Recogiendo y re-cogiendo
Noche de jueves, ya algo tarde.
Por atender algunos pendientes que requirieron extender mi jornada laboral un poco más de lo habitual me encontré en mi oficina preparando mis cosas del siguiente día, cuando recibo tu mensaje donde me pides que pase por tí a casa de una persona, una amiga tuya. Si bien ya era un poco tarde, me habías dicho días antes que este día tendrían una reunión con ella y otras personas. En tu mensaje, me indicaste que buscara donde estacionarme y pasara a la casa.
Anexo viene la dirección a donde debo ir en una zona residencial exclusiva del poniente de la Ciudad de México, a la cual llego relativamente rápido, gracias a que no hay tráfico ya a esas horas.
La fachada no deja ver al interior, pero desde afuera se aprecia una casa bonita, algo grande, con arquitectura moderna, rodeada de jardín, un par de árboles al frente que sobrepasan el muro divisorio con la calle, con espacios amplios y de muy buen gusto. Se aprecian tres ventanales del piso superior, uno de ellos bloqueado ligeramente por uno de los árboles, mientras que otro da a una terraza amplia, con un balcón de cantera que va acorde a la decoración exterior.
Encuentro lugar prácticamente en la acera de la casa y me dispongo a tocar el timbre. Después de identificarme en el interfon. el portero eléctrico me permite acceder a un pasillo hecho de huellas de piedra, insertadas en el pasto, cuyo sendero está delimitado por unas lámparas que alumbran el camino, atravesando un espacio de jardín interior frontal y que lleva a la puerta de entrada principal de la casa.
Apenas subo el par de escalones, llego a donde está la amplia puerta, que es de un diseño moderno, de madera en color natural, impecablemente barnizada, enmarcada por dos secciones de vidrio esmerilado ligero que permiten ver la luz del recibidor interior, pero no mayores detalles. El pórtico queda debajo del balcón de la habitación superior y un par de lámparas alumbran perfectamente ese espacio. Toco una aldaba que estaba en la puerta de madera y espero brevemente, mientras admiro el jardín frontal ligeramente iluminado, lo que le da un buen gusto, así como una sensación de intimidad y espacios agradables. El sonido inconfundible de unos zapatos de tacón acercándose desde el interior me regresan a estar atento a la puerta, donde escucho la manipulación de una chapa y la voz de una mujer, diciendo que en un momento está conmigo.
Finalmente, la puerta de gran tamaño se abre y una mujer de estatura regular, de grata presencia se presenta conmigo como Elena, me saluda muy familiarmente, abriendo sus brazos hacia mí y allí puedo apreciar que trae una bata de tela muy ligera y semitransparente con algunos bordados, que deja ver un cuerpo bien cuidado y hermosamente coronado con unos senos bien puestos que hacen extraordinaria armonía con toda ella. Me acerco, con sus brazos me rodea el cuello y me da un breve beso de bienvenida en la boca, pegando su cuerpo al mío, dejando que la bata se abriera ligeramente y que sus senos se pegaran a mí, invitándome a pasar al interior de la casa. Una bienvenida así me dejó claro el motivo de que yo bajara del auto y entrara por ti.
Sonriendo y tratando de acomodar la bata, me toma de la mano y me dice: disculpa que hayamos empezado, pero una noche así no se puede desperdiciar. Su mano, rodeó mi cintura y con la otra me iba mostrando el camino cruzando un pasillo rematado con plantas de ornato, en dirección hacia una espaciosa y hermosa sala de estilo moderno, minimalista, bellamente iluminada.
Conforme nos acercamos, empiezo a escuchar cuchicheos y ruidos, mientras que a la vista se iba descubriendo el amplio espacio de esa sala, me detiene Elena, me abraza de nuevo y me regala un beso intenso, pegando de nuevo su cuerpo, donde la bata se abre completamente y me restriega sus senos ya desnudos, mientras su lengua se entrelaza con la mía. Mis manos recorren su cuerpo, sintiendo lo fresco de su piel, un aroma gratamente intoxicante, su cabello largo y abundante, la tersura de su espalda y cadera, así como lo erecto de sus pezones y lo hinchado de sus senos pegados a mi pecho, mientras nos acercamos a uno de los muros del pasillo, donde la recargo para darnos estas caricias.
Entre intensos besos me dice que soy un afortunado porque eres maravillosa, así como una mujer sensual y pasional, mientras va empezando a acariciar mi pene sobre la tela de mi pantalón y los sonidos que se escuchan venir de la sala son más claros, donde puedo distinguir, entre otras cosas, tu voz y gemidos disfrutando del momento.
Se vuelve a separar Elena, y damos los últimos pasos que nos permiten entrar al espacio de la sala donde, en un sillón muy amplio de color obscuro, te encuentro a ti, a otra mujer y un hombre en plena faena. La vista es de lo más sensual y excitante. Tu cuerpo girado ligeramente hacia tu derecha, entregada en un estrecho abrazo rematado con un beso intenso y sensual con la amiga, mientras estás montando al amigo, que permanece acostado en el amplio sillón, y con sus manos las acariciaba a las dos por igual.
Elena, que no me suelta del abrazo, pegando sus ricos senos a mi cuerpo me dice al oído que observe lo hermosa y sensual que te ves. Y sí, es excitante ver cómo te mueves muy rico, ensartadita, frotándote con el pene del amigo, lo que te provoca oleadas de sensaciones intensas, abrazada a ella y dándose esos besos intensos y pasionales. Uno de tus senos es acariciado y apretado por él y el otro lo sujeta tu amiga, que a la vez te acaricia tus nalgas, seguramente llegando a rozar tu culito.
Nos quedamos parados brevemente, observando todo y Elena va ayudando a despojar de mi ropa. Mientras me besa el cuello y me dice lo intenso que ha sido todo hasta el momento. Mi mano acaricia su seno más próximo, sintiendo lo suave de su piel y la puedo escuchar jadear por momentos. Su mano ya sujeta mi erecto pene y comienza a recorrerlo a lo largo, mientras me jala para otro beso intenso. Por la posición que están ustedes, sólo el hombre que está recostado nos puede ver. Después de este último morreo con Elena, les dice a ustedes: Aquí ya está Eduardo, y me presenta a Laura, y su pareja Manuel, que suspende sus movimientos de cadera para levantar la mano y pronunciar un amable hola.
Nos acercamos al sillón, te separas un poco de Laura, me saludas con la mano y me mandas un beso, mientras me haces señas para que vea a Laura de frente, que es una mujer también hermosa, con un cuerpo bien puesto, que se observa trabajado, me tomas de la mano para acercarnos a dar un beso, que me compartes con Laura.
Ella se acerca a mí, me da un beso en la boca y pega su cuerpo al lado contrario de donde está Elena. Sus manos empiezan a acariciarme y Elena se pone en cuclillas para llevar mi pene a su boca. Tú observas esto y te inclinas para besarte con Manuel y le das tus senos a comer, que los toma con mucha intensidad, mientras sigues cogiéndote su pene con tu vagina y él lo empuja nuevamente hacia tu interior en forma rítmica.
Laura se braza a mi cuello, mientras Elena sigue realizando una deliciosa serie de caricias orales a mi pene y testículos. Laura no deja de alabarte y expresar que le gustas mucho y que eres muy pasional y sensual.
Mientras, Manuel te jala hacia él e incrementa la velocidad del movimiento de su cadera, provocándote un orgasmo intenso, acompañado de gemidos ricos y la liberación de tus líquidos producto de la excitación que te provoca su penetración fuerte y rítmica.
Se incorpora Elena, sujetando mi pene completamente mojado y lo pone en la mano de Laura, la besa en la boca y le dice: mira Lau ya tenemos otra verga, y me jalan hacia el sillón.
Vuelvo a estar cerca de ti, te incorporas, toda sudada, excitada, tu cara y tu cuerpo dejan ver lo mucho que has disfrutado, me acercas a ti y me das un beso intenso, donde puedo percatarme del sabor a sexo que tiene tu boca y me agradeces que haya pasado por ti. Pero que aún no quieres irte, con una picara sonrisa que ilumina tu cara.
Estás muy excitada y me dices que lo habías estado chupando un largo rato antes de que yo llegara, y que estaba muy rico. Te incorporas, haciendo que saliera de ti, y con tu mano lo sostienes para mostrarme su pene, largo grueso, y muy duro, enfundado en un condón que lo cubre en buena parte. Lo recorres con tu mano, tomas la punta, lo frotas en tu sexo por unos momentos, donde tu cara expresa las sensaciones ricas que te produce ello y, acomodando la punta de ese grueso y largo pene, te vuelves a sentar en él, dejando caer tu cuerpo de golpe, gimiendo rico al sentirlo invadir de nuevo tu muy húmeda vagina. Elena y Laura se besan con Manuel y le ponen sus senos en la boca, que trataba de meternos alternadamente, mientras ellas se besas, ríen traviesas, divertidas y se tocan sus cuerpos.
Después de volverte a ensartar en Manuel, te inclinas para tomar mi pene y lo llevas a tu boca para mamarlo deliciosamente. A lo largo de nuestra relación se lo mucho que te excita sentirte penetrada por un pene y tener en tu boca otro más para disfrutar de ello. Lo haces intensamente, mientras te mueves cogiéndote la verga dura de Manuel, poniendo mucho deseo, mucha pasión, gozando todo muy rico.
Veo cómo Elena se levanta, me da un beso en la boca y acariciando tu espalda, aprovechando que tú estás agachada y entretenida con mi pene en tu boca, mientras sigues disfrutando del pene de Manuel en tu vagina, se va acercando detrás tuyo. Acaricia tu cadera, va separando tus nalgas, moja sus dedos en su boca y no duda en pasarlos entre tus glúteos. Eso te hace levantar instintivamente la cadera, gimiendo y me dice, nadie resiste esta caricia, sonriendo maliciosamente. Sólo alcanzas a decir que te están provocando muchos orgasmos.
Elena no deja de acariciar tu cadera, pasar sus dedos por tu culito y busca abrirte más. Entonces se pone en cuclillas para empezar a lamer tu trasero, acariciar el pene que te da tanto placer, frota sus testículos y poco a poco presionar con la punta de sus dedos para invadir tu culito.
Acerca Elena su cara a ti, sin retirar sus dedos de tu entrada y le compartes mi pene para chuparlo entre las dos. La escena es de lo más excitante y puedo escuchar cómo sigues mojando a Manuel con tus continúas corridas y orgasmos que te provoca todo el momento. Elena ya va empujando dos dedos con cierto ritmo en tu culito hasta sus nudillos y eso te excita mucho, tus gemidos llenan la sala.
Laura voltea hacia nosotros, se encuentra con mi pene, lo lleva de inmediato a su boca y lo mete profundamente, hasta pasar su garganta, sosteniéndolo así por momentos. Lo saca muy mojado y lo lame completamente. Toma un condón, abre el empaque y lo coloca en mi pene. Lo vuelve a lamer y meter en su boca, se levanta, gira su cuerpo dándome la espalda. Se inclina, mostrando su hermosa cadera, toma mi pene con una de sus manos y lleva la punta a su vagina, recargando su peso para hacerlo entrar en ella despacio, mientras se besa con Manuel, y se apoya en el sillón para ir empujando su cadera hacia mí. Poco a poco, mi pene queda dentro de su muy excitada y húmeda vagina, mi cuerpo pegado al suyo y mis testículos rozando su sexo.
La sujeto de la cadera para empezar a penetrarla, lento y tratando de amoldarnos en cada movimiento. Ella gime rico y le dice a Manuel que ya le tocaba ser cogida. Veo por un lado sus senos balancearse, rozando el pecho de Manuel, conforme se va moviendo y recibiendo mi pene en su interior. Yo estoy disfrutando de esta rica cogida y siento las emanaciones de sus líquidos por la excitación que siente al estar cogiendo juntos. Su vagina se siente estrecha, rica, apretando mi pene en forma deliciosa, mojada. Manuel la jala hacia él, para comerle sus senos mientras la penetro. Ella sujeta su cabeza con una mano y me pide acomodarme de nuevo para penetrarla profundamente.
Subo un pie al sillón para incrementar mi alcance y llegar más adentro de ella. Nuestros movimientos se hacen más intensos, mis testículos chocan con su clítoris en cada penetración, la humedad en la vagina de Laura es mayor y mi pene le roza más partes en su interior que la tienen muy excitada. Las caricias de Manuel en los senos de ella, junto con su boca succionando uno de sus pezones, contribuyen a la excitación de Laura, que ya gime con intensidad a cada empujón de mi pene. Comienza a tener un orgasmo muy intenso y eso me excita también a mí. Siento su cuerpo vibrando intensamente, su vagina contrayéndose y las oleadas de sensaciones que está experimentando. Su orgasmo la hace expulsar su corrida intensamente y se retuerce, con mi pene dentro y me pide que no me salga por nada del mundo.
Ella besa a Manuel y con su mano, por debajo de su cuerpo, acaricia mis testículos y lo que sobresale de mi pene. Detengo mis penetraciones sin salirme, para dejarla disfrutar así su orgasmo, veo sus piernas temblar y hacer el esfuerzo por mantenerse en esa posición, le sujeto entonces por las caderas para ayudarle en ello. Poco a poco va recuperando su respiración. Laura es muy intensa también y su respuesta sexual es enorme y maravillosa. Empieza a mover su cuerpo, poco a poco para que la penetre de nuevo y mi pene sale y entra deliciosamente bañado en sus líquidos. Me pide más y voy empujando poco a poco, para volver a hacerle sentir estas sensaciones tan placenteras. Tu no pierdes detalle de lo que pasa y te excita mucho también.
Veo cómo te incorporas para besarme y me dices que estás a punto de venirte intensamente, mientras yo sigo penetrando a Laura. Te veo tan excitada y sé que este orgasmo será enorme, que les mojarás mucho y que lo estás disfrutando plenamente, creciendo en su intensidad a cada a momento. Estoy tocando los senos, se sienten tan duros, tan llenos, tus pezones hinchados y erectos. Elena se dedica a cogerte tu culito con cuidado pero a buen ritmo, mientras moja ocasionalmente tu ano con su saliva. Te veo tan excitada, desplazando tu cadera para sentir más su erecto pene y le pides a Manuel que se venga contigo. Suspendes tus movimientos y lo sacas de tu vagina. Con tu mano ágilmente retiras el condón y lo vuelves a meter en tí, de golpe, intensamente. Tus gemidos anteceden otro pequeño orgasmo. Gustas sentir que te cojan así, a pelo, disfrutas de tener un pene erguido en tí, de percibir su erección total, el tacto de sus venas, la dureza del pene y suavidad de la piel rozando en tu interior.
Te concentras en cogértelo, aún con los dedos de Elena horadando tu culito. Tus pezones están al extremo erectos y tus movimientos son intensos, el sonido de tu vagina húmeda es excitante. Unos momentos después y puedo verte abrazar el cuerpo de Laura para rendirte a tu orgasmo, mojándoles mucho, temblar tu cuerpo, gimiendo rico y a la vez escuchar a Manuel pujar intensamente mientras se viene en ti, inundando tu ser con su semen caliente, chorreando a los lados de tus labios vaginales, mientras Elena le sujeta y amasa sus testículos con su otra mano.
Verlos correrse es maravilloso y yo sigo penetrando a Laura, despacio, pero haciendo que disfrute estos empujones, profundos pero suaves, mojado de su profusa corrida.
La noche va a seguir porque Elena no ha tenido su momento aún y me volteas a decir, ya un poco recuperada, aún con el pene de Manuel dentro de ti, que todavía no te quieres ir.