Hace quince días estaba trabajando cuando me llamó Carlos, esposo de la hermana de mi mujer. Es un hombre super educado, muy sociable, con el que siempre tuvimos una buena comunicación. Él y su esposa viven a unos trescientos kilómetros de casa.
-Hola Fernando, un gusto saludarte. ¿Tenes un minuto para hablar?
-Hola Carlos. Por supuesto que sí. ¿Tu familia todo bien?
-Gracias a Dios. Muy amable por preguntar.
-A que debo tu llamado.
-Lamento tener que molestarte pero necesito un favor.
-Sabes que si está a mi alcance, no hay problema.
-Gala tiene que hacer unos trámites por la reválida de su título en tu ciudad. Según le dijeron desde que presenta todo, tarda una semana en salir. Vos sabes que su relación con Marcia no es de las mejores, por eso te molesto a vos. ¿Hay alguna posibilidad que la soporten por una semana en tu casa?
-Por supuesto Carlos, y no es soportar, dejate de jorobar. Gustosos la vamos a recibir.
-Sos muy amable Fer, espero que no te traiga problemas con Marcia. ¿No preferís hablarlo con ella y me avisas?
-Carlos, dejate de jorobar. Son mujeres adultas ya y hermanas. Que no jodan. ¿Cuándo viaja?
-Tiene pasajes reservados para el domingo al mediodía. Llegará a las 17 h aproximadamente.
-Perfecto. Confirma los pasajes y avísame así la voy a esperar.
-No Carlos, por favor no te molestes, que se tome un auto. Cuanto menos altere el movimiento diario de tu familia mejor.
-Como quieras, no voy a discutir con vos cuñado.
-Millones de gracias y en serio, si Marcia te hace un planteo me avisas y veo como soluciono el tema.
-Carlos por favor, se van a tener que soportar. Te mando un abrazo y te aviso cuando ya está en casa. Vos confírmame su viaje.
-Un abrazo grande y gracias nuevamente.
La relación entre las hermanas no era buena, nunca lo fue desde la adolescencia. Las dos competitivas en todo, desde las notas en el colegio, pasando por el deporte cuando jugaban al tenis hasta con los novios. Eran mellizas, pero diferentes… las dos de la misma altura, 1.65 m, Marcia pelo castaño claro, Gala pelo negro, las dos tez blanca, y la gran diferencia, mi mujer con pechos pequeños y Gala unos de muy buen tamaño. El culo, los dos de buena forma y tamaño. Cuando llegué a casa, le conté a mi mujer.
-Me llamo Carlos, tu cuñado hoy.
-Ah, Carlitos, que cuenta mi cuñadito.
-Me llamo por Gala, tiene que viajar por un trámite y me pidió que la recibamos por una semana que es lo que demora. Por supuesto que le dije que no había problemas.
-Fernando, como que no hay problemas, sabes que nos llevamos para… por favor, no la soporto. Llamalo y decile que no, inventa algo, pero que no venga.
-Marcia, ya le dije que sí. Pero si vos no queres recibir a tu propia hermana, toma el teléfono, y llámalo. Yo no lo voy a hacer.
-Pero no la soporto…
-Es tu hermana, vos da la cara y vos decile que no queres que venga. Tienen 27 años, no jodan, son grandes las dos ya, es hora que se empiecen a comportar.
-Cuando hablas así te pareces a mi viejo.
-Tema terminado para mí. Dije y me fui a dar una ducha.
No volvimos a hablar del tema, y tres días después, Carlos me confirmaba que viajaba. Evidentemente Marcia no había llamado. El domingo, a las 18 h Gala estaba en casa. Apenas se saludaron o más bien, se mostraron los dientes como dos gatas enojadas. Las junte en la cocina y les hable.
-Escúchenme, se dejan de joder ya. Tiene 27 años, es hora que empiecen a buscar mejorar su relación. Sus padres ya murieron y no tiene otros familiares directos. La verdad es que es muy molesto que Carlos me tenga que llamar a mí porque Uds. no pueden hablar.
-Lo que pasa es que… empezó a decir Marcia.
-Es que ella… la interrumpió Gala.
-Basta. Voy a llamar tu marido para avisarle que llegaste bien.
Fui al patio y lo llamé a Carlos.
-Hola Carlos, ya Gala está en casa, quédate tranquilo.
-Gracias Fernando. ¿Todo bien?
-Ya se mostraron las garras y los dientes. Tuve una charla “motivacional”. Te aseguro que me tiene las pelotas llenas con sus chiquilinadas. Que entre nosotros tengamos que hablar por sus temas, me rompe mucho. No por vos, por la situación, entendeme por favor.
-Totalmente de acuerdo con vos Fernando, mil gracias otra vez, espero que vos no termines con problemas y arañado. Jajaja.
-Espero. Un abrazo.
-Otro.
Cuando entré las dos estaban en la cocina, sentadas tomando café sin hablarse. La cena fue igual, en silencio. Por suerte Gala colaboro con Marcia para levantar la mesa y lavar los trastes, eliminando un posible conflicto. Nos fuimos a acostar y mi mujer estaba mucho más mimosa de lo habitual. Ni bien nos acostamos empezó a acariciarme y un par de minutos después, estaba chupándome la pija, para después, montarme y cabalgarme gimiendo y dando gritos de placer.
No dudo que estaba gozando, pero los gemidos y gritos eran mucho más fuerte de lo normal, estaba seguro que lo hacía para que la hermana la escuche. Cuando acabamos nos besamos y se acostó a mi lado en cucharita.
-Marcia, creo que en lo único que se parecen tu hermana y vos, es en que la dos tienen un hermoso culo.
-Ah, le miraste el culo…
-No, no se lo miré. Cuando entró pasó delante de mí y lo vi. Mirar es distinto a ver.
-Estas jugando con las palabras. Se lo miraste.
-Sos insoportable.
-Es una puta, seguro que ya se lo entrego a sus amiguitos…
-Eso no es ser puta, le gusta, punto. Como a vos te gusta chuparme. Hasta mañana.
Corte la conversación porque era cansador escuchar sus peleas. Al día siguiente desayunamos y los tres partimos. Yo regresé a casa a las 17 y Gala ya estaba, había entrado con un juego de llaves que le dimos.
-Hola Gala, ¿Pudiste empezar el trámite?
-Hola… sí, por suerte. Ayer no tuve oportunidad de agradecerte que me recibas. Gracias.
-Te recibimos, Marcia y yo. Y no tenés nada que agradecer, somos familia.
-No jodas… ¿Así que te gusta mi culo?
-¿Perdón?
-Anoche los escuche hablar después de…
-Es un tema que no me incomoda hablar con vos… voy a ducharme.
Fui a mi dormitorio y luego a ducharme. Cuando termine me sorprendió ver la puerta del baño entreabierta, estaba seguro de haberla cerrado. La cerré, me sequé, me puse mi bata de toalla y fui al dormitorio a cambiarme. Estaba en eso cuando entro Marcia.
-Hola. ¿Todo bien? Preguntó.
-Hola amor, si todo bien. ¿Cómo fue tu día?
-Cansador, mucho trabajo. ¿Cuándo llegaste estaba Gala?
-Sí, llego antes que yo.
-Ah…
La cena fue nuevamente tensa, sin dialogo entre ellas. Yo había tomado la decisión de no discutir más. Nos dormimos temprano.
El martes, Gala salió con nosotros, pero a pasear. El jueves le entregaban los papeles. Yo volví a las 17 y Gala me ofreció un café antes de bañarme. Ni bien me senté a tomarlo llamó Marcia.
-Hola amor.
-Hola Mar. ¿Qué pasa?
-Nos están haciendo una auditoría fiscal en la empresa. Por lo menos voy a demorar dos horas.
-No hay problema, yo me ocupo de la cena.
-Deja. Pedimos pizza. Fer, ojo con Gala, me intranquiliza que estén solos.
-Dejate de jorobar. Te mando un beso.
Corte y Gala me miraba esperando que diga algo. No lo hice entonces ella preguntó:
-¿Todo bien?
-Sí, va a llegar tarde por una auditoría.
-Ah… bueno… ¿Queres que te muestre lo que me compre?
-Sí claro. Dije sin pensar mucho.
Ella busco una bolsa y para mi sorpresa saco varias tangas y brazier.
-Compre cinco, uno ya lo tengo puesto… ¿Te gustan?
-Son lindos. Me voy a cambiar. Dije escapando de la situación.
Me fui a duchar y me aseguré de cerrar la puerta, aunque no con llave. Cuando corrí la cortina de la ducha, escuché como se abría la puerta. Sin taparme, volví a correr la cortina y la encontré a Gala parada en la puerta.
-¿Qué carajo haces Gala?
-Eh… yo…
-Sos una mirona, tiene razón tu hermana, sos una puta. Ni la casa de tu hermana respetas.
-Hay bueno, tampoco es tan grave que mire… Con razón Marcia goza tanto… buen instrumento tenés ahí…
-¿Qué estás buscando? ¿Qué me pelee con Marcia? No lo vas a lograr.
-No me interesa eso… Pero eso sí. Dijo señalando mi pija.
Cerré la ducha sin bañarme y me pare delante de ella mirándola a los ojos.
-Te voy a coger. Dije.
-Eh… Me asusta que lo digas así. Dijo ella y le cambio la cara.
-Sacate la ropa.
No tuve que repetirlo que ella sequito la remera y el pantalón. Quedo son solo con tanga y brazier. La tomé de los hombros y la hice poner de rodillas. No tuve que decir nada. Ella comenzó a chuparme. Yo tomando su cabeza, manejaba el ritmo de su chupada. Era muy buena chupando, debo reconocer que mejor que Marcia.
Vi que bajaba una mano y se tocaba por sobre la tanga. Quiso pararse pero no la dejé, estaba disfrutando su chupada. Un par de minutos después, me dijo:
-Cogeme, como vos quieras, pero cogeme.
-Dice tu hermana que seguro entregas el culo a todos tus machos.
-A algunos… depende el tamaño… Algo como esto… no creo que entre…
-Seguí chupando puta.
Siguió chupando y ahora directamente se metía los dedos en la concha. Chupaba y gemía, y cada vez más fuerte. Ella estaba super caliente, y cada minuto aumentaba su calentura. Sostuve su cabeza con ambas manos y le cogí la boca con todo. Por su rostro caían lágrimas y tenía arcadas.
-Te voy a acabar en la boca, mejor que no caiga una sola gota.
Acabe llenando su boca con mi leche. Aunque trato, algunas gotas se escaparon de su boca y cayeron al piso. Me chupo hasta que la dejó bien limpia. Se paró y miro el piso.
-Perdón… Dijo Gala con cara de susto al ver la mía.
-Date vuelta y separa las piernas.
Lo hizo sin decir nada. Incluso con sus manos separó sus cachetes, dándome libre acceso a su orto. Pase mis dedos, primero por su orto y luego por su concha, que estaba empapada por completo. Mire la hora y tenía tiempo.
-Limpia el piso con tu ropa y vamos a tu cuarto.
Lo hizo sin dudar.
-Quiero que te hagas una paja, por la concha y el culo. Quiero comprobar cuan puta sos.
-Fernando…
-Vos quisiste jugar mirona, ahora vamos a jugar mis juegos los días que te quedes.
Ella se empezó a tocar y meterse dedos en la concha. Miraba mi pija y se daba con todo. Estaba acostada con las piernas bien abiertas. Una mano en la concha y la otra en los pechos. Digo una mano porque eran tres dedos los que entraban en su concha. Vio que mi pija se empezaba a parar nuevamente y se puso en cuatro, apoyando los hombros en la cama. Llevo la otra mano a su culo y se metió un dedo.
Gemía como loca, me miraba y se daba con todo, luego metió otro dedo. Dos en el culo y tres en la concha. Acerque mi pija a su boca y nuevamente me empezó a chupar, sin sacarse los dedos. Yo le di una nalgada y pude sentir como gozaba un orgasmo. Me corrí hacia su culo y saqué sus dedos para reemplazarlos con los míos. Los enterré hasta el fondo y los dejé quietos.
Gala se empezó a mover, como una loca, penetrándose el culo con mis dedos sin parar. Me miraba y se babeaba constantemente.
-Cogeme, por favor, cogeme, no doy más.
-Callate y no pares puta.
Que la trate así la excitaba más. Yo me masturbaba y disfrutaba como se cogía mis dedos con su culo. Cuando estuve por acabar, saque los dedos, la hice acostar boca arriba y poniéndome a su lado me masturbe hasta que bañe su cara y pecho con mi leche.
-Por favor, no doy más…
-Me voy a bañar.
Y la deje en su cuarto. Me fui a dar una ducha y luego me cambié. Fui a la cocina y me puse a revisar la heladera. Miré la hora y me puse a cocinar una carne al horno con papas. Gala apareció bañada y cambiada. La miré a los ojos y le pregunté:
-¿Algo para decir puta?
-No…
-Bien… así me gusta.
Me quedé en la cocina viendo televisión y controlando la cena. Un rato después llego Marcia.
-Hola. Amor, te dije que pedíamos pizza.
-Hola Mar, me pareció justo prepararte una buena cena después de un día tan largo. Date una ducha y cenamos.
-Sos un dulce.
Cenamos y a la noche cogimos con todo. Yo estaba con muchas ganas de cogerla, ella lo notó y se puso loca, hasta me pidió que le rompa el culo a los gritos. Lo hice y los dos gozamos con todo.
-Te amo Fer… cena, y ahora esto. Sos mi hombre maravilloso.
Nos abrazamos y yo imaginaba a Gala dándose con todo por los gritos de placer de Marcia.
Al día siguiente, llegue más temprano. Gala me miraba sin decir nada. Me preparó un café y me senté a tomarlo.
-¿Qué pasa que no hablas? Pregunté.
-Nada… Anoche la cogiste con todo… los escuche…
-Tu hermana es una potra, un infierno cogiendo. Y no sabes como goza cuando le hago el culo. No hay mujer como ella.
-Yo…
-Vos sos una puta… una puta que no duda en tratar de levantarse al marido de la hermana, meterle los cuernos a un tipazo como Carlos.
-No me digas eso… Dijo empezando a llorar.
-No es mentira… que vos no lo quieras asumir…
-Fernando… dijo llorando.
Me puse de pie, bajé mi pantalón y mi bóxer y me senté. Gala me miró sorprendida, sin dejar de llorar.
-Chupala puta, y metete dedos, por el culo solamente.
Sin dejar de llorar, en silencio, se bajó el jogging, la tanga y se metió un dedo en el culo. Se puso de rodillas y me comenzó a chupar. Primero despacio y luego cada vez con más fuerza, con más calentura.
-Agarra una zanahoria del refrigerador, y a tu culo.
-Fernando no…
-Hacelo puta…
Y lo hizo, volvió a chupar y ahora se daba con la zanahoria. Tome su cabeza e hice que me cogiera con su boca con todo. Acabe en su boca y esta vez no se le escapo una sola gota. Me la limpió, me levanté y la mire. Desde el suelo, de rodillas, aún con la zanahoria en el culo, se largó a llorar. No dije nada y me fui a duchar.
Me estaba cambiando y llego Marcia. La encontró llorando en la cocina. Le preguntó que pasaba y Gala le dijo que nada.
-Hola, ¿qué pasó con Gala?
-Mañana cuando se va, te cuento.
-Pero…
-Marcia, ¿Confías en mí?
-Totalmente.
-Mañana hablamos.
A la mañana siguiente, Gala se fue con su bolso listo a buscar los papeles, para después tomar el bus a su casa. Cuando llegamos con Marcia a casa, nos sentamos a hablar.
-Tenías razón, tu hermana es una puta.
-Dios, ¿Qué paso?
-Quiso cogerme. Y le di una lección. Escucha. Esto es de ayer.
Yo había grabado todo en audio con mi celular. Marcia me miraba y escuchaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Cuando terminó me miró seria.
-Fernando, eso fue… durísimo de escuchar. ¿Por favor explicame por qué lo hiciste, y por qué me lo haces escuchar?
-Lo hice porque me dio mucho asco que no respete tu casa, que le abramos las puertas. Eso no se hace. También porque aprecio a Carlos, es un buen hombre, la ama, la cubre de atenciones y ella es una zorra. También para que sepas que te amo, que no me la cogería por nada del mundo. Solamente la hice chuparme para humillarla. Y te lo hice escuchar para que veas que soy leal. Te puede gustar o no lo que hice, te puede doler, pero soy leal.
-Te amo Fer…
Un par de meses después, Carlos y Gala vivieron de visita un fin de semana, por insistencia de Carlos. Marcia llevó a su hermana al cuarto y le contó que yo la había grabado y que le había hecho escuchar la grabación. Gala se largó a llorar, pidiendo perdón y jurándole que desde ese día había dejado de meterle los cuernos a Carlos.