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Oficialmente soy la puta de mi jefe
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Como ya saben mi rutina cambio 180º después de aquel sábado en la casa de mi jefe donde literal abuso de mi, después de que uno vive una experiencia así, te cambia la perspectiva, comienzas a decirte a ti misma que puede ser normal, cuando te das cuenta que nadie se da cuenta, puedes creer que muchas otras personas llevan estas dobles vidas en secreto y ni siquiera lo sabías, entonces entras en una etapa de letargo de la realidad o de lo moral. Precisamente esto es lo que me pasó por varios meses hasta años, en esta ocasión les platicare alguna de las ocasiones siguientes a las primeras llamadas de mi jefe el Juez, de sumisión de hacer el nuevo trabajo que me estaba asignando, el de su puta persona.

La verdad es que después de que no renuncie tras el abuso de mi jefe, di por aceptado lo que él me dijo, sería su puta personal, y así lo hizo sin hacerse esperar. En la oficina por semanas tuvo cuidado de no dar ni una señal, aun la tiene, los únicos que en verdad saben son sus amigos cercanos, y algunos lo sospechan sin certeza, en realidad nunca hemos sido sorprendidos.

Pensé que pasaría más tiempo o seria en alguna reunión de su casa, pensé podría evitarlas o irme más temprano, pero me sorprendió con el siguiente encuentro. Durante una sesión en la que nuestras jornadas se intensificaban y todo el personal permanece más tiempo en la oficina, me pidió recogiera la comida que pidió para todos, entonces lo hice.

–Martha, por favor ve al restaurante Pargos y tráete el pedido por favor.

Yo no soy una secretaria pero la verdad entre todo el movimiento y las tareas me pareció incluso buena idea salir de ahí un momento, el estacionamiento es subterráneo, baje el elevador y me dirija a mi coche, para usar el elevador debes usar un sensor que solo el personal tiene.

Llegué a mi coche fui a recoger la comida tan normal y todo fue súper rápido ya estaba hecho el pedido para mi sorpresa, pues yo llevaba la lista que me habían dado y apenas tenía que pedirlo y esperarlo, entonces tome las cosas y me regrese a la oficina.

Al regresar entre al estacionamiento me quede en mi lugar de siempre y me di cuenta que mi jefe estaba en su coche, me predio las luces, yo me baje de mi coche y me acerque tenía la sensación de que esto iba a ser ya el comienzo de su advertencia, pero también pensé puede ser algo de trabajo, me acerque, y me dijo súbete.

Me subí y le dije que pasa -ya sabes que pasa – le dije Fernando por favor que haces aquí- me dijo – acuérdate como me tienes que decir- en ese momento supe que esto ya no iba a ser algunas veces, que su advertencia era literal.

-señor juez la gente espera su comida.

-por qué crees que te la dieron tan rápido.

Me dijo inmediatamente, además tú también tienes que comer.

Yo llevaba puesto unos pantalones pegados y una camisa de botones de rayas.

Lo primero que hizo fue desabrocharse el cinturón y bajarse un poco el pantalón- me miro con una mirada de morbo terrible y me dijo- que esperas- no supe cómo reaccionar y me quede sin moverme, él se me acerco y me dijo al oído no me la pongas difícil que sabes que de todas formas lo vas a tener que hacer- me tomo el pelo súper fuerte y me puso la cara frente a su bulto en su calzón, -esta semana ha estado muy pesada y necesito descargarme martita- se bajó la trusa y lo tenía paradisimo, me lo puso en la boca y empujo mi cabeza hacia su cuerpo, casi me vomito en ese momento, pero lo contuve, se lo empecé a chupar pensando que esto ya sea rápido.

El empezó a meterme la mano al pantalón debajo de mis patines, mientras me decía chúpamelo puta, en un momento me detuve para respirar con calma llevaba varios minutos ahí chupándosela sin parar y babeaba por la posición y no poder tragar bien saliva y sus fluidos, me levante un poco me limpie un poco la boca y él me dijo quítate el pantalón- yo le dije- no, pueden venir y es tardado-, me puso sus manos en el cuello, le gusta tener el control, y me dijo, lo que yo te digo no son preguntas.

Yo me lo baje pero traía unos botines altos y en realidad no podía quitármelo todo, se me quedo en las piernas, mientras yo me lo bajaba se bajó del coche y se dio la vuelta a mi lado, me abrió la puerta y me puso otra vez su pene en la boca, – síguele zorra- yo seguía adentro del coche y el parado frente a la puerta mientras yo se la chupaba toda, me la paso por la cara y me ponía sus testículos en la boca, me hizo chupársela por completo, empujaba mi cara contra su cuerpo, fue entonces que se detuvo un segundo, dio un paso atrás, se bajó bien el pantalón y la trusa blanca, yo estaba observándolo ahí, gordo con camisa y saco arriba y desnudo de abajo, subió un pie a la base del coche abierto y me empujo hacia su pene, hasta debajo de sus testículos la cara, no dijo instrucciones habladas.

En realidad no menciono lo que me estaba haciéndome hacer con su presión en mi cabeza contra su cuerpo, me acercaba a pesar de mi posición incómoda me empujaba la boca hacia entre sus piernas, su entre pierna y al final su ano, yo en ese momento ya estaba totalmente desvalorizada de mi, ni siquiera pensaba esto fuera algo que quisiera un hombre comúnmente, pero solo estaba sintiendo que eso era algo que ya estaba sucediendo, y por más que oponía un poco de resistencia, parecía gustarle más, entonces flui, empecé a pasar mi lengua por su ano y me decía te gusta puta? – si señor juez- la verdad me repugnaba su cuerpo gordo y su piel sudada y pegajosa, pero era lo que debía decir.

En eso se echó para atrás me jalo fuertísimo que caí de rodillas en el suelo del estacionamiento, me tomo de los hombros, me levanto un poco, me desabotono la camisa casi con cuidado y me bajo el brasier, se quedaron mis tetas al aire en el estacionamiento con la boca llena de saliva y sus fluidos en toda la cara de que me había tenido la punta húmeda por la frente y los ojos al chuparle el ano, estaba toda despeinada, yo creo que si parecía una puta para cualquiera si me vieran así, esta vez no me cogió, en este encuentro no me lo metió más que por la boca, estaba complaciéndose por completo con mi cara y mi boca, eran su herramienta, su objeto, una clara señal de lo que estaba intentando decirme, eres mía ya, y no es una relación recíproca, eres solo mía y no me interesa tu placer, te estoy usando porque eres mi puta.

Me jalo casi arrastrada a la cajuela, no sabía en ese momento para que, me recargo contra ella, simplemente era porque hay mejor altura para su placer enfermo, subió la rodilla a la cajuela abierta y empezó a ponerme el ano en la boca con toda su fuerza estaba como amarrada en una llave de lucha libre solo con acceso a chuparlo, y así siguió unos minutos más hasta que se movió y me empezó a coger la boca bruscamente y sin ninguna compasión, comenzó a meterme todo su pene hasta el fondo de la boca, le dije entre ruidos que no podía respirar, saco su pene me dijo que dices puta?

Entre estar babeando y su liquido escupí, le dije no puedo respirar estaba ya llorando, le dije me voy a vomitar, me dijo quítate el brasier y la blusa, los traía ya a medio poner, la blusa se me estaba cayendo por los hombros desabotonada toda y el brasier ya iba a la mitad de mi cintura, entonces me los quite tratado de tardarme para que ya terminara esto, pero me volvió a jalar los agarro y los metió a la cajuela hasta atrás, me dijo ya te puedes ensuciar, – que dices- y pum una cachetada -no te pedí que dijeras nada- me volvió a tomar la cara y me la metió de una sola vez tan fuerte y hasta adentro que me pareció que justo lo que quería era que vomitara, dos de estas embestidas las controle y no vomite pero la tercera.

No pude contenerme, lo metió con todo el peso de su cuerpo contra mis labios y contra el coche sentí casi que me llenaba toda la boca a la garganta, vomite con su pene adentro y pareció gustarle, tal vez la temperatura de mi vomito en su pene, mas humedad no se y siguió sin sacarlo, me lo dejo adentro y no me dejaba moverme, se sintió horrible con vomito escurriéndome por los labios pero sin poder moverme.

Estaba yo en lágrimas y vómito y su pene en mi boca, cuando me jalo, me movió hacia donde no había caído nada en el suelo me tomo del cabello hasta atrás pensé se vendría en mi cara, comenzó a masturbarse con su pene apuntando hacia mi, jadeando de placer, me veía a los ojos perversamente y se masturbaba con enjundia, mientras mantenía mi cara hacia arriba tomándome el pelo, entonces me tiro al suelo, se hinco de una sola pierna presiono mi cara contra el pavimento y se vino en el piso justo frente a mi cara, una carga enorme e semen blanco y espeso.

Me movió la cara hacia su semen en el piso mientras hacia un ruido de satisfacción, y me dijo -tu comida puta- te la tienes que comer toda ya está servida, y me sonrió ganador, me acerco la boca a su semen en el piso y me dijo comételo, no podía creer esto, no podía estar haciendo esto, era totalmente denigrante, pero no me dejo titubear, presiono más ni cara, además yo estaba en miedo total, esto era súper abusivo, así que lamí su semen del pavimento, sentía la consistencia espesa en mi boca y estaba aún tibio, pero además sentía lo frio del suelo podías sentir la diferencia entre donde aún queda semen y donde ya no, y me lo trague todo.

En ese momento pensé esto ya acabo, tengo que levantarme y ponerme en forma o se van a dar cuenta, pero no me dejo levantarme aun, presiono mi cara contra el pavimento para levantarse, se paró, entonces me moví para levantarme, y me puso el pie en la espalda, estaba yo desnuda con el pantalón abajo mis botines puestos y con su pie encima de mi, manteniéndose así conmigo ahí en el suelo, prendió un cigarro y el sin vergüenza se lo fumo, me acariciaba con su pie el pelo, si eso se puede decir caricia, cuando termino, quito su pie de mi espalda, me dio una patada leve en el hombro y me dijo ya levántate , me levante y me empecé a subir el pantalón cuando me dijo -que eres? – estaba odiándolo pero sé que tenía que responder – tu puta- muy bien ya sabes la respuesta, me dijo, arréglate ya que nadie puede darse cuenta.

Entonces me dirigí hacia la cajuela donde él estaba sentado, estaba jugando conmigo, viéndome semidesnuda obedecerlo, dándome instrucciones, le dije mi ropa está ahí adentro, él no me dejo pasar a tomarla, y me dijo,- pensándolo bien – -se tevé la cara muy sucia no creo puedas subir así-, entonces de un jalón me volvió a bajar el pantalón a las rodillas, me empujó al suelo y me volvió a hincar frente a él y se levantó de la cajuela volvió a sacarse el pene, ya no estaba hinchado de ganas, me lo acerco a la cara, pensé -de nuevo no- pero hubiera deseado que fuera de nuevo- y entonces, titubeo unos segundos se lo movió.

No sabía exactamente que quería o que debía hacer yo, fue ahí que entendí que hacía, empezó a orinarme en la cara, al instante brinque de un golpe hacia atrás y me agarro súper fuerte, le dije no inventes se van a dar cuenta, mientras me limpiaba un poco lo que me había caído en la cara y cuello, pensando que si no era muy explosiva mi reacción o lo mantenía casual podía terminar sin recordarlo, me dijo si puede ser, entonces dejo de orinar y me dijo -pero, con que te vas a bajar tu comida puta?

Me jalo súper brusco me apretó la mandíbula súper fuerte que me lastimo, apunto su punta a mi boca ay me dijo mejor abre bien, tómatelo y no lo escupas, y empezó a orinar en mi boca, sentí nauseas horribles, moví la cara y me salpico toda la cara y cuello y tetas, entonces me dio la peor bofetada que me han dado, me lo metió a la boca y me dijo obedece bien pinche zorrita puta, y me dijo ni una gota al suelo, y volvió a empezar adentro de mi boca, sentía como me iba llenando de agua salada y caliente, me tome todo lo que él quiso de su orín, todo, ni una gota se escapó, como él dijo. ¿Eso pensaba, -cuanto pis tiene un gordo así? Cuánta agua toma?

Me tiro al suelo y empezó a orinarme encima y apuntaba a mi pantalón aun puesto en mis piernas y mi calzón, como jugando al tino, y me echaba chorros a la cara y de nuevo a mi ropa y a mi calzón, Me estaba firmando, sellando, poniendo su nombre en mi, como un perro al poste, cuando termino sus últimos chorros, se lo sacudido encima de mi como diciendo ni una gota no te cae, subió el cierre, y me saco mu blusa limpia de la cajuela, pero se quedó el brasier, me la aventó junto y me dijo con esto limpias este desmadrito yo les subo la comida a estos pendejos y tu te vas a bañar a tu casa, que tenemos trabajo para toda la noche aquí y no podemos faltar ninguno.

Así como si nada me dejo ahí empapada en su orín hincada limpiando del suelo mojado de sus orines y mi vomito en partes y el sudor de mi piel de tenerme tirada contra el piso, literal me quede ahí 10, 15 minutos limpiando con mi propia blusa, que venía a ser una buena blusa de hecho era de buena marca y pensaba que es esto como llegue aquí, me subí a mi carro, lo prendí con la camisa mal abotonada apestando a orín ya frio sentía todo el pantalón mojado y pegajoso y frio, oliendo terrible, mi blusa totalmente negra del piso y la suciedad que limpie, sin brasier despeinada y con los ojos llorosos, me dolía la mandíbula y el alma, pero ya estaba mi voluntad muy quebrada y esa no sería la última ni cerca de serlo de muchas más experiencias que viví con el como esta en los siguientes años de ser su puta personal.

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