Hola, mi nombre es Mary Carmen Flores (o al menos ese podría serlo) tengo 35 años, la verdad muy bien vividos y lo que quiero es contarles algunos de mis historias dentro de los relatos aquí en esta página.
Comenzaré por describirme físicamente, no soy un bombón como dicen la mayoría de las mujeres que escriben aquí, soy alta tal vez ese sea mi mayor atributo físico, mido 1 m con 75 cm, soy morena del tipo mexicano, sí, vivo en México, no diré exactamente en qué ciudad porque la verdad no quiero que alguien me descubra, tengo el cabello largo por debajo de los hombros, de un color negro oscuro soy delgada, eso sí, nada de barriga, pero eso no significa que mi piel este pegada al hueso, y aunque no tengo tantas curvas, las que tengo las tengo bastante definidas, no soy una chica de gimnasio, aunque en mi adolescencia y juventud jugué Voleibol de manera muy activa, me gusta comer sano y evito los azucares en medida de lo posible, al final considero que mi estatura, mis rasgos faciales y mis ojos verdes son lo que termina enganchando a los hombres, aunque no le dedico mucho tiempo en pensar en ello.
Lo que si les puedo asegurar es que mi vestimenta nunca es descuidada, y siempre existe la posibilidad de cambiar mi atuendo, de algo profesional a algo sexy en menos de un minuto, sin volverlo vulgar, es algo que aprendí con los años. En cuanto a mi maquillaje apenas si existe. Mis pechos y mi culo digamos que son normales nada de que presumir, pero tampoco nada de qué avergonzarse
Soy la mayor y única mujer de una familia de 3 hermanos, mi familia es una familia tradicionalista, criada bajo el más estricto mandamiento católico, es por eso que mi madre no termina por aceptar los caminos por los que la vida me ha llevado, mi padre por otro lado, no es que lo acepte, sin embargo él ha salido, de alguna manera, beneficiado por mis acciones, y ha llegado a comprender (no he tenido sexo con él si es lo que piensan algunos) mis hermanos no tienen nada que reprocharme, aunque puede ser que algún día uno de ellos sí lo tenga, todo depende la manera en la que tome las cosas.
Fui una niña inocente y puritana, hasta que perdí la virginidad, probablemente el día en que todo empezó, ¿que sí me gustó por supuesto que me gusto, más allá del dolor inicial que se siente al perder la virginidad, el resto fue un deleite, lo repetí varias veces antes de que mi vida sea descarrilara según lo dice mi madre, hice tantas cosas de joven de las cuales no vale la pena arrepentirse, yo disfruté muchas de ellas, algunas no tanto pero la vida es para vivir, y a la fecha sigo experimentando cosas nuevas aunque no con la velocidad con la que lo hacía hace 10 años, ahora me doy el tiempo de sentarme, recordar y meditar sobre mi vida, y ¿Por qué no?, escribir sobre ello y compartirlo con ustedes, no es que me sienta vieja, simplemente la madurez me ha alcanzado, y eso es algo bueno.
Ingrese a la universidad, estudié administración de empresa, fui una buena estudiante, brillante para algunos mis promedios siempre fueron los más altos y si alguno piensa que utilice el sexo para lograrlo, lamento decepcionarlo, sin embargo, esto no quiere decir que el sexo y mi cuerpo no lo haya utilizado más adelante para mi beneficio. La vida en la universidad fue plena felicidad, en cuanto a sexo se refiere probablemente la etapa más activa y salvaje de mi vida, pero esa etapa tenía que acabar más pronto que tarde, y al tratar de conseguir un trabajo que me diera lo que buscaba, me di cuenta que la vida no es tan sencilla como una se la plantea de adolescente, se tiene que trabajar mucho para conseguir poco, y yo no pensaba que eso fuera justo para mí, tuve un par de empleos y en ambos era buena trabajadora y probablemente podría haber utilizado el sexo para conseguir un ascenso en mi trabajo.
La oportunidad se presentó en uno de ellos, pero seguiría siendo una empleada, así que en lugar de utilizarlo para un ascenso, decidí utilizarlo para algo que realmente valiera la pena, y si, me convertí en una sugar baby, sólo por un tiempo, el tiempo suficiente para poder fundar mi propia empresa, una empresa pequeña desde luego, no piensen que me daban tanto dinero como para tener una empresa grande, junte el dinero suficiente para fundar una empresa de servicios domésticos, empezando primero con un par de personas que se dedicaban a todo, plomería, pintura, electricidad, albañilería y es ahí donde entro mi padre, un ingeniero electrónico con 20 años de experiencia en proyectos industriales, quien me ayudaba a supervisar el trabajo de la gente mientras yo administraba trabajos, compras, gastos y buscaba clientes cada vez más grandes. la empresa fue creciendo y más tarde, dejo poco a poco de ser una empresa de servicios domésticos, para convertirse en una empresa de servicios industriales, mas adecuado a la experiencia de mi padre, y algo en lo que yo he tenido que aprender. ahora tengo una plantilla de 50 personas y la verdad es que nos va muy bien, no se puede decir que la empresa una mina de oro, pero deja lo suficiente para vivir cómodos, aunque planeó que nos puede ir mejor pero sólo el tiempo lo dirá.
Por supuesto que al empezar a ganar mi propio dinero, y manejar mis tiempos con una empresa propia, me dio más libertad para muchas cosas, viajar, las fiestas, los amigos, las amigas, el sexo, el vino, y también los vicios por algún tiempo. aunque ya lo superé, fue justo ahí donde la relación con mi madre se fracturó, tiempo después me casé, más que por amor, por tratar de reconectar las cosas con mi mamá, aunque Carlos, que así se llama mi esposo, es una buena persona, un buen chico de 38 años, que con el tiempo he aprendido a querer, tenemos una pequeña niña de 3 años, que por el momento no les contaré el nombre, Carlos no trabaja para la empresa y eso nos da mucho tiempo alejados uno del otro.
Sé lo que se están preguntando, seguramente Mary Carmen no es una mujer fiel, y tienen razón, en el más estricto sentido de la palabra no lo soy, nunca lo he sido, sin embargo, en mi defensa jamás he engañado a Carlos, él siempre supo mis gustos y aficiones, es mas, podríamos decir que fue así como me conoció, tenemos una clase de acuerdo, en el que, si bien estamos casados, vivimos juntos y nos respetamos, somos libres sexualmente, aunque estoy segura que yo soy un poco más libre que él.
Mi vida sexual durante mi adolescencia fue tal vez muy normal en mi juventud un total desenfrene hasta poco antes de casarme y después de casarme menos acelerada pero con más pasión, eso de la madurez sexual sí existe, las relaciones sexuales con mi esposo son algo obligatorio, digámoslo así, nunca menos de 3 veces por semana y los domingos por la mañana si o si , se ha vuelto parte de nuestro acuerdo no escrito, si por alguna razón alguien no está en casa por motivos de trabajo las video llamadas son parte esencial de la comunicación. Lo que sí les puedo decir es que he probado prácticamente de todo lo referente al sexo mi virginidad anal la perdí a los 23, aunque realmente no soy muy fanática de ello, mi primera orgía fue a los 20, pero contarles todos esos detalles, bien creo que podría dejarlo para relatos posteriores.
La cantidad de parejas sexuales que he tenido en mi vida, hombres o mujeres, es lo suficiente como para que la mayoría de los que están leyendo esto, me consideren una mujer promiscua, así que no les daré muchos datos, cómo se darán cuenta, soy bisexual, aunque tengo una notable predilección por los hombres. Tengo muchas historias que contar, y me gustaría ir escribiéndolas poco a poco, soy nueva en esto, y no soy una gran escritora, pero aun así me gustaría entregarles a ustedes estas historias, si ustedes gustan que empiece por algo específico sólo escríbanme y trataré de hacerlo, tengo algunos borradores de mis anécdotas, pero nada está escrito en orden así que puedo darle preferencia en terminar algo especifico, besos a todos.
Mary Carmen