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Nunca pensé que me encantaría tanto el sexo oral
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Tiempo de lectura: 4 minutos

A mis 20 años era muy inexperta en el tema del sexo, siempre fui muy ingenua en comparación de mis amigas y compañeras, solo tuve 2 novios de poquitos y tomadas de manos, nunca quise ir más allá, hasta que conocí a Orlando.

Ingrese a trabajar a mis 18 años, y desde el principio siempre fui muy seria y concentrada en mi trabajo, nunca quise nada con nadie y así pase 2 años trabajando.

Yo lo conocí un fin de semana en la jornada de la noche, a propósito salía muy tarde a cenar porque a esa hora había muy poco personal, ingrese al comedor y me senté sola en la mesa, inmediatamente él se acercó saludando muy educado, se sentó y tuvimos una larga conversación, no me percate que pasamos casi dos horas conversando, el aprovecho y me invito al día siguiente a salir yo acepte, sin darme cuenta había roto mi única regla.

Al día siguiente el me llevo a un lindo bar con vista a la playa, conversamos, bailamos y bebimos, el me llevo a casa, y así salimos varias veces, transcurrido tres meses él se declaró y yo acepté, teníamos mucho en común y siempre fue muy lindo conmigo.

Llego el día de cumpleaños, y me puse un jean descaderado muy ajustado, tocones, blusa descotada y ajustada, él estaba muy guapo con una camiseta celeste casi ajustada resaltando sus pectorales, el me abrazo muy fuerte y me dijo que estaba muy hermosa, se notaba su deseo y sé que el noto el mío también, ingresamos a la fiesta abrazados y no soltó ni por un minuto, bailamos salsa romántica mientras el me cantaba al oído y sus manos me sujetaban por la cintura recorriendo delicadamente la parte baja de mi espalda, yo solo me deje llevar y lo bese como nunca y mientras lo hacía sentía como un cosquilleo recorría mi espalda hasta llegar a mi nuca haciéndome soltar un suspiro, de la nada se acercó un amigo y le dijo que se acerque para lo del pastel.

La fiesta transcurrió y mientras todos estaban bailando y celebrando él se acercó y me invito a caminar por la playa, fue hermoso caminar por la playa solitaria con solo la luz de la luna, escuchando las olas del mar, llegamos a una pequeña elevación donde ya solo quedaban ruinas de una antigua casa, aún se escuchaba la música a lo lejos y nos pusimos a bailar, sus manos recorriendo toda mi espalda, mientras nos besamos casi quitándonos el aliento, mientras el metió su mano por debajo de mi blusa desde la espalda recorriendo hasta rozar mis senos con sus dedos y su otra mano bajo por mi espada hasta meterle y agarrar mis nalgas con fuerza pero sin lastimarme bajando lentamente hasta lograr deslizar sus dedos hasta mi vagina.

Se sentía tan bien y de repente lo sentí, su pene erecto duro como piedra encajando por encima de mi pantalón en dirección a mi vagina, en ese instante aunque estaba toda húmeda le pedí se detenga ya que yo era virgen y no me sentía lista, él dijo que esperaría hasta que esté lista y nos sentamos, yo me senté sobre sus piernas y empezó hacerme conversa pero yo lo volví a sentir y confieso que fue muy excitante, solo lo bese y apoye mis senos en su pecho apropósito para qué el los sintiera, sentía sus caricias tan ricas hasta que abrió mi blusa y dejo mis senos al descubierto sin dudarlo tome su cabeza y le puse en medio de mis pechos, el los se prendió de ellos como niño, los apretó tosco con sus manos mientras jugaba con mis pezones usando su lengua e intercambiando entre ellos.

Luego los apretó hasta juntar mis pezones y chuparlo juntos, lo hizo tan rico que me hizo gritar de pasión mientras me sostenía de su espalda y cabeza, sentir mis manos en su pelo, sentir su aroma, sentir sus manos tan toscas y varoniles amasar mis senos, me hizo gritar una y otra vez, tomo mi mano y la puso en su pene, sin pensarlo le baje el cierre y rápido ya tenía su pene en mi mano, recuerdo bajar mi mirada y el solo se acomodó para que lo viera fue tan rico ver su pene en mi mano, tan duro y suave al mismo tiempo, grande, gordo, negro y venoso en mi mano el deseo de tenerlo dentro de mi sintiendo como me abre toda, como entra y sale con fuerza fue inevitable, no podía dejar de verlo ni de soltarlo era tan delicioso, el me seguía besando pero yo no podía dejar de verlo tan enorme en mi mano, tan grueso y duro, que rico que se sentía masturbarlo.

Entonces me pregunto: ¿quieres mamarlo? ¡vamos es todo tuyo, solo tómalo! Se puso de pie y ahí estaba frente a mí su enorme pene que me moría de ganas por probar, solo cierre los ojos y lo metí a mi boca primero lento hasta donde más entrara hasta casi atorarme sin dejar nada afuera, chupándolo hasta llegar a la cabeza, que era tan suave que no puede evitar jugar con ella para después solo empezar a chupar más y más rápido, fue una experiencia tan rica sentir lo duro que estaba, como llenaba toda mi boca y le excitado que él estaba solo hacía que yo siguiera mamando en todas direcciones no quería que quedara nada fuera de mi boca ni siquiera mi saliva dejaba escapar, su sabor, su olor.

Estaba tan mojada que tuve orgasmos una y otra vez, solo seguía y seguía, me tomo de la cabeza y empozo moverse con fuerza mientras me decía que habrá más mi boca para meterlo todo, eso solo me excitaba más y agarre sus nalgas para meterlo aún más, por un momento solo quería tragarlo todo, no quería que parara por momentos no podía respirar pero eso solo me excitaba aún más, disfrute de todo su pene su cabecita, sus bolas, que estaban llenas y grandes, el me decía palabras sucias y me encantaba, me sentía la más p#t4 y me encantaba, quería más y más y le pedí que no pare que siga que querida más, esto lo excitaba tanto que me decía palabras sucias y yo feliz disfrutando.

Entonces el me pregunto si estaba lista, en eso momento no entendí hasta que el soltó un quejido y yo sentí un líquido caliente que llenaba mi boca, era su lechita que al principio no me gusto pero el sentir como salía de su pene que me gusto así que solo lo succioné suavemente de su cabecita con ayuda de mi mano hasta la última gota, él se agacho y me beso, lo disfruté todo de principio a fin.

Descansamos un rato conversando, luego regresamos a la fiesta bailamos tomamos y nos fuimos juntos a mi departamento donde lo hicimos de nuevo pero en otras poses, aunque tenía ganas de que me penetre esa noche me gustó y disfrute mucho mi primer sexo oral, nunca pensé que lo disfrutaría, me encantó su pene y más aún sentir correrse en mi boca, verlo quejarse y disfrutar mientras sale su lechita es un deleite para mí, en unas semanas seria mi cumpleaños y sé que el me ara disfrutarlo al máximo.

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1 COMENTARIO

  1. has tenido una experiencia muy enriquecedora el poder disfrutar de tu novio y el te lo agracera ,ya lo veras ,un beso

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