Nos dimos un abrazo fraternal, con un saludo muy particular que me había enseñado Ami. Abrazarnos y que nuestros pechos se toparan del lado izquierdo, corazón con corazón como señal de aprecio, alegría de vernos, buena vibra y disposición, es así como un saludo del alma.
En casa de Ami percibo esa sensación de tranquilidad y armonía que la caracteriza, es muy acogedora su casa y bonito su arreglo entre plantas de un exótico verdor y aspecto fantástico como señal de buena onda del lugar, algo místico y espiritual, con esa sensación ya mi cuerpo iba entrando en relajación, desapareciendo así el ruido y el estrés que traía de la calle.
Mientras charlamos de su viaje por el Norte íbamos compartiendo los presentes y obsequios que teníamos pendiente, que si unas vitaminas de encargo, que si unos vasos para tragos de regalo para él, una body creme para Bella, y un tubo de lubricante íntimo de regalo para mí, toda una sorpresa muy bonita y sugerente de su parte, de mi morral iba sacando las botellas de vodka y los snacks que traía para la velada. Nos fuimos a la cocina a preparar los cócteles Ruso Negro que le había ofrecido con anterioridad, vodka con licor de café y hielo, espectacular trago afrodisíaco muy común en ambiente LGBT, el ideal para la ocasión, p servimos y brindamos por tan buen momento de bienvenida de Ami y el tiempo que teníamos sin vernos, tres meses, yo tenía muchas ganas de verlo y de compartir con él, aunque ya de regreso al país nos habíamos visto en una salida de teatro que tuvimos, (dónde por cierto Ami me puso los puntos sobre las íes de nuestra “extraña” relación, los dejo con esa intriga). Nos fuimos con los tragos a la sala siguiendo la sabrosa conversa, Ami puso música en su laptop, yo le sugerí Yordano, el buscó en youtube y sonó En Aquel Lugar Secreto (EALS), bella melodía demasiado sugerente y atrevida para el momento:
Fue en aquel lugar secreto…
Sobre un manto a la deriva
Que le dimos a la luna de que hablar
Fue en aquel lugar secreto…
Una lluvia del desierto
Le dio vida
A la más hermosa flor…
Así de romántica comenzó nuestra Party para dos.
El Ruso Negro haciendo su efecto alucinante trago tras trago, se dejaba colar, habíamos recargado ya un par de veces y quizás una vez más entre risas y jodas seguíamos la habladera y las bromas, la música no paraba de sonar a volumen moderado, se entremezclaron ritmos latinos de salsa romántica y merengue, Gilberto S.R y La Tañón sonaron buenísimo como invitados especiales de nuestra íntima reunión, relajados pero animados permanecimos en los sofás frente a frente, me sentía animado y de verdad que ya me estaba poniendo cachondo queriendo como intimar más con Ami,
Él se mantenía algo discreto como guardando la compostura y la sensatez, yo soy más expresivo más boleta, recuerdo haber ido al baño a orinar y noté que mi prepucio estaba lleno de precum baboso y cristalino como señal de excitación y ganas de sexo, de regreso a la sala me dispuse a sentarme en el sofá pero está vez al lado Ami, quien permanecía tranquilo y relajado, busqué de romper el hielo siguiendo la conversa de forma natural, insinuantemente puse mi mano en su pierna y la deslicé hacia su bulto suavemente, acaricié su muslo y su paquete con toda la intención del caso sin romper el hilo de la conversación, Ami en clara señal de complacencia hizo lo mismo, puso su mano sobre mi muslo y la dejó escurrir hasta llegar a mi bragueta, sentía como mi polla se iba inflando rápidamente y soltando hilos de precum, su mano acariciaba suavemente mi bulto y sus dedos como tentáculos hurgaban tanteando sobre el pantalón la forma de mi pija que estaba ya a reventar.
Se hizo un silencio cómplice como si hubiésemos caído en una pausa, de inmediato reiniciamos la función acercando nuestras caras, miradas, bocas, labios y fuakata!, tremendo beso, un beso tierno y rico como de novios bien merecido, nos merecíamos uno beso así, bien apasionado con ganas, había pasado mucho pero mucho tiempo, años se pudiera decir de bonita amistad, cariño mutuo, confidencialidad, pases de corriente y nunca lo habíamos intentado hasta ese momento.
Nuestras lenguas se entrelazaban como dos serpientes hambrientas queriéndose comer una a la otra mientras nuestras manos se agitaban y no paraban de repartir caricias y apretones sobre nuestros bultos de una manera primitiva y descarada. Arriba ternura y abajo locura, sentía los dedos de mi Ami sobre mi bulto como tallando la forma de mi pene erecto y baboso por tanto precum, estaba grueso y cargado.
Ami no paraba de pasar sus manos midiendo al tacto toda mi erección, yo de igual manera acariciaba su bulto queriendo sentir su erección, me encanta hacer sentir también rico y proporcionar placer, mis manos subían y bajaban por su pecho su espalda sus brazos, sentía como la energía sexual que emanábamos encendía el ambiente y un calor enorme y pegajoso invadió toda la sala, estábamos sudando, Ami tenía la espalda mojada se sentía a través de su camisa, la excitación era plena los besos continuaban ya en forma de latazos uno tras otro, gemidos y susurros se escapaban de nuestras bocas, otros besos se dispersaron recorriendo los cuellos provocando más y más excitación, el calor se hizo insoportable que nos obligó a detener la acción por un momento mientras recobrábamos el aliento y tomábamos un poco de aire fresco. Retomamos los ya olvidados tragos que se hacían agua para refrescar nuestras sedientas gargantas con aquel elixir del amor. Ami sofocado se pasaba las manos por el cuello como recogiendo el sudor y batiendo sus manos dijo:
Ami: Oye que calor, ven vamos al baño, vamos a bañarnos.
Y comenzó a desvestirse allí mismo, yo me quedé perplejo ante la sorpresiva invitación y recuerdo haberme tomado a fondo blanco el contenido de mi vaso como tratando de digerir tan genial idea y calmadamente comencé a desvestirme, las ropas quedaron tiradas en la sala entre los muebles y el suelo como pruebas incriminatorias de una escena lasciva de CSI (Escena del Crimen).
Acto 2 (sin cámaras, pero con mucha acción)
El baño de Ami es espectacular, bastante espacioso una combinación de blanco con detalles grises moderno y elegante, las piezas sanitarias son muy vistosas, de nueva onda y con acabados de primera, al fondo está la ducha dentro de una tremenda bañera blanca con un encerramiento de vidrio que deja ver claramente el desnudo del bañador, como en una pecera. Ya en cueros Ami precedió a calibrar la temperatura del agua manipulando las llaves de la ducha, me indicó que apagara la luz blanca del baño y una claridad tenue entró desde la sala dándole un toque romántico a la escena de nuestro segundo acto carnal.
Pasamos a la ducha desnudos y dispuestos a continuar nuestra jarana de ambiente, cambio de escenario ahora más íntimo y mojado. Ami fue el primero en entrar a la regadera y mojar su cuerpo, yo me mantenía a su lado sintiendo como el agua tibia me salpicaba y mojaba mis pies, estaba completamente erecto, sentía una excitación espeluznante, Ami enjuagaba su cuerpo con agua tibia y pasaba sus manos por su cara y su pecho, había en su mirada una picardía y sensualidad que me intrigaban, claro, él me tenía una asombrosa sorpresa, yo solo me dejaba llevar mientras el procedía con sus intenciones.
Me cedió su puesto en la ducha para mojarme, comenzó a frotar mi cuerpo con sus manos junto con el agua tibia, sentí una agradable sensación relajante como en una sesión de un Spa. Nos besábamos arduamente mientras Ami enjuagaba con sus manos todo mi cuerpo, tomó un frasco grande que contenía jabón de baño con una fragancia muy suave y fresca, lo vertió en su palma izquierda y procedió a enjabonar todo mi cuerpo con aquel delicado liquid soap, -ah!, que delicia sentí en ese momento, sus manos me las frotaba por todos lados, con especial atención en los genitales y en las nalgas, después me enjuagó con agua tibia retirando toda la espuma jabonosa, luego procedió a tomar otro frasco grande de cuello largo y de color marrón que contenía un líquido espeso y achocolatado, lo vertió en su mano abundantemente y comenzó a restregarlo por todo mi cuerpo como queriéndome rebosar del cremoso líquido.
Por el aroma me di cuenta que era chocolate, yo deliraba de éxtasis ante la inesperada terapia de Hershey’s sirope, me empalagó toda piel con aquel oscuro sirope y comenzó a pasar su lengua por todo mi cuerpo como si yo fuera un dulce cubierto de chocolate, a la vez que bañaba con más sirope mi duro pene y de seguido bajó a comérselo con un apetito voraz. Pasaba la lengua en mi achocolatado prepucio y abría la boca tragándose toda mi verga en una degustación espectacular.
Yo: coño que rico, así, así, chúpalo así.
Decía yo mientras mi atragantado amigo no paraba de follarme con su rica boca y tragarse toda la chocolatina. Tuve que parar porque sentía que me corría y de verdad quería alargar la función, Ami me decía que me relajara mientras me pajeaba la verga que estaba a punto de reventar, le dio dos chupones más que casi hacen que me largara en su boca.
Paré de nuevo para relajar y retrasar la acabada mientras proseguimos con unos presurosos latazos achocolatados y con un toque de güevo, luego Ami me volteó y me pegó contra la pared de la ducha, se bajó de nuevo y esta vez empezó a comerse mi culo morbosamente. Se comió mis nalgas y luego paso su lengua por mi ojete devorando todo el chocolate que se chorreaba, a lo que sentí un corrientazo que me electrizó todo el cuerpo como si de un orgasmo se tratara.
Yo: uy, que rico papi así, cómete mi culo así.
Un orgasmo energético recorría todo mi ser que me dejó como paralizado de frente a la pared. Ami detrás de mi seguía experimentado, tomo el jabón líquido y procedió a enjabonar sus manos, con abundante espuma cogió mi culo y frotó mis nalgas, con una mano en mi culo y otra en mi verga empezó a enjabonarlos al mismo tiempo, me pajeaba la verga a la vez que sus dedos se resbalaban hasta llegar a mi ojete, la sensación era brutal yo no aguantaba tanta excitación, apoyé mis manos en la pared y paré mi culo para poder sentir mejor sus dedos recorriendo mi orto.
Yo: Ami, sí, así, hazlo, mételo.
Le pedía a Ami que me metiera el dedo en mi excitado culo.
Yo: mételo todo anda, mételo!
Ami deslizó su jabonoso dedo suavemente dentro de mi dilatado culo hasta el tope. Con la mano izquierda me pajeaba la polla y con la derecha me pajeaba el ano hasta tocar mi próstata. La sincronización era perfecta.
Yo: duro, así dale más duro!
Unos tres pajazos más de doble tracción y saz! Chorros y más chorros de leche disparada, ay! Ah! Que rico!, exclamaba, tremenda acabada, por delante y por detrás, las piernas se me iban como desmayadas, en una rica sensación de placer alucinante, sentía como el orgasmo energético me estremecía.
Como pude me hice a un lado y Ami se metió bajo la ducha tomando un baño tibio de recompensa por la terapia de chocolate que se había tripeado. Yo permanecía en trance, mis ganas de fornicar no mermaban, tanto así que mi erección se repuso prontamente, quería penetrar a Ami y cogerme ese culito rico para cerrar con broche de oro el libidinoso festín. Le propuse mis carnales intenciones pero esta vez Ami fue esquivo y me dijo que no podía, que estaba indispuesto del recto. Me conformé con su respuesta a pesar de mi calentón y de mi verga tiesa y lechosa, ansiosa de copular su pompis.
Acto 3 (pedimos el postre?)
Ami salió primero del baño y de inmediato tomó su ropa y se vistió como dando por concluida la sesión tántrica y así el final de la fiesta, yo todavía en cueros y con el pene recargado me resistí a tal situación y le solicité un postre como digestivo final de aquel banquete erótico, (bonus extra).
El morbo lo tenía a tres mil, abracé a Ami y nos besamos nuevamente retomando el hilo rojo de la pasión, le pedí que se sentará en el sofá, esta vez yo tenía el control de la situación, de frente a él ( face to face) me senté en sus piernas como de caballito, puse mis rodillas en el asiento y me levanté, su cara quedó justamente a nivel de mi pene, agarré mi polla y comencé a pajearme frente a sus ojos, me contorsionaba con morbosidad procurando su total atención, Ami miraba y callaba en señal de aprobación, acerqué la punta mi pene a su cara y se la pasé sensualmente por sus labios humectándolos con gotas de precum que botaba como si fuera un labial Max Factor, Ami abrió su boca y comenzó a saborear mi pene pero esta vez con la punta de la lengua seguía la figura de mi verga como si la dibujara, eran pinceladas de lengua con gotas de precum que salían como hilos de acuarela para esa magnífica obra de arte.
Chupando es todo un artista, de cuando en cuando yo bajaba mis labios hasta los suyos y lo besaba tratando distinguir el sabor de mi pene en su boca. Subía otra vez y de nuevo a chuparme el pene, se lo engullía hasta las bolas, le puse las manos detrás en la nuca y tiraba su cabeza contra mi mientras me follaba su boca con contorciones sacando y metiendo mi verga hasta su garganta.
Yo: Chúpalo así anda, hasta el fondo, trágatelo, y veme, quiero que me veas.
El morbo se me desbordó y no paraba de hablar cochinadas.
Yo: Como te gusta chúpalo y mírame, mira mi cara de placer.
Seguía sonando la música como fondo de ambiente, Marc Anthony y Jennifer López terminaban sus melodías juntos, los cócteles ya no eran tales sino agüita de hielo derretido. Todo indicaba efectivamente que la función estaba por terminar. Unos últimos besos con sabor a polla nos dimos, ya extenuados y divinamente complacidos, bajamos el telón.
Y colorín colorado este cuento no ha terminado, OMG! Hora de vestirse, hora de partir, un tanto atolondrado y sarataco, -les parece poco? Y más liviano que pluma de galápago me alisté para partir. Otra vez el suplicio del transporte público me cortaba mi buena nota, pero mi bello y entrañable amigo Ami se ofreció a darme el aventón en su carro hasta el Metro.
Nos pasamos el Swich a modo formal y salimos en búsqueda de la Estación del subterráneo. Cambiamos de temática por completo, platicamos de otras vainas en común, de amigos, de familia. El metro todavía registraba un fuerte retraso y sin más que inventar Ami decidió atravesar la ciudad y dejarme más cerca de mi zona. Nos despedimos respetuosamente con un apretón de manos como dos tipos serios, apresurados, ya era tarde de noche y todavía me faltaba tomar un transporte para llegar a casa, escuché el grito del colector que dijo: Queda uno!
Yo: Yo mismo soy! -le repliqué- ¡Yo mismo soy!
Subí presurosamente como último pasajero en el carro particular que me llevaría a casita, por el camino rememoraba con picardía las imágenes más impactantes de la fiesta, me sentía de un bueno encantador. Los encuentros con Ami se habían convertidos en verdaderos remansos de amor, tranquilidad y motivación, siempre diferentes y con ese toque místico y enigmático que solo él sabía darles, te dejan fascinado y con ganas de volver, umm! Gracias por los favores recibidos!
Desperté oportunamente de mi trance emocional para indicarle al chofer mi sitio de llegada:
Yo: En la parada por favor!
Fin