Olga es una señora madura de unos cuarenta y tantos años, pero muy bien llevados, poseía un cuerpo estupendo, destacaban sus piernas bien firmes y su culo bien contorneado por las faldas que se ponía, siempre por encima de la rodilla, tenía unas tetas con unos pezones redondos y duros que se marcaban, usaba unos sujetadores que le reafirmaban su ciento cinco de talla, unas tetas redondas que a más de una quinceañera le gustaría tener.
Después de la operación para quedar virgen de nuevo, que eso se me hace muy tonto, pero ella en su posición y con el dinero que tiene podía hacer lo que quisiera. Se veía mejor que nunca y tuve la oportunidad de estrenarla por segunda vez en su vida.
En mis anteriores relatos les conté como nos conocimos y como empezamos a congeniar, en este les cuento como ya con más tranquilidad nos vemos en un hotel y nos lo pasamos de lujo.
Quedamos en un hotel de las afueras de la ciudad, unas cuatro estrellas que es un lujoso lugar, por lo bien que está comunicado y por sus instalaciones, tiene jacuzzi y sala fitness, además te dan bufet, pero para no extenderme mucho les cuento, yo llegué sobre las seis de la tarde después de trabajar y ducharme, Olga llegaría sobre las siete así que me dispuse a ver una peli porno y a relajarme hasta que llegara, me quite la ropa y me quedé desnudo y para más detalle, dormido.
Me despertó unos toques en la puerta, me puse los slips y fui a abrir, era Olga que nada más entrar la rodeé con mis brazos dándonos un beso con lengua que ella me devolvió, abrazándome y dejando caer el bolso al suelo, estuvimos dándonos las lenguas unos tres minutos, sintiendo sus labios pintados, recorriendo su trasero y sintiendo sus tetas firmes, no llevaba sujetador, me separé para mirarla y darle las buenas tardes y ella sonriendo me dijo:
O: ¡Ya veo que van a ser buenas!!!
Vi que llevaba la blusa desabrochada y como los pezones se le marcaban, mirándola le hice una señal y ella mirándome y sin decir nada empezó a desabrocharla hasta dejarla caer al suelo.
Yo estaba muy caliente, la televisión daba la película porno y salía una escena donde un tío se follaba a una rubia a cuatro patas, Olga se percató y cogiéndome de la mano me llevó delante de la pantalla, me puse detrás y lentamente recorrí su cuerpo con mis manos hasta acariciar sus tetas mientras ella se fijaba en la escena, se recostaba sobre mí y cerraba los ojos, yo le empecé a agarrar los pezones con las yemas de mis dos dedos y a hacerlos rotar sintiendo como Olga se pegaba a mi verga ya dura y casi saliendo de mi bata, me fije en la pantalla y se veía a la rubia chupando la polla del tío con unas ganas tremendas que hacía que se la metiera hasta la garganta y Olga gemía, me miraba y me besaba.
Yo dejé sus tetas y busqué la cremallera de la falda, la deslicé poco a poco luego le fui bajando la falda hasta dejarla en tanga, su visión me puso a cien, me saqué el slip y me quedé desnudo con la verga tiesa, enseguida Olga se arrodilló y tomándola con una mano y se la metió con ganas en la boca hasta llegarle a la garganta, casi se ahogaba, pero ella insistía, y a mí me llevaba a una excitación extrema.
Sabía que si seguía así me iba a correr y se lo hice saber, ella se la saco por un instante de la boca y me dijo secamente que le daba igual, entonces yo la agarre en brazos y la tiré en la cama, calló boca arriba y enseguida me eché encima quedando en un sesenta y nueve perfecto, separándole los labios me encontré con su coño muy mojado, brillante y con jugos a la salida.
L: Que rica vagina, ¡madura pero rica!
O: ¡Uhm, cómetela!!
Metí mi lengua en él hasta donde pude y sentí como mi verga le atravesaba la garganta, pero ella como si nada, seguía mamándomela de forma bestial, parecía decidida a regalarse una corrida en toda la garganta, yo empecé a excitar su clítoris con mi lengua mientras le metía dos dedos y empezaba una paja lenta pero que daba sus frutos, Olga gemía con mi verga en su boca y yo me comía su coño con la mía, sentía como movía su culo con golpes secos y yo me venía venir que no aguantaría más, que iba a explotar y empecé a soltar chorros de leche espesa dentro de la boca de Olga.
L: ¡Ah, dios mío!!
O: ¡Mmm! ¡Qué rica leche!
Mientras ella se corría en la mía, sentía sus jugos inundarme y como ella no dejaba que mi verga saliera de su boca y mucho menos se le escapara mi esperma, siguió hasta que ya no salió más y dejo que mi verga se fuese apagando en su boca mientras yo me relamía de sus jugos.
Nos fuimos a duchar y mientras yo me duchaba ella se miraba en el espejo, acabé y sin dejar que entrara la cogí por la cintura y sentándome en la taza del wáter le dije que se sentara encima.
Yo la tenía durísima, verla desnuda con sus ricas nalgas y tetas, me puso duro y quería estar dentro de ella.
Ella dándome la espalda se empezó a meter mi verga en su coño, empezó un sube y baja lento mientras yo le cogía las tetas y se las acariciaba, se movía cada vez más rápido, se inclinaba hacia delante y gemía, yo le cogí las caderas y empecé a follarla con fuerza.
L: ¡Si, que rico, uhm!!!
O: ¡Ah, si, uhm, que dura!
L: Que rico, si sirvió tu cirugía, ¡aprietas riquísimo!
Olga se agitaba y me decía que la diera más fuerte, me levanté sin sacársela y la apoyé en la taza, me agarré a sus caderas y empecé un mete y saca que la hacía aullar.
Mi verga salía y cuando parecía que se iba a salir se la volvía a meter hasta que mis huevos chocaban con su culo, era fantástico sentir como se deslizaba por su coño empapado, y ver como no paraba de gemir, sabía que me iba a correr de nuevo cuando sentí como su coño me inundaba y perdía fuerza en sus piernas, pero yo continué follándola.
O: ¡Oh!!! ¡Papi me vengo que rico ah!!!
L: ¡Si, vamos, uhm, me voy a venir!
Olga se agitaba y pedía que parara, pero me resultaba imposible, sentía que me venía y me salí de ella dándole la vuelta volví a metérsela en la boca y ella sintió como empezaba a correrme en su garganta.
L: ¡Ah, sí nena uhm!!
O: Que rica leche, ¡uhm!!
L: ¡Nena me vuelves loco!
O: ¡Me encanta coger contigo!
Salimos del baño y cogimos unas veces más, oral, anal y vaginal, no me cansaba de follar con esa madura viuda, la cual se tragaba mi semen una y otra vez.