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Plan A: Intento de trío
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Mi nombre es Beto; tengo una mujer preciosa, nalgona, exuberante y muy sexy. Me consta que muchísimos conocidos míos darían lo que fuera por poder cogérsela, lo que ellos no saben, es que yo estoy deseando verlo. Pero por mucho que se lo insinuó a mi mujer, Lisa, me da evasivas pero no termina por decidirse.

Se me ocurrió que podía tenderle una trampa, de manera que ella no sospechara que estaba preparado por mi parte.

Eran las 9 de la noche, y le propuse a mi mujer que se pusiera sexy para una cena íntima entre los dos: Se puso un vestido corto, de seda azul, cortito, cortito, que si se inclina delante tuya dándote la espalda, te tienes que agachar solo un poquito para ver sus tersas nalgas. Se pega a su cuerpo marcando, las curvas de su cintura… Las tetas bien marcadas pero sin enseñar demasiado, un ligero escote visto de pie, pero todo un espectáculo si se agacha un poco, las tetas de mi mujer provocan aunque no las veas, justas en sus medidas, grandes pero en su sitio, con unos pezones perfectos y lo mejor; observarlas cuando se menean libres dentro del vestidito. Yo me puse un pantalón corto, camisa y nada más, pues estábamos en verano.

Teníamos todo preparado para empezar cuando llamaron al timbre, era Gael un compañero de trabajo, que yo sabía que se ponía como un burro cada vez que veía a Lisa. Sin que ella lo supiera le había invitado a casa con el pretexto de buscar por Internet una cámara de fotos, que se ajustara a sus necesidades, ya que me había pedido consejo al saber que es mi hobby favorito.

– ¿Quién será? – Me pregunto.

– No tengo ni idea. Voy a ver, me levante y fui a la puerta. Efectivamente era Gael, puntual como un reloj a la hora que le había dicho. Él no tenía ni idea de mi plan y de cual eran mis intenciones.

-Es Gael.

-¿Que quiere?

-Me pidió que si le podía aconsejar sobre una cámara de fotos y le dije que cuando quisiera se pasara para verlo por Internet. Lo que no esperaba es que fuese hoy.

-¿Qué hacemos?

-Pues invitarlo a cenar, no vamos a echarlo sin más.

– ok, dame tiempo para que me cambie.

– Ni se te ocurra, esté wey no va a estropear nuestro plan, por lo menos déjame que yo te vea sexy. Además sabes que me encanta ver cómo te devoran con los ojos y sabes que Gael te desnuda literalmente cada vez que te mira.

A regañadientes accedió

– Pero me pongo la tanga.

-¡No! lo único que tienes que hacer es preocuparte de que no se te vea nada, es más, es más cachondo así. Tu intentando taparte y el, deseoso de ver. Mira como estoy nada mas pensarlo. Se me notaba que tenía la verga dura solo de pensarlo.

-De acuerdo, me dio un beso, me agarro la verga y se sentó en el sofá.

Abrí la puerta y ahí estaba Gael con una botella de vino y un sin fin de catálogos de cámaras.- Hola, Lisa dijo mientras que abría los ojos como platos al verla vestida de esa manera.

-Disculpa, que esté vestida así pero no esperábamos a nadie y nos disponíamos a cenar. Voy a cambiarme y te pongo un plato para que cenes con nosotros.

– Una cena muy buena, por lo que veo…Pero por mi no te cambies, estas preciosa, te queda muy bien ese vestido.

Al levantarse del sofá se le vieron las piernas en su totalidad y prácticamente todas las tetas.

Yo miraba de reojo a Gael, y note como crecía un bulto en su pantalón que hace un momento no estaba.

Nosotros tenemos la costumbre de cenar en la mesa baja del salón delante de la Televisión, por lo que al ponerle el plato a Gael, Lisa nos volvió a mostrar sus tetas, a la vez que la luz del Televisor transparento que Lisa no traía ropa interior.

Cenamos entre miradas incesantes por parte de los dos hacia Lisa, que nos deleitaba dejándonos ver, bien sus Tetas al agacharse sobre la mesa, o sus nalgas, cada vez que se le subía el vestido.

Termino la cena y mientras Lisa recogía, yo me lleve a Gael a la compu con el pretexto de buscar la cámara. Lo deje ahí consultando páginas y fui a la cocina.

Me acerque por detrás a Lisa y le mordí en la nuca mientras con una mano le tocaba las tetas y con la otra su vientre. Bajaba la mano hasta llegar a su conchita y le frotaba el clítoris a la vez que le metía un dedo. Le decía.

-Te voy a hacer el amor toda la noche, hasta que te vengas 20 veces, baje un poco mi short y saque mi verga poniéndola entre sus suaves nalgotas.

-Cabron me estas calentando. Que es lo que pretendes?

-Cogerte aquí mismo, pero me gustaría ver como calientas a Gael y luego me dejas disfrutar de tu cuerpo.

-Pero ni pienses, entregarme a Gael, eso ni lo sueñes. Si quieres lo caliento hasta que reviente la bragueta pero nada mas, El solo mirara.

-Ok está bien, pero asegúrate que esta noche se masturbe a tu salud.

-Voy a ser generosa… mira si quieres, dile que se la jale viéndome mientras que me hago la dormida.

Volvimos al comedor con ese plan. Gael se levantó de la compu y se sentó a en el sofá de dos piezas que hacia una "L" con el nuestro que era de tres.

A Lisa se le notaban perfectamente los pezones, que los tenia erectos de la excitación.

-¿Vemos una película mientras que nos echamos una bebida?, propuso Lisa.

-órale ya dijo, comento Gael.

Yo me levante para hacer las bebías y los deje sentados.

-Te importa que me estire, dijo Lisa, tumbándose de lado en la dirección de Gael y dejando las piernas un poco encogidas. –Es que de estar todo el día de pie en el trabajo tengo los pies doloridos. A la vez que decía esto se los tocaba, dejando ver su conchita de vez en cuando.

-Claro, estás en tu casa.

Yo desde la cocina observaba de reojo, Gael tenía que estar ciego.

A Lisa se le veían el principio de las nalgas, y seguro que desde su posición, Gael le tenía que ver la conchita perfectamente depilada. Las tetas al ponerse de lado casi se le salía la derecha por el escote, de hecho se le veía parte de la aureola y del pezón.

Volví de la Cocina llevando las bebidas en la mano,- Listo aquí tienes Lisa, un gin-tonic para ti y dos wiskis para nosotros. Al alargar la mano para agarrar su bebida se le subió el camisón dejado toda su conchita al aire y su precioso trasero, que brillaba seguramente por los flujos de la excitación. Gael no pudo reprimirse y se le escapo un suspiro.

-Disculpar pero es que uno no es de piedra, y tu mujer es capaz de sacarle un suspiro hasta un muerto.

-Discúlpame tú a mí. Debía haberme cambiado de ropa. A la vez que con la mano estiraba el vestidito hacia abajo tapando justo la vista de su conchita, pero al hacerlo se le salió un teta por el escote. Lisa sin darse demasiada prisa se la coloco dentro.

– No lo hagas por mí, oye Beto. No te molestes pero es que tu mujer me esta excitando, dijo. A la vez que con la mano se acomodaba su verga dentro del pantalón.

– Ya cállense, que empieza la película. Lisa se acomodó apoyando la cabeza en mi pierna a la vez que flexionaba un poco las piernas. Antonio desde su posición no quitaba la vista del principio de las nalgas de mi mujer, olvidando la película.

Trascurrieron 20 minutos y Lisa con los ojos cerrados se hacia la dormida con su cabeza en mi pierna y la mano puesta en mi paquete como de forma casual.

Gael me hacía gestos con la mano, pasándosela por la frente y resoplando. Yo hacía como que me reía.

Le hice un gesto con los ojos para que mirara hacia abajo, a la vez que cogia con dos dedos el vestido de Lisa y tiraba de él hacia arriba poco a poco hasta dejar el culo y la conchita completamente al aire.

Gael empezó a tocarse por encima del pantalón. Yo, otra vez con gestos le insinué que se masturbara. Gael abrió los ojos como diciéndome, ¡Seguro!, le asentí con la cabeza. Estire mi mano y tocaba el culo de Lisa para aproximar poco a poco mis dedos a su conchita y abriéndole los labios, introducirle un dedo.

Gael viendo mi actitud se sacó la verga hasta liberar los huevos. Tenía una verga enorme, la cabeza parecía hongo gigante, brillaba de fluidos, mientras que la vergota palpitaba.

Lisa no se lo estaba perdiendo, aunque el plan era que tuviera los ojos cerrados pero debió notar el rechinido que hacia el sofá al masturbarse. Cambio de posición su mano y disimuladamente la metió por la pierna de mi pantalón hasta agarrar el tronco de mi verga. La apretaba y aflojaba una y otra vez. Yo tenía mi verga a punto de estallar.

Gael seguía con su masturbación sin quitar la vista de las nalgotas de mi mujer y de mis dedos que no dejaban de entrar una y otra vez en su conchita.

Otra vez con señas le indique a Gael que tocara la conchita de Lisa. Se levantó despacio, sacando yo mi mano metió la suya. Empezó un mete saca cada vez mas rápido. Le tuve que decir que se calmara y que fuera mas despacio que se iba a despertar.

Lisa sabía perfectamente que no era mi mano la que tenía en su conchita y sacaba el culo hacia fuera como invitando a que la penetración fuera mas profunda.

Antonio debió intuir que Lisa se estaba haciendo la dormida. Aproximo su cara a la conchita y empezó a pasar su lengua. Le pasaba la lengua arriba y abajo lubricando el culito y la conchita con su saliva, hasta el punto que le colgaban hilillos de saliva cuando apartaba un poco la cara. Los dedos seguían trabajando en su interior. Las exploraciones de su lengua cada vez eran menos tímidas. Recorrían arriba y abajo toda la rajadita de su culo parándose unas veces en la conchita y otras en el culito, presionando hasta introducirse un poco en su apretado culito.

Lisa entre convulsiones anunciaba que estaba a punto de venirse. Gael acelero los movimientos de su lengua a la vez que el ritmo de sus dedos explorando el interior de Lisa hasta conseguir que estallara en un orgasmo salvaje entre jadeos y suspiros. Gael sin dejar de acariciar las nalgas y el culito, se puso de pie y empezó a masturbarse enérgicamente hasta venirse sobre las nalgotas de mi mujer, sacudió y golpeo con su vergota las nalgas de Lisa. Paso los dedos por el culo y recogiendo una buena cantidad de semen, metió los dedos en la bebida de Lisa. Después agachándose le dio un beso en la nalga.

Se ajustó el pantalón cerro la bragueta y con la mano y en silencio me dijo

-Adiós y salió de casa.

Lisa al oír que se había ido se incorporó.

-OMG que vergota tiene, hasta me dolió cuando la sacudió en mis nalgas, ¿cuándo quieres que me lo coja? Jijijiji.

Cogió su bebida y la bebió de un trago. Con la bebida en la boca me hizo la mejor mamada en toda nuestra vida de casados.

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