Era una noche de verano, fui a su departamento, último piso en un edificio de Nueva Córdoba. Llego y deseamos un vino, charla va, charla viene… saco de mi cartera la pasión mágica, fumamos unas secas, seguimos charlando, hasta que me levanto… yo tenía unas botas altas, hermosas que me dejaban alcanzar su metro ochenta… me arrincona contra la puerta, sentí que me corría adrenalina por el cuerpo… comienza a besarme e inevitablemente comienzo a mojarme… sabe que sus besos me encienden con mucha facilidad… es ahí cuando su mano atraviesa el pantalón y encuentra mis labios carnosos, esperando sus suaves dedos, que comienzan a palpar, a sentir la humedad… y es ahí cuando de su boca salen estas palabras: "aquí está"… esperando sentir esa humedad, que sabe que es por él…
Seguimos en un ataque de lujuria, donde logra desvestirme y observa un body negro de encaje, que me queda hermoso, me da la vuelta, me recorre la espalda, bajando a mis nalgas y las aprieta… me tira sobre la mesa, en un estado de suavidad y lujuria que en mi vida he sentido… me toma de la cintura, me da la vuelta, quedo frente de él…. me subo a mesa, subo mis piernas… me dejo llevar… él introduce su miembro en mi vagina, húmeda, esperando su contacto, su fricción, tocando mi clítoris, siento cómo va y viene, como entra y sale… en ese estado de calentura, y con las piernas aún extendidas delante de él, toma su firme pene y lo introduce dentro de mi ano… pufff!!!
Para que describir esa sensación tan placentera, tan única, sentir mis gemidos, los suyos, sentir su miembro erecto, haciendo fricción en un espacio pequeño, se siente muy hot… y más placer me daba sentir como disfrutábamos… un recuerdo inolvidable, una noche completa.