Me dejó totalmente desnuda con la calentura a 1000 y me sentó en el borde de la cama de frente a él, aún conservado sus pantalones y empezó a desabrochar su cinturón, yo rápidamente aparté sus manos y me dediqué a hacerlo yo.
El espectáculo era maravilloso, me encontraba de frente a un macho de ensueño, muy alto y fuerte además de sumamente caliente. Bajé su pantalón a la altura de las rodillas dejándolo en bóxer, yo quería disfrutar de ese macho paso a paso, levantó sus piernas una a una dejando el pantalón en el piso, ya estaba como loca y sin pensarlo dos veces empecé a restregar mi cara sobre esa hermosa y gran verga que ya se sentía muy grande y dura como una roca, quería llenar mi cara de ese olor hipnotizante.
Él me tomó por la cabeza con ambas manos y frotó su paquete aún dentro del bóxer por toda mi cara, mis ojos, mi frente, mi nariz, mis mejillas… Ahora toda mi cara tenía su olor a hombre, yo ya era totalmente suya.
Procedí a bajar su bóxer para liberar su miembro que ya estaba en plenitud y al hacerlo mi instinto femenino brotó sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo, era divino! Su tronco largo y grueso mostraba sus venas hinchadas por la excitación del momento, su cabeza era enorme y en forma de hongo chorreando líquido preseminal, apenas salió del bóxer lo introduje a mi boca húmeda ya necesitada de su sabor.
Primero mi lengua comenzó a jugar con su glande, pasando por su orificio, degustando aquel líquido inicial, aquel elixir que me vuelve loca de solo sentirlo en la lengua embriagando todo mi ser, después lamí sus testículos con mucha devoción, eran grandes y muy bien formados, él disfrutaba mucho los cariños que le hacía, lo sé por su respiración agitada y sus gemidos deliciosos de macho, eso me calentaba mucho… Yo estaba hecha para eso, para satisfacer las necesidades de un macho como él.
No pudo más, con sus dos manos me agarró de la cabeza y me la metió completa hasta la garganta, me sorprendió la forma en que me comí todo ese pedazo de carne, era inmenso y me llegaba hasta la campanilla.
Jugaba con mi lengua medio salida, de manera que él pudiera sentir la humedad en todo su tronco, comenzó a bombear mi boca muy fuerte, me estaba cogiendo por la boca como nadie lo ha hecho, yo estaba a punto de terminar en una venida fantástica tan solo de sentir sus embestidas en mi boca.
Su miembro comenzó a ponerse más duro y gritó que se venía "te los voy a dar abre la boca!" Sacó su miembro de mi boca y yo la abrí lo más que pude sacando mi lengua para captar toda su leche, fue mucha y gran parte cubrió mi cara, mis labios estaban llenos de ese divino líquido, mi lengua llena, le mostré mi boca llena de su delicioso semen y después me lo tragué encantada… Eso fue el comienzo.
Continuará…
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¡Besos!