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Pegging ¿algo enfermizo?
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hacíamos tiempo mientras se preparaba la comida, estábamos limpios fresquitos y vestidos, bueno yo me puse el pantalón vaquero mientras mi calzoncillo estaba tendido, era su casa y yo andaba con lo puesto. Ella sí estaba medio desnuda, con una camisa de tirantes finos que dejaba ver su ombligo y unas braguitas verdes metidas en el culo, siempre descalza. Era una diosa y me tenía cautivado, sabía tratar y dar a los hombres lo que les gusta en cada momento, le excitaba dominar.

Cada vez que nos cruzábamos nos morreábamos y nos chupábamos, yo le comía el escote y ella lamia mis pezones, el horno siempre encendido.

Mientras ponía la mesa pude ver a la vecina en la terraza haciendo tareas, me escondí para observarla, ahora era yo quien espiaba, ya la había pillado espiándome ella a mi estando en calzoncillos y me gustó. Seguía con la misma camisa, pero había cambiado los pantalones por una faldita corta, me excite al pensar que no llevaba bragas. Seguí mirando un poco empalmado, tenía rasgos asiáticos, filipina o thailandesa y aunque parecía una cuarentona larga, tenía buen cuerpo, desde mi posición aprecié unas tetas desproporcionadas. Estaba bastante cachondo y distraído, mi chica me vio.

Cuando me preguntó que estaba mirando, mire a la terraza y ya no estaba, no me corte y le dije que espiaba a su vecina. Ella se reía y quería saber más y mientras comíamos me confesé sin tapujos. Se excito muchísimo cuando le conté que esa mañana me había masturbado en la ducha oliendo sus bragas sucias, se la ponían los ojos como platos y se mordía el labio. Le conté como había pillado a la vecina espiándome, le dije que me había excitado muchísimo y me había empalmado, también le conté que estaba dispuesto a masturbarme mientras me miraba pero se fue y me quedé con las ganas. Ella estaba encantada, mientras me decía que era un guarro me puso las tetas en la boca y masajeando mi polla por encima del vaquero me dijo: " voy a preparar estas braguitas que llevo para ti cochino", me empalme como un burro. Se fue a dormir la siesta y decidí echarme también.

La habitación estaba con la persiana bajada, estaba oscuro y me sentí a gusto quitándome el pantalón para dormir desnudo. No sé cuanto había dormido cuando me despertó ella de golpe abriendo la persiana hasta arriba y dejando entrar luz, me cegué y me puse boca abajo tapándome los ojos con la almohada. Cuando giré la cabeza la vi ahí de pie mirándome y comprendí que empezaba la acción.

En una mano llevaba las bragas verdes que antes tenía puestas, podía apreciar el verde más oscuro donde estaban más húmedas, en la otra mano pajeaba una polla unida a su arnés. Me di cuenta que estaba desnudo y me excité, me sentía vulnerable. Mojo su mano en su coño para lubricar el falo, luego seco su chocho con las bragas y me las puso en la nariz: "te gusta como huele a que si guarro" me dijo. Me daba azotes hasta que contestaba y yo decía que si.

Tenía la polla como un garrote. Metió las bragas en mi boca, las dejo ahí y empezó abrir mis piernas, estaba en posición rana, la cara y las manos en la almohada. Estaba sintiéndome usado, castigado. Ella se subió a mis piernas y a empezó a metérmela, sentir como estaba encima de mí metiéndomela y no poder moverme hizo que me corriera, disimule los gemidos para que no se diera cuenta.

Note la humedad en la tripa. No se dio cuenta y la metió hasta el fondo de un tirón, grite de dolor pero sus bragas en mi boca amortiguaban mis gritos, que era uno por embestida, me estaba follando muy duro. Ella jadeaba sudorosa mientras embestía todo lo fuerte que podía, me dolía, me excitaba, me gustaba. Empezó a frenar y me la sacó poco a poco, me dijo que me diera la vuelta y obedecí.

Se dio cuenta que me había corrido, enseguida levantó mis piernas y me la metió de golpe embistiendo fuerte, yo seguía gritando de dolor mientras me decía que me había corrido sin permiso, la tía era un martillo y me estaba rompiendo el culo. Mientras me follaba con fuerza me decía: "siempre que te corras quiero verlo cochino, ¿de acuerdo?". Me azotaba hasta que decía que sí, estaba tan profundamente empalado que casi no me salía el aire.

Saco las bragas de mi boca, me decía que no me acostumbrara mientras seguía zurrándome el culo, me sentí como un juguete, cachondísimo y como pude la avise que me iba a correr. Enseguida empezó a embestirme más deprisa, mire su cara de placer mientras me hacía una paja y me dijo: "córrete cabron" y un grito de placer precedió a una fuerte corrida que ella dirigió a mi cara.

Seguía follandome, pero a un ritmo menor, ya casi no sentía el culo. Notaba como me chorreaba mi corrida por la cara, pero me volví a excitar otra vez cuando me la restregó por los labios y luego se lamio la mano. Estaba cachonda, me estaba follando, notaba que tenía el control, se excitaba, se crecía. Limpio mi corrida de la cara con las bragas y seco su chocho, volvió a metérmelas en la boca, me estaba castigando y me excitaba cómo me utilizaba.

Me dijo que pusiera el culo en pompa y pegara la cara a la almohada como yo había hecho con ella, estaba claro que se estaba vengando. Obedecí y me puse en posición, note cómo volvió a abrir mi culo, lo sentí vulnerable, me excite.

Me la empezó a meter suave, cosa que agradecí, pero la metía hasta el fondo y me dejaba sin aire, notaba la humedad de las bragas en mi boca. Me observaba gemir, sabía que me gustaba sentirme usado y me dijo: "mira cómo le gusta que le folle el culo a mi putita", mi polla se puso dura y ella empezó a embestir con más fuerza.

Estaba empalado casi sin aire y volvió a sacarme las bragas de la boca, yo jadeaba sin parar, no entendía como tanto dolor generaba tanto placer. Siguió humillándome cuando me puso las bragas de gorrito mientras me follaba con fuerza, decía que yo era su juguete.

Tiro de las bragas y me puso a 4 patas, yo ya era un saco, estaba agotado, sentía que podría hacer lo que quisiera conmigo y era una sensación excitante. Estábamos sudando a chorros, pero seguía embistiendo con ganas, me preguntó si me ponía cachondo que me mirara la vecina y dos azotes después dije si con un jadeo entrecortado, me sentía castigado, violado.

Tiro de las bragas y levantó mi frente hacia la ventana, la persiana estaba levantada y pude ver a la vecina escondida mirando como me rompían el culo, me puse muy cachondo muy rápidamente y jadeaba sin parar y sin poder dejar de mirar.

"¿Te gusta no? ¿Querías que te viera la vecina no? Pues ya te está viendo cabron", me dijo dándome fuertes embestidas profundas y espaciadas, yo decía si como podía jadeando para coger aire.

La vecina pensaba que no la veían y buscaba la mejor perspectiva entre los barrotes y yo jadeaba mientras la miraba, no aguante más y grité mientras me corría sin control, perdiendo las fuerzas en las piernas y dando un fuerte gemido continuado, seguro que pudo oírme. Me había corrido a lo bestia mientras me follaba el culo una tía buena y me miraba su vecina asiática, sentía placer, joder ¿estamos enfermos?

Dejó de violarme y me puso boca arriba, estaba sudadisima y excitada. Mientras se quitaba el arnés vi como la brillaba todo el cuerpo, las gotas de sudor recorrían sus tetas, era una diosa. Sin mediar palabra empezó a ordeñar las últimas gotas de mi polla, no estaba tiesa pero que gran sensación, era tan cochina como yo. Se sentó en mi cara y empezó a frotarse, sentí la cara húmeda rápidamente, me dijo que chupara, que fuera guarro: "trágatelo todo cabron" fueron sus palabras. Gemía y se retorcía en cada frote, se notaba como disfrutaba, balbuceó que la vecina la estaba mirando y se iba a correr, chupe su chocho y se corrió a chorros en mi boca mirando a la vecina, no quito su coño de mi boca hasta que lo tubo bien escurrido. Se reía, estaba satisfecha y salió de la habitación. Yo quede agotado y me palpitaba el culo, me quite las bragas de la cabeza, tenía el cuerpo lleno de corridas y fluidos, me había sometido, castigado y humillado mientras su vecina miraba, que la tubo que gustar porque no se sabía que la estaban viendo, pero se quedó hasta el final.

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