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Por fin lo hicimos
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Tiempo de lectura: 5 minutos

En el tema sexual debemos ser honestos y la verdad a nosotros como hombre nos excita llevar a nuestras parejas a situaciones sexuales que pueden ser calificados como tabú o como algo fuera de lo normal y si bien el sexo tiene tantas vertientes como variantes cada quien las vive como les apetece, eso sí, siempre teniendo el consentimiento y complicidad de la pareja puesto que eso es el disfrute y goce en común.

La fantasía en común que la gran mayoría de nosotros los hombres es compartir de una u otra forma a la pareja algunos preferirán el contacto físico, algunos otros quizá por medios digitales o APP, en mi caso según sea el momento ya que en la intimidad hemos fantaseado tanto que en cada uno de esos momentos la fantasía cambia.

Hoy quiero comentar como fue que mi esposa se decidió a dar ese primer paso, el cual sea dicho me excito de tal manera que aun el día de hoy al estarlo redactando el hecho de recordar lo acontecido hace que me moje y desee repetirlo en algún momento.

Esa noche en particular no tenía nada de aroma sexual en el ambiente, era como cualquier otra, revisando los móviles sin luces de por medio, y estaba como todas esas noches tocando, masajeando y deleitándome con el hermoso y grande par de nalgas de mi esposa las cuales son dignas de admirar y de dedicarles un piropo subido de tono. Pero como saben siempre una voz interna te invita a hacer travesuras y una vez que empieza no se detiene, así que como si estuviéramos alejados a gran distancia le empecé a escribir por WhatsApp.

Yo: Oye, Tú, Hermosa

Ella: Hello Baby

Yo: Quiero proponerte algo, hagamos algo diferente sexualmente hablando – mientras le estrujaba una vez más una nalga–

Ella: ¿Está fuerte no? ¿Cómo qué? ¿Dime qué?

Yo: ¿Recuerdas que apenas hace unos días me dijiste que se te antojaba un trio? La verdad eso me tiene muy caliente y con algunas ideas en la cabeza — y aunque no se lo comente, en este momento comencé a ponerme firme de solo recordarlo y comentarlo–

Ella: si lo hacemos, luego ya no vamos a tener sexo normal — en ese preciso momento la temperatura se incrementó por arte de magia ya que generalmente no contesta de esta forma– Pero igual podemos intentar otras cosas que sean también muy calientes

Yo: He descubierto que me atrae el voyerismo, aunque nunca lo he practicado

Ella: a mí, me daría mucha pena que me espiaran o me vieran ¿a quién has espiado??

Yo: Pues hasta el momento a nadie, pero me excita la idea, ya que lo he leído y me lo he imaginado supongo que ha de ser rico jajaja

Ella: ¿Cómo que más has pensado aparte de eso? ¿Qué más?

Yo: Me gustaría conocer una mujer nalgona como tú – debo confesar que en este punto terminaría la conversación y la inercia de los textos ya que generalmente al involucrar a alguna otra mujer a veces se rompe el encanto–

Ella: ¿De verdad?

Yo: A veces me gustaría saber lo que algún otro hombre opina de tus nalgas — esta pregunta detonó aún más mi calentura ya que siempre había tenido la idea de que alguien más pudiera admirar su cuerpo sin ropa ya que en muchas ocasiones he visto como le admiran cuando vamos en la calle o algún lugar concurrido—

Ella: y si te dijera que sí, ¿a quién le dirías?

Yo: No lo sé, creo que no hay nadie con la suficiente confianza y el suficiente respeto…

Ella: preguntamos y sabrás – en este punto ya todo era calentura y morbosidad, sentía como estaba lubricándome de más, todo esto mientras bajaba su ropa interior dejándola casi desnuda debajo del edredón de la cama y empezando a tocar el vello púbico de su monte de venus—

Yo: A quien tengas en mente seguramente se va a masturbar con la imagen de esas nalgas ricas.

En este punto haré un paréntesis para comentar que mi esposa tiene un amigo allá en su lugar de origen que siempre se quedó con las ganas de tocar y probar ese lindo cuerpecito, y seguramente no solo esto sino darle rienda suelta a los deseos de la carne, sabemos que él también ha guardado imágenes de ella de su perfil de WhatsApp y Facebook.

Ella: A mi amigo… es el único, si me ve se va a morir… solo que tú no te enojes.

¿Enojarme? Si es lo que pido a gritos en mi fantasía saber que alguien más la admira, que disfruten de ese cuerpo de esas nalgotas tan ricas. Y sobre todo porque la imagen que escogimos era una donde ella se muestra con una linda tanga color negro de hilo la cual adorna perfectamente ese trasero delicioso.

Yo: seguramente con esa imagen si la ve no va a dormir…

Ella: ¿la mando? Contéstame

Yo: te da miedo… eres miedosa, no lo vas a hacer…

Ella: lo que me haces hacer –me decía con risa nerviosa, pero mientras esto pasaba yo tocaba su vagina y sentí como estaba hirviendo y muy mojada–

Yo: Alguien más va a conocer esas nalguitas.

Ella menso…

Yo: seguramente hoy no duerme, se va a masturbar toda la noche –Como siempre es nuestra forma de calentarnos supuse que no la había enviado—

Ella: por fin me anime

Cuando leí eso en la pantalla de mi celular mi corazón empezó a tocar una rumba en mi pecho, por fin habíamos cruzado esa puerta que habíamos tocado y no podíamos abrir, en ese momento mi pene creció un tanto más por la excitación y por fin saber que alguien más disfrutaría aunque sea virtualmente de ella, al tocarla nuevamente sentí aún más caliente su vagina así que le introduje dos dedos mismos que resbalaron fácilmente por la humedad, y se empezó a mover de una forma tan sexy y tan sugestiva que al mismo tiempo empecé a juguetera con su clítoris.

Yo: de verdad me pusiste caliente

Ella: Me vas a hacer una desvergonzada, pero no quiero reclamos ni peleas por esto — me decía mientras se mordía los labios y se movía para sentir mis dedos dentro de ella. –

Ella: ¿Qué piensas? – que pensaba estaba extasiado, estaba incrédulo de lo que estaba pasando—

Yo: que pienso, que ya tengo quien me ayude a cogerte…

Ella: pero él está muy lejos, no lo puedo creer le mande una foto de mis nalgas

Ella: no inventes ya la vio, aaay que pena, que oso, ya me contestó me quiere enviar algo, ¿cómo le digo que no?

Yo: ¿Quieres conocerlo? ¿La verdad?

Ella: pues debe estar igual a ti, Pero estaría bien conocerlo.

Estas palabras me pusieron aún más duro y más húmedo, con la boca seca y el corazón palpitando a lo máximo

Ella: Ya la mandooo, ya la mandooo, no la voy a descargar, soy inocente, la mandó encuerado…

Yo: era obvio –y aunque quizá no se percató esto hizo que se humedeciera una más, mis dedos entraban y salían más rápido y más fuerte—

Ella: te lo juro, pensé que era en bóxer, me da pena, mucha, estas caliente, méteme tres dedos por favor dale duro.

Yo: si mucho muy caliente, tanto que aún lo recuerdo y estoy mojado de nuevo.

Ella: ¿por qué?

Yo: porque alguien más ya conoce tu colita y se excitó y está pensando cogerte y porque es algo prohibido. – ahora no solo tocaba su vagina, sus jugos habían mojado de un amanera muy rica su ano, el cual empecé a tocar por encima con el objetivo de meter mis dedos también, los cuales después del primer intento resbalaron sin problema alguno, sentí como se abrían paso y su esfínter palpitando y dando pequeñas mordidas.

Ella: si él estuviera aquí que te gustaría más hacer un trio o que me vaya con él y te cuente

Realmente esa imagen pasó de manera instantánea por mi cabeza y la imagine de ambas formas, desnuda disfrutando del placer del sexo anal y vaginal

Yo: las dos, el trio

Ella: lo imaginé, tengo pena, mucha pena…

Yo: te gustaría cogértelo ¿hacerle un oral?

Ella: mmm probablemente, y ya caliente si se la chupo

Yo: algún día te va a pedir imagen de tus senos o tu vagina

Ella: no eso no me da pena…

Apagamos los celulares, y como me estaba dando la espalda acomodé mi pene entre sus nalgas, ella al sentirme abrió sus nalgas invitándome a penetrarla por el ano, el cual no opuso resistencia a la invitación, entre de una forma tan fácil y tan profunda que me empecé a mover dentro y fuera de ella.

Se la saque la acomodé boca arriba y le levante ambas piernas mientras nos acomodábamos y apunte de nuevo a su rico culito, al estar dentro empecé a moverme con mas ritmo y más fuerza, mientras ella con la respiración agitada me pedía mas, y duro

En mi mente la idea de que ella estuviera a solas con su amigo no se esfumaba, por el contrario cobraba más fuerza,

Ella: así, así dame duro dame duro

Estando en esa posición me recosté sobre su pecho y busque uno de sus pezones, el cual mordí y chupe, mientras ella me tomaba de la cabeza y me apretaba contra ella, cambie de seno para aprovechar la posición, hasta poder hacer lo mismo con el pezón en mi boca.

No podía falta voltearla y empinarla, así la puse y nuevamente contra su ano dilatado y hambriento de pene, esa posición me encanta ya que puedo sentirme el hombre más afortunado viendo tremendo par de nalgas para mi solito, y de nuevo imaginando que algún día el amigo de mi esposa la puada tener de esa forma.

No pasó mucho tiempo para sentir como estaba a punto de llegar al orgasmo, ella empezó a contraer muy rápido el ano y yo me deje ir dentro de ella.

Terminamos ambos al mismo tiempo, sudados satisfechos y muy calientes.

No sé si ella lo sabe pero realmente ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, espero algún día poder repetir la experiencia uy enviarle otra imagen a su amigo de sus ricas nalgas en otra posición incluso empuñada para que vea lo que algún día si se presenta la oportunidad pueda comerse…

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