ya que sabía perfectamente que hacer y como hacerlo, luego de un rato de mucho placer me puse de pie y terminando de quitarme el pantalón la lleve a mi habitación, al entrar la empecé a besar y la coloque contra la pared, desabroche su pantalón y lo baje al mismo tiempo que bajaba su ropa interior, quitando sus zapatos, el pantalón y la ropa interior, quedo una mujer madura completamente desnuda delante de mí, muy bien conservada, con su vagina depilada, a la cual di vuelta y recosté contra la pared a lo que ella de inmediato respondió colocando sus manos en sus nalgas y abriéndolas para mí.

Coloque casi de inmediato mi pene en la entrada de su vagina y con un leve empujón ingrese en ella, era una vagina que para la edad aún estaba bastante estrecha, bastante bien lubricada y un calor interno que me encanto, la sujetaba de la cintura y en cada embestida que daba dentro de ella, se escuchaba un pujido salir de su boca, excitado por la situación no podía dejar de penetrarla, cambiaba mis manos de su cintura hacia sus pechos, la jale de una mano y la acosté en la cama, boca arriba abriendo sus piernas, ella me veía fijamente mientras yo me introducía de manera repetida dentro de ella, no nos decíamos nada, únicamente se escuchaban gemidos y el sonido de nuestros cuerpos en cada choque de las penetraciones.

Fue un sexo increíble, la manera en la que esa mujer me cabalgaba era indescriptible para mí, el sentir esas nalgas moviéndose tan ricas sobre mí solo me hacía agarrárselas duro y jugar con ella, al colocarla a 4 patas tuve una mejor vista de su ano que no pude evitar lamer al tenerlo en esa posición, sentía como se estremecía mientras se lo lamía a lo que rápidamente regrese a penetrarla, tenía tiempo de no sentir tal excitación al estar teniendo sexo, cuando sentí que unos 5 o 6 buenos chorros de leche salieron de mi pene y la llenaron por completo, ella lanzó un último gran gemido antes de quedarse acostada en mi cama a mi lado, acariciando y besando mi pecho, a lo que yo había quedado encantado y ella me decía lo mucho que lo había disfrutado, quedando en el arreglo que sería uno de muchos encuentros, me sentía relajado y motivado para seguirla viendo.

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