Continuando con el relato anterior, no podía creer que mi recatada noviecita estaba cayendo en las redes de Arturo y estaba siendo testigo sin poder intervenir, porque en caso de salir de mi escondite, ¿qué explicación podía darle a mi novia? sería obvio que todo fue una trampa y que yo estaba de acuerdo, por otro lado, se confirmaba la teoría de Arturo, en lo que se refiere al sexo, las mujeres son iguales que los hombres, predomina el instinto animal de cualquier especie, de la cual las mujeres no son excepción, y el objetivo primordial es el apareamiento, aún mayor que el raciocinio, y cualquier mujer si tiene la oportunidad buscará un macho con grandes atributos sexuales, sin importar su inteligencia, trato u alguna otra característica, todas tienen la fantasía de follar con un semental con pija enorme, así que si esa era también la fantasía de mi novia, tal vez debería dejar que la cumpliera, ¿o no? yo sabía en carne propia todo el placer que puede dar esa pija monstruosa, sería egoísta que mi recatada novia no la pudiera disfrutar, todo me daba vueltas, en fin, mil pensamientos pasaban por mi cabeza.
Arturo empezó a desnudar a Adriana, mientras la seguía besando con pasión, primero le quitó la blusita y poco después por cayó su faldita, sus braguitas eran sexys, ese día llevaba unas de color negro, con encaje, contrastaban con su blanca piel, tal parecía que las hubiera elegido para la ocasión, las hábiles y grandes manos de Arturo recorrían la espalda de Adriana y bajaron a sus nalgas, apretándolas y empujándolas contra su propio sexo, besaba su cuello y mordisqueaba el lóbulo de la oreja de Adriana, estirándola y haciéndola gemir, al tiempo que le susurraba:
No sabes cómo te tenía ganas, Adriana eres tan sexy, te mereces un macho de verdad y no al putito de Ariel.
Me molestó mucho el comentario de Arturo, era mi amigo y me estaba denigrando con su comentario, pero al mismo tiempo mi verga estaba completamente erecta y tuve que sacarla de mi pantalón, el cual cayó hasta mis pies, tenía el ojo bien pegado al hoyo de la cerradura para no perder detalle alguno.
Arturo se sacó la playera y en ese instante las manos de Adriana, ansiosas bajaron al borde del pantalón deportivo de Arturo y lo bajó hasta sus rodillas, el cabrón no llevaba boxers y su verga salió disparada hacia adelante, enorme y majestuosa.
Mi novia suspiró y abrió los ojos con deseo y admiración, la cabeza rosada apuntaba hacia arriba y le llegaba más allá del ombligo. Se sentó en la cama con las piernas abiertas para terminar de quitarse el pantalón, Adriana lo miraba con la boca abierta y turbada con una débil voz, alcanzó a decir:
Arturo, es taaan grandeee.
¿Qué pasa, acaso no te gustan las vergas grandes?, anda, date el gusto, disfrútala, siente lo que es una verdadera verga de macho y no la verguita de Ariel.
Adriana no resistió la tentación y se agachó a chuparla, recorrió con su lengua toda la longitud de la enorme verga de Arturo desde los huevos a la punta del glande, poniendo énfasis en recorrer con su lengua el enorme y grueso hongo de la cabeza, incluyendo el frenillo, al tiempo que una de sus manos acariciaba sus grandes y pesados huevos.
Es tremenda Arturo, no lo puedo creer, y que huevos, parecen de toro.
Esto es lo que soñabas, eh, tus fantasías, anda, disfruta abre la boquita, sé que lo estás deseando.
Adriana no se resistió más y abrió la boca lo máximo posible, el enorme mástil de Arturo se introdujo dentro, se veía monstruoso de tan grueso, Adriana batallaba para meterse en la boca todo lo que podía de ese enorme pedazo de carne y no era ni la mitad.
Ay Arturo, es tan grande que no me cabe ni la mitad en la boca, me duelen las quijadas de tan grande que las abro.
¿Y no te gusta así? que te abra bien la boquita y que no te entre entera, pero que putita saliste, que rico chupas, en serio, se nota que te morías de ganas por chupar una verga así y no el penecito de Ariel, anda, desquita tus ganas.
A pesar de las palabras de Arturo, ofensivas para mí, estaba excitado y mi verga estaba al palo, empezó a escurrir precum en la punta y me empecé a pajear, lento, para no acabar tan rápido.
Movía su verga dentro de la boca de Adriana y le gustaba empujar a los lados dibujándose el contorno de su verga sobre las mejillas de Adriana, mientras disimuladamente volteaba con dirección a la puerta del vestidor, sonriendo. Sacó su enorme verga de la boca de Adriana y azotó la cara de Adriana con su imponente pinga, para después restregarla en toda la cara, recorría lentamente sus mejillas, su frente, su nariz, labios, incluso en los párpados y cejas con el enorme hongo de su verga, dejándole toda la cara llena de saliva y precum, su cara brillaba de tan húmeda que la tenía.
Por Dios, para que me vas a hacer acabar, eres una mamoncita increíble, se nota que te encanta la verga, pero ahora me toca a mi disfrutarte.
Arturo se incorporó y arrojó sobre la cama a Adriana, su mano fue a su entrepierna todavía cubierta con sus braguitas y le rozó el coño.
Nenita, si ya tienes la braguita húmeda, cabrona, que putita saliste, tan recatadita que te ves.
Ay Arturo, así me tienes, de solo ver como se nota tu enorme verga bajo tu ropa mi coño se humedece.
Bueno nena, vamos a quitar estas braguitas ya no las necesitarás más.
Arturo arroja a Adriana a la cama y le abre las piernas, y veo que hunde su cara en su coño, el cuerpo de Adriana se retuerce.
Ayyy, Arturo tu lengua es increíble, me encanta como me comes toda.
La lengua de Arturo se desplazaba desde el anillo del culo al clítoris, y cada que llegaba al clítoris lo succionaba suavemente, mi novia jadeaba y se retorcía y empezó a pellizcarse los pezones.
No podía creer lo puta que se veía.
Empezó a mordisquear y succionar el clítoris de mi novia, mientras dos de sus dedos se hundían profundamente en su coño, entraban y salían rítmicamente, sus jugos vaginales chorreaban, cada que sacaba los dedos Arturo algunas gotas escurrían y resbalaban por la rajita hacia su culito, levantó una de las piernas de Adriana tomándola del tobillo y haciendo que flexione las piernas para tenerla más abierta y hundió el dedo medio dentro del culo de mi novia al tiempo que hundía su cara en su vagina y sus labios se apoderaban de su clítoris.
Mi novia se retorció, y se quejó, apretando las nalgas, pero pronto los quejidos se volvieron gemidos de placer.
Aggg, duele, ay, que cabrón eres, por ahí nooo,
Shh, tranquila, te va a gustar, que cerradita tienes la colita, me encanta como aprieta mi dedo, que suave y caliente se siente por dentro, anda afloja la colita para que goces y entre todo.
Siguió empujando su dedo hasta que desapareció completamente en su culo, no lo podía creer, yo lo había intentado antes, pero siempre se quejaba que le ardía mi dedo en su culo y las veces que lo había intentado solamente pude introducir un poco menos de la mitad de mi dedo, siempre se ponía tensa y apretaba la cola diciendo que no le gustaba y que le ardía, por lo que desistía en mis intentos.
Siguió mamando el coño de Adriana y el dedo en el culo de mi novia empezó a entrar y salir con facilidad, Adriana seguía retorciéndose y gimiendo. Las sensaciones fueron demasiado para Adriana, empezó a convulsionar y retorcerse en la cama.
Me corrro, ayyy, me corro, – gritaba Adriana, mientras convulsionaba y Arturo recibía en su boca la corrida, chupando y disfrutando los jugos de Adriana.
Al mismo tiempo yo estaba pajeándome y no pude aguantar más, chorros de leche salieron disparados de mi verga y se estrellaron contra la puerta del vestidor.
Era increíble, que portento de macho, nos estaba haciendo acabar al mismo tiempo a mi novia y a mí y apenas empezaba, mordía mis labios para ahogar mis gemidos a fin de no ser descubierto.
Después que terminó de correrse Adriana, Arturo se incorporó y buscó la cara de mi novia para darle un cachondo beso, mi novia lo abrazó del cuello fuertemente y se fundieron en un solo ser, sus lenguas se entrelazaron.
Arturo, me vuelves loca, te necesito dentro, ya no aguanto, quiero que me cojas.
Arturo se levantó y buscó en un cajón del escritorio, sacando una tira de condones, tomó uno, y escuché el rasgado del empaque.
Ayúdame a ponérmelo nena- exclamó Arturo al tiempo que acercaba el condón a la punta de su polla y cubría la cabeza de su verga con él, mi novia presurosa empezó a desenrollarlo sobre el tronco.
Ay cabrón, apenas te cubre tu verga, es tan grande, parece que el condón va a reventar.
Ja ja, y eso que son extralargos, pero no te preocupes, aguantan bien, tampoco quiero que Ariel y tú bauticen a ml bebé.
Ni lo digas, cabrón, anda, ya estoy que ardo, métemela.
Arturo se sentó sobre la silla de escritorio de frente a donde yo me encontraba y le pidió a Adriana se empalara sola, de espaldas a mi, despacio se acomodó mi novia entre las piernas de Arturo y puso la enorme verga en la entrada de su coño, poco a poco empezó a descender su cintura hasta que se ensartó la verga completamente.
Ay Arturo, que profundo me entra, siento ardor, nunca había tenido el coño tan lleno, me siento tan llena de verga.
Aguanta, ¿acaso no era esto lo que soñabas? – contestó Arturo al tiempo que desplazaba la silla hacia adelante, hasta que llegó a poco más de un metro de la puerta del vestidor, indudablemente quería que fuera un espectador privilegiado y que pudiera observar claramente cómo se cogía a mi novia.
Vamos, mi verga es tuya, disfrútala, muévete, putita.
Adriana se movía en círculos, veía como se cerraban y abrían sus nalgas en cada movimiento.
Ay Arturo, que rico siento, tu verga llega hasta lugares insospechados, jamás tocados, ay, siento que me abres por dentro.
Si nena, siente una verga que te llene, que te haga sentir completa, satisfecha, bien follada, no como la del putito de Ariel, una verga de verdad, Anda cabálgame.
Adriana se abrazó del cuello de Arturo y empezó a subir y bajar de esa inmensa verga, Arturo la agarraba de las nalgas y se las apretaba, guiando la intensidad y velocidad de las embestidas, su boca fue a sus tetas y succionaba sus pezones, veía toda la acción a sólo centímetros de mi cara, el coño de mi novia estaba abierto al máximo, me recordaba algunas películas porno de negros con vergas inmensas que penetraban alguna puta, sus nalgas estaban completamente rojas de los apretones que le daba Arturo, contrastando con su blanca piel.
La tomó de la cintura y se incorporó quedando cargada y con la verga ensartada, sin ningún otro tipo de apoyo, con todo el peso de su cuerpo sobre la pelvis de Arturo.
Ahhh, ayyy, me estas abriendo más, me rompes, me llega más profundo, siento que me desmayo Arturo, Ayyy, eres un Dios, gritaba mi novia.
Posteriormente la depositó en la cama y la empezó a empalar duro, embistiendo largo y profundo, haciendo que mi novia dé un respingo en cada embestida y gritara de placer, poco a poco aumentó la velocidad de sus embestidas hasta que gritando exclamó.
Ay, ya voy a acabar, ayyy que rico, me vas a sacar la leche, eres increíble.
Yo aceleré mis movimientos, la verga ya me dolía de tanto que me había masturbado, y me corrí nuevamente saliendo disparados chorros de leche, Adriana se retorcía de placer, cerraba sus ojos y convulsionaba, estaba corriéndose también, juntos los tres, una triple corrida, los gemidos de Arturo y Adriana se hicieron más intensos, mientras que los míos eran gemidos ahogados, apretando mis labios, para no emitir sonido, hasta que en una última embestida Arturo la clavó profundo y se desplomó encima de Adriana, terminando de descargar su leche dentro de ella.
Después de algunos instantes se separaron, y Arturo se sacó el condón lleno de leche, lo anudó y acercándose a la papelera al lado del escritorio lo arrojó, Adriana se incorporó y quedó sentada en la cama, se notaba agitada y cansada.
Ufff, Por Dios, no lo puedo creer, fue fantástico, increíble, te juro que vi las estrellas, mira cómo me has dejado el coño, me arde mucho, pero fue delicioso.
Ja ja, pues prepárate porque tu colita va a quedar en el mismo estado, me encanta tu culo, redondito y con tus nalgas tan tiernas y suaves.
Sacó el mismo botecito de lubricante que mi culo ya conocía de un cajón de escritorio y sólo al verlo sentí una ligera comezón en la cola, recordando como ese lubricante me había puesto tan caliente, sonreía y se lo mostraba a Adriana.
No Arturo, no, mi colita es virgen.
¿En serio?, no lo puedo creer, teniendo esa colita tan hermosa y que Ariel la haya respetado, ja, ja, si que es un putito- exclamó Arturo al tiempo que miraba hacia la puerta del vestidor sonriendo.
No digas eso, no es que no quiera darme por el culo, siempre me lo pide, pero me da miedo, dicen que duele mucho.
Ja ja, no te preocupes, yo te haré la colita, no te voy a mentir, duele, pero todos los culitos que he roto, regresan, es como las sabritas «a que no puedes comer solo una», ja ja -río, recordando el eslogan de una conocida marca de papas fritas.
Me fascina desvirgar un culito y si es como el tuyo, tan lindo, tierno y redondito más, de sólo imaginarlo se me ha vuelto a poner dura ven apóyate en el escritorio.
La tomó de la mano y la puso en posición, no opuso ninguna resistencia, pero noté cierta duda en su cara, su bonito culo quedó frente a Arturo que se relamió los labios y agachándose exclamó.
Qué bonito culo nena, redondito y suave, eres un manjar, no sabes cómo lo voy a disfrutar- enterró su cara entre las nalgas y pronto escuché gemir a Adriana, la verga se me volvió a poner dura, ya me había corrido dos veces y parece que iba a ver una tercera, mis huevos ya me dolían.
Solo se escuchaba el sonido de las chupadas en el culo y los gemidos de mi novia, cuando lo vi abrir el botecito y aplicar lubricante entre sus dedos sin dejar de chupar el culo de Adriana, dirigió su dedo a la entrada del culo de Adriana, frotó el botoncito rosado unos segundos con la yema del dedo y vi cómo iba desapareciendo la punta del dedo índice dentro del culo de mi novia, mi novia dio un respingo y se quejó un poco, pero no se resistió, estaba totalmente entregada, sentí mi propio culo hacer pucheros, creo que sentía envidia de mi novia.
Así, nena, aguanta, tienes que relajar la colita.
Adriana dio un suspiro y el dedo de Arturo se hundió hasta el fondo.
Muy bien nena, así ya entró todo mi dedo, sientes como tu colita aprieta mi dedo, que suave y caliente siento, muy apretadita, aguanta, ahí va otro dedito.
Ambos dedos entraron y desaparecieron dentro de la colita de mi novia, quien dio un gemido de placer y después empezó a culear hacia adelante y atrás, enterrándose solita los dedos llenos de lubricante con estimulante.
Muy bien nena, así, que putita resultaste, solita te mueves y te entierras mis dedos, estoy seguro de que quieres algo más que dedos, ¿verdad?
Mi novia dio un gemido como respuesta y Arturo levantó una de las piernas de Adriana para ponerla sobre el escritorio, y empezó a pasar su enorme verga por las nalgas de Adriana, refregando su verga en el canalito y punteando con su enorme cabeza la entrada del rosado agujero.
Siente, todo esto te va a correr por dentro, te va a doler un poco, pero vas a gozar como nunca, el placer que solo una verga de un verdadero macho te puede dar. ¿La quieres dentro?
Mentiroso, pensé, ¿doler un poquito?, con esa verga enorme le va a romper el culo, pero se lo merece por puta.
Vamos métela, quiero sentirte.
Arturo le abrió más las nalgas y empujó, un grito desgarrador se escuchó en el cuarto.
Ay, me matas Arturo, es demasiado grande, ay, sácala.- Gritó Adriana apretando la cola y echando los brazos hacia atrás, empujando el cuerpo de Arturo, pero sin ningún éxito.
Ya hermosa, ya entró la cabeza, siénteme, no me voy a mover hasta que pase el dolor, vas a ver el placer que sentirás cuando mi verga te recorra por dentro.
Después de unos minutos mi novia empezó a gemir y mover el culo.
Ay Arturo ya pasó un poco el dolor, es una sensación tan intensa, como si me hubieras traspasado con un bate de beisbol, agh, siento la colita tan abierta.
Bien nena, voy a avanzar poco a poco, siente como te va abriendo mi verga, disfrútala, debes sentirte orgullosa de tenerme dentro, siente como te va abriendo y llenando, me encanta tu colita, es tan suave y tierna, ay nena, me vuelves loco, que rico aprietas, siento que me ahorcas la verga.
Poco a poco le fue enterrando la verga, entre gritos y gemidos de mi novia, hasta que dejó de avanzar y se la dejó unos minutos dentro sin moverse, para después iniciar el vaivén lento y profundo.
¿Te gusta putita?, disfruta la verga de un macho, que te rompa bien el culo y te haga sentir mujer, mira la diferencia como coge un macho y como coge el putito de tu novio.
Ay Arturo, me matas, te siento tan adentro, tan profundo, me estás rompiendo toda, me revientas, pero no importa, sigue, dale, más duro. Aghhh.
La tomó del vientre y la hizo incorporarse, le dio un beso cachondo y la hizo girar hacia la cama sin sacar su verga del culo, y lentamente la fue recostando quedando ambos de costado a mí.
Una vez en la cama la tomó de la cintura y empezó a embestirla rápido, su verga entraba y salía del culo de mi novia a una velocidad impresionante, y alcancé a notar una mancha roja en las nalgas de mi novia, era un hilillo de sangre, que se había esparcido entre sus nalgas, le había roto el culo el cabrón de Arturo, y no se la había metido por completo, mi novia se retorcía en la cama, sus cuerpos sudaban y pronto ambos anunciaron su corrida.
Agh Arturo, me corro, me corrrooo- Gritó mi novia.
Ay, así, aghh, me encanta, te voy a llenar de leche putita, que rico aprietas, me estás ordeñando la verga, no aguanto, ahí te va, te voy a sacar la verga hasta dejar solamente la cabeza dentro para que sientas como te entra la leche en el culo y te va llenando nena.
Efectivamente le sacó la verga hasta dejar solamente cabeza dentro, era increíble que le haya entrado, el diámetro y la longitud eran colosales y el culito de mi tierna novia no era muy grande.
Allá van mis mecos, siénteme como te lleno.
Ah, Arturo, que ardiente se siente, ay, me quema tu leche por dentro.
Después sacó la verga del culo de mi novia, dejándole el culo abierto y chorreando leche, le restregó la verga en sus nalgas, esparciendo la leche y se desplomó encima de ella.
Ay Arturo, me has matado, no podré caminar en un mes.
¿Acaso no disfrutaste? – creo que lo vale, y la próxima ya no te dolerá tanto.
Yo no pude aguantar más y nuevamente me corrí, mi verga y mis huevos me dolían, era la tercera corrida de la noche, mis piernas me dolían, así que me senté en el banco del vestidor, exhausto y aparté la vista del agujero.
Los escuché incorporarse y después meterse a bañar juntos, unos minutos después salieron del departamento.
Un par de minutos después, cerciorándome de que efectivamente se hayan ido, salí, todo me daba vueltas, me sentía tan confundido con lo que había pasado, sentía coraje, la sangre me hervía y al mismo tiempo estaba excitado, no sabía cómo iba a reaccionar cuando me encontrara con mi novia y Arturo.
Esperé un par de minutos para asegurarme de no ser descubierto y salí del departamento, tan pronto salí, tomé un taxi a mi departamento, al llega al departamento caí rendido en la cama, algunos minutos después recibí un mensaje de Arturo donde decía que había dejado a Adriana en su casa, y una hora después un mensaje de mi novia dándome las buenas noches, ninguno de los mensajes respondí, tenía tanto que pensar, me sentía herido, con el corazón un poco maltrecho.
Lo que pasó después se los cuento en el siguiente relato.
Este será mi último relato por un tiempo, voy a hacer una pausa. Ha sido un gusto relatar mis experiencias y recordar viejos tiempos, la verdad, no soy escritor ni nada parecido, empecé a escribir mi primer relato simplemente para matar el tiempo, después de una cirugía que me obligó a estar mucho tiempo en reposo, y no pensaba escribir más, pero sus correos y comentarios positivos me animaron a seguir escribiendo, sin embargo, ya regresé a laborar y tengo muy poco tiempo libre, así que seguramente tardaré más en publicar.
Como siempre, para cualquier comentario, mi correo es: