Esto que voy a contar fue como es que me inicie en este o quizá, estos mundos. Soy de la Ciudad de México y tengo mucho tiempo que tengo relaciones con trans, ya contare otras, muchas ya no las recuerdo.
En aquel entonces tenía unos 23 años, era un joven tímido, apuesto, algo delgado y con poca experiencia. Así que una noche estaba de fiesta y salí algo tomado y muy caliente. Ya en ocasiones anteriores había contratado a mujeres callejeras para desahogar mi necesidad, estaba por insurgentes, cerca de Mixcoac y vi a una muchacha que me llamo la atención, no recuerdo como era, pero bueno, por algo me gusto y llegue a un acuerdo con ella.
Entramos a un motel, pedí un cuarto y estacione el coche, entramos a la habitación y ella fue muy caliente empezó a besarme y fajarme por todos lados, normalmente las prostis son secas y no te besan, eso me gustó mucho. Me pidió permanecer con la luz baja, lo cual no me llamo la atención, ella realmente me atendí como Rey, me fue quitando la ropa poco a poco y me daba besos por todos lados, la boca, el cuello, y en especial en el pecho, me tocaba y me decía: estas muy rico, ya me merecía algo así. Nunca había cachondeado con una mujer de la calle era llegar a penetrar rapidito y fin de la película.
Termino de quitarme la ropa y empezó a mamarme la verga muy rico, estaba ya super excitado, así que le dije que ya quería cogérmela, empezó a quitarse la ropa que le quedaba, se veía poco porque teníamos casi todas las luces apagadas, me pidió que fuera de perrito, a lo que dije que si, pues también me gusta mucho esa posición, su puso en posición, yo me puse un condón, pero cual sería mi sorpresa que cuando busque con la mano su panocha me encontré con otra cosa a lo que le dije, “eres un hombre”, “no papi, -me respondió- soy una trans, que es muy distinto”.
Le reclamé, le dije que me había engañado, que a mi no me gustaban los hombres y no sé cuántas cosas más. Y le pregunte porque no me había dicho antes de su condición, y me respondió: es que todos saben que las checas de esta esquina somos trans.
Después de un rato, ya cuando ya estaba más tranquilo, me dijo, papi, pero estabas muy contento, estabas disfrutando mucho, cual es el problema conmigo, deja que te consienta te aseguro que te va a gustar mucho. Y después de mucho insistir, accedí a penetrarla por el ano, algo que era nuevo para mi y disfruté bastante.
Termine, me quite el condón, me puse la ropa, no la regrese a su esquina, la deje en el hotel y en mi casa llegue a bañarme, quería en ese momento, quitarme el olor de puto que me había dejado, sin saber que iniciaba en mi, un gusto por las trans que continua muchos, muchos años después.