A estas alturas, creo que ya conocéis a Paula. Paula y yo somos amigos de la universidad y por circunstancias de la vida acabamos viviendo en París. Después de romper el hielo y tener nuestro primer encuentro, la relación de follamigos se volvía salvaje. No teníamos problemas en compartir nuestras fantasías y reproducirlas tan fielmente como fuera posible o hasta donde nuestro miedos nos permitían llegar.
Esta vez, nos reunimos todos los amigos para hacer un picnic a orillas del río Sena. Esta es una práctica muy habitual en Paris cuando hace buen tiempo. Las orillas del río se llenan de gente y nosotros solemos llevar alcohol (sobre todo vino), pan, queso, patatas fritas, hummus… Ese tipo de cosas.
Yo llegué al sitio, junto con 3 amigos, y empezamos a ocupar un lugar, no muy tarde, empezaron a unirse el resto de amigos, incluida Paula.
Paula llevaba una especie de vestido oriental, de base blanca, pero con muchas flores rosas, era un poco más largo que el blanco de nuestra primera vez, pero también holgado y por encima de las rodillas. La parte superior del vestido también era holgada y sólo cubría su hombro izquierdo.
Dos besos en la mejilla es la práctica normal cuando recibes a amigos o gente cercana en Francia y después de repartir unos cuantos besos con los amigos, tocó el turno con Paula.
Ante este vestido, yo reaccione un poco idiota gritando: "¡Paula!, hoy pareces una geisha, ¿nos vas a mostrar los secretos orientales?"
Ella sonrió y burlándose de mí respondió delante de todos: "¡Cállate o te daré tu merecido!".
Nos acercamos, y al dar/recibir el primer beso en la mejilla izquierda ella me susurró al oído: "Hoy estoy hormonal… Acabaremos la noche juntos en mi piso".
Me puse pálido, Paula me dio un segundo beso cargado de sensualidad en mi mejilla derecha, se mordió los labios rosados y guiñó un ojo.
No sabía a qué se refería con estar hormonal hoy… Estaba confundido, ¿quería tener un hijo conmigo? ¿Cómo era eso posible? Ella siempre toma anticonceptivos… Yo no quería tener un bebé… Pero el pensamiento de correr el riesgo de eyacular dentro de ella sin protección… Me excitaba.
Todos nos sentamos en el suelo, yo estaba frente a Paula y podía contemplar sus piernas desnudas hasta la mitad de sus muslos. Como siempre, brindamos mirándonos fijamente a los ojos y Paula lo hizo con una mirada muy muy traviesa.
Todo el grupo empezó a comer y beber. El alcohol hacía efecto y todos compartíamos una conversación fluida llena de bromas.
Paula llevaba todo el rato jugando con su teléfono cuando me di cuenta de que tenía un mensaje suyo.
En la ventana emergente de la pantalla de bloqueo, solo podía ver el siguiente texto: "¿Te gusta lo que ves?"
Sin que me diera cuenta, ella me estaba observando… Abrí el mensaje y vi una foto que… Tuve que mirarla dos veces para saber lo que era, era una foto hecha desde sus muslos mostrando su tanga rojo, ¡se acababa de tomar la foto mientras estábamos allí sentados!
Ella estaba muy cachonda… Yo la miré con la boca abierta y los ojos como platos por la sorpresa y ella simplemente sonrió y escribió lo siguiente:
"Puedo leer en tu cara que te gustó, ¿verdad?"
No sabía que escribir, ¡claro que me gustaba! Pero quise calentar más la conversación y escribí: "mira como me excitas"
Presionando mis pantalones contra mi muslo, mostré como mi polla se ponía cada vez más grande.
Sonrió nuevamente y empezó a jugar con su cabello, tomó el móvil y respondió: "¿todo eso es para mí?"
Yo estaba un poco agobiado, me estaban entrando sudores, y quería irme a solas con Paula, así que me levanté y les dije a todos: "voy a comprar unas patatas fritas, ¿alguien quiere algo más?" La respuesta fue unánime "¿Pero estas loco? ¡Hay toneladas de comida!"
Paula rápidamente entendió el mensaje, se levantó del suelo como un resorte y dijo "Buena idea, ¡voy contigo!"
Fuera de las miradas del grupo y cuando ya estábamos lejos, comencé a acariciar discretamente el trasero de Paula. Como a mí, a ella le encantaba el riesgo de ser descubierta, me miró y sonrió mientras sacudía su trasero.
En el camino, nos encontramos con unas escaleras, como todo un caballero, la dejé pasar primero. En ese momento agarré firmemente su trasero. Ella hizo un sonido de sorpresa y continúo subiendo moviendo sensualmente sus caderas.
Ya era completamente de noche y encontramos un pasaje oscuro y alejado de las luces de la calle. Al entrar en el pasaje, tomé su rostro con ambas manos y comencé a besarla locamente mientras ella copiaba mis movimientos.
Los latidos de nuestros corazones iban muy rápidos pero coordinados, nuestras lenguas jugaban y nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos.
Entre respiraciones agitadas, me tomé un segundo para preguntarle: "¿Qué quisiste decir antes con que hoy estás hormonal? ¿Quieres tener un bebé?".
En este instante, rompí la sensualidad del momento y lo convertí en diversión. Ella empezó a reírse tan alto que el eco resonaba en ese pequeño y oscuro callejón (un poco como en una película de terror). En ese momento, ella respondió:
"Vamos a ver Señor 'No pillo las segundas intenciones'… ¡¡por supuesto que NO quiero tener un bebe!! Estoy tomando pastillas anticonceptivas… ¡Quería decir que llevo caliente y mojada todo el día!" y continuó "¿Te has puesto cachondo por el riesgo de tener un bebé? Mmmm, pensándolo bien… A mí también me excita… ¡¡pero quita ese pensamiento de tu mente ahora mismo!! ¡¡Nunca voy a correr ese riesgo!! "
Mientras la escuchaba atentamente, ella finalizó: "¿Te gusta el riesgo, ¿verdad?". Y remangándose el vestido, se quitó el tanga rojo y me lo dio diciendo: "Quédatelo, ya me lo devolverás más tarde en casa".
Cuando empezaba el camino de vuelta, mientras se giraba sonriendo hacia mi, yo le dije: "¡Para!, yo también quiero participar en este juego", así que me bajé el pantalón corto y tratando de mantener para no caerme, me quité el calzoncillo de la pierna izquierda. Seguidamente continue más fácilmente con la derecha.
Igualmente, se lo di y le dije: "Ahora tenemos un trato" y le guiñé un ojo.
Después de este breve descanso, ninguno de nosotros llevaba ropa interior, ¡lo cual era muy emocionante! Al llegar con el grupo, la gente preguntó por la comida… Tímidamente conteste que no habíamos encontrado lo que buscábamos. A lo que Paula respondió: "¡Eh! ¡Habla por ti!" Nos sentamos y seguimos bebiendo con el grupo.
Yo no podía levantar la vista de los muslos de Paula, en cada movimiento que hacía, yo esperaba vislumbrar su coñito bien rasurado.
Ella lo sabía y me envió otro mensaje: "¿Quieres ver más?".
Aprovechando mi distracción mientras leía el mensaje e intentaba responderle, discretamente se tomó otra foto, muy similar a la anterior, pero esta vez sin el tanga rojo. Yo la mire con lujuria vocalizando sin voz: "no sabes lo que estás haciendo"
Luego presioné mis pantalones contra mi muslo una vez más mostrando mi erección. Ella reaccionó aún más cachonda que yo, remango un poco el vestido, hasta casi poder ver su coño, y discretamente señalando mi polla con su dedo índice, lo levantó un poco más, pero lo suficiente, para que sólo yo pudiera ver su coño jugoso mientras indicaba con su dedo donde quería mi polla.
Yo estaba aterrorizado, sudores fríos recorrían mi cuerpo… Tan solo quería estar a salvo en su apartamento.
La campana nos salvó cuando la gente del grupo empezó a decir que iba a pasar el último metro y que se iban a casa. Paula y yo teníamos una gran excusa para quedarnos los dos solos, su departamento no estaba lejos de allí y a mí me encantaba caminar por la ciudad. Así que todos salieron casi corriendo para tomar el último metro del día.
Repentinamente, nos quedamos solos así que comenzamos a caminar hacia su casa. Al subir las escaleras, nuevamente ella fue primero y cuando ya casi estaba arriba comenzó a subirse el vestido mostrándome su culo desnudo. Le di una palmada en el trasero, y aprovechando la sorpresa, la puse contra la pared y comencé a besarla. Los besos eran lentos y sensuales, nuestros labios y lenguas se movían lentamente mientras mis manos estaban en su cintura y las de ella alrededor de mi cuello.
Aunque el sitio estaba vacío, había bastante iluminación, por lo que continuamos nuestro camino jugando en las esquinas.
En un momento dado del camino, Paula discretamente puso su mano sobre mi polla dura. Yo siguiendo con el juego, la agarré por detrás presionando mi polla contra su trasero… Y al agarrar sus tetas, me di cuenta que ¡¡no llevaba sujetador!! Entonces le pregunté: "¿eres una chica muy mala al no llevar ni tanga ni sujetador?"
Y respondió: "ya te dije que hoy estoy hormonal… Prepárate para lo que viene" me dio un beso rápido, para de pronto arremangarse nuevamente el vestido y mostrarme su coño depilado…
Nos pasamos jugando casi todo el camino a casa, hasta que, pasando por una plaza no muy bien iluminada y llena de árboles, la agarré de la mano izquierda y la llevé a la parte más oscura del parque. Mientras tanto con mi mano izquierda me desabroché el pantalón. Al llegar al sitio mas oscuro, le puse su mano en mi polla a lo que ella reacciono agachándose y empezando a lamer la punta de mi polla… Sin dejarla continuar, la forcé a levantarse y la empujé contra un árbol para comenzar a besarla mientras mi traviesa mano derecha pasaba por debajo del vestido y subía para acariciar su coño ya mojado.
Ella comenzaba a gemir mientras me miraba a los ojos con una cara muy traviesa, podía sentir en mis dedos un calor ardiente saliendo muy dentro de ella. Igualmente, comencé a tocarle los pechos con la otra mano y a bajarle la parte de arriba de su vestido. En ese momento, empecé a jugar con mi lengua sobre su pezón izquierdo y poniendo bien duro.
Desafortunadamente, vimos que alguien se acercaba desde lejos y decidimos correr hacia su casa.
Una vez en la entrada del edificio, le impedí que no encendiera la luz… Seguidamente la empujé contra la pared (sí una vez más) y poniéndome de rodillas, le abrí las piernas, metí la cabeza debajo de su vestido comencé a lamerle su coño caliente. Me encantó lo jugoso que estaba, para nada se lo esperaba, ya que mientras gemía y me agarraba del pelo empezó a correrse en mi lengua… Era un líquido tan delicioso y caliente que no podía dejar de saborearlo…
Debido a que el piso se llenó de líquido… Decidimos movernos e ir a las escaleras… Le pedí que se sentara allí y abriera bien las piernas, luego directamente fui a jugar con su clítoris. Antes solo lo lamía, pero ahora comencé a introducir mi lengua traviesa dentro. Nuevamente, me agarró del cabello y comenzó a gemir cada vez más fuerte… Cachondo con los gemidos, decidí usar mis dedos para así intentar abrir camino a mi lengua y llegar lo más profundo posible. Ella literalmente no podía dejar de gemir… De alguna manera encontré la manera de introducir una mano por debajo del vestido y llegar a sus grandes pechos para comenzar a jugar con sus pezones…
Sus gemidos eran tan altos que parecían gritos de dolor… Con miedo a que los vecinos nos descubrieran, me detuve y le dije que continuábamos en su apartamento. Ella acepto y seguimos subiendo las escaleras. Su vestido estaba hecho un desastre, mojado por sus fluidos, algo roto y tan descolocado que llevaba la parte inferior por encima de su cintura y un pecho fuera.
A mí me gustaba el vestido así, mientras subíamos, podía disfrutar de una muy linda vista de su culo… No podía soportarlo… La agarré por detrás, mi mano izquierda directamente jugando con su coño por el frente mientras que mi mano derecha guiaba mi polla dentro de ella…
Ella no dijo una sola palabra, solo soltó un gemido profundo, abrió las piernas y se puso en cuatro en las escaleras… Con mis manos en sus caderas, yo intentaba empujar su trasero lo más posible contra mis caderas para introducir mi polla lo más profundo posible. Intenté que cada movimiento fuera más fuerte y profundo que el anterior.
Mi corazón latía a 1000 latidos por segundo, el de ella también… Podía sentir como la sangre fluía en su coño, mientras ella volvía a gemir desesperadamente y cada vez más fuerte…
De repente perdí el control y descargué una gran corrida dentro de ella… Suspirando profundamente por el placer…
Lo que no me esperaba… Es que un fluido caliente empezó a brotar del coño de Paula… No me había dado cuenta que se estaba corriendo por segunda vez…
Al sacar lentamente mi polla de su cono empezó a caer nuestra mezcla de corridas… La ayude a levantarse y a subir las escaleras dejando un reguero de flujo hasta su apartamento.
Al entrar, ella se tiró en el suelo medio desnuda. Yo hice lo mismo y ella me besó y afónica me dijo: "Bien hecho, te ganaste tu ropa interior" me la dio y se quedó dormida sobre mi pecho.