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Perdí el amor de mi vida
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Tiempo de lectura: 9 minutos

La chica se sentó en la barra del bar, era bellísima, ojos verdes gatunos, rubia de escultural figura una verdadera muñeca, de la raza de esas mujeres que con solo bajar la mirada o chasquear los dedos cualquier hombre caería rendido a sus pies pidiendo complacer sus deseos, esas mujeres que parecen que nada las afectaría, que pisaría los cadáveres de los hombres y buscaría otros brazos sin más resentimiento de haber perdido el tiempo, se le notaba a la distancia que había llorado y que el maquillaje no podía tapar sus lágrimas además el lápiz labial no puede tapar la tristeza, esa no se borra, esos ojos estaban sin brillo, lejanos, distantes, ella estaba en ese bar de mala muerte, pero su espíritu volaba, se sentó en la barra e inmediato su figura no paso desapercibida, dos o tres hombres se le acercaron y ella solo los miro y fue suficiente para alejarse, me miro y me dijo dame lo más fuerte que tengas, y doble, le serví Tequila y se lo bebió casi de un trago, pidió otro, u luego otro, sus ojos se aguaron de pronto y las lágrimas brotaron de repente, cayendo por esas mejillas pálidas, en silencio, con una enorme tristeza, arrastrando ese maquillaje, era una figura que despertaba ternura o lastima, me acerque y le dije, los camareros además de servir, también sabemos escuchar, la noche es larga y la tristeza es enorme, aquí solo hay borrachines y tú no cuadras en este lugar.

Ella me miro incrédula y después de observarme me dijo, solo si tú te tomas algunas copas, como quieras le dije, y me serví de la botella de té que tengo, esas que todos los camareros tenemos, ya que el dinero que nos pagan por esos tragos van a parar en nuestros bolsillos, y además seguimos sanos sin embriagarnos, si bebiéramos todas las copas que nos invitan casi siempre terminaríamos totalmente borrachos, ella se tomó su quinta copa doble y yo escuche esta triste historia.

A enrique lo conocí en la playa, él se acercó y me dijo descaradamente, si no eres un ángel eres una alucinación por el calor, pero no creo que seas real. Me pareció un fresco y caradura simpático, pero algo me atrajo, ¿tal vez su sonrisa, o sus ojos increíblemente celestes, o esa figura atlética? Qué se yo, pero le sonrió y él se sentó, cuando nos dimos cuenta ya el sol se había metido y casi nadie quedaba en la playa, nos intercambiamos números de teléfonos y esa noche nos encontramos de nuevo, cenamos y luego fuimos a una discoteca, el hecho que esa noche terminamos en su departamento, besándonos como locos, el me toco la concha y me hizo gemir, mis juguitos bajaban como un rio, mojaba mi tanguita, mis pezones se pusieron erectas y tan parados que me dolían, cuando le toque la pija me quede asombrada, tenía un troco grueso y parecía un garrote, le fui sacando la ropa lentamente, él ya me había desnudado y mis tetas estaba divinas, los pezones gritaban ser chupados mi conchita estrecha, chiquita delicada sueva, la sentía como palpitaba, mi vulva se había hinchado y la sentía entre las piernas como si tuviera una pelota de tenis, cada roce de sus manos saltaba, me producía una electricidad única, su legua se entrelazaba con la mía y yo no podía dejar de tocar su chota por sobre su calzoncillo, apenas si podía rodearla, con mi mano que si bien cierto es pequeña, mis dedos son largos y a pesar de ello no podía rodearla toda, además no paraba de crecer, era inmensa larga, pensaba que si ese mostró como le llame desde ese día me penetraba, tendría mi segunda desvirgacion, aunque yo era una veterana de mil batallas, jamás había tenido ese monstruo en mis manos, me senté en la gran cama de colchón de gua y a la altura de mis ojos le baje los bóxer, y la pija salto liberada, era un espectáculo lindo de ver, y lo tenía a apenas 20 centímetros de mis ojos, gruesa, nervuda, se le notaba sus venas azules gruesas, además larga, con sus 20 centímetros, y su cabeza más grande que su cuerpo, bien sobredimensionada de casi 8 centímetros con un glande que se asemejaba a un arpón, de solo imaginarla adentro mío rozándome como si fuera un anillo de carne, mi concha gritaba de alegría, los labios mayores querían aplaudir de solo verla, su cabezota partida al medio con su uretra por donde saldría ese semen que mi concha bebería de un solo trago como este tequila, sin decir nada intente chupársela pero no me cabía en mi boca, el solo se rio y dijo siempre me pasa, no te preocupes, pásale la lengua y así lo hice, el respondió como un toro bravo, allí descubrí sus huevos grandes palpitantes, me baje y se los chupe, seguí comiéndome esa chota, y en un momento me lo pude meter en mi boca, la sentí palpitar y él me dijo no quiero acabarte ahora, así que yo lo mire y pensé la quero adentro, de mi boca y apure mis chupadas, y sin darme cuenta su pija cobro vida acabando largamente una lechada salada rica que se parecían a aquellos salamines que me gustan tanto, pero liquida, me lo trague toda sin dejar caer un sola gota en mis tetas, el saco su monstruo y dijo ahora me toca a mí, y en ese momento sus labios tocaron los míos, pero los de mi concha, su lengua los acaricio de abajo hacia arriba y de nuevo de arriba hacia abajo, llegando a mi culito, luego le abrí la chucha con mis manos y él se dedicó a mis labios interiores, de arriba y abajo, cuando mi clítoris salió despedido de su capucha le dio pequeños toquecitos con su lengua, haciéndome vibrar de placer, giro su lengua en el orificio de mi vagina y en ese instante un profundo orgasmo que nació en mis tetas recorrió mi vientre y acabo en sus labios, un rio como si estuviera meando, se escuchaba el shss de mi concha y el líquido saliendo, mojando toda su cara, en ese instante en plena acabada se paró agarro su pija con sus manos y apunto mi agujerito que no paraba de palpitar, yo pensé ahora me parte en dos, y puso su cabezota en la entrada, ay allí sentí mi segundo orgasmo, me hizo acabar con solo pensar que esa cosa entraría adentro mío, y empujo, te lo juro sentí un placer tan grande, me sentí llena, y a medida que entraba podía sentir su glande hinchado, cada venita de su pija, cada nervio, lo rugosa que era, entraba, y entraba y yo no paraba de sentirla, hasta que de pronto llego a tocarme la matriz, mi cérvix beso su cabecita, como dándole la bienvenida, luego empezó a bombearme, en un momento la pija se salió de mi concha y sentí un espacio inmenso, sentí el aire entrando en ese espacio abierto, pero la volvió a meter y allí sentí un placer único, la sentía que llegaba a mi estómago, era tremenda, en un momento le pedí cabalgarlo, y así comencé a sentarme en su pija, bajaba lentamente y no llegaba ni siquiera a la mitad y ya me sentía llena, de pronto su cabeza llego a tocar el cuello de mi útero, y solo tenía la mitad, tome aire y me senté de un golpe, sentí como la pija de ese hombre habría el útero y se metía toda, llena de pija y placer, acabe a los gritos, y él me lleno de leche, directamente en mi útero, deposito su leche bien adentro, en ese instante le dije te amo y él me dijo recién me doy cuenta que el amor a primera vista si existe.

Interrumpió su relato, se bebió de un trago la trasparente bebida y con sus manos seco sus lágrimas y los mocos de la nariz, pido otra y siguió con su relato, desde ese día no quería estar con nadie más que con él, había encontrado el amor de mi vida, además era atento, un verdadero caballero, siempre amable cariñoso. Me daba placer en pija y chota pero también en detalles, cenas sorpresas, cumplía mis caprichos sentía que lo tenía en mis manos que podía hacer lo que yo quisiera, una palabra mía era una orden, y me sentía amada, acompañada, era la envidia de todas mis amigas, todas querían tener un novio como el mío, y yo me sentía afortunada, pero un día el diablo metió la cola, por mi estupidez y seguir los concejos de mis amigas, salimos a divertirnos, es allí donde conocí a aquel chico, me pareció apuesto y esa noche terminamos cogiendo como conejos, ebria y drogada, me deje llevar por la deshibicion de esa maldita noche, al despertarme estaba sola, me di cuenta que me encontraba en un hotel alojamiento, mi ocasional acompañante se había fugado, me sentí sucia, traidora, me bañe intentando sacar el olor de esa noche, pero no podía, llore en la ducha, me maldije y maldije a mis amigas, la culpa me comía desde adentro me preguntaba ¿Cómo podría mirarlo? ¿Qué le respondería cuando él me dijera te amo? Llevaba su anillo de compromiso en mis dedos y sentía que el mismo me quemaba, como si la joya me acusara.

En ese momento sonó el teléfono y vi que era María mi mejor amiga que preocupada me decía que habían subido a mis redes las fotos con los chicos de la noche anterior y nos habían traicionado, su ex se vengaba de ella de esta forma, se burlaban de ellas y de todas nosotras, yo era una víctima de una venganza pero también de mi propia traición, aterrada fui a buscarlas en mi redes tratándolas de borraras con la esperanza que mi amor no las haya visto, pero lamentablemente era tarde, hacia 2 minutos que mi novio, dejo un mensaje que decía ¿Por qué? ¿Tan malo fui? ¿Tan mal te trate? ¿Merecía esto? ¿Te había puesto en mi vida y había planificado mi vida a tu lado? ¿Porque de pronto este dolor? Esas preguntas eran puñaladas, certeras, al corazón, al alma si el alma siente dolor me dolía, caí de rodillas, sin saber qué hacer, quería salir corriendo de ese lugar maldito, estaba todavía en el hotel de mi pecado, cuando llego a mi teléfono las fotos, esas preguntas y la ubicación donde me encontraba, la foto decía hotel el Edén, actual ubicación de aquella que dijo amarme y a quien di mi corazón, y luego de ello el silencio, marque su número, pero me mando al buzón, al escuchar su voz me dolió todavía más, le mande mil mensajes con las idioteces que siempre decimos los infieles, te lo puedo explicar ¿Cómo explicar una traición? No es lo que parece y piensas, me tenían ensartada en todas las posiciones, quiero hablar contigo, por favor llámame, y luego llego la súplica, perdóname estaba ebria y drogada, justificándome inútilmente.

Salí corriendo me subí al primer taxi olvidándome de mi auto y le pedí que llegara lo más rápido a nuestro departamento, trepé corriendo las escaleras no espere el ascensor, llegue con las llaves temblando rogando que el amor de mi vida estuviera en casa, pensaba como explicar mi ausencia de esa noche, el sol de la mañana era fuerte, pensaba que decirle, y no podía meter la maldita llave en la cerradura, el temblor de mis manos y las lágrimas hacían imposible la tarea, cuando logre entrar, me recibió el silencio, un silencia acusador, sentí un vacío aterrador un rio helado corrió por mi espalda, la habitación estaba oscura, corrí a nuestra habitación y en la cama prolijamente tendida estaban las copias de las fotos de esa noche y el anillo de compromiso que nos habíamos puesto dos meses atrás, revise su armario y no estaba su ropa, de pronto caí de rodillas, y comencé a llorar sin consuelo, había perdido al amor de mi vida, necesitaba hablarle y comencé a llamarle, en algún momento me atendería, me senté en la computadora y le inunde sus redes de mensajes, y seguí llamándole, ya nada podía hacer, así estuve todo el día, no me importaba nada, llame a sus amigos, amigas, me declare culpable, hice lo mismo con su padres, y les pedí perdón, me desnude entera, quería saber dónde estaba el, no me importaba los insultos, no me importaba que me traten de puta, ramera, prostituta como lo dijo su madre, si al final tenía toda la razón, en ese momento quería saber si él estaba bien, nadie me lo supo decir, y creo que me dormí arrodillada pidiendo ayuda divina, rezando por un milagro, los tres días que le siguieron fueron igual, un amigo en común me dijo, el está bien, dolido, y triste, pero está bien, esa noticia me alegro un poco, hasta que llego el portero del edificio, dejándome un sobre, era de una clínica muy prestigiosa, venia al nombre de mi novio, la abrí y cuando leí el informe mi mundo se derrumbó, el laboratorio le informaba que tenía cáncer en su páncreas de avanzada y debía ser tratado urgente con un oncólogo especializado, todo se me aclaro, sus vómitos, su dieta, las salidas misteriosas, ese número misterioso de whatsapp cuyos mensajes siempre estaban borrados, su mirada perdida, el amor de mi vida estaba muy enfermo y yo en lugar de apoyarle le acababa de meter la más ingrata puñalada.

Salí corriendo busque mi auto que no estaba y me acorde donde lo había dejado, en esa calle cerca del hotel de mi traición, debía encontrarlo urgente, llame a todos, le llame a el que me había bloqueado en todas las redes, le llame a sus padres y llorando les dije lo que pasaba, ellos se sorprendieron y me recibieron con odio, su padre que era medico al ver comenzó a llorar como un niño, luego me saco de un brazo de su casa, yo quedé mirando esa puerta, y allí me volví loca comencé a golpear y patear la puerta hasta que me la abrieron, su padre furioso, me miro y me dijo, ¿Qué quieres? Saber que está pasando, me miro y me dijo no entendéis que mi hijo se está muriéndose, que le quedan pocos días de vida, que tiene cáncer en su páncreas y ya no hay remedio, eso es lo que tenes que saber, vi las fotos y no tenes perdón de nadie, vete ya sabes la verdad, vete y deja de buscar a mi hijo porque si regresas aquí yo te mato de un tiro. Y me empujó hacia la calle.

Se tomó el trago que tenía y pido otro, sus lágrimas ya había arrastrado su maquillaje y era una figura triste, casi payasesco, el rímel de sus ojos estaban en sus mejillas y mostraban el paso de las lágrimas, lo busque, no sabes cómo lo busque, golpee puertas, me quede haciendo guardia a la casa de sus padres, de la clínica, de su médica, pero no pude verlo, esta mañana llego esa noticia maldita, el amor de mi vida se marchó, voló su alma, murió, y yo no sé qué hacer, no pude pedirle perdón, no pude explicarle que fui una idiota, que él era quien me hacía volar, me sentía única en sus brazos, que a su lado conocí el verdadero amor, el sabor que tiene el cariño el color que tiene la felicidad, el debió marcharse en mis brazos, yo debí despedirlo darle su último adiós, sentir su último aliento, no dejarlo marchar tan solo, sé que se fue triste, rodeado de amigos y parientes, pero se fue solo, yo debí estar ahí a su lado sosteniendo su cabeza, agarrando su mano, yo debí despedirlo, este anillo hoy me quema el alma, camine todo el día hasta legar aquí, mira tengo un fajo de billetes de 100 dólares de que sirven si no tengo a mi hombre a mi lado, contéstame, ¿ tú me quieres coger esta noche? Te pagare si es necesario, pero esta noche necesito que alguien me abrace y proteja, ¿lo quieres hacer? Si dije cuando entraste te quería coger, pero ahora solo voy a abrazarte, se bebió la botella hasta que termino mi turno, y me la lleve a mi casa que estaba pocas cuadras de allí, le abrace hasta que se durmió murmurando un nombre, cuando me desperté ya no estaba, en mi mesa de luz había un fajo con billetes de cien dólares, la busque por más de tres semanas hasta que una tarde vi en el diario la muerte de una joven mujer al ver la foto pude reconocerla, era ella, sus ojos seguían tristes, y el titulo decía, que había muerto por un exceso de alcohol y drogas, yo sé que murió de pena y dolor.

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