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Por fin lo conozco y nos partimos los dos a escondidas (2)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Les conté ya que vivo una experiencia de doble vida, me reconozco bisexual, como me dijeron por ahí “versátil”.

Efectivamente, me gusta el sexo hetero, como el que tengo a diario con mi mujer, pero también el sexo gay que tengo hace un tiempo con un hombre, generalmente los fines de semana, cuando nuestras parejas, está en su trabajo.

Resulta que esta vez, estoy en un nuevo ciclo de descanso, después de un turno extenuante.

Y mi pareja tomó unos días para viajar a ver a su familia al sur del país.

Sebastián tuvo algo muy distinto, esta vez a él lo enviaron a realizar un trabajo fuera de Calama, a otra ciudad relativamente cerca de la nuestra.

La empresa le dio tres días, para lo que él iba a hacer talvez en medio día.

De ahí que teníamos que organizar algo para lo dos, distinto, pero también nuevo para los dos.

Él debía estar el día viernes temprano en la mañana, para ese viaje convenientemente olvidó coordinar su boleta o pasaje para viajar, pero, ya habíamos quedado en que yo sería su plan B, de traslado.

Habíamos quedado en que ese finde de semana, debía ser para los dos, aprovechando la ocasión.

Así que lo dejé en su reunión mientras yo iba y conocía el departamento que ya habíamos rentado antes.

Pasó el almuerzo y después de un leve paseo por la ciudad nos fuimos al departamento y lo primero fue darnos una ducha, por primera vez en ese viaje nos acercamos para darnos un beso con un abrazo, mientras nos metíamos en la ducha para refrescarnos y esa ducha fue provocar la erección de nuestros penes, aunque ya antes de entrar a la ducha estaban duros, nos duchamos y nos turnamos para sexo oral, igual para lamernos el culo y por supuesto para follarnos cuando corría el agua entre nosotros.

Sebastián, se puso en el borde de la tina, entregándole el culo mojad por la ducha a mi verga que estaba dura, y con muchas ganas de partir (otra vez) ese culo.

Se puso en cuatro, de frente mí con el culo parado dejando entrar mi verga mientras gemía, lo que me excita más y, antes de llenarle el culo de leche caliente, se lo saqué para metérselo en la boca hasta la garganta y llenársela hasta las arcadas; y ahora yo quería que me partiera el culo, que sentirlo entrar y salir apoyarme en la pared de la tina y levantarle el culo para que su verga que se mantiene dura entre y me lo parta.

Por cada envestida, no solo era un gemido el que daba, si no que era un verdadero grito de placer, por cada entrada que me daba e hizo lo mismo, sacó de mi culo su pene y sin demora me arrodillé para tener su leche caliente en la boca, me lo metió también hasta la garganta, y eyaculó toda su leche en mi boca y yo solo quería sacarle toda la leche a esa verga dura.

Terminamos de ducharnos, nos secamos y nos metimos a la cama, desnudos para seguir tocándonos, mi brazo lo abrazaba por debajo de su espalda, él acariciaba mi abdomen y jugaba con los pelos de mi pelvis, se entretuvo un rato ahí y pasó a acariciar y a tirar los pelos de mis testículos, lo que hizo eventualmente que mi pene se levantó apuntando al techo de la habitación, mientras acariciaba mis testículos también tocaba el pene literalmente entregándome, para que me tocara, me gustaba que pasara su mano por mi pelvis, que tocara mis testículos, que se metiera entre mis piernas para hurguetear entre mis nalgas.

Y así, pasó un rato, el pene de Sebastián se puso duro también, y yo empecé a hacer lo mismo, a tocarlo, tocar su pene y sus testículos, y buscar y hurguetear en su culo, pasó un rato y literalmente se agarró de mi pene para levantarse y en el impulso no buscó otra cosa que meterse mi pene en la boca, esta extasiado por como lo chupaba, pero, también quería saborear su pene, chuparlo tal y como él me lo hacía a mí, u tal vez mejor, así que, me puse de revés a él, en un siempre exquisito 69, donde yo metía su ene en mi boca, lo succionaba, con mi lengua descubría el glande para chupárselo y ponía atención en sus gemidos.

Y fuimos revolcándonos por la cama hasta que nos caímos, caímos de la cama y fue lo de menos, Sebastián seguía con mi pene en su boca, por supuesto yo tampoco me saqué el pene su pene de la boca.

Es más, me agarré fuerte de sus nalgas, buscando tener más dentro su pene, y él se agarraba de mi culo para meter mejor mi pene en su boca, entre tanta vuelta y posición sexual para el sexo oral, nos levantamos para acomodarnos sobe la cama o talvez en una silla al lado, pero, lo tomé de y le llevé a la sala, quería el morbo de follar cerca de una ventana, tal vez donde alguien pudiera vernos, y que definitivamente nos diera lo mismo.

Buscó algo en su bolso y sacó algo, entramos a la sala del departamento y me empujó al sofá, y sacó un preservativo que había sacado de su bolso, me agarró en de la cintura, para quedar en cuatro y se acomodó para abrir mis nalgas y jugar con su lengua en mi culo, pasarla desde la misma base de los testículos hasta llegar a mi ano, para meterme la lengua en mi culo que estaba dilatado por el polvo anterior, me encantaba sentir su lengua y sentir como escurre también su saliva hasta los testículos incluso sentir escurrir por mis piernas.

Tan rico lo sentía que lo único que quería era tenerlo dentro de mí, partiendo mi dilatado culo y como que leyó mi mente, sacó su lengua de mi culo, se levantó se puso el preservativo que había sacado de su bolso y despiadadamente metió su pene en mí, tan brutal que no pude más que soltar un grito que traté de ahogar en un rico gemido, para que el vecindario no notara el polvo que nos estábamos dando, tan duro que de estar en cuatro pasé a quedar tendido en el sofá, y el cayó sobre mi sin sacar un milímetro su pene, cayó sobre mi espalda, se montó sobre mí, y continuó penetrándome, cabalgó sobre mí con su vera dentro mientras gemía, hasta que acabó, acabó metiendo aún más su pene, y se dejó caer en mi espalda casi rendido, porque me dice al oído que ahora quería que yo le partiera el culo.

Sin más, me tiré sobre él y nos besamos, para tomar sus piernas y levarlas para exponer su rico culo que quería partir en dos.

El sostiene sus piernas, mientras yo busco su pene y sus testículos per más su ano, buscaba su ano para meter mi lengua y saborearlo, y escucharlo gemir, igual como me lo hizo a mí.

Disfrute de su culo en todo su esplendor, se puso en cuatro y me mejor posición para disfrutar de su culo, estaba tan dilatado que me encantaba, y me puse de pie, me puse uno de los preservativos y tal como él le metí el pene brutamente, al punto que se levantó para gritar y luego se dejó caer y yo quedé sobre él estaba con mis piernas abiertas a su lado, y lo estaba cabalgando con mi pene dentro de Sebastián, que levantaba el culo para permitirme entrar y follarlo más rico, lo envestía bestialmente, hasta que acabé, también me dejé caer cansado en su espada y sin sacarle e pene seguía moviéndome hasta que mi pene ya se ablandara.

Me salí de sobre él, y él se sentó a mi lado, estábamos desnudos, sacamos un cigarro y fumamos, estábamos sentados y podíamos ver el cuerpo del otro, veía su pene flácido con su vello apelmazado, igual que los míos, aunque como me rasuro tengo menos.

Terminamos el cigarro y con un beso, nos fuimos nuevamente a la ducha, entramos los dos y sin tener sexo solo dejamos que nos cayera el agua tibia en el cuerpo, nos lavamos yo a él y el a mí, mientras nos besamos largamente.

Ese primer día, fue sexualmente increíble, era el día viernes, quedaba aún el sábado y el domingo, eran alrededor de las 10 de la noche (22 horas) tuvimos relaciones prácticamente todo ese día, fuera de la reunión a la que iba Sebastián por su trabajo, y nos quedaban dos días libres, que como supongo imaginarán fueron igual de sexualmente fascinantes, tuvimos sexo cada vez que pudimos, en cada rincón de ese departamento, hasta la misa hora que teníamos que volver a Calama.

Y cuando íbamos de regreso, el domingo, viajamos en la tarde, y hacía calor, por lo que viajamos de regreso con pantalones cortos y Sebastián llevaba un pantalón super delgado que cuando íbamos en el camino, noté una evidente erección por debajo de su pantalón que provocó en mí también una erección.

Así que buscamos un desvío por un momento, nos salimos de la carretera por un camino de tierra y nos metimos detrás de unas torres de alta tensión, donde quedamos casi ocultos, no terminé de estacionar y ya nos estábamos quitando la ropa, pero, somos muy grandes para el auto y el sexo ahí es incómodo.

Así que bajamos del auto, me puso un preservativo y recostado en el capot del auto, me entregó su culo por una última vez en el paseo juntos, y lo hicimos hasta acabar, obviamente no podía quedarme sin mi dosis así que le puse un preservativo y le entregué mi culo en cuatro apoyado en el capot del auto, y sentí el calor de su leche traspasar el preservativo, nos limpiamos y con el culo dilatado seguimos a Calama, después de un fin de semana espectacular.

Nuevamente, espero que les haya gustado esta historia, esta es una actualización de una historia previa.

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4 COMENTARIOS

  1. es hermoso cuando te comienza a entrar la cabeza y duele yo siempre he culeado a pelo sin preservativo y recibí penes granes chicos y medianos y me llenaron el culo de semen — oy estoy retirado pero recuerdo mis días de pasivo mientras mi macho me culeaba y me la ponía hasta el fondo cas me salía semen por la boca –gracias y besos corazón

  2. muy rico muy rel ccuando consigues un amigo homosexual no lo largues porque después no encontrarás otro y te digo p experiencia propia beso corazón y gracias

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