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¿Por qué no me puedes satisfacer?
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Te dices perverso, pero a la hora de estar con una mujer, de esas que se mojan mucho, de esas que parece que tienen un mar entre las piernas, sientes asco, no la quieres ni tocar; y la ves raro si comienza a gritar, hasta la callas porque no te gusta el sonido natural de una hembra caliente o porque te da pena que alguien escuche que está en pleno celo, cuando lo que deberías de hacer si de verdad quieres callarla, es meterle tus dos dedos en la boca.

Te dices ser un sucio, un enfermo, pero no te gusta hacerle oral, dices que sabe muy feo, que es mucho, que el olor de mujer es muy fuerte, muy desagradable y no quieres tenerla todo el día en tú bigote; ah, pero quieres que ella sí te lo haga, y claro, sin nada de besos después porque ya te la mamó, y así ya no te gusta.

Te desagradan sus vellos crecientes, su sudor, su respiración fuerte, sus gemidos mientras te dice "¡más, más!"; te espantas si ella quiere que se graben, si le gusta el erotismo, si se masturba a escondidas o frente a ti, ¿quién te entiende, pendejo?, ¿y hasta la llamas puta sabiendo que solo es tuya?

Te causa aberración si quiere que vean porno mientras lo hacen, si quiere que la pongas en una posición muy extrovertida o que haya juguetes de por medio.

Dices que eres un adicto al sexo pero solo quieres hacerlo una vez a la semana, y según eres un semental, pero solo le duras 10 minutos; ¿sabes qué?, vaya que le den por ese culo, mmc, después no te quejes si, alguien, con las mismas ganas, con los mismos vicios como los que tengo de coger a cada rato, de tragarme toda la eyaculación, que huela mis tangas recién quitadas, de lamer descarado la boca después de que se haya corrido dentro de la misma, de enterrarme mi consolador favorito por un orificio y de ponerme como se le dé la puta gana, que alguien venga y se lleve a tú mujer, y todo por andar de puto perro, de princeso, porque hasta ni siquiera en la calle me querías agarrar las nalgas ni dar un beso; "Qué dirá la gente" "Qué vergüenza", decías.

Porque entonces si se la llevan, no sería robo ni infidelidad; sería justicia, sería karma por no saber satisfacer los instintos de una dama.

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